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viernes, 10 de octubre de 2025

La Esquina. Parte B. Capitulo 3, 4

Nove

Capítulo 3



La Esquina. Parte B. Capitulo 3, 4


El lunes ella llegó a mi precinto. Mis compañeros no dejaron de silbar e hicieron los respectivos comentarios.

—Vaya, vaya. Mira qué trucos traes desde la selva.

—¡Esa sí es una hembra! —dijo con gesto de asentimiento un motorizado de la sección vial.




—Se va a casar, se va a casar. Por aquí hay un tonto que se va a casar —dijo otro, remedando la marcha nupcial.

Tonterías. Ella estaba detrás de sus inmensos lentes negros y el pelo envuelto en una pañoleta. No indicaba nada. Simplemente se veía preciosa.

Nos fuimos por la autopista, hablamos de todo y nada, coincidíamos en muchas cosas, escuchábamos las canciones de Cindy Lauper y Scorpions. Subimos a la montaña, comimos salchichas alemanas, nos reímos, disfrutamos. Me derritió verla a la luz del día, descansada, sin maquillaje ni peluca. Tal vez sus ojos eran algo separados, avellana e inmensos; quizás su nariz no era tan perfecta; a lo mejor su rostro era muy ovalado, pero bella en su conjunto. Estaba espectacularmente divina en shorts y botas militares de charol.

Casi estuve tentado a comprar una caja de crema dental y un galón de champú. Me encantaba que también hablaba sin acento, con una voz suave y algo profunda. Después, parada en el borde del mirador, en medio de la brisa fría, me cantó:

«El color de mi vida cambió desde que tú llegaste…

El color de mi vida cambió desde que tú llegaste…»

Llegamos de noche. Me invitó a cenar a su apartamento. Después me llevaría al precinto. Pero la inmensa pizza que pidió me demostró que no había ningún plato más. Debería seguir intentándolo. Por esta noche, definitivamente, no habría más.

Cuando salimos del apartamento era todavía temprano.

—¡Está ahí! —gritó repentinamente, señalando con el dedo—. ¡Mírala!

—¿Dónde? —vi mucha gente caminando, pero nadie viéndonos.

—¡Está ahí! —me insistió, totalmente fuera de sí, llorando a mares y con la respiración agitada—. Me mira y se ríe.

—Está bien, está bien —acepté.

—Vamos a devolvernos —propuse, entendiendo que la excusa era para que después de todo me regalara mis tres platos. Eso estaría bien. Sexo salvaje y profundo.

Ella asintió, se devolvió violentamente, dando la vuelta a la manzana. Llegamos nuevamente al apartamento.

Mis esperanzas se esfumaron al comprobar que era verdad. La chica estaba aterrorizada. Quería estar acompañada, pero no de la manera que pensé. Se fue a dormir, trancándose en el cuarto, después de darme una colcha para dormir en la sala. Una bailarina exótica cuidándose de un policía novato. ¡Solo yo!

Pasaron las horas y me dormité. A las dos y media me desperté. Fui a la ventana con intención de trancarla. Hacía frío de verdad... Me asomé y comprobé que no había edificios que me quitasen la vista. Veía la esquina. Veía la esquina de arriba. Inclusive inclinándome un poco más podía ver la esquina de más arriba y toda la calle hacia abajo, hasta las luces lejanas del Tucán. En la esquina de arriba estaba un vendedor nocturno de hot dogs y dos taxis. En la de más abajo unos ruidosos estudiantes bebían licor. Solo la esquina en medio de ambas estaba sola y semialumbrada.

Creo que me dormité unos cinco minutos recostado en la ventana y volví a despertar.

Miré. Ya no estaba el vendedor de hot dogs, ni los taxis, ni allá más abajo los chicos bebiendo. Vi la esquina y ahí estaba ella. Estaba de espaldas. Estaba inmóvil. Lentamente se volteó y me miró. Sé que me miró. Sabía que yo la miraba agazapado desde el balcón. Lamenté no tener las llaves del apartamento y no poder despertar a Argelia, quien en su miedo puso llaves y candados. Pero no importa. Mañana la atraparé.

I



Desperté con dos disgustos. El primero fue entender que la chica que bailó la canción de Billy Paul lo hizo desde el balcón del apartamento de Argelia. Pero estaba convencido de que no era Argelia.

El segundo disgusto fue haber recorrido medio país durante la mayor parte de mi vida para quedar hechizado por una bailarina de piernas perfectas, sin marcas, que danzaba casi desnuda en un night club de tercera, demasiado cerca de lo que alguna vez fue mi hogar. No es una buena decisión. Puede que sea una relación temporal, a medios tiempos, pero no lo deseo así. Quiero algo más. No puedo comentar nada en el precinto; puedo imaginar los comentarios:

—¿No le diste el champú y la crema dental?

—Si quieres, yo te presto el dólar y vamos los dos.

—Saliste con ella y no la llevaste a la cama. Eres gafo, ¿o qué?

—¿Vas a vivir con ella? ¿Qué harás cuando lleve los novios a casa?

—Stalin, el reno. Cien mil cuernos.

—Te va a dejar sentado en la acera, sin un céntimo.

—Esas fingen los polvos. Ya no sienten nada de tanto macho.

Aparté todos esos pensamientos, sentado en la parte posterior de una Great Wall Tank 4x4 híbrida diésel, justo en la esquina. Miré mi reloj: las dos de la madrugada en punto. Estaba en el asiento del copiloto, junto a la puerta que daba a la calle. Los vidrios polarizados eran muy oscuros; nadie desde afuera podía verme. A través de la ventanilla, vi el balcón del apartamento de Argelia. La única manera de que una chica hubiera bailado tan violentamente en un espacio tan reducido era que lo hubiera hecho en los bordes de las barandas… o fuera de ellas.

Semidormitaba a ratos, maldiciendo una vez más no haber entrado en el cuarto de Argelia. Soñé viéndola bailar en el escenario. Veía cómo subían los hombres, le quitaban la tanga, la besaban. Ella reía y los incitaba. Lujuriosamente, les abría los pantalones y, a su vez, abría su bella boca a todo dar. Yo subí al escenario, abriendo mi bragueta. A mí me dijo:

—No. No. Tú no —agitando sus manos negativamente, mientras se agarraba sus inmensos senos para meterlos en la boca de un negro libidinoso.

Me desperté sudando. Tendría que bajar un poco la ventanilla.

Sentí el golpe en el vidrio trasero de la camioneta, que estalló. Vi la cara de una mujer aplastada contra la ventanilla trasera.

—No puede ser. No puede ser. —Salí como pude, casi cayéndome de la camioneta. Era la cara de… ¡NO PUEDE SER!

Era Pura, que gemía ruidosamente de placer. Detrás de ella, el Polaco la cabalgaba brutalmente. Ella gritaba mientras me veía, riéndose.

—¡Más, más, monstruo! —gemía, agitando su pelo frenéticamente—. ¡Soy una puta, soy una puta!

El Polaco me miró y dejó de hacerlo. Saltó del cajón de la camioneta a la calle, casi frente a mí, caminando torpemente hacia donde me encontraba, confundido y paralizado.

—¡Tú, maldito maricón! ¿También te quieres coger a mi Pura? ¡Toma! —me dijo, descargando un derechazo contra mí, haciendo que mi pistola saltara a cualquier lado.

Me proyectó como un papel contra el piso y la emprendió a patadas, impidiéndome defenderme de la lluvia de golpes. Buscaba evadirlo, pero no lo conseguía. Se movía a una velocidad muy superior a la de cualquier humano.

—¡Dale, papi! ¡Él es malo! ¡Viene contra nosotros! —gritaba Pura, riendo divertida, alumbrada por la luna, parada junto a él—. Quiere hacérmelo a mí y no casarse conmigo.

El Polaco continuó dándome una salvaje paliza hasta que fui cayendo en un vacío. Mientras descendía por puertas y puertas, recordé que, en los amaneceres de mi casa, a esa hora siempre cantaban los gallos. Ahora, no. Silencio. Silencio total.

CAPÍTULO 4

Desperté recordando algo como un sueño. Estoy casi seguro de que alguien parecido a Pura me cantaba una vieja canción desde la ventana de la habitación del hospital.



Terminé de despertar sintiéndome como si el Real Madrid y el Barcelona hubieran jugado la final de la Copa del Rey encima de mí.

Mi comandante, al otro lado de la cama, mantenía una expresión de fría y angustiosa furia. Tenía esa mirada fija que decía: “Otro policía que se perdería en manos de una buscona”. Esos eran los consejos durante las pasantías: nunca enamorarse de una bailarina, ni de una delincuente, ni de una militante feminista woke de cristal.

—Tranquilo, amor. Ya todo está bien —me arrulló Argelia con un tono que me hizo oír pajaritos, acompañado de una pequeña sonrisa nerviosa. Tiene que ganar puntos ante mi jefe, quien mantenía el poema grabado en la cara—. Solo fueron unos golpes.

La miré sin comprender. Era Argelia, junto a mí. Tenía aspecto cansado. Se notaba que llevaba muchas horas cuidándome.

Miré, aterrado, a mi jefe. Ojalá no se me haya salido nada. ¿Golpes? Sí. Pero golpes dados por un muerto. Me dio durísimo.

—Oye, jovencito —me dijo con voz grave, sin cortapisas, y una expresión que podría derretir un MBT chino—. Me tienes que explicar muchas cosas. ¿Es este el caso del acoso o estás metido en algo más? No he visto ningún informe tuyo desde que esta joven hizo la denuncia. Aparte de eso, desvalijaron la camioneta y se robaron tu arma... con tu insignia. Te puedes imaginar cómo están tus puntos conmigo.

Cuando las cosas están así, lo mejor es quedarse callado. Al salir, mi jefe me miró de reojo con un gesto que decía: “De paso estás”, dirigiéndose hacia la silenciosa Argelia.


I

Al darme de alta, Argelia decidió que no volviera al precinto.

He pasado algunos días descansando en su apartamento. Siempre se va a trabajar a finales de la tarde y regresa puntualmente en la madrugada. A veces trae amigas. Es muy buena ama de casa. No parece una bailarina exótica cuando está en shorts y limpiando el piso. Es una joven ama de casa contenta porque su compañero está ahí cuidándola.

Vi los noticiarios con el énfasis puesto en mi salida del hospital. Las cámaras pegadas al trasero, senos y caderas de Argelia. Los comentarios. El sector maldito y sus misteriosos accidentes. Los vecinos no quieren hablar. Bla, bla, bla.

Por supuesto que yo no dije nada. No sería muy creíble en mi informe expresar que, encima de mi camioneta, unos muertos —conocidos míos de hace más de quince años— fornicaban furiosamente. Luego, el celoso novio, al recordar que yo también pretendía a la chica, me dio una paliza de pronóstico reservado.

Contar eso me mandaría de patitas derecho al manicomio Jiménez de la ciudad.


I

Mi traslado quedó en suspenso. Tengo reposo activo. Pero eso no me impidió seguir investigando el caso vía internet desde mi cama, mientras más me envolvía en el dulce y fresco aroma de Argelia. Contemplar a mis anchas ese cuerpo precioso y deseable cada mañana y noche, cuando llegaba, era el mejor remedio que ningún médico me pudiera recetar. Llamé a la Cooperativa de Energía Eléctrica y pregunté por la oscuridad permanente de la esquina. Me dijeron que habían cambiado hasta el poste y más de cuatro operarios se habían accidentado gravemente al hacer mantenimiento ahí. Entendí. Yo solo era un punto más en la estadística.

Argelia no permitía que me fuera. Hoy, antes de dormir, me besó. Fue un tropezón mío que hizo que casi cayera en sus brazos. No fue a propósito, pero dio resultados.

Luego, al día siguiente, traje un mercado en mi primera salida después de la paliza. Ella estaba en la cocina, tarareando "Inolvidable" de Laura Pausini. Fue inevitable. Sin pensar, sin buscarlo, nos dimos un beso suave, largo, húmedo, de dos lenguas expertas que han besado mucho, que nos lo dimos con los ojos cerrados.

Me maravillé del divino sabor de esos labios dulces y carnosos. Terminamos sin decirnos nada. Ella me dijo angustiada, con voz ahogada:

—No quiero dañar las cosas. No nos precipitemos.

Quedé así, tan cerca de ella, la tomé de la barbilla y la volví a besar. Pasamos a mayores. Sentía como piedras sus senos duros, su temblor al tratar de impedir algo que ninguno de los dos podía evitar. No logramos dominarnos.

—No más, no más —dijo sollozando, mientras yo, sin dejar de besarla, la llevaba como pude al cuarto. Lanzó las sandalias y con premura fue quitándose los shorts; yo los míos. Le quité la blusa. Caímos en la cama y ella se puso arrodillada, apoyándose en la almohada.

—Ahora. Ya no aguanto más. Ya caí. Ya caí —exclamó con un mar de lágrimas, poniéndose receptiva, mientras yo sentía cómo mi miembro me dolía por la espantosa erección que me dominaba.

La penetré en su sexo húmedo y divino, con un aroma más que delicioso. No pude hacerlo lentamente. Ella tenía un movimiento rítmico fuerte y apretaba furiosamente su vulva ante cada ataque mío. Estallé dentro de ella y quedamos casi de infarto. Se habían roto los límites con una pasión desgarradora y hambrienta. Maldije el tener que enamorarme, pero eso es lo que está sucediendo, atacándome sin defensas, hasta terminar yo besando esos bellos y suaves hombros, saboreando ese cuello suave y frágil.

—Ya esto está absolutamente echado a perder —dije a esos labios carnosos y preciosos que no me cansaba de besar, viéndola cansada y satisfecha en ese orgasmo largo y convulsivo que proclamaba su triunfo sobre mí.

—Estoy volviéndome borracha de ti. Me gustaste demasiado cuando te vi. Supe que esto pasaría, me tendrías y luego sé que te irás —susurró con los ojos húmedos de lágrimas de amor, de sexo satisfecho y de despedida.

Nos dormimos. No pude aguantarme. Cuando me desperté, bajé besando ese plano vientre y fui justo a comerme lo que tanto deseaba mientras ella abría aquellas monumentales piernas. Cuando terminé, ella, presta y dispuesta, tomó mi pene y, sin más preámbulos, se lo tragó todo. He tenido sexo oral, sí que lo he tenido, y muy bueno. Pero este fue el candado definitivo que me amarró a Argelia.

Llegué al precinto completamente curado, dispuesto a hacer mi informe y resolver el caso de una vez.

—Te la cogiste —fue el admirado comentario de uno de mis compañeros de interrogatorios mientras tomábamos café. Mi silencio se lo confirmó a todos.

II

¡Argelia después me confesó que no pudo luchar más contra el deseo de acostarse conmigo cuando me vio llegar cojeando, cargando un mercado completo, una señal, según ella, de aquellos que se aferran, que no quieren irse. Por eso me premió con esos tres encuentros deliciosos: sin restricciones, pasionales, sin preocupaciones aparentes, libres, casi depravados y, posiblemente, teñidos de un incipiente amor.

Con semejante armadura me dispuse a contactar a los buenos muchachos de la esquina sudoeste. A los pocos que encontré, me di cuenta de que el destino no les había sonreído. Uno se ahogó en una playa prohibida, con el alcohol carcomiéndole el juicio mientras las olas lo arrastraban. Otro se había graduado de geólogo, solo para languidecer cuarenta y nueve meses como rehén de la guerrilla, su juventud pudriéndose en la selva. Uno más limpiaba pisos relucientes en el brillo artificial de Dubái, y no muy lejos de aquí, un antiguo compañero se había metamorfoseado en un pastor evangélico, liderando una iglesia próspera bajo el peculiar nombre de la Orden de Jesucristo el Astronauta.

Me levanté muy temprano, una inquietud pegajosa como una pesadilla persistente. Inevitablemente, mis ojos buscaron la ventana. Vi una Uaz Patriot 4x4Bi, una bestia híbrida eléctrica-biodiesel, estacionada en la calle. De ella descendió un sacerdote budista, su túnica naranja un destello en la penumbra matutina, para desaparecer rápidamente en el interior del negocio vietnamita.

Esa misma mañana, una punzada de curiosidad malsana me picó como un insecto bajo la piel. Decidí ir a visitarlo. Para añadir un toque de teatralidad, me coloqué mi collarín y la férula en mi pierna izquierda, sintiéndome como un actor de segunda en una obra barata.

Fui a eso de media mañana. Conversamos largamente, el aire denso con el aroma agridulce de especias y un silencio cargado. Me explicó que los vigilantes nocturnos no duraban. Había… algo, unos espíritus obscenos, dijo, que fornicaban dentro del local, susurros lascivos resonando en la oscuridad. Le creí. Más que nadie, yo tenía razones para creer en lo inexplicable, pero jugué al incrédulo, mi escepticismo una máscara endeble.

—¿Son ellos únicamente?

—Ellos dos —afirmó, su voz un hilo tembloroso, pero no quiso profundizar más en el asunto, sus ojos huidizos buscando consuelo en la figura de un Buda protector en una esquina del recinto. Pero, como si una fuerza invisible lo obligara, añadió—: Después de que vino el sacerdote chamán, siguen sucediendo cosas.

—¿Cómo qué?

—Cosas feas —expresó nerviosamente, bajando la voz hasta convertirla en un secreto escalofriante—. Quiero vender el negocio, pero nadie me lo compra.

—Voy a quedarme dentro de su negocio una noche. No son fantasmas, son un par de vagabundos que deben estar montando algún tipo de estafa barata. Me deben una —le dije, señalando mi collarín, la férula y, como un último golpe, mi placa de policía.

El vietnamita me miró como se mira a los lunáticos, una mezcla de temor y resignación en sus ojos oscuros. Asentí por él, aceptando tácitamente su juicio.


las Por Capitulos

domingo, 28 de septiembre de 2025

Dokmai.Final

 


A veces se dice que no se debe apilar madera junto al fuego.

Una noche Dokmai entró silenciosamente al cuarto de Zhao Jun.
-- Que sucede?. Tienes miedo?.-- pregunto el joven al verla llegar
-- No tengo miedo.Vengo a cuidarte...-- susurro ella introduciéndose en la cama,abrazándose y durmieron felices...
Hasta que después de manera incierta fue la primera vez de un beso


Y luego los instintos los fueron llevando.Una y otra vez,hasta luego explotar en una desenfrenada catarata de ardiente e inagotable pasión, que no amainaba con nada.

II

Kunming, en el corazón de Yunnan, era una ciudad de contrastes: los antiguos tejados curvos que resistían el tiempo se alzaban junto a torres de acero y vidrio. Para la madre de Zhao Jun aquellos contrastes eran el telón de fondo de su propia vida: un equilibrio frágil entre tradición y modernidad, entre la férrea disciplina que la había llevado a la cima de su carrera y el vacío emocional que la acompañaba desde hacía más de veinte años.

Ejecutiva de una de las principales compañías tecnológicas de la región, Bai Wei  era el prototipo de la mujer que todos admiraban en silencio: elegante, inteligente, eficaz. A sus treinta y seis  años había conquistado el respeto de un mundo dominado por hombres. Su agenda era una cadena ininterrumpida de reuniones, informes, decisiones estratégicas y viajes de negocios. Su vida personal, en cambio, era un terreno baldío que apenas florecía cuando su pensamiento se detenía en Zhao Jun, su único hijo.

Zhao Jun apenas  tenía quince años, y  siempre era  motivo de orgullo. Inteligente, brillante estudiante y ya estaba casi aceptado para cursar  de ingeniería aeroespacial, atractivo de forma que recordaba a su padre —un hombre que los había abandonado cuando su hijo era apenas un bebé—. 

Bai Wei había volcado en él todo lo que tenía: su amor, sus esperanzas, sus ambiciones. Lo veía como la prueba viviente de que sus sacrificios no habían sido en vano.

Un día mientras volaba de Taipei a Bejing reviso su teléfono.La camara de video le enseñó una niña en el comedor de su casa,a la hora que su hijo estaba en clases...luego otra vez en horas de la noche la camara la capto en la madrugada descendiendo en ropa interior caminando a la cocina a tomar agua.

Por eso, aquel día  de septiembre, cuando el taxi la dejó en la puerta de su casa a las 11 de la mañana en el segundo domingo del mes,  jamás habría imaginado que en pocos minutos la estructura de su mundo se tambalearía para siempre.


Había regresado antes de lo previsto de un viaje a Shanghái. Quería sorprender a Zhao Jun  con un  almuerzo para  ambos y pasar unas horas juntos.

 Desde que él había comenzado su tesis para ingresar a la universidad , apenas se veían. La casa estaba silenciosa cuando giró la llave y empujó la puerta, aunque un par de zapatos deportivos  femeninos Li-Ning  desconocidos, alineados junto al mueble del recibidor, le llamaron la atención.

Se detuvo un segundo, el bolso aún colgado de su hombro.
—¿Jun? —llamó con voz suave.
No hubo respuesta.

Avanzó despacio por el pasillo, sus tacones amortiguados por la alfombra. Al llegar a la puerta de la habitación de su hijo, la encontró entreabierta. Escuchó murmullos entrecortados, un suspiro ahogado. El instinto le ordenó retroceder, pero algo más fuerte —una mezcla de desconcierto y sospecha— la impulsó a empujar la puerta.

Lo que vio la detuvo en seco.

Zhao Jun estaba en la cama, desnudo, enredado en un abrazo apasionado con una joven. La escena era inequívoca. Pero lo que la dejó sin aliento no fue la intimidad , a pesar de ser un adolescente, sino la identidad de la muchacha.Era una muchacha de una belleza imposible de entender,  No era alguien que hubiera visto antes en sus círculos sociales ni en las jovencitas del liceo. 

Su piel muy blanca, sus facciones delicadas, la ropa sencilla tirada al pie de la cama hablaban de un origen muy diferente.

La joven se apartó sobresaltada al verla. Zhao Jun , pálido, buscó una sábana con torpeza para cubrirse.

—¡Madre! —exclamó, su voz quebrada entre la sorpresa y el miedo.

Bai Wei  no dijo nada durante un largo minuto. Su mente analítica intentaba procesar la escena. Lo primero que notó fue el acento de la joven cuando, balbuceando en mandarín, pidió disculpas.

Acento de Laos, pensó. Su tono, su pronunciación… provenía del campo, sin duda.

—¿Quién es ella? —preguntó con una frialdad que heló la habitación.

—Se llama Dokmai —respondió Jun con voz baja—. Es… mi novia.

La palabra cayó como un proyectil. 

Bai Wei Mei Lin la repitió mentalmente. “Novia”. La observó con detenimiento: probablemente unos quince años, tal vez menos, ropa barata, manos de trabajo. No era una estudiante, eso era evidente. No pertenecía a su mundo. Y más allá de todo, había algo más preocupante: el miedo en sus ojos cuando la miraba.


Bai Wei pidió a Dokmai que se vistiera y saliera de la habitación. Luego, con gesto imperativo, indicó a la joven que la siguiera a la sala. Se sentó en el sillón de cuero y, en silencio, le ofreció un vaso de agua. La muchacha lo tomó con ambas manos temblorosas.

—¿De dónde eres? —preguntó Bai Wei  con calma contenida, mientras a medio vestir Zhao Jun se precipitan detrás de ellas

—De Savannakhet… Laos —respondió en un mandarín vacilante.

—¿Estás trabajando aquí?
—No … en esta casa, limpiando… —la muchacha bajó la mirada—. No tengo papeles.

La revelación confirmó sus sospechas. Una inmigrante indocumentada. Si las autoridades lo descubrían, podría ser deportada. Y su hijo, implicado con alguien en esa situación, arrastraría consecuencias legales y sociales.

Zhao Jun  estaba junto a ellas , con el cabello revuelto y el rostro desencajado.

—Madre, escúchame —empezó a tratar de explicar,buscando valor para ver la cara de su madre—. La amo. Nos conocimos hace meses. La rescate de la calle. Quise contártelo, pero…

—Pero sabías que reaccionaría así —lo interrumpió Bai Wei—. Porque sabías que esto es inaceptable.Es evidente una menor de edad,indocumentada y no se conoce su pasado y obviamente sus costumbres no son las nuestras 

—¿Inaceptable por qué? —su voz se alzó, temblorosa—. ¿Porque no pertenece a nuestro mundo? ¿Porque no tiene dinero?

—Porque estás arriesgando todo —respondió ella con dureza—. Tu carrera, tu reputación, tu futuro. ¿Te das cuenta de lo que significa estar con alguien en situación ilegal?.Muchachito irresponsable.No has pensado que puedes embarazar a esta niña?

Dokmai, con los ojos llenos de lágrimas, se levantó.

—No quiero causar problemas —murmuró—. Me iré.

Pero Jun la detuvo, tomándola de la mano.
—No, no te vayas —dijo—. Madre, no puedes decidir por mí.Ya lo vistes,somos pareja Yo soy responsable.Ambos sabíamos lo que haciamos


El silencio que siguió fue espeso como el aire antes de una tormenta. Bai Wei sintió cómo su corazón latía con violencia, no de ira, sino de miedo. Había trabajado toda su vida para construir un camino claro y luminoso para su hijo. Y ahora, ante sus ojos, veía cómo ese camino podía desviarse por un amor que ella consideraba imprudente.

—Jun  —dijo al fin, con voz más serena—. Escúchame. No es un asunto de clase. Es un asunto de realidad. Ella podría ser deportada en cualquier momento. Tú podrías verte involucrado legalmente. Y todo tu futuro… —lo miró con dureza— …podría desaparecer.

—No me importa el futuro si no puedo elegir mi presente —respondió él, con una determinación que no había mostrado antes.

Bai Wei lo observó con una mezcla de desconcierto y dolor. No reconocía a ese niño que tenía delante. Era su hijo, sí, pero hablaba como un extraño.Las demás madres tenían problemas con sus hijos por exceso de tiempo con un I phone, otros adictos a los vídeos Game, su hijo para variar tenía una relación de adulto con una adolescente,indocumentada y no escolarizada.


Esa noche no durmió. Se quedó sentada junto a la ventana, viendo las luces de Kunming reflejarse en el lago Dianchi. Sus pensamientos se agolpaban como un enjambre. Se preguntó si había fallado como madre. Si su exceso de control, su exigencia constante, habían empujado a Zhao Jun a buscar un amor fuera de su mundo.

Pero también sabía que la vida era cruel con los ingenuos. Había visto a demasiados jóvenes talentosos perderlo todo por decisiones impulsivas. Y no permitiría que Jun fuera uno de ellos.

Al amanecer, tomó una decisión.


Cuando Jun despertó, la mesa del comedor estaba puesta. Bai Wei  había preparado desayuno, algo que no hacía desde que él era niño. Se sentaron frente a frente en silencio. Dokmai  no estaba; había salido temprano, según explicó Bai Wei, para evitar incomodidades.

—Quiero que escuches lo que tengo que decir sin interrumpirme —empezó Bai Wei con tono firme—. No dudo de tus sentimientos. No dudo de que creas que esto es amor. Pero el amor, Jun, no basta cuando se enfrenta a la realidad. Y la realidad es que esta relación te pone en riesgo.

—¿Riesgo? —repitió él—. Ella no me está haciendo daño.

—No hablo de daño emocional. Hablo de consecuencias legales. Hablo de cómo te verán en el mundo profesional que vas a empezar a construir  Hablo de las puertas que se cerrarán sin que siquiera lo notes.

Jun apretó los puños.
—¿Y qué hay de mi felicidad?

—Tu felicidad depende de tener la libertad de construir tu vida —replicó ella—. Y esa libertad se pierde si tus decisiones te arrastran al abismo.

El silencio volvió a instalarse entre ellos. Bai Wei respiró hondo antes de pronunciar las palabras más duras de su vida.

—Si decides seguir con ella —dijo lentamente—, no contarás con mi apoyo. No financiaré tu Universidad. No tendrás acceso a los contactos que he conseguido para tu carrera. Y no seré parte de tu vida mientras sigas en esa relación.

Jun  la miró como si no la reconociera.
—¿Estás… amenazándome?

—Te estoy mostrando la realidad —respondió ella con frialdad—. Eres libre de elegir. Pero cada elección tiene consecuencias.


Los días siguientes fueron un torbellino de silencios y conversaciones a medias. Zhao Jun evitaba a su madre, encerrándose en su habitación o saliendo temprano. Bai Wei  fingía concentración en el trabajo, aunque en el fondo su corazón se desmoronaba. Cada noche se preguntaba si había sido demasiado dura. Cada mañana se convencía de que era lo correcto.

Una semana después, Zhao Jun  la reunió en la sala. Tenía el rostro serio, decidido.

—He pensado en todo —dijo—. Y he tomado una decisión.

Bai Wei sintió que el aire se detenía en sus pulmones.

—Me mudaré con Dokmai. Ella necesita mi apoyo, y yo quiero estar con ella. Buscaré un trabajo mientras termino la tesis de ingreso. No necesito tu dinero.

La frase fue como una puñalada. Bai Wei sintió que el suelo se abría bajo sus pies.

—Hijo, no hagas esto y no puedes hacerlo, eres menor de edad  —susurró—. Eres mi hijo. Todo lo que he hecho fue por ti.

—Y lo agradezco —respondió él—. Pero esta es mi vida.


La conversación fue interrumpida por el toque en la puerta. Al abrir estaba una mujer policía y dos policías 

-- Buenas tardes -- dijo la policia-- Nos da permiso para entrar?

-- Si-- dijo Bai Wei extrañada.

Los policías se sentaron en la sala. Y la mujer policía  le enseñó


la foto

-- Arrestamos a esta adolescente indocumentada Más o menos explicó que es la esposa de un hombre llamado Zhao Jun.

-- Este es Zhao Jun,mi hijo y como pueden ver es un adolescente.

-- Esto es grave.Tenemos razones para creer que en esta casa se daba refugio a una indocumentada y está está envuelta en una relación sexual ilegal Me temo que tendrá que acompañarnos a la comisaría.

-- Y ella?-- preguntó Zhao Jun, impidiendo que los policías esposaran a su madre.

-- Mi madre no tiene nada que ver en esto.Yo fui el que la traje a la casa sin el permiso de mi madre.Fue ni decisión Dejen a mi madre en paz.Ella no tenía idea de lo que yo hacía con Dokmai.Y es cierto Dokmai y yo somos pareja.No tienen derecho a deportarla-- insistía vehemente Zhao Jun luchando con los policías para impedir que se llevarán a su madre ....






"El eco de Dokmai"

La lluvia caía en finas líneas sobre Kunming, trazando surcos de plata en el cristal del ventanal.

 Desde allí, Bai Wei en arresto domiciliario (jiānshì jūzhù) , las circunstancias de lo sucedido ameritaba una amplia investigación, realmente ella no estaba al tanto de lo que sucedía por la naturaleza de su trabajo, su hijo había hecho todo sin el consentimiento de la madre, la niña Dokmai desconocía las leyes de China y tener marido a esa edad era una costumbre amplia y extendida en las zonas rurales de Laos.

Sin embargo la prensa sensacionalista no perdió oportunidad y el escándalo fue mayusculo.Bai Weoi fue despedida de su trabajo, perdió casi todo su puntaje social y su grupo social le hizo un ghosting de marca mayor.


@#@#@#@#@#@

La bella mujer observaba la ciudad con la mirada vacía de quien ha perdido demasiado para temer perder algo más. Su casa estaba casi vacía,  había vendido muebles, joyas, recuerdos. Lo poco que quedaba era un puñado de fotografías enmarcadas —una de ellas, su favorita, mostraba a un niño de seis años en uniforme escolar, con la sonrisa más luminosa que había visto jamás.

Aquel niño era Zhao Jun, su hijo. Su orgullo, su razón, su único motivo de seguir respirando.

Y también, sin saberlo, la causa de su ruina. Pronto debería vender la casa .5 años de arresto domiciliario y sin ingresos Luciano muy cuesta arriba, de milagro no le habían quitado la patria potestad y guardia y custodia de su hijo.

II

Cinco años atrás, todo había sido diferente. Bai Wei era una de las ingenieras más respetadas del país, jefa de desarrollo en la principal empresa aeroespacial del suroeste chino. Había criado sola a Zhao Jun tras ser abandonada por su esposo, y con una mezcla de disciplina feroz y amor silencioso, había logrado forjar a un joven brillante. A punto de entrar en la universidad a una edad extremadamente temprana.

Hasta que Dokmai apareció en sus vidas.

Una joven laosiana sin papeles, con la dulzura del campo en la voz y la mirada llena de sueños. Bai Wei, al descubrir la relación, había reaccionado con dureza, intentando romperla por miedo al futuro de su hijo. Pero la realidad la superó con violencia inesperada.

 Días después , agentes del Departamento de Inmigración irrumpieron en su hogar. Acusaron a Bai Wei de albergar a una extranjera ilegal. Dokmai fue arrestada. Los medios se abalanzaron sobre el escándalo: "Ejecutiva de alto perfil protege a inmigrantes ilegales". Su reputación quedó destrozada. En semanas perdió su puesto, sus credenciales, sus ingresos.

Y lo peor: para evitar que Zhao Jun quedara implicado —y arruinara su carrera antes de empezar— Bai Wei se declaró culpable de haber permitido que Dokmai residiera en su casa. Fue condenada a cinco años de prisión domiciliaria y su hijo perdió irremediablemente la oportunidad de entrar a la universidad

El sacrificio fue absoluto. Y el precio, incalculable.

El día que la puerta de su casa ahora celda se cerró tras ella, Zhao Jun colapsó. La universidad, incapaz de tolerar el escándalo, revocó su beca y perdió su cupo de ingreso. Ninguna empresa lo avalaría en becas ni en el futuro  contratarlo: su nombre estaba ligado a un caso de inmigración ilegal. Todo lo que había construido se desmoronó en semanas.

Durante meses, vivió con culpa y rabia. Culpa por no haber protegido a su madre. Rabia por haber perdido a Dokmai sin poder ayudarla. Supo que había sido deportada, pero no a dónde. Su rastro se disolvió en la frontera como si nunca hubiera existido.

Sin título, sin oportunidades y con un corazón hecho pedazos, Zhao Jun se refugió en lo único que sabía hacer: programar y crear

Empezó trabajando como freelancer, desarrollando pequeños videojuegos para móviles desde cafés baratos. Sus ideas, sin embargo, eran demasiado brillantes para pasar desapercibidas. En menos de dos años, uno de sus títulos —un juego de exploración con inteligencia artificial que simulaba el paso del tiempo y el destino— se volvió viral en toda Asia.Apenas 17 años  y era una celebridad en el internet profundo e independiente . Luego vinieron sus propios  contratos, sus propias inversiones asesoradas por una IA que el mismo creo, estudios.

III

A los 18  años, Zhao Jun era uno de los desarrolladores independientes más exitosos del continente. Había fundado su propia compañía interactiva Tōdos Interactive, con sede en la futurista y fantasmal ciudad de ordos.

Y con amplios contactos en Future city, una zona tecnológica de rápido crecimiento en las afueras de Shenzhen.

 Sus oficinas ocupaban los tres últimos pisos de una torre de acero y cristal. Y él, que lo había perdido todo, ahora lo tenía todo... salvo lo que realmente importaba.

Cuando Zhao Jun pagó la multa, los costos del juicio y pago un multimillonaria fianza,  Bai Wei salió de prisión, encontró a su hijo esperándola frente al portón, con un coche negro y los ojos húmedos.

—Mamá —dijo simplemente.

No hubo reproches. Solo un abrazo largo, tembloroso, cargado de los años que el tiempo les había robado.

—Lo siento tanto... —murmuró él contra su hombro.

—Yo también —respondió ella, acariciándole el cabello—. Pero ahora estamos aquí. Y eso es lo que importa.

Los primeros meses fueron extraños. Bai Wei, acostumbrada a liderar equipos y tomar decisiones de alto nivel, no sabía cómo encajar en el nuevo mundo de Zhao Jun. Pero él lo resolvió con un gesto inesperado: la contrató como ingeniera principal de su compañía. Allí, entre servidores, algoritmos y proyectos, madre e hijo reconstruyeron su relación desde cero.


Se mudaron al lejano norte, a Kobayashi 

Era excelente para ambos vivir en el norte del país,en una ciudad casi vacía,donde nadie sabía del escándalo de años atrás.

El perdón no fue inmediato. Requirió noches de silencio compartido, conversaciones a media luz y lágrimas contenidas. Pero poco a poco, el dolor cedió su lugar a una nueva comprensión: ambos habían hecho lo que creían correcto. Ambos habían sacrificado demasiado por amor.


III


Una noche de otoño, cuando la ciudad se extendía bajo el ventanal como un mar de luces, Bai Wei se sentó junto a su hijo en el despacho principal de Tōdos. Afuera llovía con la misma delicadeza que cinco años atrás.

—Zhao Jun —dijo en voz baja—. Quiero hablar contigo de algo que nunca terminamos.

Él dejó a un lado la tableta con los gráficos de ventas.
—¿De qué se trata?

—De Dokmai.

El nombre flotó en el aire como un fantasma. Zhao Jun cerró los ojos un instante. No la había vuelto a pronunciar en años.

—¿Qué hay de ella? —preguntó finalmente.

—Sé que la amabas —respondió Bai Wei—. Y sé que, pese a todo, sigues amándola.

—Han pasado  años, mamá. —Su voz era un susurro tenso—. No sé siquiera si está viva. Ni dónde está.

—Entonces hay que buscarla.

Zhao Jun giró lentamente el rostro hacia ella, sorprendido.
—¿Buscarla?

—Sí. —Los ojos de Bai Wei brillaban con determinación—. Si de verdad fue el amor de tu vida, mereces saber qué fue de ella. Mereces cerrar ese capítulo, o reescribirlo. Pero no puedes seguir viviendo con esa herida abierta.Iniciaron algo, es necesario que averigues si hay espacios en la vida de ambos, si pueden encajar en una relación,si tienen oportunidad de desarrollar una relación

—¿Y si está casada? ¿Y si tiene hijos? —preguntó él, temblando.

—Entonces la felicitarás, le desearás felicidad y seguirás tu camino y ya aparecerá alguien.Siempre hay alguien—respondió Bai Wei con suavidad—. Pero si no... entonces quizás todavía haya una historia que contar.

-- Madre, quiero lo mismo para ti.. has hecho una vida alrrededor mío, y mereces reconstruir tu vida.


V

Las semanas siguientes estuvieron marcadas por una energía nueva. Zhao Jun puso a trabajar a todo su equipo de inteligencia de datos, pero con una consigna estricta: usar solo información pública y legal. Revisaron bases de datos de organizaciones de ayuda a migrantes, registros consulares, redes abiertas. Cada pista era frágil, cada avance, lento.

En el proceso, Zhao Jun se dio cuenta de cuánto la recordaba. Su risa tímida cuando él la llevaba a comer ramen barato después de clases. Su forma de pronunciar su nombre en la oscuridad. Su costumbre de regalarle pequeñas flores secas en un cuaderno. Eran detalles diminutos, pero más vívidos que cualquier éxito empresarial.

Y cada noche, cuando el cansancio lo vencía, Bai Wei lo encontraba dormido sobre la mesa, con una fotografía arrugada de ambos en sus manos.

Un día, a mediados de primavera, una alerta parpadeó en la pantalla. Habían encontrado una coincidencia parcial en un registro de voluntarios de una ONG con sede en Luang Prabang, Laos. Una mujer llamada Dokmai había trabajado allí enseñando mandarín a niños rurales y haciendo servicios de limpieza. La foto era borrosa, pero la sonrisa... esa sonrisa.

—Es ella —susurró Zhao Jun, el corazón acelerado.

—Entonces ve —dijo Bai Wei, colocándole una mano en el hombro—. El destino te está esperando.

VI

Nunca había estado en Laos, tomó un avión hasta su ciudad natal Kunming y de ahí tomó el tren hasta Luan Praban



La última vez que Zhao Jun había estado en Laos fue cuando tenía veinticuatro años

Nunca Zhao Jun había estado en Laos . Ahora, cinco años mayor, con el peso del mundo sobre sus hombros, el país le parecía distinto a lo que había visto en internetLas calles polvorientas, los mercados bulliciosos, los templos cubiertos de oro... todo le resultaba ajeno y familiar a la vez.

todo le resultaba ajeno y familiar a la vez

En el pequeño centro comunitario de Luang Prabang, una voluntaria lo recibió con una sonrisa amable.

—¿Busca a alguien?

—A Dokmai —respondió en mandarín lento, con la voz quebrada—. Las autoridades me dijeron que alguien con ese nombre trabajó limpiando aquí

La mujer frunció el ceño, luego asintió.
—Sí. Estuvo con nosotros hace unos años. Ahora trabaja como costurera en un pueblo al norte. Es muy querida allí.

El corazón de Zhao Jun latía con furia mientras viajaba en un autobús destartalado por caminos de tierra. Cada kilómetro lo acercaba al pasado. Cada curva lo sumergía en un torbellino de miedo y esperanza.

"¿Y si no quiere verme? ¿Y si ha seguido adelante?", se repetía.
Pero una voz más profunda le decía: "No se trata de ti. Se trata de cerrar el círculo".







Capítulo: La Senda de las Montañas Esmeralda


Caminando algo desconcertado por Luang Praban; el atractivo,alto y espigado muchacho no tenía un plan muy bien prefijado y recordó el torbellino de los últimos días



 El sol apenas despuntaba sobre las colinas de Kunming, tiñendo de dorado los tejados de la ciudad. Zhao Jun, con apenas 19 años, pero con la determinación de un guerrero, ajustó su mochila y revisó por última vez el mapa digital que había programado él mismo en la deep web. Su objetivo: encontrar a Dokmai, la mujer que había robado su corazón cinco años atrás, cuando él era solo un adolescente soñador y ella, con 15 años.

, una niña  viajera laosiana de mirada profunda y sonrisa que prometía aventuras.Habían pasado cinco años desde que la deportaron de China, arrancándola de su lado tras un romance fugaz pero inolvidable. Ahora, Zhao sabía que ella estaba en algún lugar de las montañas de Laos, en una aldea remota rodeada de selvas espesas y riscos traicioneros. No tenía pruebas concretas, solo rumores recopilados en foros clandestinos de la internet profunda, donde su talento como desarrollador independiente de inteligencia artificial le había hecho ganar una fortuna. Con ese dinero, había comprado equipo de supervivencia, un dron de rastreo personalizado y contactos en la frontera. Pero nada garantizaba que el camino sería fácil.### 


El viaje comienza.


Zhao cruzó la frontera hacia Luan Prabang,  en una motocicleta todoterreno que compro en la pequeña ciudad,  esquivando controles con documentos falsificados que él mismo había codificado.Viajo en moto hasta  El aire húmedo de la selva lo golpeó al entrar en la provincia de Luang Namtha. Las montañas se alzaban como guardianes imponentes, cubiertas de niebla y vegetación impenetrable. Su dron, equipado con un algoritmo de reconocimiento facial que él había diseñado, sobrevolaba los senderos, buscando cualquier rastro de Dokmai.El primer peligro no tardó en llegar. En un sendero angosto, un grupo de traficantes locales lo interceptó. Eran hombres curtidos, armados con machetes y rifles improvisados, que controlaban los pasos ilegales entre las aldeas.

 —¿Qué hace un chico de ciudad como tú en nuestras montañas? Andas buscando una concubina?. Te podemos encontrar varias entre 12 y 15 años. —gruñó el líder, viendo con desconfianza al atractivo joven,, un hombre con cicatrices en el rostro.Zhao, con el corazón acelerado pero la mente fría, activó un traductor en tiempo real en su smartwatch, otro de sus inventos. En un laosiano impecable, respondió

:—Busco a alguien.Es...mi...esposa... No quiero problemas, solo paso a buscarla

 El líder entrecerró los ojos, pero Zhao notó su interés en el dron que flotaba sobre ellos, emitiendo un zumbido suave. 

 —Puedo pagar por el paso —dijo, ante el desconfiado silencio del grupo---. Pero déjenme seguir. 

 Los traficantes, codiciosos, aceptaron el trato, unos cuantos billetes Yuanes, era casi nada, para ellos era mucho, pero Zhao sabía que no lo dejarían ir tan fácil. Apenas se alejaron, programó el dron para liberar un gas lacrimógeno no letal como medida de seguridad. 

Mientras los hombres tosían y maldecían entre la niebla, Zhao aceleró su moto, perdiéndose en la selva. 


 ###

Mientras activaba desde su apartamento en Todos,sabía que en alguna de esas aldeas entre la selva de la montaña estaría ella. Tenía que comprar diesel para la moto en alguno de los comerciantes ilegales de la zona.Un indicio en la tormentaEl segundo día, una tormenta tropical azotó las montañas. La lluvia convirtió los senderos en ríos de lodo, y el viento amenazaba con derribar su moto. Empapado y exhausto, Zhao se refugió en una cueva. Allí, revisando los datos del dron, encontró una imagen borrosa: una mujer con un vestido tradicional laosiano, caminando entre chozas de bambú en una aldea a 20 kilómetros. El algoritmo dio un 73% de coincidencia con Dokmai. Era la pista más sólida que tenía.Mientras la tormenta rugía, Zhao recordó los días con Dokmai en Kunming. Ella le había enseñado a bailar bajo la luna, a reír sin miedo, a soñar con un mundo sin fronteras. Pero también recordaba la noche en que la policía la detuvo, arrancándola de su vida sin explicación. 

Desde entonces, Zhao había jurado encontrarla, no solo por amor, sino por la promesa que le hizo: "Siempre volveré a ti, , el  hilo en que ella y el casi que en juegos lo habían hecho.


".### 


El enfrentamiento en el puente Al amanecer, Zhao llegó a un puente colgante que conectaba dos acantilados sobre un río turbulento. La aldea estaba al otro lado, pero el puente estaba custodiado por una milicia local, alertada por los traficantes. No había forma de evitarlos. Zhao respiró hondo, 

—No pasas sin pagar el precio —dijo una mujer armada, líder del grupo. 

 Zhao, sin tiempo para negociar, lanzó un señuelo: un proyector holográfico que simulaba un tigre emergiendo de la selva. Los milicianos, sorprendidos, dispararon al holograma, dándole a Zhao el segundo que necesitaba para correr hacia el puente. Las cuerdas crujían bajo su peso, y las balas silbaban a su alrededor. Con un movimiento arriesgado, cortó una de las cuerdas laterales con un cuchillo táctico, haciendo que el puente se inclinara y desequilibrara a sus perseguidores.Cruzó al otro lado, con el corazón latiéndole en el pecho. La aldea estaba cerca. Dokmai estaba cerca



.### 

El reencuentro


En la aldea, entre chozas y campos de arroz, Zhao encontró a una mujer trabajando en un telar.

 Su rostro, aunque marcado por el tiempo y el sol, era inconfundible. Dokmai levantó la vista, y por un instante, el mundo se detuvo. Sus ojos se encontraron, y Zhao supo que todo el peligro, la tormenta, los traficantes, habían valido la pena.

—Zhao... ¿eres tú? —susurró ella en un difícil chino  incrédula,levantándose violentamente de la silla.Él sonrió, con lágrimas en los ojos.

 —Te dije que volvería.Y lo único que quiero saber si todavía soy importante para ti, pues para mí si y no me importa lo que haya sucedido antes de mi llegada.




--¿


¡



-### Capítulo: Corazones en la Tormenta


El aire en la aldea era espeso, cargado de humedad y del eco lejano de los motores de los traficantes que se acercaban. Zhao Jun, con el corazón latiendo como un tambor, miraba a Dokmai, cuya belleza parecía desafiar el tiempo y las dificultades. A sus 18 años, su rostro era una mezcla de dulzura y fuerza, con ojos que brillaban como jade bajo el sol de la montaña, pero también escondían una sombra de tristeza. Su vestido tradicional laosiano, bordado con hilos dorados, se mecía con la brisa, y su cabello negro caía en ondas sobre sus hombros. Era, sin duda, la mujer más hermosa que Zhao había visto jamás, pero algo en su mirada le advirtió que no todo era como él había soñado


.—Dokmai... —comenzó Zhao, dando un paso hacia ella, con la promesa de cinco años resonando en su pecho—. He cruzado fronteras, selvas, todo por ti.

El pueblo era pequeño, rodeado de arrozales y montañas cubiertas de niebla. Frente a la escuela, un grupo de niños jugaba descalzo bajo la lluvia tibia. Y allí, en medio de ellos, estaba ella.

Dokmai.

Había cambiado. Su cabello era más corto, su rostro más maduro. Pero sus ojos... sus ojos eran los mismos. El tiempo no los había tocado.

Zhao Jun se quedó inmóvil, observándola con un nudo en la garganta. No sabía si correr hacia ella o huir. Finalmente, ella lo vio. Sus ojos se abrieron con incredulidad. La pelota cayó de sus manos.

—¿Zhao... Jun? —preguntó nuevamente, incrédula de estar entre los brazos de su amado, apenas un susurro.

Él dio un paso adelante. Luego otro. Hasta que quedaron a un metro de distancia.

—He tardado mucho —dijo con voz temblorosa—. Demasiado.

Dokmai parpadeó, y las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas.

—Pensé que nunca volvería a verte.

—Pensé que te había perdido para siempre.

El silencio entre ellos estaba cargado de años de dolor, arrepentimiento y amor no dicho. Finalmente, Zhao Jun respiró hondo.

—No sé si tienes a alguien —dijo—. No quiero irrumpir en tu vida. Si eres feliz, me iré y te desearé lo mejor. Pero si no... si hay aunque sea una posibilidad... quiero empezar de nuevo porque no he dejado de amarte ni por un segundo.

Dokmai bajó la mirada. Cuando la levantó, sonrió con la dulzura de antaño.

—No hay nadie —respondió—. Nunca hubo nadie. Porque nunca dejé de esperarte.

Ella bajó la mirada, sus manos apretando el telar con fuerza

. —Zhao, no deberías estar aquí. Es peligroso... para los dos.-- su rostro se ensombrecio como cayendo en cuenta de una verdad.

Antes de que Zhao pudiera responder, un grito cortó el aire. Los traficantes, liderados por el hombre de las cicatrices, irrumpieron en la aldea, sus motos levantando nubes de polvo.

 Los aldeanos corrieron a esconderse, pero Dokmai no se movió. Zhao notó que ella temblaba, no de miedo, sino de algo más profundo, algo que lo hizo sentir un nudo en el estómago



.### 

Un amor imposible


—¡Dokmai, aléjate de ese chico! —gritó el líder de los traficantes, desmontando de su moto con un machete en la mano. Su voz tenía un tono posesivo que hizo que Zhao apretara los puños.

—¿Lo conoces? —preguntó Zhao, mirando a Dokmai con una mezcla de confusión y dolor.Ella respiró hondo, sus ojos brillando con lágrimas contenidas. 

—Zhao, no es tan simple. Cuando me deportaron de Kunming, caí en manos de esta gente. Me salvaron de ser vendida en el mercado negro, pero... a un costo. Su líder, Khao, cree que le pertenezco.Pretende casarme con alguien rico y cobrar la dote en oro.Ha recibido varias ofertas y me subastará en unos dias

Zhao sintió que el suelo se desvanecía bajo sus pies. Dokmai, su Dokmai, atrapada en un amor imposible, atada por la deuda y el miedo a un hombre como Khao. Pero no había tiempo para procesarlo. Los traficantes los rodearon, y Khao dio un paso al frente, su mirada clavada en Zhao

.—Eres valiente, pequeño genio de la ciudad —dijo Khao, burlón—. Pero esto no es uno de tus jueguitos de inteligencia artificial. Aquí, yo soy la ley y está no es tu tierra.Alguien pagará por tu rescate 



.### El enfrentamiento

Zhao no era un luchador, pero su mente era su arma. Con un movimiento rápido, activó un dispositivo en su mochila: su inflable laptop plegable,que había programado para emitir pulsos sónicos disruptivos. Un zumbido agudo llenó el aire, desorientando a los traficantes, que se taparon los oídos. Aprovechando el caos, Zhao tomó la mano de Dokmai ,quien también estaba desconcertada por el impulso.

y corrió hacia una choza cercana, buscando refugio.


Dentro, mientras  el sonido mantenían a raya a los traficantes, Zhao enfrentó a Dokmai. 

—Dime la verdad. ¿Aún sientes algo por mí? ¿O todo lo que vivimos en Kunming fue solo... un sueño de adolescente?

Dokmai lo miró, sus ojos brillando con una mezcla de amor y desesperación.

 —Zhao, nunca dejé de pensar en ti. Cada noche, bajo las estrellas, recordaba tus promesas, tus risas. Pero Khao... él no me dejará ir. No es solo él, es toda su red. Si escapamos, nos perseguirán hasta el fin del mundo.

Zhao apretó su mano, su determinación inquebrantable. 


—Que vengan. He construido una fortuna desde cero, he burlado fronteras y tormentas. No voy a perderte otra vez.Este clan tiene rivales?

-- Si un clan rival que dirige una mujer..

--- Los conozco.Me querían atracar en el puente...Voy a hacer algo


.### La huida


El sonido de los motores se intensificó. El ruido originado por  Zhao no podrían contener a Khao y su banda por mucho tiempo. Rápidamente, Zhao hackeó una señal de radio local con su tableta, enviando una alerta falsa a una milicia rival, indicando que Khao estaba invadiendo su territorio. Sabía que esto desataría el caos, dándoles una ventana para escapar.


—Vamos,  Conozco un sendero hacia el río. Ellos tienen  botes  escondidos allí —dijo ella, tirando de ella hacia la selva

Una vez dicho esto,Dokmai dudó,

  —Si huyo, pondré en peligro a la aldea. Ellos me protegieron cuando no tenía nada

.Zhao entendió el peso de sus palabras. No era solo su amor lo que estaba en juego, sino la seguridad de los inocentes que la habían acogido. En ese momento, supo que no bastaba con huir. Tenía que enfrentarse a Khao y su red, no solo por Dokmai, sino por liberar a todos los que vivían bajo su yugo.


### 

El plan final

Con Dokmai a su lado, Zhao ideó un plan arriesgado. Usaría su tecnología para exponer a Khao en la deep web, revelando sus operaciones ilegales a las autoridades internacionales y a las milicias rivales. Mientras preparaba el hackeo desde su tableta, le entregó a Dokmai un dispositivo de defensa personal: un brazalete que emitía descargas eléctricas no letales

.—Quédate conmigo —le susurró ella, su voz temblando pero firme—. Pase lo que pase, no me dejes otra vez

.Zhao asintió, su corazón ardiendo con la promesa de no fallarle. Pero en ese momento, un estruendo anunció la llegada de Khao, que habia reorganizado otra vez su grupo  La batalla final estaba a punto de comenzar



.---¿



### Capítulo: Bajo las Estrellas de Laos

El aire de la selva vibraba con el rugido de los motores de los traficantes, acercándose como una manada de lobos. Zhao Jun, con su tableta en la mano, terminaba de cargar un virus en la red de la deep web que expondría las operaciones de Khao, el líder de los traficantes, a las autoridades internacionales y a sus rivales. Pero el tiempo se agotaba.


  Dokmai, con su brazalete de defensa eléctrica, estaba a su lado, su belleza resplandeciendo incluso en medio del peligro. A sus 18 años, su rostro reflejaba una mezcla de miedo y determinación, pero sus ojos, al mirar a Zhao, ardían con un amor que desafiaba las tormentas.—Zhao, no tenemos mucho tiempo —susurró Dokmai, su voz temblando mientras apretaba su mano—. Si esto sale mal, quiero que sepas que nunca dejé de amarte


.Zhao, con sus 19 años y el corazón latiendo como un tambor, la miró con una intensidad que parecía detener el tiempo. 

—No vamos a perder, Dokmai. Te lo prometí hace cinco años, y lo cumplo ahora: eres mi hogar, y no dejaré que nadie nos separe otra vez.###


 La batalla final

El estruendo de las motos se detuvo, y Khao apareció en la entrada de la aldea, su figura imponente recortada contra el sol poniente. Sus hombres, armados hasta los dientes, lo flanqueaban

. —¡Dokmai! —rugió—. ¡Y tú, mocoso de ciudad, entrégate o esta aldea arderá!

Zhao no titubeó. Activó un último as en la manga: un sistema de altavoces ocultos que había instalado en la selva, emitiendo grabaciones falsas de una milicia rival acercándose. El truco desconcertó a los traficantes, que miraron a su alrededor, nerviosos. Aprovechando la confusión, Zhao lanzó un dron kamikaze cargado con un explosivo de baja potencia, que detonó en el centro del grupo, levantando una nube de polvo y caos.

—¡Ahora, Dokmai! —gritó Zhao

. Ella, con una agilidad sorprendente, usó su brazalete para incapacitar a dos traficantes que intentaban flanquearlos, sus descargas eléctricas resonando en la noche. Zhao, por su parte, corrió hacia Khao, esquivando un machetazo con una maniobra que había aprendido en simulaciones de combate en la deep web. Con un movimiento rápido, arrojó un dispositivo de red electromagnética, atrapando a Khao en una malla paralizante.Pero Khao era fuerte. Rompió la malla con un rugido y embistió a Zhao, derribándolo.


 Dokmai, sin dudarlo, se lanzó sobre Khao, usando su brazalete para darle una descarga directa. El líder cayó, aturdido, mientras los aldeanos, inspirados por el coraje de la pareja, comenzaron a defenderse con lo que tenían a mano: palos, piedras, herramientas.En el caos, Zhao recibió una notificación en su tableta: el virus había sido activado. Los datos de Khao estaban expuestos, y las autoridades tailandesas y chinas ya estaban rastreando su red. La milicia rival, alertada por el hackeo, se acercaba rápidamente. 

Era el momento de huir.


### La huida hacia la noche


Zhao y Dokmai tomaron una moto  y huyeron por la selva  hacia el río.





 Ahí estaban los botes de los delincuentes.

 Subieron a bordo, y el motor rugió mientras se alejaban de la aldea, 




dejando atrás los gritos de los traficantes y el resplandor de las antorchas. La selva los envolvió, y el cielo, ahora despejado, se llenó de estrellas que parecían guiarlos.Exhaustos, encontraron una cueva oculta junto al río, un refugio natural donde el agua brillaba como cristal bajo la luz de la luna. Allí, lejos del peligro, se miraron en silencio. La tensión de la batalla dio paso a una corriente eléctrica diferente, una que había estado creciendo desde que sus ojos se encontraron en la aldea.


### Una noche de amor

—Zhao...Tu madre me aceptará ahora? Sigo siendo casi analfabeta y obviamente indocumentada.Cause mucho daño a ustedes —susurró Dokmai, acercándose a él. Su vestido, húmedo por la humedad de la selva, se adhería a su figura, resaltando su belleza etérea. Él extendió una mano, acariciando su mejilla, sintiendo la suavidad de su piel bajo sus dedos temblorosos.


—Ni mi madre ni yo tenemos nada que perdonarte..No sabes cuánto soñé con este momento —dijo Zhao, su voz cargada de emoción—. Cada línea de código que escribí, cada riesgo que tomé, fue por volver a ti.



Dokmai sonrió, una lágrima rodando por su rostro. 

—Y yo, cada noche, miraba las estrellas y te imaginaba viniendo por mí. Pero ahora estás aquí, y no quiero esperar más.

Se acercaron lentamente, sus labios encontrándose en un beso que sabía a promesas rotas y esperanzas renacidas. El mundo exterior —los traficantes, el peligro, el pasado— se desvaneció




. En la cueva, iluminados solo por la luz de la luna que se filtraba a través de las rocas, sus cuerpos se entrelazaron con una pasión que había estado contenida durante cinco años.

Zhao deslizó sus manos por la espalda de Dokmai, sintiendo el calor de su piel bajo la tela fina. Ella respondió con un suspiro, sus dedos explorando el pecho de Zhao, trazando las líneas de un cuerpo que había madurado desde aquel adolescente que conoció en Kunming. La ropa cayó como hojas en otoño, y en la suavidad de un lecho improvisado de musgo y mantas que Zhao llevaba en su mochila, se entregaron el uno al otro.Sus movimientos eran una danza, lenta al principio, como si temieran romper el momento, pero luego urgentes, impulsados por un deseo que ardía como fuego. Cada caricia, cada susurro, era una declaración de amor, una promesa de no volver a separarse. La cueva se llenó de sus respiraciones entrecortadas, de risas suaves y gemidos que se mezclaban con el murmullo del río. Bajo las estrellas de Laos, Zhao y Dokmai se convirtieron en uno, sellando su amor en una noche que ninguno olvidaría.



### El amanecer de una nueva promesa


Cuando el amanecer tiñó el cielo de tonos rosados, se abrazaron, envueltos en la manta, mirando el río que brillaba como un espejo. Dokmai apoyó la cabeza en el pecho de Zhao, escuchando su corazón.



—¿Y ahora qué? —preguntó ella, con una mezcla de miedo y esperanza.Zhao sonrió, acariciando su cabello.


 —Ahora, el mundo es nuestro. Khao está acabado, y mi tecnología nos mantendrá a salvo. Podemos ir a donde quieras, Dokmai. Construiremos una vida juntos, sin fronteras.Ella levantó la vista, sus ojos brillando con un amor que era más fuerte que cualquier peligro. 

—Contigo, cualquier lugar es hogar.Y voy a cazar algo para comer...


Pero en la distancia, el sonido de un helicóptero rompió el silencio. ¿Eran las autoridades, los aliados de Khao, o algo completamente nuevo? La aventura aún no había 

¡




### Epílogo: 


Un Nuevo Amanecer en Ordos

El sonido del helicóptero que irrumpió en el amanecer resultó ser una bendición disfrazada. No eran los hombres de Khao, ni las autoridades corruptas, sino un equipo de rescate internacional alertado por el virus que Zhao había liberado en la deep web. La red de Khao se derrumbó en cuestión de horas, con sus operaciones expuestas y sus aliados huyendo o capturados. Zhao y Dokmai, tomados de la mano, fueron escoltados fuera de la selva de Laos, dejando atrás las montañas que habían sido testigos de su amor y su lucha.



Con la fortuna que Zhao había acumulado como desarrollador de inteligencia artificial en la internet profunda, compró un pasaje seguro para ambos hacia China. Pero no regresaron a Kunming, donde los recuerdos de su separación aún dolían.

cumpliendo la ley de Laos Zhao Jun realizó  Declaración jurada de matrimonio: 
Los extranjeros que se casan con ciudadanos laosianos deben preparar una Declaración Jurada de Matrimonio. Las embajadas de los países de origen suelen notarizar estas declaraciones. Y como ella no tenía familia, hizo la petición de manos,pago de dotes
Y celebración de la boda en el lugar donde Dokmai,con el corazón destrozado
Por la separación,limpio con dedicación el piso.







Días después, cuando regresaron juntos a Ordos, Bai Wei los esperaba en el aeropuerto. No hubo palabras. Dokmai se arrodilló, con lágrimas en los ojos.

—Lo siento —murmuró—. Nunca quise causar tanto dolor.

Bai Wei la levantó con delicadeza.
—No tienes nada que disculpar. Si este es el amor de mi hijo, entonces es el mío también.

Los tres se abrazaron bajo el cielo gris, como si el tiempo se replegara sobre sí mismo. El pasado ya no era una cadena, sino un puente hacia lo que vendría.


Meses más tarde, Zhao Jun y Dokmai caminaron juntos por  un nuevo y solitario parque donde,al igual que años atras años atrás, habían compartido su primer beso. Ahora no había miedo ni secretos. Él había aprendido que el amor no se mide por la facilidad con la que llega, sino por la resistencia que muestra frente a la adversidad. Ella había comprendido que el destino puede separarte de quien amas, pero también puede guiarte de vuelta.

Bai Wei, desde su oficina en la sede de su empresa familiar en Ordos Kobayashi, observaba a través de la ventana cómo su hijo reía con la mujer que había devuelto la luz a su mirada. Y por primera vez en muchos años, sintió paz.

No todo en la vida se puede planificar. No todo se puede controlar. Pero a veces, cuando se ha perdido todo y se ha pagado cada precio, el amor tiene la última palabra.

Y en el eco de esa palabra, tres vidas encontraron al fin su redención.


En  Ordos Kangbashi,


 la ciudad del desierto de Mongolia Interior, conocida por su modernidad y su promesa de nuevos comienzos. Allí, Zhao invirtió su dinero en una startup de tecnología ética, creando sistemas de inteligencia artificial para proteger a comunidades vulnerables, inspirado por la valentía de los aldeanos que habían ayudado a Dokmai


.Dokmai, liberada del yugo de Khao, encontró su propia voz en Ordos. Aprendió mandarín con fluidez, se convirtió en una defensora de los derechos de los migrantes y comenzó a enseñar danzas tradicionales laosianas en un centro cultural local. Su belleza, que había cautivado a Zhao desde el primer día, ahora brillaba con una confianza nueva, como si las estrellas de aquella noche en la cueva la siguieran a donde fuera.


### El milagro de los trillizos.

Un año después de su escape, en una luminosa mañana de primavera en Ordos,Kangbashi; Dokmai dio a luz a trillizos en el hospital más moderno de la ciudad. Zhao, con los ojos llenos de lágrimas, estuvo a su lado durante todo el proceso, sosteniendo su mano mientras ella traía al mundo a sus tres pequeños milagros: dos niñas, Lian y Mei, y un niño, Kai.


 Los bebés, con los ojos grandes de Dokmai y la curiosidad inquieta de Zhao, llenaron la habitación de llantos que sonaban como promesas de un futuro brillante

.—Son perfectos —susurró Zhao, besando la frente de Dokmai mientras ella acunaba a los trillizos, envueltos en mantas suaves. El agotamiento del parto no podía opacar el resplandor de su rostro, ni la felicidad que compartían

.Dokmai sonrió, agotada pero radiante.

 —Son nuestro hogar, Zhao. Todo lo que enfrentamos, cada peligro, nos trajo hasta ellos.La habitación estaba llena de flores y mensajes de felicitación de los amigos que habían hecho en Ordos, así como de algunos aldeanos de Laos que habían viajado para celebrar. La ciudad, con sus rascacielos futuristas y sus amplias avenidas, parecía abrazar a la joven pareja y a su nueva familia, ofreciéndoles un lienzo en blanco para escribir su historia.




### Un amor eterno

Esa noche, mientras los trillizos dormían en sus cunas junto a la cama, Zhao y Dokmai se sentaron en el balcón de su apartamento, mirando las luces de Ordos Kangbashi brillar contra el cielo estrellado. Él la rodeó con un brazo, y ella apoyó la cabeza en su hombro, como lo había hecho en la cueva bajo las estrellas de Laos.


—Hace cinco años, te prometí que volvería por ti —dijo Zhao, su voz suave pero firme—. Y ahora, te prometo que nunca dejaré de construir un mundo donde tú y nuestros hijos estén a salvo, felices, libres.Vamos a irnos. Tengo ofertas y las voy aprovechar.

--- Dónde iremos?

--- Debemos discutirlo como familia. No es lo que yo quiera, es lo que decidamos los dos.

-- Y tu madre?

-- Tengo que darle libertad. Es joven,bella, merece ser feliz.

Dokmai levantó la vista, sus ojos brillando con amor. 


—Y yo prometo que siempre bailaré contigo, bajo cualquier cielo, en cualquier vida.


Se besaron, un beso dulce y azucarado que sabía a promesas cumplidas y sueños compartidos. En la distancia, el viento del desierto susurraba, como si la propia ciudad de Ordos kangbashi celebrara el comienzo de su nueva aventura: una vida juntos, con Lian, Mei y Kai como testigos de un amor que había vencido fronteras, traficantes y tormentas.

--Sabes algo?

-- Dime amor mio-- dijo ella,acurrucada junto a el ,viendo desde su ventanal las solitarias calles de Ordos.

-- Hemos hecho nuestro aporte al futuro de china, tres hijos hemos entregado. El gobierno nos dará 3500 yuan al año por cada uno.Como parte de las ayudas por habernos venido a vivir aquí. Te los diré.Se que eres de buena memoria.






### Ayudas y Beneficios para una Pareja de Programadores en AI que se muda a Ordos (Kangbashi)


Yo nunca lo había pedido, Pero ahora que tenemos tres hijos solicite Subsidios Directos y Financieros:**

*   **Subsidio de Reubicación (安家费):** Es muy común ofrecer un pago único y sustancial por mudarse. Para talento en sectores prioritarios, esto puede oscilar entre 50,000 y 200,000 RMB (aproximadamente 7,000 a 28,000 USD), o incluso más.

*   **Subsidio de Vivienda (住房补贴):** Pueden ofrecer un subsidio mensual para el alquiler (ej. 1,000-3,000 RMB/mes) o facilitar el acceso a viviendas de protección oficial a precios muy por debajo del mercado.

*   **Subsidio de Emprendimiento (创业补贴):** registre nuestra empresa o un estudio de AI allí, y me dieron r un capital semilla no reembolsable, y un préstamo sin intereses ,además de un espacio de oficina gratuito en parques tecnológicos.


Me dieron Beneficios Fiscales y de Negocios:**

*   **Exenciones Impositivas:** nuestra empresa  esta exenta de varios impuestos locales (como el impuesto sobre la renta de las empresas) durante los primeros 3-5 años.

Y me dieron un Subsidio por Ingresos (个人所得税返还):** Una de las ayudas más potentes. Las autoridades locales me devolveran una parte significativa del impuesto sobre la renta personal que pague cada año. Esto aumenta drásticamente mi salario neto.


*Y lo que más necesitaba,un Soporte para el Talento y la Investigación y eso si lo voy a usar. Tengo que estar al día junto con mi madre:**

*   **"Tarjeta de Talento":** Me  calificaron como "talento introducido", recibire una tarjeta que nos  da acceso prioritario a servicios públicos, salud, y la escolarización de sus nuestros hijos.

*   **Financiación para Proyectos:** mi proyecto viable en AI, vamos a acceder a fondos de I+D de la ciudad o la región.


### Ayudas Adicional por el Nacimiento de nuestros trillizos

Un Subsidios Monetario Directo por Natalidad:**

*i

*   **Subsidio de Crianza (育儿补贴):*nos van a dar * Un subsidio mensual por hijo durante los primeros 36 meses. Para tres hijos, este subsidio se triplicaría.


*.


También nos van a dar Apoyo Médico y Educativo y    **Educación Infantil:** Prioridad y tarifas reducidas en guarderías y jardines infantiles públicos para ambos niños. Esto es un ahorro enorme.

*   **Subsidios Educativos:** y posiblemente extienden los subsidios mensuales hasta que los niños terminan la educación secundaria.


**Y ya me enviaron un email con   Beneficios Laborales y de Conciliación a pesar de ser yo independiente**

*   **Licencia de Maternidad Extendida:** Para ti como  madre, la licencia por trillizos sería más larga que por un solo hijo (puede superar los 180 días).

*   **Y a mí Licencia de Paternidad:** El padre también tendría derecho a una licencia de paternidad, típicamente de 15 a 

-- Es mucho dinero?.

-- Realmente nada de eso  me hace falta, los recibiré y lo triplicare y los enviaré mensualmente a tu aldea. Ninguna niña será vendida ni esclavizada a partir de ahora.Te lo prometo.

Dokmai lo miró y una lágrima de agradecimiento broto de ella.. su marido era el mejor.

-- También voy a volver a estudiar, no será presencial, Pero lo haré on line en Tsinghua University.

-- Yo quiero estudiar-- dijo con vergüenza ella.

--- Y eres muy inteligente.

-- Quiero ser abogada para defender a las niñas indocumentadas que llegan a este país..son víctimas de todo.

--- Te apoyo totalmente y luego durmieron como siempre, de la manera como todo comenzó





Y así, en la ciudad del desierto, Zhao Jun y Dokmai encontraron su final feliz, no como el fin de su historia, sino como el comienzo de una saga aún más grande, escrita con risas de niños, abrazos al amanecer y un amor que nunca se desvanecería.


Por su parte,Bai Wei quedó sorprendida. Un correo electrónico de su empresa.Sin duda cuando querían encontrar a alguien lo hacían. Le ofrecían su antiguo puesto y una adecuación tecnológica gratis..Realmente nadie era indispensable, Pero ellos querían nuevamente su experiencia.Ofrecian un buen paquete salarial. Respondió normalmente, realmente ella agradecio siempre las oportunidades recibidas, su aprendizaje y experiencia y con honradez les contesto.Volver a Kunming no le era del todo desagradable.Y Ordos Kangbashi era una ciudad muy solitaria.


Y fue muy sincera, el paquete de sueldo y actualización tecnológica con aporte a los impuestos y apartamento duplex era de 653000 yuanes mensuales...si lo igualan volvería. No le contestaron...

En cuanto a ella,meses después que su hijo, Dokmai y sus tres nietos emigraran a Osaka, un día haciendo compras en el vacío supermercado conoció un hombre de unos 47 años, muy bohemio,bastante desaliñado, muy cómico ,despeinado ,irreverente y Japonés, igual bien parecido, escritor,poeta y loco... La invito a bailar... Era todo lo contrario a su pragmatico,ordenado,tecnológico mundo... Y lo peor, Japonés....para ahorcarse...y la invitó para Osaka...



#@#@#

Y porque la juvenil pareja y sus tres hijos se fueron a Osaka?
Pues.....por todo el tiempo libre que tenían para disfrutar


Y cuando paseaban a dos, es por qué la madre de el, tenía una consigo, para ir a acostumbrándose, embarazada de nuevo , de un japonés , más loco que una cabra y feliz de ser padre a los 42 años.....lo que los hacía reir de tanta felicidad, el con 20 años,rico,viviendo en Osaka ,con tres hijos,una esposa la mar de preciosa y en OSAKA





. Por esto
  • Coworking: Osaka tiene ~20 espacios premium para nómadas. Recomendaciones:
    • The DECK (Umeda): Espacio tech con vistas, salas de reuniones, y eventos semanales de IA/ciberseguridad. Costo: ~¥15,000/mes ($100 USD).
    • WeWork Umeda: Comunidad internacional, Wi-Fi 1 Gbps, café gratis. ~¥20,000/mes ($140 USD).
    • Buro Osaka (Namba): Más económico, vibe creativa. ~¥10,000/mes ($70 USD).
    • Tip: Muchos ofrecen pases diarios (~¥2,000/$14 USD) para probar.
  • Internet: Fibra óptica (SoftBank, NTT) con 1-2 Gbps, costo ~¥4,000/mes ($28 USD). Cafés como Lilo Coffee Roasters (Shinsaibashi) o Brooklyn Roasting Company tienen Wi-Fi 500 Mbps gratis, perfectos para coding sessions.
  • Comunidad Nómada: ~190k extranjeros en Kansai (2025), con una escena tech activa. Únete a:
    • Osaka Tech Meetup (Meetup.com): Eventos semanales sobre IA, blockchain, y ciberseguridad.
    • Hackers Japan (Discord/Slack): Comunidad de hackers éticos, con hackathons mensuales.
    • Kansai Digital Nomads (Facebook): Networking con expats, tips de visas, y coworking recommendations.
  • Visa: La Digital Nomad Visa (2024) permite 6 meses renovables si ganas >¥10M/año (~$70k USD). Procesa en la oficina de inmigración en Osaka (Umeda). Alternativa: Visa de turista (90 días) mientras estableces contratos freelance.
  • Vibe: Umeda es el hub tech (rascacielos, startups), Namba es cultural/nightlife (Dotonbori, bares). Menos frenética que Tokio, pero vibrante. Inglés común en tech/coworkings.
2. Acceso a High-Tech
  • Ecosistema IA/Ciberseguridad:
    • Startups: Osaka es un hub J-Startup (programa del gobierno japonés). Empresas como Panasonic (AIoT), Sharp (IA para displays), y startups en Grand Front Osaka buscan hackers éticos para proteger sistemas IA/IoT.
    • Universidades: Osaka University (Cybermedia Center) y Ritsumeikan University tienen labs de IA abiertos a colaboraciones freelance. Ejemplo: Proyectos en deep learning para robótica.
    • Eventos:
      • Kansai AI Summit (anual, octubre): Conferencias y workshops sobre IA generativa/ciberseguridad.
      • CyberSec Japan Osaka (bimestral): Networking con expertos en ethical hacking.
      • Hackathons: Organizados por startups en The DECK, premios ~¥100,000 ($700 USD).
  • Hardware/Software:
    • Hardware: Yodobashi Camera Umeda vende GPUs de última generación (NVIDIA H100, RTX 5090, ~$1,000-$3,000 USD) y servidores para prototipos IA. Tiendas como Dospara ofrecen PCs custom para ML.
    • Software: Acceso a TensorFlow, PyTorch, y herramientas de ciberseguridad (Kali Linux, Wireshark) vía suscripciones globales. AWS Osaka y Google Cloud Japan tienen data centers locales (latencia <10ms).
    • Comunidad Open-Source: Grupos en GitHub (Osaka Dev Community) comparten recursos para IA/hacking.
  • Oportunidades Freelance:
    • Plataformas: Lancers.jp y CrowdWorks conectan con startups locales. Upwork y Toptal para clientes globales.
    • Sectores: Manufacturing (Toyota, Mitsubishi) necesita ciberseguridad para fábricas inteligentes. Startups de AIoT buscan pentesting. Tarifas: ~$50-$150/h para expertos en IA/ciberseguridad.
    • Tip: Regístrate en Osaka Innovation Hub para pitches y contratos con startups.
3. Vida Intensiva y Libre
  • Flexibilidad: Trabaja desde coworkings, cafés, o tu apartamento. Horarios libres; muchos nómadas alternan entre Umeda (mañana) y Dotonbori (tarde).
  • Cultura y Ocio:
    • Comida: Okonomiyaki ($5), sushi ($10), ramen ($7) en puestos callejeros. Kuromon Market para mariscos frescos.
    • Nightlife: Bares en Shinsaibashi (ej., Bar Nayuta, vibe tech). Clubs en Namba para noches intensas.
    • Cultura: Castillo de Osaka (entrada $4), templos como Sumiyoshi Taisha. Shinkansen a Kyoto (15 min, $10) para templos zen.
    • Naturaleza: Hiking en Monte Ikoma (45 min, vistas de Osaka). Playas en Kobe (30 min, $5 tren).
  • Rutina Ejemplo:
    • 8 AM: Codea en WeWork Umeda.
    • 1 PM: Almuerzo en Dotonbori (takoyaki).
    • 3 PM: Reúnete con clientes en The DECK.
    • 7 PM: Networking en Osaka Tech Meetup o relájate en un izakaya ($15).
    • Fin de semana: Hiking o visita Kyoto.
4. Extrema Calidad
  • Costo de Vida: ~$1,249/mes (1 persona, 2025, Numbeo):
    • Alquiler (1 habitación, Umeda/Namba): ~¥80,000 ($550 USD).
    • Comida: ~¥40,000 ($280 USD, incluye restaurantes).
    • Transporte: ~¥10,000 ($70 USD, metro/JR Pass).
    • Coworking + Internet: ~¥15,000 ($100 USD).
    • Ocio: ~¥20,000 ($140 USD, bares, hiking, Kyoto).
  • Seguridad: Crimen bajísimo (0.3 incidentes/1,000). Calles seguras 24/7.
  • Salud: Hospitales como Osaka City General (atención en inglés). Seguro médico para expats: ~¥7,000/mes ($50 USD).
  • Transporte: Metro (Osaka Metro, $1-2/ticket), trenes JR, shinkansen a Tokio (2.5h, $90). Bicis compartidas ($1/h).
  • Clima: Veranos cálidos/húmedos (30°C), inviernos suaves (5°C). Invierte en un buen paraguas (monzones en junio).
  • Índice Nomad List (2025): #3 en Asia. Puntuación: 4.2/5 (internet, comunidad, calidad de vida).
Contras
  • Veranos húmedos (lleva ropa ligera).
  • Alquileres en Umeda/Namba suben ~5% en 2025 (inflación).
  • Menos internacional que Tokio (aún suficiente inglés en tech).

Plan Práctico para Arrancar en Osaka
  1. Llegada:
    • Alquila un Airbnb en Umeda/Namba ($40/noche) para los primeros 30 días mientras buscas apartamento (~¥80,000/mes). Usa Suumo o GaijinPot para alquileres expat-friendly.
    • Compra una SIM (Mobal, ~$20/mes, datos ilimitados) o router portátil (SoftBank, ~$30/mes).
  2. Trabajo:
    • Únete a The DECK ($100/mes) o prueba cafés como Lilo Coffee.
    • Regístrate en Osaka Innovation Hub y Lancers.jp para contratos freelance. Asiste a Kansai AI Summit (octubre 2025) para networking.
    • Compra una GPU en Yodobashi Umeda si necesitas hardware local. Usa AWS Osaka para cloud computing.
  3. Vida Diaria:
    • Vive en Umeda (tech hub) o Namba (vida nocturna). Compra comida en Kuromon Market ($5-10/comida).
    • Usa el Osaka Metro (ICOCA card, ~$10/semana).
    • Explora el castillo de Osaka ($4) y haz hiking en Monte Ikoma los fines de semana.
  4. Networking:
    • Únete a Osaka Tech Meetup y Hackers Japan (Discord).
    • Participa en hackathons (~2 al mes, premios $500-$1,000).
    • Conecta con startups en Grand Front Osaka.
  5. Visa: Solicita la Digital Nomad Visa en la oficina de inmigración (Umeda). Lleva prueba de ingresos ($70k/año) y seguro médico.

Extra: Maximizar la Experiencia
  • Hackea tu rutina: Alterna coworkings (The DECK) con cafés (Brooklyn Roasting) para mantener la creatividad. Usa apps como Tabelog para encontrar izakayas baratos ($10-15).
  • Desconexión: Visita Kyoto (15 min, $10) para templos zen o Kobe (30 min) para playas.
  • Inspiración tech: Asiste a expos en Intex Osaka (ferias de IA/robótica).
  • Comunidad: Conecta con expats en Kansai Digital Nomads (Facebook) para tips locales y eventos.
Costo Total Estimado: ~$1,300/mes (incluye ocio intensivo). Con ingresos de $50/h (freelance IA/ciberseguridad), trabajar 25h/mes cubre todo.


Y Dokmai resultó muy inteligente, por alguna extraña razón comenzó a aprender  japonés, dedicada incansable a hacer funcional su inmensa casa en el área rural cerca de Osaka




En Fukiya.....


--- Somos unos viejos, --exclamó Dokmai, riéndose cuando  solicitaron una casa Akiya, a la cual decidieron invertirle dinero y hacerla funcional


Mientras descendían de su clásico Nissan Altima Tunning.


-- Pasa en exceso el"Shaken" -- explicó el a Dokmai- y tú lo manejaras


-- Pues necesitamos estar cómodos, cerca de Osaka, y integrarme al ecosistema Hight Tech de la ciudad,y a la vez no estar en medio de la estridente ciudad y también no perderme la ayuda para nuestros bebes--- explicó Zhao Jun.


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Los niños extranjeros heredan el estatus de los padres y deben registrarse en el ayuntamiento dentro de los 14 días de llegada para obtener su tarjeta de residencia (在留カード, *zairyu kādo*) y acceso a seguros. Japón está impulsando la inmigración para contrarrestar la baja natalidad, y en 2025, más del 3% de los nacimientos son de padres extranjeros, con apoyos adaptados. A ### 1. **Subsidio Mensual por Hijo (児童手当, *Jidō Teate*)** - **Descripción**: Pago mensual para crianza hasta los 18 años (extendido en 2024, sin límite de ingresos desde octubre). Para trillizos de 6 meses (menores de 3 años), se paga por cada niño. - **Beneficio para trillizos**: 15.000 yenes/mes por niño, total **45.000 yenes/mes** (aprox. 300 USD). Si se cuenta como "tercer hijo o más" (basado en el orden de nacimiento), el tercero recibe 30.000 yenes/mes duplicados, pero para trillizos simultáneos, suelen calcularse como 1º, 2º y 3º, potencialmente elevando el total a ~60.000 yenes/mes. - **Condiciones para inmigrantes**: Disponible para padres extranjeros con residencia en Japón (no turistas). Los niños deben vivir en Japón y estar registrados. Si los padres trabajan y cotizan a la seguridad social, es más fluido. - **Aplicación**: En el ayuntamiento dentro de 15 días de registro. Pago retroactivo posible desde la llegada. ### 2. **Seguro de Salud y Atención Médica Infantil Gratuita** - **Descripción**: Niños de 0-3 años (incluyendo 6 meses) tienen chequeos y tratamientos gratuitos o subsidiados vía el Certificado de Tratamiento Médico Infantil (*kodomo iryō hisho*). - **Beneficio para trillizos**: Cobertura total para consultas, vacunas y hospitalizaciones por niño. Para múltiples nacimientos, priorizan citas grupales. - **Condiciones para inmigrantes**: Obligatorio inscribirse en el Seguro Nacional de Salud (*kokumin kenko hoken*) al llegar (costo ~20.000-50.000 yenes/mes por familia, basado en ingresos). Extranjeros con visas válidas califican; los niños obtienen su propia cobertura. - **Adicional**: Apoyo psicológico post-parto para madres inmigrantes, incluyendo traducción en centros de salud. ### 3. **Apoyos en Guardería y Cuidado Infantil** - **Descripción**: Prioridad en plazas de guarderías (*hoikuen*) para familias con múltiples niños. - **Beneficio para trillizos**: Cuotas gratuitas o reducidas (0 yenes para bajos ingresos) para 0-5 años. Los trillizos suelen entrar juntos en el mismo centro, y hay subsidios extras para pañales/artículos en municipios como Tokio. - **Condiciones para inmigrantes**: Disponible si los padres trabajan o estudian. En 2025, hay programas multilingües en áreas con alta población extranjera (ej. Tokio, Osaka). Para recién llegados, priorizan integración cultural. - **Aplicación**: Solicitud en el ayuntamiento; lista de espera posible, pero múltiples nacimientos tienen ventaja. ### 4. **Licencia Parental y Apoyos Laborales** - **Descripción**: Si los padres trabajan en Japón, pueden tomar licencia de cuidado infantil (*ikuji kyūgyō*) hasta 1 año por niño, con pago del 50-67% del salario. - **Beneficio para trillizos**: Posible tomar por cada niño, pero se prioriza simultáneo. Para inmigrantes jóvenes, hay incentivos para reincorporación laboral. - **Condiciones**: Solo si cotizan a la seguridad social japonesa (empleados lo hacen automáticamente). No aplica si llegan sin empleo, pero al encontrar trabajo, sí. ### 5. **Apoyos Específicos para Matrimonios Jóvenes Inmigrantes** - **Subsidio por Vivienda y Familia**: Hasta 300.000 yenes para alquiler/compra si ingresos bajos (<3.4 millones yenes/año). Programas como "018 Support" en Tokio para familias con niños 0-18 años, incluyendo inmigrantes. - **Incentivos Locales**: En prefecturas con muchos extranjeros (ej. Aichi, por trabajadores de Brasil/Filipinas), bonos extras de 10.000-50.000 yenes por múltiples niños. Apoyo para aprendizaje de japonés y integración familiar. - **Educación**: Gratuita en escuelas públicas desde los 3 años; subsidios para uniformes si bajos ingresos. | Beneficio | Monto para Trillizos (6 meses) | Duración | Notas para Inmigrantes | |-----------|--------------------------------|----------|-------------------------| | Subsidio Mensual Hijo | 45.000-60.000 yenes/mes total | Hasta 18 años | Registro residencia requerido; retroactivo | | Atención Médica Infantil | Gratuita por niño | 0-3 años | Inscribir en seguro nacional al llegar | | Guardería | Gratuita/prioridad | 0-5 años | Plazas para múltiples; programas multilingües | | Licencia Parental | 50-67% salario | Hasta 1 año/niño | Si trabajan y cotizan | | Vivienda Jóvenes | Hasta 300.000 yenes | Una vez | Bajos ingresos; aplica a recién llegados |}}}}
E

-- Parece las casas de mi aldea.

-- Por eso la pedí.


Meses después...

--- Zhao Jun definitivamente ganas mucho dinero-- dijo caminando lentamente Dokmai en su segundo embarazo



Contemplando el jardín desde  donde disfrutaba la remodelación de la casa



Fin total








-**


Fin



La Esquina Parte C capitulo 5

Novelas Por Capitulos —Dime que te irás conmigo a Miami . Dime que te irás conmigo a Miami —gemía Argelia , mientras se agarraba los senos, ...