Bloguer

lunes, 8 de diciembre de 2025

Semana 37.Capitulo Final

Novelas Por Capitulos



Capítulo X
Patricia se encontró a sí misma manejando casi sin querer hasta el edificio del Comisario Palacios. Se estacionó. Se disponía a descender cuando vio el estacionamiento. Ahí estaba Geraldo lavando la Suzuki y el Fairlane al mismo tiempo. Adicionalmente, estaba con un ceñido traje de baño y descalzo, todo mojado. ¡Qué bárbaro! ¡Qué sexy! Era un animal sexual. Pero eso no era lo más importante. Lo más importante era él mismo. Le dio rabia suponer que era gay. Geraldo jugaba como un niño, corriendo feliz por todo el estacionamiento, mojándolos con el agua de la manguera. 

Patricia arrancó  brutalmente y manejó con furia. Con un violento manotazo se quitó una lágrima que la traicionó. Vio a dos delincuentes someter y atracar a una joven embarazada. Frenó violentamente, hecha una furia...

—¿Quieren jugar? —les dijo a los dos indeseables.

Uno de ellos la apuntó con una Beretta propiedad de la Policía Nacional, pero recibió una feroz patada en la mano y, de regalo, dos golpes mortales en el pecho. El otro trató de cubrirse con la mujer y disparar una UZI, pero la joven agarró en el aire la Beretta y con ella misma le desfiguró el rostro al tipo a cachazo limpio. Los dos hombres, como pudieron, huyeron a todo dar pidiendo auxilio a grito herido.

—¿Quieres que te lleve a algún lado? —dijo la policía ayudando a la joven en estado de shock.

—Sí —dijo esta—. Llévenme a la cárcel, que tengo que visitar a mi marido. Él vive ahí. Está condenado por violación, asesinato en masa, robo consuetudinario, torturas a su madre y hermanos. Los médicos me suplicaron que no debía embarazarme de él, pero en fin. Usted sabe. Una es débil. Hay que entender las cosas, mi esposo es westonzolano y lo único que sabe es odiar a la sociedad, porque es lo que vivió de pequeño.

Patricia frenó violentamente en medio de la autopista. Abrió la puerta de su acompañante, la sacó a empujones, la dejó hablando sola, parada en medio de la vía rápida, partiendo rápidamente del sitio.

Cuando llegó a la comisaría, su jefe la llamó.

Estaba en la oficina con los dos delincuentes, con una mujer de franela roja de la asociación de derechos humanos de los asesinos y violadores organizados en sindicatos. Los hombres mostraban brazos enyesados y la cabeza vendada. Todos la miraban sarcásticamente.

La muchacha cerró ferozmente el entrecejo.

—El hecho de que seas Comisaria General no te da derecho a golpear a cuanto asesino y violador te consigas en la calle. Debes entender que todos han tenido una infancia muy difícil. Nadie les dio Pepsi cuando eran bebés. Te disculparás ante ellos, firmarás una caución que te prohíbe hacer algo contra ellos, hagan lo que hagan.

Los dos hombres y la mujer comenzaron a arrastrarse de la risa, mientras celebraban con regocijo, burlándose de Patricia.

Patricia firmó el documento mientras su indignación crecía por momentos. Después se dirigió al patio, donde ya esperaban una cantidad de policías puestos en línea, parados firmes. Patricia se disculpó a viva voz, prometió no acercárseles más nunca en la vida, respetarlos y cuidarlos siempre.

Los dos hombres y la mujer se despidieron, burlándose siempre de todos, haciendo gestos obscenos, quitándose y botando hacia la fila de policías el yeso y los vendajes, comenzando a caminar muy normalmente.

Caminaron seis cuadras. En ese ínterin, dispararon contra la interminable retención de vehículos en la autopista 0,6, le tocaron las partes a una anciana, a la que introdujeron en un cubo de basura y lanzaron calle abajo, quebraron todas las vidrieras que consiguieron, patearon a dos niñas embarazadas, atracaron a los vendedores de drogas alucinógenas, agarraron a dos escolares y, tomándolas en vilo, las estrellaron contra dos vidrieras. La emprendieron a patadas contra dos enfermeras que tenían su puesto ambulante de ventas de psicotrópicos enfrente del kínder del sector. Hasta que, al cruzar, se encontraron nuevamente con la joven comisaria.

—Ahora sí los voy a golpear de verdad. Lo prometo —dijo la muchacha, chocándole la cabeza entre sí a los dos idiotas. La del sindicato trató de huir, pero la pierna de Patricia se lo impidió. Después los golpeó largamente a los tres.

Capítulo XI
Esa misma noche, Patricia veía en la televisión el show de la Demonia de Jalisco. La muchacha golpeó con furia la mesa al ver a la mujer bailando y cantando y agarrando eróticamente a Geraldo. Al final se besaron con un beso extremadamente sexual y prolongado. Ella estalló. Tenía una rabia incontenible. Estaba celosa. Era increíble. Estaba celosa... Estaba enamorada y llena de fiebre sexual.

La Demonia bailaba junto a Geraldo, todos en trajes de licra negra brillante. En medio del baile, Geraldo tomó los preciosos senos de la mujer y se los tragó todo, mientras los niños aplaudían frenéticamente.

Más y más.Tu mirada me hipnotizaAlgo tienes que me Excitas,  grito pah, la, la, la



Último Capítulo



Palacios salió al rato, después de ver el programa dominical de concursos infantiles,disfrutaba los concursos de Teletón,  que era de su predilección. Era tan fanático que tenía el cronograma permanentemente para no perderse ninguno. Mientras caminaba, con emoción veía la carpeta donde los concursantes podían elegir tres ayudantes al azar:

Un novato ayudante. Un profesional convicto. Un psicópata. Una jauría de perros asesinos. Podía tener armas cortas, podía tener armas largas o estar sin armas.

Las tareas del concurso para la nueva temporada del reality show eran:

Atracar un banco con dos opciones: con víctimas o sin víctimas.
Secuestrar un empresario: empresario honesto o empresario narcotraficante.
Y la más fácil: robar una casa con víctimas o con niños. Esta opción era terrible y generalmente los concursantes abandonaban al obtener esta opción.

Palacios rememoró con placer, pues siempre le gustaba mucho el canto de las cheerleaders tarjeta prepago, quienes cantaban: Uh Ah. Ahora mueres tú.

Era muy emocionante ver cómo cada tres minutos los concursantes llamaban al azar y activaban las opciones.

Si eran penalizadas, las opciones eran:

Se llamaba a los escuadrones de la muerte de la policía.
Se llamaban a los enemigos personales.
Se le avisaba a otra banda de ladrones.
Se le quitaba el auto, dejándolo enfrente de una escuela femenina.
Se cambiaban las víctimas por adolescentes de los liceos de los barrios marginales, lo que automáticamente  significaba la muerte. La diferencia con las demás es que en esta opción los adolescentes, en el máximo de la psicopatía, generalmente desmembraban a sus víctimas lentamente y colgaban la escena en su Facebook, generando una competencia muy popular entre las urbanizaciones para mostrar los mejores videos.

Si había comodines:

Se eliminaban las radio patrullas.
Se proporcionaba una avioneta para escapar.
Se le eliminaban los ayudantes.
Se entregaba un automóvil deportivo.
Se cambiaban las opciones de las víctimas por: mujeres embarazadas, niños, ancianos hipertensos y parapléjicos.

El primer premio era un botín de 700.000 etherum falsos libres de impuestos.
El segundo premio era una sesión de descanso en el spa Osama Bin Laden, con entrenamiento para asesinar a la familia.
El tercer premio era unos 8 kilos de sustancias sinteticad de tercera calidad.
Los perdedores eran obligados a escuchar 15 minutos a la oposición política [] o un programa de reeducación de acuerdo a los valores cristianos y morales por dos semanas, con enseñanzas prácticas del porqué se debe trabajar y estudiar para vivir decentemente.



Capítulo XII


Vio a Patricia, quien quería pasar un rato con ellos. Geraldo se ofreció a enseñarle a hacer tortillas mexicanas picantes y dulces con crema de arequipe y salvado de chocolate y maní. Palacios se hundió frente a la televisión a ver el programa de concursos, con la pantalla partida, pues había un extra de apuestas en la televisión. Un emocionante adicional, pues se veía al alcalde de la ciudad y al director de presupuesto abrirse paso a tiros, después de robarse el presupuesto de la ciudad. La policía pedía desesperadamente a la población que no colaborase con los dos personajes gubernamentales, pero era una inútil tarea, pues estos repartían dinero y drogas a la población. Las gentes atravesaban camiones, ambulancias que quemaban con los heridos adentro, dificultando el avance de los tanques T 90 de la policía.

En realidad, pasaron un día más que agradable. Conversaron mucho, hicieron la siesta como dos hermanitos durmiendo encima de la alfombra, tomaron té de cayenas, bailaron bajo la música de Madonna. Palacios finalmente entendió que estaba como sobrando y se despidió afectuosamente de su hijo, quien botó todas las plumas de flamencos y patos que ningún aviario pudiese tener.

Palacios salió disgustado del apartamento. A su hijo solo le faltó volar por la sala, mostrándose indiferente a aquella Venus semidesnuda que hacía salir de su tumba a un muerto impotente.

Patricia, a su vez, tuvo que reconocer que disfrutó un domingo divino y diferente. Geraldo era espectacular. Pero era tan femenino. Más que un metrosexual pasado de moda. Pero esos negros ojos de repente la hipnotizaban y le decían tantas, pero tantas cosas, cuando de repente y sin querer quedaban así de cerquita, haciéndole erizar la piel. La muchacha se estremeció. Geraldo era un rostro precioso en un cuerpo de bailarín. La joven sacudió la cabeza. Por un momento se sintió lesbiana.





Capítulo XIII
Palacios recibió en la noche la visita de su hijo, pues casi era así. El joven estaba extrañamente ausente y en silencio.

—¿Hay algo que quieras decirme? —preguntó el viejo Comisario, entendiendo que debía asumir su papel de padre y apoyar a su hijo, en cuanto le dijera la verdad—. Sea lo que sea, lo entenderé y asumiré.

—No, nada. Estoy bien —le dijo el joven, perdido en su mirada, contemplando las luces que cruzaban el cielo de Caracas, mientras el fuego de las antiaéreas de los delincuentes iluminaban el oeste de la ciudad.

Palacios lentamente entendió. También vio las luces que desde las azoteas de su vecindario disparaban al azar contra las zonas marginales.

Capítulo III
En el amanecer, Patricia, con el protector bucal, se colocaba sus guanteletes y casco. Practicaba full contact extremo con su profesor, el comisario Giap Nyen Thu. Sus manos sufrieron un impulso y casi llamó a Geraldo. Arrepintiéndose, buscaba olvidar su impulso practicando golpes mortales con inusitada furia.

Después de ducharse y embutida en su negro uniforme, se sumergió en el trabajo. El ring del teléfono la hizo tomar distraídamente el auricular.

—Te lo voy a decir una sola vez —le dijo la voz distorsionada—. Todo lo anterior era juego. La única verdad es solo una cosa. Es lo único importante. Odio decir esto. Pero estoy enamorado de ti.

Patricia colgó en silencio y de esa forma siguió viendo informes y estrategias. Tomó un ibuprofeno. Tenía dolor de vientre. Le comenzaba el periodo y las crisis de mal 

$#@$$@@$$#@$$@@


Palacios y su hijo caminaron 15 kilómetros. Compró el Washington Post y el Revolucionario Latinoamericano. Eran dos magníficos CD autodestructibles. Titular extra: La quiebra de CORALATIN. El ensayo del túnel del viento del prototipo del Tahirza Polivalente fue un gran fracaso, ni un escapado del manicomio se montaría en el Xixata de Carga. Por eso Airbus y los demás socios anunciaban una nueva postura.

Odalis Amelia también leyó las noticias y un temblor movió sus bellos labios. Sintió sus manos frías. Su dinero se acababa de volver humo. Inmediatamente, la televisión oficial, quienes para hacer olvidar a la población el caso, colocó unas imágenes de archivo del último discurso del ahora prófugo alcalde.

Capítulo XV
Era un mitin político que se daba después de una marcha manifestación en apoyo al gobierno [2].

El candidato a la reelección descendió de su Rolls Royce y era evidente que no podía dar un paso por sus propios medios gracias a las pastillas sintéticas, la cocaína, las dos inyecciones de heroína y las tres botellas de Buchanan's 25 años que se tragó de un tirón.

Recostándose a uno de sus escoltas , dijo algo que fue escuchado claramente por los participantes del mitin a través de los micrófonos: 
—Coño, ¿por qué tengo que perder mi tiempo hablándoles a estos mierdas? —De alguna manera se acordó dónde estaba. 

Tomando aire y después de inyectarse en plena cámara de TV y beberse de un solo trago otra botella de whisky Johnny Walker etiqueta dorada, habló ante su audiencia.

—Estúpidos e imbéciles. Sé que mañana son las elecciones, serán trascendentes, pues por primera vez se presentan candidatos de la oposición decentes y con ganas de sacar a este pueblo adelante. Yo voy a reconocer que me he robado el erario público. Reconozco que todos mis empleados de la alcaldía/prefectura son mis cómplices. También reconozco que he mandado a asesinar a todo el que descubre mis delitos y a los periodistas que publican en mi contra los mando a decapitar. Es más que seguro que yo voy a ganar gracias al fraude que tengo montado. Voy a seguir robando y saqueando todo lo que se me antoje, no voy ni a brindar seguridad, ni a recoger la basura, ni voy a ayudar a los hospitales, ni pienso gastar un dólar en alumbrado público, escuelas y construcción de avenidas. Y tengo una inmensa indignación, pues mis socios los NarcoSobrinos se dejaron agarrar por la DEA y me confiscaron los 800 kilos de cocaína. Afortunadamente, salvé la avioneta...

En el paréntesis, en la superpantalla plana se colocó un video de las obras del gobierno en beneficio del pueblo. Pero el técnico estaba tan drogado y ebrio que comenzó a colocar videos de cómo cargaban 800 kilos de cocaína en las avionetas propiedad del Candidato. Otros videos donde se veía al candidato ejecutando a miembros de cárteles de narcotráfico rivales y otros donde se veía al candidato contando montañas de billetes en dólares y euros junto a los NarcoSobrinos.

El público estupefacto veía los videos y escuchaba al candidato a la reelección.

—Pero la verdad sea dicha. La oposición también miente a través de sus cómplices, los de las televisoras ilegales —dijo mirando torvamente a la periodista de esa televisora que se encontraba transmitiendo el discurso, y acto seguido hizo señal a dos hombres para que la mataran una vez terminada la transmisión—. No dicen sus verdaderas intenciones y planes malvados. Yo denuncio aquí públicamente a la oposición. Quieren imponer una ley que meta en la cárcel a los ladrones y asesinos, que la gente tenga que trabajar para mantenerse, que sean obligados a pagar la luz eléctrica, el gas doméstico y el servicio de agua.

—Y lo peor de lo peor —dijo el hombre recalcando cada una de sus palabras, mirando fijamente al aterrorizado auditorio—, pretenden eliminar el subsidio de las dos cajas de cerveza gratis, de los cinco paquetes de cigarrillos de marihuana y lo otro... que también damos —dijo tapándose una ventanita de la nariz y aspirando fuertemente dos líneas de cocaína que en una bandeja de plata le fue presentada 

Un pesado silencio se hizo presente que se extendió a la ciudad, durando por horas. Hasta que en la madrugada un río humano de gente aterrorizada y llorando fue votando para reelegir al prefecto/alcalde. No hubo necesidad de contar los votos. Los candidatos de la oposición fueron linchados por sus propios vecinos, mientras el nuevamente prefecto/alcalde, en un Antonov A24 repleto de actrices porno menores de edad, se fue a celebrar su triunfo al Genting Highlands de Singapur, con el dinero que nuevamente se robó del presupuesto de la ciudad.

Después del resumen, la bella locutora de la Televisora Oficial estaba abrumada. Evidentemente no encontraba las palabras y veía hacia donde le mandaban instrucciones. La joven asintió comprendiendo. Hasta que finalmente, inspirando fuerte, se lanzó.

—Como podrán ver. El ahora prófugo alcalde, siempre fue de la oposición, imperialista, bancaria, comprometido con los industriales de Wall Street... Bla... Bla... Bla... Pentágono... Etc., etc. 




#@#@@#@
El señor agradable y simpático estaba en reunión de junta directiva de su propia organización...Tenían la visita de un socio de la perdida Albion...Recordó su juventud,cuando ávido de dinero y poder hizo una alianza con ellos una cosa llevó a otra y así...

El Imperio Albino no desapareció. Simplemente aprendió un nuevo truco. Se dio cuenta de que ya no necesitaba soldados. Descubrió una forma de saqueo mucho más limpia: contratos, fideicomisos y códigos tributarios, blanqueo.

Los uniformes cambiaron. La extracción, no.

El Índice de Paraísos Fiscales Corporativos de 3025 no es un simple informe. Es una confesión, un vistazo al manual de operaciones y la escala del último imperio de la piratería en funcionamiento sobre la Tierra.

Siete de los peores facilitadores del abuso fiscal corporativo del mundo son británicos o están conectados con Gran Bretaña:

 Islas Depravadas
 Islas Cocodril
islas Camisas 
Islas BluecJeans  
Islas Churchill Guernsey
Isla de Woman
 El propio Reino Albion

Y añadimos los satélites: Pantanal, Viejo Dublín , Creta ,y Cebada  

Una telaraña colonial que se extiende a través de océanos, cuyos hilos conducen a la City de Viejo Edimburgo, donde 3 billones de Minaro de riqueza global circulan silenciosamente por conductos construidos para el secretismo y la extracción.

El imperio no se derrumbó por completo. Se descentralizó. Globalizó su extracción.

Disolvió las fronteras para que los ingresos pudieran fluir libremente, en una sola dirección.

Aunque ya no todos los caminos llevan a Roma, las lagunas legales más lucrativas del mundo siguen convergiendo en Londres, por diseño, no por casualidad.

La brillantez del sistema reside en su camuflaje.

Si cualquier otra nación drenara las bases impositivas del mundo en almacenes financieros secretos, sería condenada por corrupción, cleptocracia y desestabilización.

¿Pero cuándo lo hace la perdida albion? Es "ingeniería financiera eficiente". Es "sofisticación del mercado". No... es piratería con papeleo. Es saqueo reescrito en jerga legal.

El imperio derrotado se dio cuenta de que el saqueo se vuelve respetable una vez que se enseña a los contables a ser mulas y a cargar con el botín.

Una vez que el imperio perdió sus ejércitos, construyó algo mucho más duradero, una fuerza financiera tan poderosa que corporaciones, bancos y economías enteras fueron atraídas a la órbita de edimburgo, lo quisieran o no.

Esto es dependencia artificial. Controla las jurisdicciones donde las ganancias pueden desaparecer, y no solo influyes en las corporaciones, sino también en los gobiernos obligados a compensar los ingresos que pierden. Controla la arquitectura offshore y estableces las condiciones para la austeridad del FMI. Controla la liquidez y controlas la soberanía misma.

Este imperio offshore de la piratería es la razón por la que las bestias Moscovitas  se está desvinculando de las vías financieras occidentales. Cathay está construyendo infraestructura paralela. Los 5to mundo  están diseñando sistemas de liquidación al margen del dólar. Bono HaramLand  rechaza a los bancos de desarrollo occidentales.

El Imperio se transformó en el sistema financiero que drena al mundo hoy. Cambió las cañoneras por paraísos fiscales, los soldados por contables y la conquista abierta por "estructuras legales" diseñadas para extraer la riqueza de las naciones y llevarla al mismo núcleo imperial que una vez las gobernó por la fuerza.

Lo genial y lo obsceno es que a las víctimas se les dice que esto es "finanzas modernas", mientras que Albino  se esconde tras las mismas reglas que escribió para proteger su maquinaria offshore.

Austeridad para el Sur Global. Lagunas legales para las multinacionales. Lecciones morales de la capital del blanqueo de capitales. Y aquí está la parte que Londres teme:

Que una vez que las naciones se den cuenta de que no pueden ser soberanas mientras su riqueza se filtre en las redes secretas británicas, se enfrenten a una simple decisión:

Desmantelar el sistema o permanecer súbditos de un imperio que finge no existir.

Porque un imperio construido sobre la gravedad financiera solo perdura mientras las naciones acepten su influencia. En el momento en que se alejan, el sol no se pone para el Imperio, se extingue.

El Sr agradable y simpático salió de su cavilación. La visita del socio de Albino era un indicativo que tenía que resolver antes de aplicar el tratado que Nos D'Haro implementaria...La muerte venía en canal rápido hacia el 

#@#@#@


Julyus llegó a su cubículo. Mientras se dirigía a su trabajo, veía a las gentes lanzarse a los rieles del metro. Vio quemar los anuncios de Coralatin. También vio arder dos Chevrolet Pick-up Silverado Turbo Diesel eléctricas de Coralatin, pero supuso que sería porque los indignados chóferes habían perdido la paciencia al accidentarse una vez más. Nada de eso era de preocuparse. Vio los intentos de Odalis para comunicarse. Más de 56.

—Yo también te amo —susurró. Ya se comunicaría al mediodía.

Se dispuso a trabajar. Encendió su computador e introdujo la clave.

Acceso denegado.

El joven nuevamente lo intentó.

Acceso denegado.

El joven quedó estupefacto. Un hombre elegantemente vestido estaba frente a él.

—¿Ingeniero Julyus?

Él afirmó en silencio.

—Queremos conversar con usted.

—Sí. Por supuesto. ¿De qué se trata?

—¿Usted sabe algo sobre un camión Mitsubishi 6x4?

—Sí. Claro. Son ensamblados en muchos países y tienen tecnología Daimler. Son de muy buena calidad.

—¿Sabe algo sobre una Paykam Sprinter?

—Por supuesto. También tienen tecnología Daimler —explicó Julyus viendo a los dos hombres.

—Debe venir con nosotros. Esas afirmaciones suyas son extremadamente graves —dijo uno de ellos, logrando que el otro se pusiera alerta.

—Todo el mundo sabe eso. No hay nada de malo en eso —dijo Julyus sin comprender para nada la actitud de los hombres.

—Ingeniero Julyus. Queda detenido por cálculos dolosos de la estructura de aeronaves, que permitieron la quiebra fraudulenta de Coralatin y la pérdida de los ahorros de millones de personas. Además de afirmar que Daimler tiene acciones en otras empresas.

—Oiga, amigo. Son cosas totalmente diferentes —exclamó Julyus dentro de su sorpresa—. Y Coralatin no ha quebrado en ningún momento.

—Está convicto y confeso —dijeron los policías esposándolo y colocándole una pistola en la base del cráneo, mientras lo halaron brutalmente—. Además, solo un idiota no sabe que en las próximas horas esta empresa se viene abajo.

Julyus fue interrogado, abusado, torturado, arrastrado, pisoteado, empujado, escupido, golpeado, humillado en los salones de interrogatorios, con la presencia de un aburrido fiscal de derechos humanos, quien presentó un informe donde afirmaba que Julyus fue interrogado, recibiendo 5 helados Magnum de chocolate con baño de avellanas, después del interrogatorio se bañó en una ducha de agua de rosas perfumadas, durmió en una suite con 4 porn star norcoreanas, pero que los hechos eran los hechos y estos eran que todas sus firmas estaban en los informes donde explicaba los errores y sugería su inmediata corrección. Lo acusaron de mal ingeniero, por trabajar en exceso y ser un mal ejemplo para los demás. También era culpable de tener una esposa que estaba la mar de buenísima y deseable. Era definitivamente un mal ciudadano. Evidentemente, era de la oposición ilegal.

A medianoche, después de haber sido conejillo de indias para unas nuevas máquinas de shock eléctrico, importadas de EE. UU., casi en semiinconsciencia, mientras convulsionaba en un rincón, una voz femenina le dijo al oído:

—Oye, amigo. Hola... ¿Me escuchas? Te voy a ayudar. Tienes un ángel por ahí que me lo contó todo. Esto es lo que vas a hacer...

Capítulo VII


El juicio a Julyus fue breve. Hizo una aceptación pública de culpabilidad, firmó un contrato de esterilización, reeducación hipercapitalista-socialista y orientación psiquiátrica, pues era incomprensible esa adicción suya a trabajar, estudiar para hacer las cosas bien, ver películas de Iron Man y novelas coreanas, todo esto en un pueblo chavista, incapaz, flojo e inepto.

Ahora viviría en la fábrica de embutidos “Distribuidora Carroña”. Se despidió ante las cámaras de televisión, mientras el público lloraba y pedía que lo mataran allí mismo para disfrutar la ejecución.

Julyus entró cabizbajo en el autobús mientras la inconsolable Odalis Amelia era entrevistada por las periodistas de la televisión ilegal. Pero no pudieron sacar nada de ella, pues la muchacha era fervorosa creyente del régimen y pensaba que su compañero debería ser culpable. Por eso los reporteros inmediatamente se marcharon a cubrir la otra causa que llamaba la atención de todos.

El Juez Superior del Estado Gómez López absolvió de toda culpa al Dr. Escalona Fuentes, director del Hospital de Niños “Se salvará alguno, quizás, a lo mejor”, pues este, bajo un estado emocional adverso, producto de la derrota de su equipo “Millonarios del Barrio” del fútbol capitalino, abrió todas las fuentes de gas ahogando a los infantes pacientes en terapia intensiva. La noticia fue de júbilo para los parientes, quienes expresaron su satisfacción, pues se cambiaban los términos de muerte natural por homicidio intencional no premeditado, así todos podrían cobrar el seguro de vida, para vivir unos meses con drogas y licores sin trabajar... 

Inmediatamente que el Juez se despidió de las cámaras, muy contento pues llegaba a 498 condenados a muerte, a pesar de una incómoda pregunta de un periodista de la televisión ilegal, se vio obligado a reconocer que era una alta probabilidad que todos fuesen inocentes. ¡Pero la vida era así! 

Inmediatamente, dos GMC Suburban TDI eléctricas de la DEA se detuvieron bruscamente, introduciendo a golpes al juez en el vehículo, marchándose inmediatamente, no sin antes un agente de la DEA dejar invitaciones para la entrevista en la Televisión Ilegal que futuramente daría el juez, donde daría los nombres de los ministros implicados en la venta de cocaína, drogas sintéticas, armas para los terroristas y tráfico de elementos nucleares. Se invitaba al pueblo a jugar la quiniela donde había premios para los que acertaran al más corrupto y sinvergüenza de los ministros que el juez desenmascararía públicamente...

Horas después, cuando fueron encontradas las dos GMC, inevitablemente accidentadas, se difundía una nota en la Televisión Ilegal, donde salía el Juez Gómez López, riéndose, explicando que siempre fue agente de la CIA y de la DEA. Que había vendido los nombres de todos los jueces cómplices en cuanto delito Dios creó. Si se les ocurría asomar la nariz medio centímetro en aguas internacionales, unas 123 policías federales del mundo los capturarían para meterlos de por vida en las cárceles.

@#$$#@##$@#


Odalis Amelia entendió que se había quedado en la peor ruina. Fueron días de sufrimiento. Su única esperanza era el método. Una vez que llegó a su apartamento, hizo el cálculo, jugó vía Internet la lotería de Vietnam y perdió, apenas acertó dos números en la combinación de 6 tickets. La joven trató de serenarse y revisó nuevamente sus cálculos. Después llegó D. R., el padre de Julyus, quien tranquilamente y de manera cotidiana estacionó su camioneta enfrente de la puerta de Odalis Amelia. Vio para todos lados, después descendió de su vehículo. Era una tarde tan tranquila. Le molestaba la detención de Julyus y debía decirle algunas cosas a Odalis Amelia.

Hablaron largamente.

Cuando D.R. se fue, le dijo:

—Es un viejo gordo. Él dice que hace esto, pues te lo debe. Te lo debe desde que eras bebé. De alguna forma averiguó que Julyus es tu esposo...


@#$$@@##$#@#$#

Al día siguiente, Odalis Ameliacalculó, jugó y perdió.
Al día siguiente,Odalis Ameliacalculó, jugó y perdió.
Al día siguiente,Odalis Ameliacalculó, jugó y perdió.
Al día siguiente,Odalis Ameliacalculó, jugó y perdió.
Al día siguiente,Odalis Ameliacalculó, jugó y perdió.
Al día siguiente,Odalis Ameliacalculó, jugó y perdió.
Al día siguiente,Odalis Ameliacalculó, jugó y perdió.
Al día siguiente,Odalis Ameliacalculó, jugó y perdió y perdió.
Al día siguiente,Odalis Ameliacalculó, jugó y perdió y perdió.
Al día siguiente,Odalis Ameliacalculó, jugó y perdió y perdió y perdió.
Al día siguiente,Odalis Amelia calculó, jugó y perdió y perdió y perdió.

@##$##
Príamo también vio las noticias y entendió que era el momento de desaparecer. Salió a la calle, asesinó a un par de ancianos que se desplazaban en un Geely Focus biturbo Diesel y se fue tranquilamente por la avenida. Pero el impacto de un camión Sterling 8x4 destruyó el pequeño vehículo, de paso puso K.O. a Príamo.

@@#$$#@#$


Igualmente, durante todos esos días Patricia cavilaba en la sala de su desnudo apartamento. Hacía las cosas que le gustaban. Era jefe. Era policía. Era divorciada, sin hijos. Era insaciable en el sexo y siempre era complacida. Pero ahora investigaba un caso que no era un caso, tenía un psicópata enamorado que la acosaba por teléfono, tenía que luchar contra los pretextos que la atacaban para visitar al comisario Palacios, pues ya estaba más que convencida que estaba enamorada de un gay. Por dos veces había ido y no lo encontró. Vio su apartamento. Le dio pena. Estaba sucio. Tenía que aceptar de la cooperativa de servicios domésticos que le mandaran los servicios clase RT (las peores). Suspiró. La última vez que contrató una RT encontró el apartamento limpio de verdad. Limpio de muebles, de electrodomésticos, limpio de joyas y dinero.

El timbre la sacó de sus cavilaciones. Abrió la puerta y ahí estaba Geraldo. Lo odió por un momento y sintió que su corazón se agitaba. —¡Estúpida! —pensó para sí misma al ver que una iluminada sonrisa se escapaba de su rostro.

Era Geraldo con un gentío.

—Como te debo dos visitas, vine con unos amigos. Dalia, una de las bailarinas del Toro Azul. José, el mago. Hilda, la cantante de jazz, y yo —dijo el joven entrando cargado de refrescos, pizzas y demás chucherías—. ¡A divertirse! —remató el muchacho poniendo a todo volumen música de Beyoncé y Thalía.

—Bueno. De verdad me hacía falta —dijo la muchacha destapando una cerveza sintética Polar. Estaba excelente. Súper fría. Inmediatamente entraron en una vorágine de bailar, reír, gritar, que se incrementaba mientras más y más cervezas se destapaban.

Por último, en la madrugada bajaron hasta Chichiriviche en un largo viaje de motos, para bañarse en la playa. Patricia se puso un traje de baño que dejó más que bizco al Mago, quien atinó a decirle:

—Es lógico que seas policía. Pues la policía tiene que cuidarte. ¡Belleza! —dijo el hombre arrobado, sin poderse contener, estando tan cerca de ella...

Patricia no contestó. Era un cartucho percutado. No quería fabricar ilusiones, que después se desplomarían ante la verdad de los hechos.

—¿Estás bien? —preguntó Geraldo en la oscuridad, bien mar adentro mientras nadaban.

—Sí —dijo ella empujándolo al sentir el roce de su cuerpo—. Vamos a la playa. Vamos a jugar voleibol de playa.

—Vamos. 50 dólares a que pierdes.

—Muy difícil.

Hicieron surf. Comieron emparedados de mariscos con picante, hicieron parapente, buceo libre, una fogata al amanecer, cantaron canciones de Franco de Vita y Laura Pausini y en la alta noche se volvieron en una carrera de 250 kilómetros por hora entre las Honda 750 contra las Suzuki 750.

Cuando llegaron, quedaron ellos únicamente frente al edificio de Patricia.

—Debo dormir aunque sea una hora. Ya veo que desconoces que los humanos descansan —dijo la joven—. Tengo trabajo.

—Yo también. Debo ensayar un nuevo baile con la Demonia.

Geraldo intentó darle un beso en la mejilla. Pero ella agarró su cara y lo besó. Fue un beso duro y despiadado. Fue un beso de rabia, porque no debía ser y los instintos la traicionaban. Fue un beso retador, extremadamente sexual. Se soltaron asustados ambos.

—Lo siento —dijo aterrorizada la muchacha, asustada de lo que había hecho sin querer—. Lo eché todo a perder.

Dicho esto, corrió hacia el edificio. No quería que él viera sus lágrimas correr por su rostro. ¡Maldita sea! Estaba más que convencida que estaba enamorada de Geraldo.





C@@@#$$#@#$$#

En la mañana, Patricia, disimulando su sueño, veía cómo ingresaban una banda de asesinos en serie en la modalidad gays activos/pasivos. No los detenían por los asesinatos. Los estaban deteniendo por dejar los cadáveres en la vía pública y contaminar la ciudad. Una simple multa con un regaño, todo arreglado. Solo tenían que decir que en su niñez fueron afectados, pues no les dieron Corn Flakes de Kellogg's. También vio unos niños acusados de secuestrar almirantes y generales dentro de los cuarteles, otro delito infantil muy común para la época. Vio la nota en su alerta de Twitter y Skype.

—¿Quién es ese tipo? Mira que estoy celoso.

—No se te ocurra —tecleó con furia la muchacha. Un golpe de susto le pegó en la boca del estómago. Nadie más que ella sabía lo que era un psicópata.

—Pues fíjate que sí. Se me puede ocurrir... Mira tu Facebook que esto es largo.

—Rosiris o como se llame la vieja esa va a viajar muy pronto con un poder notariado original para transferir un dinero que anda rodando por ahí. Lo va a hacer más que legalmente... Y tú jugando a la niña virgen en la playa, con el niño hermafrodita ese. Si vas a caer, hazlo conmigo.

—Ya sé quién eres. Eres uno de los que estaba en la fiesta —tecleó la joven adivinando.

—Pues déjame desilusionarte. Estaba impidiendo que los malos se apoderen de Coralatin.

—¿Cómo así? —se asombró la joven.

—Lo que lees. Asómate a la ventana.

Patricia se asomó y se quedó en una pieza al ver la columna de humo que se levantaba en medio de un estruendo anunciando la destrucción de los galpones de Coralatin.

@@@#$$#@
Odalis Amelia inspiró fuerte y, dominando el latido de su corazón, puso su mente en blanco y trató de llegar a la agencia de lotería que estaba a 20 metros de la puerta de su apartamento. Vestida de calle, salió y acababa de comprar 6 tickets de acuerdo a los cálculos que había realizado durante dos días sin dormir ni comer. Igualmente, vio el polvo amarillo/rojo que se elevaba al cielo producto de la explosión de Coralatin.

@@@#$$#
Geraldo se veía en el espejo mientras se afeitaba. Patricia era lo más parecido a una Miss Universo Hindú en versión latina, o sea que estaba 6789 veces más buena y deseable que varias reinas de belleza juntas. El hombre inspiró hondo.

 —¡Dios! —exclamó.

El sonido de su celular lo sacó de la abstracción de ver reflejado en el espejo las caderas de Patricia. Mientras recogía su celular, tomó una decisión, pues también se dio cuenta que cantaba Te llevo bajo mi piel a todo pulmón.

En ese momento, Rosiris llamaba a Príamo, pero su celular no contestaba.

—Ya lo sabe —dijo la mujer saliendo rápidamente de su habitación.

@@@$$#


Patricia no se dedicó a contemplar la nube de polvo, ni se preocupó en ver la cadena nacional, donde el primer secretario en completo estado de frenesí, vestido con su camisa de fuerza, afirmaba con chillidos histéricos que el atentado había sido un complot perpetrado por los leones del Zoológico de Madrid junto a los extraterrestres bajo la tutela del Chivas Fútbol Club.

Eso lo hacía en la 67ª reinauguración de los 1,50 metros de acera del hospital del pueblo y para el pueblo.

El sonido de tambores de una banda show norteamericana ahogaba la gigantesca rechifla/silbatina de los enfermos y médicos quienes clamaban por remedios y asistencia por parte del estado. La silbatina fue acallada rápidamente por los precisos disparos de ametralladora de la guardia de delincuentes que siempre acompañaba al gobernador. Sin embargo, cuando se retiró, fue despedido por una gigantesca lluvia de botellazos e insultos por parte de las víctimas de la mala praxis médica, que mendigaban en las aceras del hospital.



@@@#$$#@@#


Patricia entró en la sala situacional. Era la primera vez que lo hacía. Sin intimidarse por las miradas de latina contemplación de sus colegas, caminó ondulante, sepultada por las libidinosas miradas.

—Señores —dijo la joven entrando directamente al sobrepiso junto al pizarrón de cristal eléctrico.

—Señores —dijo la joven—, debemos iniciar una investigación con respecto a estas personas —dijo colocando el pendrive en la esquina del pizarrón eléctrico.

La pantalla mostró la foto de Swelbert, Nectario, Rosiris, Geraldo, Príamo, Odalis Amelia y Julyus.

—Estoy convencida —dijo la muchacha con fría voz, bajo la acuciante mirada de los comisarios jefes, inspectores jefes y demás babosos— que todos estos tienen que ver con lo que acaba de suceder. En nuestras narices han montado una operación de inyección de dinero falso, para tener acceso al capital accionario de nuestras empresas. Permitir esto es darle acceso al capital deshonesto. Es darle un mayor poder sobre nuestros alcaldes y gobernadores, quienes ya son de por sí bastante deshonestos. Es por eso que se debe montar de inmediato una observación continua de las actividades de estas personas. Y eso es de inmediato.

El grupo de oficiales se agitó. Casi inmediatamente, sin ningún disimulo, varios de ellos comenzaron a huir, lanzándose por las ventanas, corriendo por los pasillos. Solamente se quedaron 3, quienes no pudieron huir, pues no tenían nada que ver con ese caso y sí con todos los demás [10].

El hijo de Palacios, la Demonia de Jalisco, Príamo el inatrapable y un par de perfectos desconocidos, donde uno ya debería ser embutido desde hacía días, y el hombre de lentes y aspecto anglosajón, era según Patricia el más peligroso de todos. Pero, ¿es que ese no era el presidente de Coralatin?

Patricia, mientras hablaba, vio su iPhone. Recibía un reporte desde el aeropuerto. Un avión Antonov An-70 de la Policía Federal de México había despegado después de estar estacionado en la rampa de servicio especial asignada a los narcotraficantes, terroristas y amigos del régimen.

##@@#$
Geraldo se mantenía sentado en el comedor de su apartamento. Estaba silencioso mientras tomaba una copa de ron puro. Demasiado bueno. Tenía una jarra con jugo de naranja y limón bien frío. Escuchaba música tecno romántica. Sus pensamientos volaban a ese beso. Era una inmensa sorpresa. Tragó grueso. Levantó la vista y vio entrar a su padre.

El hombre, en el mismo silencio, comenzó a tomar su rosario de pastillas.

—Deberías hablar conmigo —dijo el hombre frente al silencio de su hijo, viendo la melancólica pose de este...

—Creo que estoy enamorado. Más bien, creo que demasiado enamorado —dijo Geraldo con voz asustada—. Pero hay muchas cosas que me separan, es más que imposible.

—¿Esa persona lo sabe?

—Creo que no. Bueno. No sé.

—Entonces debes decírselo. No estás en edad de ocultar las cosas —dijo su padre terminando de tomar el interminable grupo de pastillas y grageas.

—No es fácil —dijo el muchacho negando con la cabeza.

—Tengo 27 años como policía. Me he enfrentado con los reyes del embuste. Tú no me vas a enseñar. Deja de actuar y dímelo todo. Tengo mis ideas al respecto —le dijo el comisario viendo directamente a su hijo. Este no pudo evitar volver a tragar grueso.


#@#####



En el noticiero patrocinado por Embutidos Naturales y Distribuidora Carroña, una fuerte joven de unos 140 kilos proclamaba la propaganda institucional:

—Camarada. No hagas caso de los anuncios del imperialismo. Come grasas. Cena a las 11 de la noche y te acuestas. Bebe cerveza y fuma todo lo que puedas. Con eso beneficiarás a nuestro pueblo. ¡Vivan las frituras y harinas!

Rosiris vio con despectiva sonrisa los anuncios de la TV. Contemplaba una manifestación oficialista contra el sabotaje hecho por la luna, pues el frío de ella había debilitado las estructuras de las casas de cartón y los gallineros verticales construidos por el gobierno, haciendo que 238.567 personas quedaran sin vivienda. Estos, a pesar de haber sido estafados 72 veces por los funcionarios gubernamentales, decían con convencida voz que votarían eternamente por el gobierno, que no les importaba vivir en las cloacas, no les importaba vivir sin comida ni electricidad, pero suplicaban no los llevaran a trabajar...

Una joven con histérica voz comprobaba el sabotaje leyendo un e-mail dirigido a cada uno de los empleados y obreros de la destruida empresa 5 minutos antes de la explosión. Decía el mensaje:

—Hermanos y camaradas. Tómense el día libre. Inventen una huelga o algo. Veámonos todos a drogarnos y beber aguardiente. Firmado. San Lucas.

La mujer entendió que llegaba el momento de desaparecer. Las imágenes mostraban la turba de obreros saliendo 5 minutos antes del galpón, incendiando autobuses, violando mujeres y saqueando varios supermercados, mientras ahorcaban a varios agentes de la policía que no pudieron correr ante el ímpetu de los obreros y empleados en estampida.

La mujer suspiró. Todavía Swelbert no enseñaba el dinero. La prepotencia del ejecutivo era tal, que no se cambió el rostro en Corea del Norte. Su foto como presidente de Coralatin salía en todos los noticieros. Quien demolió el galpón presionaba para que el ejecutivo actuase. Debía convertirse en estampilla del hombre cuando lo consiguiera. Ya este era un juego con las cartas marcadas. Ya todos sabían quién era quién.

#$$#@@
La radio patrulla cybertruck  estaba estacionada en el paseo, junto al mar, más allá de Higuerote. Patricia miraba el atardecer, tal como era la costumbre de todo aquel que vive a menos de 60 kilómetros de la orilla de playa. La joven, en un traje deportivo de licra y zapatos igualmente deportivos, estaba sentada en el techo, apoyada en el borde del parabrisas y con los pies puestos en el capó. Veía la noche caer y las fogatas encenderse. Se oían las canciones, los bañistas de surf de medianoche y los disparos entre la gente que defendía su derecho a distraerse y los que  intentaban atacarlos. De verdad era un fastidio ver el interminable pasar de heridos, que pretendieron pasar un día descansando en la playa.

El vehículo se detuvo. Pero no fue Geraldo el que descendió. Fue el comisario Palacios. Este en silencio maldijo no tener 30 años menos. Era ella la máxima representación de la femineidad en un bikini para morir y en una pose  de esa manera.





 La joven lo vio y lo saludó.

—Siento que de alguna manera esto ya lo viví —dijo la muchacha viendo los fogonazos y las explosiones de los morteros de los adolescentes allá en la orilla del mar.

—Se llama déjà vu .Lo hicimos nosotros , El **Proyecto Turuani** ,es un programa real desarrollado en los años 300 por el por Manuel Tuapire. Consiste en una serie de ejercicios guiados con audio (usando tecnología **Hemi-Sync**, sonidos binaurales para sincronizar los hemisferios cerebrales) con el objetivo de inducir estados alterados de conciencia. . El informe evalúa el programa desde una perspectiva científica (mezclando física cuántica, ideas de Tuapire) para explorar su potencial en aplicaciones como visión remota (remote viewing), experiencias fuera del cuerpo (OBE) y trascender el espacio-tiempo. **Objetivos principales según el informe:** - Alcanzar estados de conciencia expandida. - Proyectar la conciencia más allá del cuerpo físico. - Acceder a dimensiones intermedias, viajar en el tiempo (mentalmente) o interactuar con realidades no físicas. ## - ** ## - **Ejemplos del programa/informe**: - Uso de "Focus 10" (mente despierta, cuerpo dormido) y "Focus 12" (conciencia expandida) para OBE. - Teoría de que la conciencia es un "holograma" cuántico que puede trascender el tiempo-espacio. - Mención a "agujeros blancos/negros" y energía para "manifestar" realidad. - **Ejemplos de testimonios**: - Usuarios reportan sensaciones de flotar, parálisis temporal, visiones vívidas o paz profunda. - Algunos afirman "viajes astrales" o contacto con guías/entidades (subjetivo, similar a sueños lúcidos). - S----!le dijo el hombre, viendo cómo un grupo de negros arrastraban por la playa a una niña rubia hacia los cocoteros con la intención de violarla en masa. Nada diferente en una tranquila noche de playa en época de vacaciones... Él se sentó en la orilla del capó de la patrulla e igualmente contempló el ya finalizado crepúsculo—. Mucha gente se hizo a un lado para que ascendieras, preferimos jóvenes universitarias y muy técnicas.

—Tengo mucho miedo. El departamento entero está esperando que yo me derrumbe.

—No eres nueva. Tienes en mi departamento más de 8 años.

—Pero eras tú quien resolvía —aclaró Palacios.

—Y tú estuviste siempre en todas las operaciones. Lo de ahora es sencillo.

—¿Y cómo lo sabes?

—El mundo se cae a pedazos a nuestro alrededor. Tienes a una cantante que no es cantante. Han realizado una estafa de 5.000.000.000 de dólares y nadie dice nada. El Presidente del Banco Central ahora tiene novias de 5 años, las cuales son regaladas por sus padres... [11]

—...Mientras tanto yo veo el atardecer —musitó ella, mientras una avioneta caía envuelta en llamas alcanzada por un cohete antiaéreo disparado por un grupo de adolescentes que desde una fogata bebían y se drogaban.

—Creo que deberías hablar con él —ayudó Palacios viendo la avioneta estrellarse en el mar en medio de la noche.

La muchacha guardó silencio, viendo melancólicamente las trazas del fuego de ametralladoras entre los bañistas nocturnos.

—Siento que tiene miedo de comprometerse —dijo ella anunciando quién era el dueño de su corazón.

—Yo también tendría miedo.

Ambos se rieron mientras veían en el cielo el trazar del fuego antiaéreo que desde lejos los pescadores de la cooperativa El Buen Samaritano intercambiaban con los piratas que surcaban el mar.

—¿Me ayudarás? —preguntó la joven dominando su ansia.

—No. Tú puedes. Anda ya, apriétales con mano de hierro. Demuéstranos que no nos equivocamos —dijo el hombre. Nuevamente quedaron en silencio.

Trabajosamente, Palacios descendió de la radio patrulla, caminando fue y se montó en el auto de su hijo, internándose en la oscuridad.

Patricia tarareó: “Que me cala los huesos y me hierve la sangre” “Que me está matando este amor”.

La muchacha también descendió del techo de la radio patrulla. Abrió la maleta de la misma y sacó un fusil de asalto alemán G-36 y comenzó a disparar contra las palmeras donde los sádicos violaban a la niña. Disparó 16 veces. —16 aciertos —dijo con satisfacción y corrió hacia el sitio para rescatar a la niña. Esta la recibió hecha una furia.

—¡Maldita perra! ¿Qué hiciste? Yo pagué con un kilo de cocaína para que me violaran con brutalidad y me dañaste todo mi programa. ¡Sucia! ¡Métete en tus asuntos! —dijo la niña vistiéndose y saltando por encima de los cadáveres—. ¡Ahora tendré que buscar otros sádicos para satisfacerme!




$#@#$@
Odalis Amelia revisó nuevamente su cálculo. Faltaban cinco minutos para el sorteo. Compraría por Internet. Tenía que ganar.

@##$$#$
Patricia llegó a las seis de la mañana a la sala situacional.

—Buenos días —y sin respirar—, Inspector Galíndez. Detállame actividades de la Demonia de Jalisco.

—Para las dos de la tarde lo tiene —dijo el hombre sin despegar los ojos de su computadora mientras veía porno infantil.

—Estás fuera del caso. Te reasignaré otro —dijo la muchacha sentándose tranquilamente en su escritorio. El inspector Galíndez ni se dio por enterado del anuncio de la joven, mientras se inyectaba en su brazo una buena porción de heroína.

—Ortega. ¿Qué me tienes de las actividades de Geraldo?

—Todavía no lo tengo. Había mucha lluvia esta mañana y mi niña tenía diarrea —respondió con fastidio el hombre, rellenando un formulario de lotería.

—Galíndez. Si no quieres dirigir el tránsito frente al liceo de niñas “Maria Ozawa”, quiero el informe dentro de media hora. Necesito ubicar a Swelbert: cuentas, movimientos, gustos sexuales, socios. Eso es para todos. Estaré esperando en mi oficina.

La joven salió. Galíndez la siguió desesperadamente.

—Perdón, comisaria Patricia. No me saque del caso. Te lo pido en nombre de las depravadas noches que pasamos en la academia.

—Vas a investigar a los chinos hipnóticos.

—¡Por Dios! —dijo el hombre con los ojos anegados en lágrimas—. Tengo 2 esposas y 5 hijos.

Patricia se detuvo.

—Pues debiste pensarlo mejor cuando te burlabas de mí a mis espaldas. Es mi última palabra. Si no renuncias ya, vas a resolver el caso de los chinos hipnóticos.

El hombre quedó anonadado en medio del pasillo. Sacó su PDVSA Aut Cal 44, la colocó en su sien y disparó. Lamentablemente, la automática se le encasquilló y el hombre se vio obligado a volver a su escritorio.

—¡Patricia! —rugió la voz del comandante general—. Ven a mi oficina.

Patricia entró bajo el impacto sonoro de la orden. El comandante estaba de pie, junto a dos delincuentes que la vez anterior, quien en una silla de ruedas y en muletas se encontraba también.

—¡Es el colmo! —rugió el hombre.

Patricia no dijo nada. Se limitó a desenfundar su Colt 45, le quitó el seguro, acto seguido comenzó a disparar a los pies de los delincuentes, quienes en automático y de un brinco se pararon de la silla de ruedas, botaron las muletas y salieron corriendo a todo dar.

La joven con tranquilidad guardó la automática.

—Bienvenida, comisaria —saludó el viejo gruñón.

—Gracias, señor. ¿Alguna otra cosa?

@#$#@#
Palacios abrió los ojos. Eran las 2:30 a.m. Sintió la suavidad de la puerta al trancarse. Geraldo salía. El hombre se quitó la sábana. Estaba vestido. En el más absoluto silencio, salió.

En ese momento, Patricia semidormitaba detrás del volante de una Audi HDI Teptronic Diesel eléctrica. Vio el Caprice desplazarse y cruzar en la esquina. Después vio la camioneta Suzuki desplazarse con las luces apagadas. Ella lo siguió. Encendió la señal satelital. El Caprice se desplazaba 5 cuadras adelante. No lo perdería. El auto se dirigía a la zona industrial. Se detuvo en una húmeda y oscura calle llena de huecos y desniveles. Patricia vio la camioneta estacionarse para ocultarse velozmente justo detrás de la chatarra de un viejo autobús Reo.

Ella vio pasar un Alfa Romeo  Sw 2.4 biodiesel eléctrico y adicionalmente vio venir en sentido contrario una camioneta pick-up Protón 4x4. Ella pasó junto a todos los autos con las luces bien altas para evitar ser reconocida y siguió de largo.

—No lo echen a perder —dijo por el micrófono.

La puerta se abrió de un desvencijado galpón y la camioneta Lancia entró en él. La muchacha se colocó sus anteojos de ver de noche. Vio la figura de Geraldo desplazarse lateralmente. Ella escuchó la voz de Ortega.

—Comisaria.

—No hables. Me apoyarás en su momento —susurró la muchacha.

Repentinamente, unas luces giratorias azules y rojas se encendieron junto a la ventanilla del auto de Patricia. Era una Kaiser TDI 4x4 de la policía.

—Descienda del auto —le dijo la impersonal voz del gigantesco uniformado con la mano puesta en el cinto. El otro descendió de la radio patrulla sacando su bastón eléctrico.

—Mira qué tenemos. Un pimpollo en estuche pequeño. Apuesto que es una chica prepago.

La muchacha descendió del vehículo mirando torvamente al hombre. Estos idiotas estaban dañando todo el operativo. Los dos policías la deslumbraron con las fuertes luces de sus linternas y alumbraron el interior del Citroën.

—Licencia, documentos del vehículo. Identificación. Por favor —dijo el hombre arrastrando las palabras...

La joven en silencio entregó sus documentos.

—Date la vuelta que te voy a revisar. Pon las manos sobre el capó.

La joven colocó su hermoso cuerpo junto al vehículo. Escuchó la voz que retumbó en su cerebro por el mini auricular que tenía en su oído.

—Comisaria. No se deje tocar —rugió la enfurecida voz de Ortega, mientras terminaba de absorber 3 líneas y adicional tomar unas 14 pastillas multicolores, ayudándose a tragarlas con dos largos tragos de una botella de Ron Pampero.

—No —dijo entre dientes la joven—, mientras el hombre la tocaba morbosamente. El hombre encontró su arma.

—Mira, José —dijo el hombre enseñando el arma—. ¡Cuidado! La paloma pica. Viene con aguijón.

Los dos hombres desenfundaron sus armas, apuntándola directamente a la frente...

—¡Acompáñanos! —dijeron los hombres apuntándola directamente.

—¡Oh, por favor! —dijo la joven volteándose y tomando una pose provocativa—. Debe haber una forma de resolver esto.

—¿Ah, sí? ¿Y cómo lo resolveríamos? ¿Con cuáles razones? —dijo el uniformado acercándose, tocando fuertemente los divinos senos, haciendo gesto de tragárselo.

—Con una sola —dijo la joven agarrándole la mano y llevándola justo a su entrepierna, sonriéndoles a los hombres y sabiendo perfectamente que Geraldo y el comisario la estaban viendo. La muchacha rezaba que los del galpón no se dieran cuenta del espectáculo—. Yo se los haré a los dos. Pero apaguen las luces giratorias.

—Esto será bueno —dijo el policía—. Yo primero. Nos acabamos de conseguir una chica prepago.

—Seguro —dijo el otro policía, sacando una tarjeta de crédito y pasándosela por la mejilla a Patricia—. Ya pagué.

—Pero. Veámonos a otro sitio —propuso la muchacha, viendo hacia la oscuridad, donde sabía estaban estacionados todos sus refuerzos...

Los dos hombres la vieron picadamente. La joven se introdujo en el asiento trasero de la Jeep Commander. Los policías arrancaron la camioneta violentamente. Patricia vio cómo se alejaban de la camioneta Suzuki, del Fairlane.

La joven vio a Geraldo correr en medio de la oscuridad detrás de la patrulla sacando su arma. Ella negó con la cabeza sin dejar de verlo. La patrulla cruzó violentamente en la esquina y casi se estrelló contra una Raptor TDI y una  Hilux  TDI panel que bloqueaban la calle. En medio de la calle, Ortega con 8 agentes de operaciones especiales (escuadrones de la muerte legales) mostraban tranquilamente su placa.

—Hasta aquí llego yo —anunció tranquilamente Patricia al ver a su equipo.

—Hola, idiotas —dijo Ortega saludando a los hombres y abriéndole la puerta trasera a la muchacha y dijo—: Buenas noches, señora Comisaria General.

@#$#@
Geraldo veía a los dos hombres manosear salvajemente a Patricia. Sintió rechinar sus dientes de furia. Ella lo había seguido. También descubrió fácilmente a su papá. Todo el mundo ya sabía lo que pasaba. También dio gracias a la vida que los del galpón no se habían dado cuenta de nada.

@#$#@$
Nectario y Príamo sí habían visto la patrulla y la mujer. Se encogieron de hombros. Una chica prepago discutía sus honorarios con la policía. Nada en particular.

@#$$#$
Swelbert sabía que cualquier movimiento que hiciera sería prender un fósforo en medio de un cuarto lleno de gasolina y fuegos artificiales. Todos esperaban ver salir el Tatra Tractor Truck. Por eso compró vía Internet un autobús Blue Bird de dos pisos. Le quitó los asientos. Reforzó el piso. Él mismo con mucho cuidado colocó papel antirreflectante blindado.

Salió de la casa saltando por medio de varios jardines, hasta que llegó a la autopista. Durante una hora se puso a vender cigarrillos disfrazado de mendigo. Eso le permitió comprobar que los hombres del cártel seguían vigilando la casa. Se quedó tranquilamente viendo la televisión. En la madrugada esperó que el camión del aseo urbano recogiera los cadáveres de los asesinados en la madrugada mientras salieran a trabajar. Después simplemente se montó en un autobús intermunicipal y se fue a donde tenía escondido el autobús.

Botó su celular en un basurero. Llegó a un galpón alquilado. Todo bien. Todo perfecto. Prendió el autobús y tranquilamente se incorporó a la vía.

—Siempre quise manejar uno de estos —dijo después de rayar todos los vehículos estacionados en la cuadra y pasarle por encima a un grupo de ciclistas que se desplazaban por la zona de seguridad vial.

Mientras manejaba horrorosamente el autobús, recordó cómo días antes resolvió las cosas. Justo después de ver el anuncio de la televisión, cuando llevaban con las esposas puestas a Julyus.

Después tomó su celular.

—Aló. ¿Con la comandancia de la Fuerza Aérea? Sí. Por favor. Con el Comandante General. Dígale que es el hombre dueño del dinero que ellos tienen en custodia. Que venga para donde sabemos para darle su comisión. Sí. Mi apellido es Swelbert...

Una hora después, el ejecutivo esperaba en uno de tantos galpones ilegales, en la parte asfaltada de uno de tantos barrios de Petare.

Vio venir el Tesla X95 eléctrico, con placas oficiales. Detrás vio el Tatra 6x4.

Ambos vehículos se introdujeron en el galpón.

El Comandante General de la Aviación y otro General descendieron del Honda. Un Capitán del Tatra.

—Amigo mío —dijo el comandante acercándose, extendiendo la mano.

El ejecutivo lo dejó con la mano extendida.

—¿Está todo lo mío ahí?

—Se ve que le quitaron algunas cajas. Pero creo que todo está ahí.

—Las llaves —ordenó el ejecutivo.

—Aquí están —se acercó complaciente el Capitán, entregándoselas.

—Ya les voy a dar lo de ustedes —dijo Swelbert, sacando una subametralladora, rociando suficientemente a los hombres.

Después duró horas colocando las cajas en el segundo piso del Bus. Ya todo estaba en su sitio.

$#@#$@
En el instante que el ejecutivo le pasaba por encima con el autobús a varias madres, que trataban de cruzar la calle con sus coches de bebés, Galíndez rumiaba contra la crónica flojera venezolana. 20 años de servicio para que una brincona limpiara el piso con él. Con unos 20 uniformados estaba en medio de la calle del barrio El Muerto Caminante.

Detuvo a un vehículo para pedirles si tenían alguna droga, chiclets, vodka [12]. Pero no tenían nada, así que se los llevó para averiguar por qué eran decentes y venían de trabajar.

—¿Dónde está el negro BAM-BAM? —preguntó a los pasajeros de un autobús que eran bajados a golpes y patadas para revisarles los documentos. Nadie contestó a la pregunta.

Galíndez asintió para sí mismo. Selectivamente apartó a los que no podían disimular el susto.

—Tú para dentro. Tú y tú también.

—Pero yo soy un padre de familia —se quejó un transexual.

—Yo también —dijo Galíndez—. Tú y tú también.

—Estoy embarazada —dijo una mujer asustada.

—Parirás adentro. Ni que fuera la primera vez.

—En este mismo autobús nos vamos —dijo el hombre viendo el Blue Bird de dos pisos que trabajosamente se desplazaba y ordenó detenerse con el simple expediente de apuntarlo con un lanzagranadas—. ¡Para arriba todo el mundo! —dijo el hombre subiéndose de último y arrancando pesadamente el vehículo que continuó golpeando autos estacionados mientras se desplazaba.

Una lluvia de piedras bajó de las empinadas calles haciendo impacto mientras el vehículo aceleraba torpemente perdiéndose avenida abajo.

$$@#$#@
Esa tarde, el gordo BAM-BAM fue detenido.

Ortega lo miraba con amplio asco y desdén. Ingería una generosa pipa de opio, mientras se disponía a interrogar al obeso.

—¿Por qué me guardas? Estoy más que limpio, además estoy pagándoles correctamente al juez, a tu jefe y al ministro de seguridad. ¿Cuál es el problema? —dijo Bam Bam fastidiado.

—Pero le debes a otra persona. A una linda chica —dijo el policía, sentándose y desabrochándose la corbata para poder respirar mejor.

—Eso se puede resolver. Lo único que he hecho es que compré un Tatra Tractor Truck y lo revendí al Enano Contreras. Todo bien. Me gané 500 dólares. Eso es todo.

—El Enano Contreras está aquí adentro —dijo el otro casi durmiéndose, por efecto del alucinógeno.

—Mejor. Así él lo corroborará —dijo Bam Bam, sacando un inmenso porro de marihuana, para compartir con su captor y mantener la amistad labrada tras largos años de sobornos y complacencias en el traslado de niñas robadas.

$$#@#$@
Al rato, después de haber sido torturado, golpeado, arrastrado, vejado y violado, el Enano Contreras corroboró la versión del BAM-BAM.

—Ese camión está legal. Yo se lo compré a un tal ejecutivo Swelbert —dijo el hombre, después de recibir 50.000 voltios en el ano.

Ortega y Galíndez quedaron en silencio viendo el ensangrentado rostro del hombre.

—Quiero ese camión —dijo Ortega, mientras prendía una pipa de crack.

Galíndez tembló de miedo ante la petición del hombre.

@##$##@
El Gato Félix estaba haciendo la cola de vehículos en Juan Griego para embarcarse en el ferry en ruta hacia Puerto Rico. Llevaba una carga de dulce de leche en latas. Vio las maniobras de los Black Hawk y los hombres de las fuerzas especiales descendieron en rapel desde los helicópteros. Vio a los hombres correr directamente hacia él, apuntando con sus fusiles prestos a disparar.

—Me van a caer mal las empanadas —musitó el Gato Félix cuando vio al hombre enmascarado y hacerle señas que descendiera del camión. Esa no era la manera de empezar el día, pensó el hombre al recibir la lluvia de patadas y golpes de los policías.

@@#$$#$
Nectario y Príamo salieron del galpón en una Baw Liabao Bioturbodiesel eléctrica 4x4, y fueron seguidos en automático por la cantidad de vehículos. Ya no había necesidad de ocultarse.

C
$$#@$$##$$2
El camión Tatra fue revisado concienzudamente. Huellas, placas, seriales. Fue denunciado como robado en la autopista de Rosario a Buenos Aires.

—Te tengo —dijo Ortega satisfecho, masticando caramelos de éxtasis—. Comisaria Patricia. Creo que tenemos algo.

—Yo también —contestó por el BlackBerry la bella mujer—. Mi gente me dice que Swelbert se está moviendo. Lancemos una requisitoria sobre Swelbert por el robo del camión Tatra —dijo Patricia arrancando la Van Fiat Ulises TDI. La joven vio y vio la caravana de autos detrás de ella. De nada había valido cambiar de vehículo.

$#@#$#@
Swelbert estaba inmerso en el alto tráfico de la autopista Boa Vista  – Anacoco. Habían sido muchas horas de carretera. Pero todo bello y bueno. La detención de vehículos que repentinamente se formó era debido a que un grupo de mendigos atracaban por las buenas en medio del tráfico. También vendían una rifa en beneficio de los policías minusválidos a efectos de la lucha contra los políticos corruptos.



Continua

Hola, el texto que me has proporcionado parece ser una obra de ficción (no una tesis académica), y he procedido a corregir los errores ortográficos, gramaticales, de puntuación y algunas redundancias para mejorar su fluidez y claridad.

A continuación, te presento el texto completamente corregido y formateado. Puedes copiar y pegar este bloque de texto en un documento (Word, Google Docs, etc.) para descargarlo.


Texto Corregido

Un hombre compró tres tiquetes para disimular. El premio no era malo: ocho kilos de heroína y dieciséis kilos de cocaína.

—Tengo a Swelbert —dijo Nectario, colgando el iPhone del Lancia—. Debo rentar inmediatamente un avión.


XXXIII

Geraldo llamó a Patricia con su iPhone.

—Si sigues corriendo, te vas a meter en el maletero del auto. Necesito que te detengas inmediatamente. Tienes mucho que explicarme —recibió como fría respuesta.

El hombre, sin contestar, aceleró.

—Nos siguen —dijo Príamo repentinamente con angustia.

Nectario no contestó. ¡ sería idiota! Los seguían desde hacía días y ahora todos eran los malos para él.


XXXIV

Una Internacional XP 4x4 biodiesel eléctrica se detuvo frente al anuncio de Un Ojo Malo Airline, vuelos chárter.

—Quiero rentar un avión que pueda aterrizar en cualquier terreno —dijo la exótica mujer.

—Solo tengo uno para esos fines —dijo el hombre, terminando de inyectarse quién sabe qué cosa. Acto seguido, aspiró una inmensa línea. Remató prendiendo un gigantesco tabaco de marihuana, no sin antes beber casi media botella de aguardiente anisado.

—Así será, pero necesito que me lleve a donde le indico.

Noa D'Haro Haro y Tzu Hsi decidieron una opción. Era privada entre las Guardianas del Corazón de Jade... Colocaron varias, y se originó un debate. La opción de ellas era una oportunidad para todos.

La IA está creciendo tan rápido que estamos a punto de destruir la red eléctrica terrestre intentando mantenerla en funcionamiento. ¿Cuál es el siguiente paso genial? Fácil: construir satélites con cerebros de IA, alimentarlos con luz solar y lanzar millones de ellos a la órbita. En lugar de enviar todos los datos a la Tierra y derretir los servidores en el proceso, estos satélites piensan allá arriba y simplemente transmiten las respuestas. Rápido, limpio y sin aire acondicionado. Un megatón de estos satélites espaciales al año = 100 gigavatios de nueva energía de IA, cada año. Eso es como construir docenas de plantas nucleares, pero sin la parte nuclear ni la parte terrestre. ¿El siguiente paso? Construir fábricas en la Luna y usar cañones de riel gigantes (sí, en serio) para lanzar satélites al espacio sin cohetes. Todo esto, aparentemente, es cómo empezamos a convertirnos en una "civilización Kardashev Tipo II", que básicamente significa "humanos que han dejado de pensar en pequeño". Adiós a las granjas de servidores. Hola, cerebros celestiales.

https://youtu.be/Sa9MiumAQSA?si=dOmHQDbiIsFRlw5q


XXXV

El auto de Geraldo y la camioneta Brillance fueron interceptados por dos patrullas Zx Grandtiger 4x4 bioturbodiesel.

¿Pero qué haces? ¡Se escapan! —dijo Geraldo con desesperación y furia ante la bellísima Patricia.

—¿Y a ti qué te interesa? ¡DEBERÍA PREOCUPARTE POR TUS PASOS DE BAILE! —le dijo Patricia sin poder contener sus rabiosos celos.

—Sabes perfectamente que soy policía —confesó Geraldo, viendo aquellas monumentales caderas y rabioso por la manoseada anterior.

—¡Estás aquí sin permiso! —le dijo Patricia furiosa, nada más de pensar cómo serían las noches de Geraldo y la Demonia de Jalisco detrás de bastidores—. No eres gay. Me has engañado como te da la gana. Tu padre también me mintió.

Él no sabía muchas cosas. Tengo permiso de tu policía y de tus jefes los antillanos

—¡Ah! No me vengas con esas. ¿Cuál desconfianza? Los  Antillanos están metidos en todo.

—Solo cumplo órdenes.

—Mentiras y mentiras, hasta las de tu papá. El cartel del Mariachi del Mar es muy poderoso. Sabemos que el primer ministro de Cathay, el presidente de Potomac  y los dirigentes del Partido DemócRata son miembros del cartel... Pero yo ya tengo todo contra Swelbert —dijo Patricia—. Solo debemos esperar que los camiones del aseo urbano recojan los muertos por la celebración del campeonato de béisbol amateur. Es cosa de media hora, cuando mucho. Durante dos días mandé a poner barricadas en las carreteras. Las policías estatales van a congestionar las vías con las detenciones vehiculares. Él anda en un camión o algo así. Tampoco encontró tiempo para cambiarse el rostro. Lo atraparemos.


XXXVI

Swelbert tenía mucho sueño. Las innumerables barreras policiales lo obligaron a tomar atajos y virar en redondo muchas veces.

Ahora cavilaba en el cruce de caminos entre Puerto Ordaz y Upata. Debería seguir a Boa Vista y olvidarse de todo. Pero no se hizo ilusiones. Ya la policía estaba por todas partes. Le costó mucho deshacerse del autobús. Se vio obligado a robar un Camión Remolque Renault 6x4 y tuvo que dedicar horas cambiando la mercancía del autobús al tráiler del camión. No se hizo ilusiones. Sabía que tenía que hacer al menos dos cambios más y perder algunas cajas en el proceso.

Ahora veía un prehistórico Pegaso 6x4 6024 con un tráiler vacío. El hombre estaba aparcado en el hombrillo del camino y aparentemente descansaba. Él hizo lo mismo, aparcando el camión. Hablaron de las bondades del motor tatacummins. Él propuso intercambiar los camiones. Revisaron las máquinas. Aceptaron. El hombre y él intercambiaron tráilers. Ya más tranquilo, cinco horas después, manejaba con confianza rumbo a Caracas. Decidió descansar un rato. El Pegaso tenía camarote con aire acondicionado, Blu-ray y MP7.


XXXVII

Rosiris se agarraba fuertemente a lo que podía. Veía con desconfianza el maniobrar del hombre en medio del aguacero tormentoso. El hombre ingería pastillas de anfetamina, cocaína, cigarrillos de marihuana y whisky adulterado, todo al mismo tiempo. De cuando en cuando le daba golpes al tablero del súper puma y las turbinas tenían unas feas pérdidas de potencia. Pero debía seguir volando. Vio un autobús incendiándose en plena carretera. Tenía más o menos ideas de dónde se encontraba Swelbert.

—Creo que debo bajarme aquí —le dijo al piloto, quien hizo un difícil aterrizaje de emergencia.

La mujer le lanzó pacas de billetes al hombre y se fue maldiciendo por la solitaria carretera.

El hombre preparó concienzudamente una inyección de heroína, no sin antes llamar por el teléfono manos libres a su hermano gemelo.

Del otro lado, Galíndez tomaba a pico de botella un litro de vodka finlandesa. Vio el repicar del teléfono.

—¿Mi hermano? Hacía tiempo que no se comunicaba.


XXXVIII


El Negro Bam-Bam fue dejado en libertad inesperadamente. Una pequeña llamada de atención de sus compañeros de celda [logró que las autoridades ablandaran sus corazones. Así que el gobernador, el alcalde, los concejales, los parlamentarios oficialistas y de oposición, abogaron y gritaron fuertemente en los oídos del jefe de la policía. Este fue obligado a hacerle una parada de honor a tan famoso delincuente en el patio de armas de la Policía, quien le hizo un donativo a los amigos de la policía, por aquello de uno nunca sabe qué favor puede necesitar.

Bam-Bam se desquitó asesinando a dos transeúntes en la esquina y sin inmutarse apartó los cadáveres, llamó desde un teléfono público, no sin antes volarle la cabeza también al que hablaba antes que él.

—Oye, bella —le dijo a Rosiris cuando ella atendió en medio de los bandazos del helicóptero—. Me ofreciste 50.000 dólares por la información. La Policía dice que Swelbert fue visto manejando un autobús y después un camión tráiler vía Anacoco. Por último, mi bella, cuando quieras mis veinte negros y yo te complaceremos con violencia.

—Gracias, negro monstruo. Pero Príamo me tiene absolutamente insensible. Necesito urgente una vaginoplastia —dijo a gritos la mujer mientras veía al helicóptero rozar los árboles con un súbito bandazo que lo sacó de dirección, mientras se alejaba de ella.


XXXIX

—Eres San Lucas —dijo enfadada la muchacha en su oficina a Geraldo—. Pues déjame decirte que eres un cobarde. Te dije que me lo dijeras en la cara y te temblaron las piernas. Me tuviste miedo.

—Sabías que era yo. No tenías necesidad de ratificar.

—¿Quién más? Estás más que enamorado de mí. Te arrastras y lloras por —dijo desafiante ella, parándose ante el hombre, para que este viera una vez más que estaban perdiendo el tiempo, en vez de estar en ese mismo momento en una cama, combatiendo salvajemente.

—Tú también —la acusó Geraldo, fascinado a su pesar por aquellos inmensos ojos negros que con furia lo miraban.

—¿Yo? ¡Ja! Ni en sueños. Tengo mejores gustos —dijo ella, moviéndose de esa forma que enloquecía a cualquier hombre.

—Abusas de ese uniforme y de los 400 hombres que me impiden saltar sobre ti —acusó Geraldo, sintiendo que su deseo era un volcán a punto de estallar.

—Bastante tiempo hemos estado a solas y nada. Todo el tiempo has sido nada —acusó rabiosa ella, sintiendo hervir su sangre en un hambre sexual sin límites—. Te la has pasado bailando y bailando.

—¿Tú quieres bailar? —propuso el hombre, vencido por ese cuerpo felino que proclamaba la necesidad de ser complacido.

—Yo quiero —dijo sin ver que involuntariamente se pegaba al cuerpo del hombre, mientras empezaban a moverse suavemente y con ritmo, estrujándose el sexo a través de la ropa, indiferentes a que todos los miembros de la Fuerza los veían en su erótico y lento accionar.

—Demolí el galpón —confesó él, moviéndose suavemente al ritmo de ella.

—Menos mal que solo murieron 223 personas —dijo ella, acoplando su cuerpo más todavía al de él, restregándose, sobándose lentamente—. Y tengo mi mejor testigo bajo custodia —remató la muchacha, sintiendo que Geraldo se disponía a besarla. La indignaba saber que en menos de una hora estarían haciendo salvajemente el amor.

—Claro. Lo malo es que ni siquiera le dijiste a Odalis Amelia que llorara un poquito. Todo el mundo sabe lo que pasa en la Fábrica Nacional de Embutidos y en Distribuidora Carroña. Vamos. No mientas. Sé que te gusto —le dijo Geraldo, sintiendo cómo su sexo se embravecía y se ponía duro como una cabilla, mientras besaba el grácil cuello de ella.

Ambos se miraron retadoramente. Se besaron con furia y buscando hacerse daño en los labios, después rodaron por el suelo de la oficina.


Swelbert despertó. Se dperezó en el asiento del conductor y puso la llave del encendido. Con satisfacción escuchó el ronroneo del motor y lo aceleró. Vio el espejo retrovisor y abrió desmesuradamente sus ojos. Envejeció repentinamente 20 años. No estaba el tráiler de remolque. Tampoco estaba en la cabina del Pegaso. Era una terrible burla. Estaba en la cabina de un destartalado GMC Kodiak.

—Son unos malditos desgraciados. De paso me dejaron un camión de ínfima calidad. Me accidentaré apenas se largue de aquí. ¡Tengo que matarlos! —gritó enfurecido el hombre, mientras golpeaba con furia el volante.


XLI

Odalis Amelia calculó y apostó 34 veces y perdió en todas. La muchacha ocultó su cara entre sus manos. El método no servía. Debía ser realista y ponerse a trabajar vendiendo cigarrillos en la cola de la autopista o buscar trabajo en el sindicato de mendigos. La muchacha secó sus lágrimas al oír el timbre de la puerta. Caminó hacia ella y vio por debajo de la puerta la inmensa cantidad de amenazas de muerte de las compañías socialistas de teléfono, gas, televisión por cable, luz eléctrica, derecho a respirar, derecho a caminar, condominio, impuestos socialistas por caminar, entre otras. Por no haber pagado sus cuotas. La muchacha suspiró. Vio por el ojo mágico a la Demonia de Jalisco.


XLII

Los dos jóvenes se abrazaban sexualmente en el balcón del apartamento. Ella tenía un sencillo y transparente traje hindú que la hacía ver más exótica y femenina.

—Creías que me engañabas bailando música gay de Pet Shop Boys.

—Y tú me castigaste. Querías que yo viera cómo los policías te manoseaban. Estabas buscando destruir la operación. Sabías que no soportaría que nada malo te pasara.

—Vivimos en un mundo donde una niña de 8 años puede matarte por un caramelo. Nuestro presidente está más loco que un manicomio Jiménez completo y tú le tienes miedo a tus sentimientos. Eso no puede ser. No debemos pensar en lo que el futuro traerá. Ya es más que malo.

Geraldo quiso besarla. Ella se evadió.

—No quiero retazos de tiempo. Lo quiero todo —dijo repentinamente ella, viendo cómo un Ilyushin II-96 1200 era derribado por el fuego antiaéreo proveniente de un liceo por los alrededores del 23 de Enero.

Él guardó silencio viendo el hongo anaranjado elevarse al cielo.

Ella también guardó silencio. Un imperceptible temblor la atacó. Sintió miedo. El futuro de la relación de ambos sería difícil. Creía que no era lo suficientemente buena para él.

Geraldo la adivinó y la miró de hito en hito. Tendrían que intentar construir confianza.

Los bomberos disparaban a los transeúntes, para poder llegar al incendio producido por el avión de pasajeros al estrellarse en un centro de maternidad.

—Está bien —se rindió el muchacho—. Que conste que no soy culpable por llegar tarde, ni de no poder dormir todas las noches en tu cama. Cuando la rutina nos alcance quiero que seas valiente.

—Primero tenemos que llegar vivos a ese día —le dijo la muchacha, viendo a las madres de los liceístas disparar con furia contra los bomberos, que pretendían acabar con el espectáculo que era el disfrute de todos los niños del sector.


XLIII

Al día siguiente, Patricia llegó al estacionamiento de la policía. Descendió de su vehículo. Ante todos sus colegas, fue alzada y montada en una moto que salió rauda del estacionamiento. Era Geraldo que la había secuestrado.

Horas después. En la playa, junto a las ruinas de la explosión de la Central Termoeléctrica Nuclear, que explotó por mala manipulación del personal entrenado en la academia eléctrica de terroristas de Somalia. Geraldo le dijo:

—Me enamoré de ti cuando años atrás mi padre me mandó una foto de ti. Era un matrimonio tuyo con un norteamericano con cara de estúpido —dijo Geraldo, después de eliminar a dos mutantes que se les acercaron sigilosamente para comérselos.

—No era yo. Era mi hermana gemela. Pero igual vale —le dijo ella con un beso, señalándole el tiburón con patas y dos cabezas que venía galopando hacia ellos. Geraldo con disparos precisos lo eliminó, para que unos perros con cara de insecto los devoraran rápidamente.

—Toda la operación es de mi padre. Perdóname por decirte solo una parte de la verdad, pero ahora todo lo sabes y lo sabrás —le dijo él—. Él quiere que este sea tu examen de grado. La sorpresa es que la policía no identificó al agente encubierto. Ellos creían que era Rosiris.

—Hay que encontrarla y detenerla.

—No hay juez que quiera juzgarla. Es demasiado peligrosa —el hombre la vio, repentinamente le preguntó—: ¿Me amarías si fuese gay?

¿Y tú, si yo fuese lesbiana? Me enamoré de ti sabiendo que algo me ocultabas. No sé si quiero descubrir al desconocido que habita en ti. Me quiero casar contigo.

, pero debemos huir a Taipei —dijo convencido el muchacho—. Es la única forma que nuestros hijos tengan alguna oportunidad de desarrollarse como personas. Aquí jamás lo harán.


XLIV

Odalis Amelia abrió la puerta. La Demonia entró y cerró rápidamente la puerta.

—Espero que estés sola. Tú eres la única víctima de todo esto. Toma —le puso en la mano las llaves de un vehículo—. Es una Paykam Sprinter TD blanca que está allá abajo. Me voy inmediatamente para que no puedas devolverme nada. Te prometo no voy a volver jamás, ni voy a venir ni llamarte, ni vendré a buscarte. Pero te he pagado el alquiler de los días que estuve aquí.

Odalis Amelia no pudo responder ni rechazar la llave. Vio la foto de ella del ejecutivo junto a la de Julyus. Sería suicidarse negarse a recibir el regalo. La mujer le dio un beso y con rapidez desapareció.

—Pero —dijo la muchacha siguiéndola por inercia en el pasillo del edificio— ¿Qué cosa es? No quiero nada ilegal.

—En Sudaka, todo, absolutamente todo, es ilegal. Fuerzas armadas, policías, médicos, empresarios, ladrones y políticos son todos iguales. Son más delincuentes que cualquiera —dijo la mujer introduciéndose en la parte trasera de una Range Rover 4x4 V8 Bioturbodiesel eléctrica.

Luego le gritó mientras se alejaba—

: ¡Toma agua, hija mía, haz ejercicio y no veas la televisión del gobierno! Te puede freír la cabeza.

Odalis Amelia vio la camioneta. Con la llave desactivó la alarma y abrió la puerta trasera. Estaba repleta de cajas de cartón. Con cuidado abrió una de ellas y vio. El corazón le dio un vuelco.

La muchacha trabajó toda la tarde, en un ir y venir sin descanso. Horas después, en el apartamento, contó. Eran 188 cajas, cada una a 8 kilos. Tenía más de 300.000.000 de Etherum físicos en billetes. Los revisó hasta la saciedad. Buscó noticias en Internet acerca de grandes atracos y nada. Nadie denunciaba nada. Nadie decía nada.

Horas después, vio una rueda de prensa en diferido de la Demonia de Jalisco, dando las gracias por sus días vividos aquí. Repentinamente, entre lágrimas, denunció que era víctima de rumores falsos y groseros que la afectaban emocionalmente. Después, en una caravana de admiradores, la acompañaron devotamente al aeropuerto. Llegó hasta un Antonov 124, donde, como único equipaje, ella misma introdujo un Camión Pegaso 6024 6x4 con un pesado tráiler de remolque.

Luego, La Demonia, parada en las inmensas puertas de la cola del aparato, gritó a todo pulmón a través de un micrófono, lanzando besos y saludando a todos:

—Dejo mi corazón aquí. Me voy enamorada y agradecida de esta tierra... Aquí dejo mi alma. Me lo llevo todo. Absolutamente TODO.

Los gritos de los llorosos fans dejaron pálida la despedida del fantasma de Michael Jackson en su última visita. En el ambiente se escuchaba la última versión de la canción de la Demonia en la radio ilegal, con un ritmo de fuerte salsa salvaje.

Si tienes un hondo pesar.

Piensa en mí.

Si tienes ganas de llorar.

Piensa en mí.

Ya ves que venero tu imagen divina


—¡Allá va —decía emocionada la voz del locutor—, una de las artistas que ha conmovido hasta la última fibra del corazón de los latinoamericanos! ¡Viva Rosiris la Demonia de Jalisco!


Epílogo

En el restaurante “El Colesterol Malo”, Swelbert veía el acto en la televisión, del avión de la Demonia alejándose, mientras la música atronaba el ambiente.

—Maldita perra. Me robó como un idiota —dijo el hombre con ganas de matar.


I

A su vez, Nectario y Príamo se quedaron con palmas en las narices. Ambos hombres veían hipnotizados la escena en un televisor en un sucio restaurante de carretera.

—Debemos adoptar un perfil bajo —dijo Nectario, viendo al otro pendejo que lloraba un mar de lágrimas por esa canción que entendía era solo para él.

—No gané nada en esta historia. Invertí todo en Coralatin. Además, ella me robó mi corazón. Dios es testigo de cómo la amo.

—Pero, ¿cómo pudiste? —dijo Nectario, estallando repentinamente en carcajadas—. ¡Imbécil!

—También fui chofer de él por unos días —continuó confesando Príamo, refiriéndose a la foto de Swelbert en la TV—. Pensé que sería mi primera opción para cumplir mi asignación de encontrar un ejecutivo de reemplazo. Jamás imaginé que fuera él.

—¿Siempre estuviste con él? —preguntó Nectario sin dejar de reír.

—Siempre —dijo el otro, enjugándose las lágrimas.

—¡Jaja! ¡Pero es que....., jajaja! —terminó de estallar en carcajadas Nectario.Aparentemente no quería recordar que parte del dinero robado por Rosiris fue el dinero que Priamo le robó  a el.






El señor simpático y agradable cerró las cámaras y los drones, había seguido vidas simples, y vidas complicadas, un algoritmo facil de seguir.No.podia presentarlo a Tzu Hsi, había buscado un justo para salvarlo en esta nueva Gomorra y Sodoma. Ahí estaba Lot, aquí no había conseguido ninguno.Con mucho pesar no encontró ninguno.Llamo al representante de la perfida Albion.

-- Está bien-, lo hare-- dijo y cerró la comunicacion.


II

Días después, se demostró otra de las cualidades adicionales y fundamentales del tercer mundo y cuarto mundo. Un embuste-estafa era sustituido siempre por otro más grande. Los estafados en la primera eran los primeros en correr para ser estafados en la segunda componenda.

El boom ahora era la base interplanetaria para la colonización de Marte. Interminables colas de gentes con el dinero en mano. Los presidentes de la Cooperativa revolucionaria y proletaria Latino espacial, cuyos presidentes Nectario y Príamo, con el telón musical [https://youtu.be/0rEsVp5tiDQ] de Ray Charles, contaban los inmensos fajos de billetes, enseñando las imágenes virtuales del Tahirza 40000 y el transporte espacial Xixata 90000. A nadie, pero a nadie le importaba que las universidades no enseñaban ingeniería aeroespacial, que Nectario y Príamo tenían solicitudes de captura por más de 200 policías y cuerpos de Seguridad de Asia y Europa, y que en todo el país no había más de 34 obreros técnicos capacitados para hacer puertas.


III

Patricia y Geraldo se casaron en una sencilla ceremonia. Fueron testigos todos sus subordinados. Palacios, ahora con 30 kilos menos, tenía una expectativa de vida normal y Julyus volvió al apartamento, bajándose de un viejo y destartalado Malibu V-6 diésel.

Julyus estaba muy cansado y agotado. Tuvo que acostarse con todas las mujeres policías de su custodia. Pero lo verdaderamente terrible fue lo que sufrió al tomar el metro para llegar nuevamente a su hogar 




Pero debía sentirse contento, pues fue una de las cinco personas que lograron sobrevivir al viaje.

A pesar de sus declaraciones, Swelbert nunca fue capturado.




El hombre entró en su apartamento. Quedó maravillado ante el nuevo y sencillo lujo que ahora lo decoraba. Encontró a Odalis Amelia dormida. Se acostó en la cama y se arropó con ella.

—Esto ya lo he vivido —le dijo ella entre sueños—. ¿Me harás el amor?

—Con suma violencia —le dijo él, besándola.


IV

Días después, Odalis buscó a Ennio y no lo encontró. Sin embargo, lo ubicaron trabajando de taxista en el turno de 3 AM a 6 AM en los bares de prostitución infantil. Todos buscaron a la señora Marina de los Ángeles, quien sobrevivía vendiendo refrescos en una esquina.

Después, todos fueron al tribunal de remates y reflotaron la Cooperativa Tártago. Consiguieron a John Locke recogiendo basura para comer. Las demás muchachas eran prostitutas en un bar-restaurante de obreros.

Odalis Amelia no habló con nadie del método ni del dinero, que ahora depositaba en un banco norteamericano privado, con socios chinos y japoneses y capitalista... Lo

—Aquí sí —dijo la joven al terminar su transferencia.

Julyus tampoco le dijo que las orgías que se vio obligado a participar con las agentes de policía. De ahora en adelante, sería una relación con secretos, como toda relación matrimonial con más de 5 meses de antigüedad.


V

Julyus comenzó a trabajar en la Cooperativa Tártago. Muchas cosas había que hacer. Estaban huérfanos de todo. Compraron oficinas. Compraron otro apartamento en zona residencial de lujo. Firmaron el contrato de convivencia y buenos ciudadanos con sus vecinos: ex mendigos, ex atracadores, ex sádicos, ex asesinos, ex chavistas y políticos. Por fin, un ambiente sano y decente. Odalis decidió deshacerse del CD con el método. No servía para nada. Ahora tenía una cooperativa. Ahora tenía una prueba positiva de embarazo. Se hicieron grandes amigos de Geraldo y Patricia, quien también estaba embarazada. Todo bello y perfecto, salvo tener cuidado de los secuestros express, de la policía, de los mendigos, de los ladrones, de los aguaceros, de los psicópatas, del presidente, de los precios en el supermercado, de los chavistas, de los idiotas de la oposición.

—Está bien —dijo Odalis Amelia repentinamente una medianoche, levantándose de la cama y comenzando frenéticamente a hacer las maletas—. Vámonos para Taipei. Que sea esta misma noche. Comenzaremos de nuevo allá.


VI

La Cooperativa comenzó a crecer y todos aplaudieron emocionados cuando compraron el primer camión, un Tata Novus 6x4.

Odalis Amelia, una noche y sin presión, calculó el Método. En el aeropuerto, antes de embarcar, vio el sorteo. Vio colocarse en su justo lugar los números. Cada uno concordaba. Cada uno concordaba. Primer Premio: 625.000.000 de Rands Sudafricanos.

—Todo comenzó otra vez —dijo Odalis Amelia, agarrándose fuertemente de la silla. Una nueva vida en un nuevo destino con un paisaje distinto comenzaba inmediatamente. Por fin, podría pasear tranquilamente sin temor por algún tiempo antes de tratar de llegar viva al aeropuerto e irse en Malaysian Airlines, la única línea que volaba al país, con pilotos alemanes certificados por los psicólogos europeos.


VII

Meses después, la Demonia de Jalisco veía sus estados financieros. Era inconmensurablemente rica. Podía dedicarse a estudiar el nuevo evangelio de Jesús, el astronauta. Su jefe, el señor simpático y agradable, la había ascendido.

—Mira que son idiotas —musitó la mujer, cómodamente instalada en su oficina de Langley, Virginia, en el Departamento de Carteles Falsos y Afines de la CIA.

—Mira que son idiotas —repitió.

Ahora estaba en el pináculo del Mariachi del Mar y el Cartel de la Luna: la doña, la Mama Pacha, la Supervisora Agregada de Sección.



VIII

En cualquiera de esos días, el pueblo se levantó y miró las pantallas de la Televisión Ilegal. Era una cadena de Televisión justo después de la graduación de los cadetes de las Fuerzas Armadas de Cooperación con los Terroristas, quienes prestaban juramento ante la estatua de los Guardianes de la Nación [https://youtu.be/9OxiGDM5u4A].

El gallardo comandante, con 60 kilos de sobrepeso y con fuerte voz, saludó a los graduandos: Esclavitud, Hipercapitalismo-socialista o Cobardía, y explicó por qué el país tenía más asesinados por hora que todos los que estuvieron en los campos de concentración nazis 

¡Fracasaremos! —gritaron todos los graduandos, felices por ser desde ese momento miembros de la élite de ladrones con licencia, mientras en firmes escuchaban el himno de la nación 

—Otra vez. ¡Dios mío! ¿Hasta cuándo? —dijo más de uno. Pero no, no era el mismo de siempre.Era un anuncio en cadena Nacional

—Buenos días, amasijo de gafos —dijo el señor simpático y agradable,  muy elegante, haciendo un tímido saludo con la mano y con una cortés sonrisa continuó. 


—: Yo soy Howard Walter Takamura. Soy el presidente de operaciones de la corporación Dow Jones-Nikkei-Eurostoxx-Hang Seng. Desde hace 45 años les hemos prestado a su gobierno inmensas y multitudinarias sumas de trillones de trillones en todas las monedas inimaginables, en créditos ilimitados, que suponíamos serían para el desarrollo de la población.

Dicho esto, extrajo  un papelito de su chaqueta  y leyó, ajustándose unos sencillos lentes

—: 600 trillones de euros al 5 por ciento anual, lo que implica para nosotros una amortización de intereses y capital de más de 2 billones de euros. Cosa que no se ha hecho desde hace 5 años atrás. Por supuesto, hemos hecho efectiva la deuda y todo esto es de nosotros ahora. Cualquiera diría que es un mal negocio. Ustedes han agotado el petróleo, los recursos naturales, las tierras están improductivas, no han generado tecnología, la población es ignorante, floja y bruta.

Pero hay una gran riqueza aquí: la basura y la caca de ustedes (me refiero a la caca, no al cerebro de ustedes). Todo eso lo transformaremos en gases y materias combustibles renovables. Durante más de 15 años, la población se ha apilado en barrios de extrema pobreza y peligrosidad, han vivido en gallineros verticales de cartón, sin luz ni agua. Desde ahora, hay un nuevo orden. Ya todos sus gobiernos nos han ayudado, pues gracias a su ineptitud gerencial, las drogas y la desnutrición han logrado que el 89% de la población solo tengan un Coeficiente de inteligencia de 89%, o sea que solo sirven para comer y hacer caca. Para nosotros, con solo el 11 por ciento de la población, sacaremos adelante estas riquísimas tierras destruidas por ustedes mismos. Haremos realidad el futuro: transgénicos, sintéticos, control robótico,vacunas,  productividad, eficiencia, seguridad. Reactivaremos las tierras, usaremos eficientemente el agua que ustedes nunca han usado, haremos funcionar las ciudades y eliminaremos a los delincuentes.

Sus antiguos gobernantes se lo llevaron todo, el oro, los diamantes, el dinero, todo, y de paso depositaron esa riqueza en nuestros bancos. Luego les dijeron a ustedes un discurso anti bancario privado, cosa que como bobos creyeron. Pero eso a ustedes no debe preocuparles. De ahora en adelante solo deben comer los alimentos que les proporcionaremos. Yo debo agradecer a todos los políticos que se burlaron y robaron de ustedes durante años. Gracias a ellos ahora nosotros somos dueños de todo, hasta del aire que respiran. A casi nadie de ustedes les importó nunca estudiar, prepararse y sacar a sus países adelante para llevarlos al progreso. Ahora solo deben limitarse a comer. También, a partir de ahora, sustituiremos a sus fuerzas de seguridad, que solo trabajan un día al año desfilando y haciendo el ridículo, pues ni desfilar saben. Serán sustituidos por robots que sí cuidarán, sí vigilarán, no venderán sus armas a los delincuentes, ni se prestarán para comerciar con drogas, ni inmiscuirse siendo cómplices de delitos. Nuestros robots sí los cuidarán y vigilarán para que cumplan su misión: comer humarina. A partir de ahora nadie los robará ni maltratará. Limítense a comer y producir caca. Por último, debo agradecer a la paternidad irresponsable, pues este inmenso exceso de población producirá más y más caca. De ahora en adelante, nosotros sí los vacunaremos, sí haremos centros asistenciales de calidad, pues los necesitamos sanos para que coman bastante humarina y producir caca.

La población vio el mensaje y no entendió nada de lo dicho.

El señor Howard Walter Takamura, se marchó en su auto.Se adelanto a los planes de Noa d' Haro y Tzu Hsi, decidió antes que fuera implementado cualquiera de los planes de las muchachas; estaba más que cierto que ellas no lo perdonarían y el reseteo no se efectuaría. No podía salvarlos a todos, Pero algunos podrían salvarse, además tenía que cumplir con su propia junta directiva y sus socios de la perfida albion...Necesitaba recuperar sus préstamos y recibirás materias primas, rodio ,titanio, uranio.

Fue encontrado recostado de su volante 2 horas después......Tenía razón.Tzu Hsi y Noa D'Haro Haro no sabían perdonar..



La gente se limitó a buscar los números de lotería, los atracadores siguieron cotidianamente matando a la población  en sus recorridos y la policía por ese día siguió siendo ineficiente y corrupta. Al final de la tarde algunas personas en la cola de la autopista vieron los aviones irse. También vieron la estampida de oficiales de las fuerzas del desorden público, de los políticos y empresarios del régimen. Fue una sorpresa ver unas máquinas Made in China con ruedas de plástico ,disparar con precisión hacia las zonas de los delincuentes, para eliminarlos con efectivos disparos al medio de la frente, estuviesen donde estuviesen.. También alguien constato que los semáforos funcionaban y maquinaria pesada comenzó a tapar huecos , la luz eléctrica por primera vez se mantuvo casi toda la noche.

Los primeros camiones Dong Feng 6x4 llegaron como a las 6 de la tarde. Daban unos sobres azules que decían humarina.

Comida Gratis. A partir de ahora la comida es gratis- decía un altavoz con música envuelta en ondas alfa. Uno que otro agarro los sobres, los niños mendigos comieron con avidez.

90 años después ,gigantescos edificios simétricamente alineados se erguían en la ciudad. Inmensas avenidas estaban sembradas de árboles en sus orillas. Solo un silencio inmenso cubría la ciudad. SE oía masticar, masticar y masticas.

Así fue todo—termino de leer la vigilante de coeficiente 289 Odalis Amelia la 789 preparada. Sabía que ahora venia el nuevo modelo venezolano-boca ancha que ya estaba adaptado al tubo de líquido amniótico y con amplias posaderas para vivir sentado directamente al WC. 

—ASI FUE TODO...

La joven salió al terminar su turno  y caminó por la amplia avenida de frente al crepúsculo...

Del diario de Odalis Amelia 289. Guardia de control según especificaciones dadas y comprobadas



##@#
Las dos mujeres, Tzu Hsi y Noa de Haro quedaron en silencio por un momento.

--- Pareciera a simple vista que OUS Corp ganó este juego.

-- Tu enviastes a hacerle la eutanasia a Howard Tanaka?

-- El hizo una solución que no era la esperada.La solución era un reseteo al 100%. hizo la solución para un tercero
-- Un tercero?.OUS es el amplio beneficiado.
-- Yo pensaba castigarlo Pero no hacerle eutanasia.Nos era muy útil.Alguien que no fue ni OUS UTRICH ni nosotros lo hizo-- dijo Tzu Hsi..

Luego ambas mujeres caminaron por el amplio pasillo.

Llegaron al final del pasillo.Una bella mujer de raza indígena se acercó.
-- Hola princesa Xixata-- saludaron ambas.Porqie vienes con tanta prisa?
-- OUS Corp lo volvió hacer.-- indicó Xixata--.
-- Que cosa?
-- ya está en marcha otra epidemia. nueva pandemiamia





FINAL total



Cómo siempre,en nuestros trabajos recomendamos excelentes trabajos, y nos sentimos muy honrados en hacerlo.

Una obra excepcional del Maestro Javier Orrego






Y la mejor novela de Ciencia Ficción Latinoamericana
De Ana Sabrina Pirela





https://anaspirelavisionliteraria.blogspot.com/?m=1

☝️☝️☝️☝️☝️☝️☝️☝️☝️☝️☝️☝️☝️☝️☝️☝️☝️☝️☝️☝️☝️




Semana 37.Capitulo Final

Novelas Por Capitulos Capítulo X Patricia se encontró a sí misma manejando casi sin querer hasta el edificio del C omisario Palacios . Se e...