Bloguer

Mostrando entradas con la etiqueta edrapecor. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta edrapecor. Mostrar todas las entradas

viernes, 17 de octubre de 2025

La Esquina Capitulo Final

Novelas Por Capitulos

Un encuentro en la penumbra
«Son tus deseos los que proyectas, no los míos, y nunca se cumplieron», susurró Pura, con una voz que parecía tejida de sombras y mentiras. «Nunca he pertenecido a nadie estando enamorada, la inmensa cantidad de aberrados que me poseyeron fue únicamente por dinero.. Ese es mi castigo. Estoy atada a él polaco por una cadena invisible, una que solo tú puedes romper al poseerme».


 Sus palabras eran un veneno dulce, una farsa descarada. Yo sabía de sus secretos, de esas películas obscenas que había visto, reflejos de una vida que no confesaba.
«Vaya deseo», repliqué, sintiendo su presencia cada vez más cerca, su aliento rozando el borde de mi alma. «Casi me asesinas, y tú casi mataste a Argelia». Mi acusación resonó en la calle desierta, pero ella no se inmutó.
«Fue él quien lo hizo», respondió melosa, sus labios a un suspiro de los míos. Por un instante, su rostro se transformó: de espectro vengativo a una joven bella, peligrosamente normal. Demasiado letal para un hombre como yo, atrapado entre la lujuria y el terror. Sentí su influjo, un hechizo que amenazaba con doblegarme. Debía apelar a las pocas fuerzas que me quedaban.
«Estás más bello», dijo, su voz ahora un canto seductor. Sus manos tomaron las mías, apretándolas con una fuerza que no parecía humana. «Te queda bien ese corte. Se ve que haces pesas. Tienes un cuerpo esbelto, atractivo… depravado. Me gusta eso». Su sonrisa coqueta era una trampa, un anzuelo que brillaba en la penumbra.
«Pura», balbuceé, hechizado, retrocediendo un paso hacia el centro de la calle. «Esto no es real ni sera posible. Te amé con todo mi ser. Morí contigo. Pero cada cosa tiene su tiempo y su lugar». Mi voz temblaba, traicionada por el deseo que aún ardía en mí.
«¿Qué debo entender?», replicó, su tono ahora impregnado de ira. «¿Acaso no tengo derecho a ti? ¿Después de todo lo que he hecho? ¡Me lo debes!». Su ceño se frunció en un mohín infantil, el de una niña malcriada que no tolera la negativa.
«No», contesté, aterrado, viendo que la razón se desvanecía en sus ojos.
«Si no lo haces», amenazó, su voz ahora un siseo viperino, «le daré poder al polaco. Él destrozará a esa bicha puta esa con quién andas, la hará pedazos para que no pueda regresar. Y a ti… a ti te convertiré en un súcubo, condenado a vagar eternamente. Solo pido una fracción de tu vida, no toda. Luego podrás irte con ella, lejos de aquí. Pero yo… yo estoy maldita, atrapada en esta esquina para siempre si no me liberas. Por el amor que dices haberme tenido, libérame. Siénteme. Dame una noche de pasión. Un beso. No pido más».
Retrocedí, espantado. Era ella, la misma Pura que había amado con devoción. Tan bella, tan joven, con sus dieciséis años eternos, la muchacha que me hacía inmensamente feliz cada vez que la veía y desdichado cada vez que la dejaba. Corrí, presa del pánico, con el corazón desgarrado. Corrí porque estuve a punto de ceder, de decir que sí. Era un recuerdo tangible, cálido, que hablaba y me miraba con ojos que aún me reclamaban. Pero también era un espectro, una trampa del pasado. Estoy loco. Tengo miedo. Y, en el fondo de mi alma, aún la amo.

---
**Capítulo 7

A veces me asalta el temor de confundir una pasión física con una relación estable, donde el sexo no es más que una parte —importante, sí, pero no la única—. Sin embargo, Argelia se filtra en cada poro de mi ser. No intenta ser seductora, pero lo es. No busca provocarme, pero lo hace. Su vestimenta es sencilla, pero su figura es inconfundible: sus caderas, su espalda, sus piernas son monumentales, casi imposibles de ignorar. Y ese cabello negro, ondulado, largo, divino, enmarca unos ojos tan inmensos que parecen contener universos enteros. Pero lo peor —o lo mejor— es que cuando la conoces bien, descubres que además es amable, genuina y encantadora. A veces pienso que eso era lo que me atraía de Pura. Ahora, es lo que me atrapa de Argelia.

Estuve de guardia, pero no llegué exhausto. Había dormido unas horas en el precinto durante la tarde. Al llegar al apartamento, no encendí las luces. Me desvestí en silencio y me metí en la cama. Allí estaba ella, mi amada, desnuda bajo las sábanas. El roce de su piel, tan suave como el terciopelo, su aroma particular y esa tibieza que envuelve, despertaron en mí una pasión que creía controlada. Comencé a besarla lentamente. Ella respondió con besos largos, sensuales, como si supiera exactamente qué hacer para desarmarme. Mis labios descendieron hacia sus senos pequeños y erectos, explorando cada rincón de su cuerpo. Continué bajando, trazando un camino invisible sobre su vientre plano, hasta que ella abrió sus piernas sin decir una palabra, entregándose a mí con una confianza que me desbordó.

Es como una llama que nunca deja de arder, y yo soy el fuego que encuentra en ella su combustible. Nos perdimos en una danza ancestral, un encuentro que trasciende lo físico. No hubo frenos, solo entrega absoluta. Cuando ella se colocó sobre mí, tomando el control con una intensidad que me hizo perder el aliento, sentí que el mundo desaparecía. En algún momento dudé, pensando que tal vez no había sido lo suficientemente delicado, pero esos pensamientos se disolvieron en cuanto sus gemidos llenaron la habitación, llevándome al límite. Ambos alcanzamos el clímax juntos, en una explosión de sensaciones que nos dejó exhaustos, respirando entrecortadamente, como si hubiéramos corrido una maratón.

Me quedé acurrucado contra su espalda, sintiendo aún el calor de su piel. Media hora después, el simple roce de su trasero contra mí avivó de nuevo esa llama primitiva. Sin preámbulos, regresamos al mismo sendero oscuro y prohibido que siempre nos atraía. Esta vez fue más difícil avanzar, pero finalmente lo logré, como siempre lo he hecho. Ella ahogó un grito en la almohada mientras yo la besaba en el cuello, sus sollozos de placer resonando en la habitación. Ambos terminamos exhaustos, incapaces de articular palabra.

Dormí profundamente, como un niño, hasta que la luz de la sala se encendió de golpe. Escuché pasos. Me incorporé bruscamente en la cama, justo a tiempo para ver cómo la puerta del cuarto se abría y entraba Argelia, vestida con shorts y botas de charol. La miré desconcertado.

—Discúlpame, mi amor —murmuró con un bostezo, quitándose las botas y lanzándolas sin cuidado al suelo. Su cuerpo, perfecto y tentador, capturó toda mi atención, pero no pude moverme. Estaba completamente agotado.

—Voy a dormir hasta el domingo —añadió, acostándose a mi lado y quedándose dormida al instante, después de darme un beso fugaz.

Me quedé despierto, con el sabor de sus labios aún en los míos, el eco de lo que acabábamos de hacer latiendo en mi cuerpo y una taquicardia incontrolable en mi corazón. Ya sabía con quién había compartido esa noche de lujuria desenfrenada. Pero ahora, con Argelia durmiendo a mi lado, no podía evitar preguntarme: ¿había sido real? ¿O era simplemente otra de las sombras que acechan en la oscuridad?
:

Duré horas en la ducha, limpiándome y limpiándome, absolutamente lleno de asco.
Salí mientras Argelia dormía. No quise besarla; me parecía que la manchaba si lo hacía.
Hui del apartamento y, como un autómata, llegué al precinto.
—Oye, ¿tú no estuviste de guardia ayer? —preguntó un entrepito. Eran las siete y media de la mañana.
—Tengo insomnio —contesté malhumorado, más para explicármelo a mí mismo que a él—. También tengo trabajo atrasado.
Me senté frente a mi computadora.
—Oiga, inspector —me interrumpió una bella y joven sargento—. Una jovencita lo busca. Dice que es muy importante.
Como un resorte, me levanté asustado de la silla. Retrocedí aterrado contra la pared cuando la vi entrar.
Era Pura. Hablaba animadamente con la sargento, quien le indicó que se sentara frente a mi escritorio.
Vestía un traje azul marino cerrado. Su cabello suelto caía como un manto oscuro. Me miraba con una sonrisa infantil de niña culpable, sentada justo frente a mí.
—A pesar de haber sido de otros... No sabía que nuestra primera vez fuese tan salvaje y espectacular —dijo, con su sonrisa de colegiala y una nueva voz, seductora. Me miraba fijamente, tan absolutamente viva y real como la sargento que se despidió de ella y nos dejó solos.
—Es maravilloso dejarse amar por el hombre que una ama... y que ya sé que me ama, fuistes un animal absoluto, creo que tendré que esperar más de quince días para estar activa otra vez y me parece que me embarazastes, en está forma de vida soy muy irregular con mis reglas —exclamó suavemente, lanzándome un beso infantil con sus labios carnosos. Me hizo trastabillar. Tiré todos los papeles del escritorio.
Lloré desgarradamente.
Era la Pura que amé, la que nunca pude olvidar.
Era, sencillamente, de quien estoy locamente enamorado.
¿Qué he hecho?
Me desmayé.
Desperté en la enfermería del precinto. Estaba envuelto en sudor.
—¿Qué rayos te pasa? —recriminó el Comandante—. Vino la hermana menor del Gorila Pelúo a negociar su entrega. Dice que estás bien loco. Te llenaste de pánico, la llamaste Pura, y te desmayaste en medio de una crisis de histeria.
—Tienes que descansar, hijo mío. Eso de trabajar y luego malgastar tu tiempo libre en bares y niñas de mala conducta no está nada bien.

I
Argelia celebró mi cumpleaños. Me dio dos tortas: una de chocolate y otra, la que me enloquece de verdad. Me comí ambas con deleite.
Estoy a punto de romper el récord de San Lucas.
Ahora tengo otra hambrienta por ahí. Sonreí interiormente.
De verdad tengo que reconocerlo: será adolescente, menor de edad… pero que es una fiera sexual, lo es también.
Pero nada es perfecto. Y el conflicto estalló.
Días después, Argelia amaneció envuelta en un mar de lágrimas. No quiso que la tocara. Me lo dijo entre mocos:
—Estoy loca por seguir contigo… pero tú estás más allá de cualquier tipo de esquizofrenia —susurró con miedo cuando me acerqué—. Ella apareció en medio de la sala y lo confesó todo. Dice que, si no le creo, me pasa el video por YouTube, y ya tiene más de 100000 descargas en XV videos. Que ya lleva tantas descargas que está a punto de volverse viral.
¡No es posible que lo hayas hecho!
Puedo aceptar una rival. No hay papeles entre tú y yo. En mi ambiente todo se acepta.
Pero ella es una muerta. ¡Es el colmo!
Esas eran las manchas de sangre en la cama la otra vez. En nuestra propia cama.
¿Cómo pudiste hacerle el amor a un cadáver?
Estás demente y enfermo. No te puedo aceptar más aquí.
Como todo infiel, lo negué absolutamente.
Peleamos. Me golpeó. Escapé, marchándome nuevamente al trabajo, a pesar de estar todavía en mi descanso intersemanal por exceso de turnos.
Me reintegré.
Todos me trataron con distancia, con una mezcla de silencio y miedo.
¡Ah, ya sé! Soy el loco.
Ellos hablan de sus conquistas. De cómo engañan a sus mujeres, cómo van a fiestas diciendo que están de guardia. Hablan de cómo funciona todo, incluso cuando dejan ir a los narcos por dinero.
Yo no puedo hablar de lo mío.
Me pondrían de verdad una camisa de fuerza.
Tengo una aventura con un cadáver que anda.
Me quedé hasta las dos de la mañana y fui a la esquina.
A las dos y media, la misma escena se repitió.
Mandé a bañarse inmediatamente al Polaco.
Este, con fastidio, nuevamente respondió:
—Sí, ya sé. Sí, ya sé —volvió a decir.
Se ve que es un hombre de pocas palabras.
Hizo un gesto de "ya basta" con la mano… y se introdujo, sin más, en la pared.
Pura se levantó de su poste.





II
Avanzaba hacia mí con paso lento y suave, como si flotara. No hacía ruido. El silencio pesaba más que sus pasos.
Sus ojos brillaban, oscuros y húmedos, como charcos en una noche sin luna.
Su sonrisa… su maldita sonrisa… no era humana. Era una máscara. Era demasiado amplia, demasiado inocente, como pintada con cuchilla.
—Sabes que no me puedes negar —susurró. Su voz no resonó en el aire: vibró dentro de mi cráneo.
Quise retroceder, gritar, correr… pero estaba congelado.
El corazón me golpeaba como un tambor dentro del pecho. El aire olía a azufre húmedo. A tierra removida.
—Te amo, y tú me amas, ¿verdad? —dijo. Dio otro paso. Yo apenas podía respirar.
—No… tú no estás viva. No eres real —logré decir, con una voz que no reconocí como mía.
—¿No soy real? —repitió, acercándose más. Pudo haberme tocado, pero no lo hizo. No aún.
En ese instante, todas las luces del sector  parpadearon. Un zumbido eléctrico se arrastró por los cables, como un insecto invisible.
ahora estaba en mi oficina, a media noche, nadie en mi oficina, nadie en el pasillo.
La pantalla de mi computadora se encendió sola.
En ella, una imagen fija: yo, en mi cama, encima de ella… de Pura.
Su piel pálida, inerte. Mis manos… sus muslos… su cuello.
Dios.
—Quiero que lo veas —dijo con dulzura. Su voz era una caricia llena de espinas—. Quiero que recuerdes cada segundo. Porque yo lo recuerdo todo, amor mío. Incluso cuando dejaste de mirarme como persona y empezaste a verme como carne.
Se me aflojaron las piernas. Me sujeté del borde del escritorio, pero ya no había firmeza en nada. Ni en mí, ni en el mundo.
—¿Sabes lo que es amar después de la muerte? —preguntó—. Se ama más. Se ama sin límites. Se ama sin final.
En ese momento, las paredes comenzaron a llorar. Un líquido negro y espeso se deslizaba por las grietas, como si el edificio estuviera supurando. Una gota cayó sobre mi hombro. Olía a metal y podredumbre.
Mis compañeros... no estaban. Nadie. Ni pasos, ni teléfonos. Silencio. Solo ella y yo.
Y la computadora, que ahora mostraba otro video.
Uno que no recordaba.
Uno donde yo hablaba con ella en una sala vacía… tres días después de su entierro.
—Estás loco —murmuré para mí mismo, implorándole a mi propia conciencia—. Esto no está pasando.
Pero Pura se reía. Su risa era de niña, pero estaba ahogada, como si viniera de una garganta sin aire.
Y mientras reía, se desgarraba la cara con las uñas.
¡Pero seguía sonriendo!
—¡¿No querías que fuera tuya para siempre?! —gritó, mientras su mejilla caía al suelo como una fruta podrida—. ¡Pues lo soy! ¡Soy tuya! ¡Tuya! ¡Y tú mío!
Las luces estallaron. Un alarido atravesó las ventanas.
Mis oídos sangraban. El video mostraba ahora a mi madre, llorando frente a una tumba que no tenía nombre.
Una voz en la grabación decía:
“No debiste abrir la puerta.”
Y entonces ella se abalanzó.
No corría. No flotaba. Se arrastraba, como un insecto enorme, con movimientos rápidos y crispados.
Y antes de que pudiera gritar, antes de que pudiera cerrar los ojos…
me besó.
Su lengua estaba fría.
Fría como la muerte.
Fría como la culpa.

--- 
Volvimos a la esquina,
**—¿Por qué tiene que ser a las dos y media de la mañana?** —pregunté sin preámbulos, lleno de asco, temblando de miedo, no logrando entender porque debia vivir esto. no era justo.. 

*—Ese idiota me asesinó a las dos y media de la tarde. Pero no me gusta. Hace mucho calor, la gente no dejaba de pisarme. Si quieres, ven por la tarde y nos vamos al cafetín a tomarnos unas Coca-Colas Light.* 

**—Quiero que le digas a Argelia que tú y yo no tenemos nada** —ordené, disgustado. 

*—¿Nada? ¿Dices que no tenemos nada? Lo tenemos todo. Te di mis dos virginidades. Cuando me enamoré de ti, me las restititui  quirúrgicamente. Déjame decirte que fuiste un animal salvaje, nada delicado. Me trataste como a las rameras con las que te revuelcas y eso me encanta. En realidad, eres mi único hombre. Ella es la que se interpone entre nosotros. Mira lo que me obligas a hacer… después de conocerte íntimamente. Ahora quiero más.* 

Me lo dijo mientras comenzaba a desnudarse, entornando sus ojos verdes con una mezcla de vergüenza y provocación. Su cuerpo era perfecto, juvenil, virgen salvo por el uso brutal que le di la noche anterior. 

Miré a todos lados. *Estoy esquizofrénico de verdad. Estoy hablando con una muerta, tan loca como yo, a medianoche en medio de la calle.* 

Al volverme, allí estaba Pura, vestida de novia, sus ojos ahora rojos fijos en mí. 

*—Acepto. Sí, acepto* —dijo con voz solemne. 

A su lado, el Polaco, disfrazado de sacerdote, esbozó una sonrisa horrenda: 

*—Por el poder infernal que yo mismo me concedo… los declaro marido y mujer. Pura de González. ¡Ja, ja, ja!* 

*—Ya tendremos nuestra noche de bodas. Bueno… esa ya pasó hace tiempo. Por eso quiero más. Quiero que lo hagas consciente. Mirándome. Sintiéndome. Recibiendo todo mi amor* —musitó la novia, clavándome una mirada pícara. 

**—No creo que pueda hacerlo en medio de la calle, con tu sirviente mirándonos y masturbándose** —dije, buscando huir. 

Pero ella ya se despojaba del vestido, lanzando los zapatos blancos al asfalto. Bajo la luna llena, su cuerpo irradiaba una palidez hipnótica. 

Pura me subyugó, me atenazó, tomó mi mano y la llevó a su sexo pequeño y juvenil. Sabía que era malsano. Sabía que era maligno. 

Caminé como un idiota tras el vaivén de sus caderas, los hoyuelos en la base de su espalda, sus piernas delgadas y perfectas. Me guio al local del vietnamita, donde una canción de nuestra época estalló en rojos surrealistas, entre alfombras oscuras y persianas de fieltro pesado. La música me alcanzó desde muy lejos, distorsionada, como un eco sangriento: 

> *Baby, I'm a want you…* 

> *Baby, I'm a need you…* 

> *You’re the only one I care enough to hurt about.* 

> *Maybe I'm crazy, but I just can't live without…* 


--- 
Pura me hipnotiza.  Ya no tengo fuerzas. Me ha vencido. Es el deseo y amor que estuvieron dormidos dentro de mí que estalla como un violento volcán.
Aquí nadie puede molestarnos –  dice eróticamente  y moviéndose sinuosamente a través de la música. Mientras me desnuda comienza a besarme. Es el pervertido beso entre un hombre de 33 años y una adolescente de 5 días antes de cumplir 17.
Ya estoy desnudo y ella se arrodilla, se ríe lascivamente, mientras toma hambrienta mi miembro y comienza a tragárselo todo. Lo hace. No puedo luchar. Estoy dentro del mercado del Polaco. Ya no soy un hombre, soy el chico que lloraba de amor por Pura, la reina de mis sueños juveniles.
Pura. --Grito enloquecido de placer, mientras tomo sus cabellos con mis manos.—Pura . Hazlo. Si. Dale. Dale
Una luz y un golpe me dejan atontado.
Manos arriba. Ningún movimiento o disparo. Hasta que por fin te atrapamos, maldito pervertido.—estalla en mis oídos el grito expresado con incontenible furia
No le hagan nada a ella— suplico a la luz que no me deja ver quiénes son—Puedo explicarlo todo. No es lo que creen. Ella no es una adolescente. Nos acabamos de casar.
Los dos policías encienden las luces. Estoy con los pantalones abajo.  Tengo en mis manos un inmenso oso de peluche, lleno de semen por todos lados.
Gracias a Dios que Pura alcanzó a tener  tiempo de huir. Me esposan, mientras les grito que soy policía, que estoy en medio de una investigación. Que llamen inmediatamente a Argelia. Ella puede explicarlo todo. No es lo que piensan. Mi comandante les explicara.
Me introducen a golpes en una  vieja Dong Feng   de la policía municipal. Me trasladan a su comando bajo una lluvia de rolazos y golpes. Allanamiento de morada. Exhibición impúdica, perversión, escalamiento, resistencia a la autoridad, suplantación de identidad.


  IV

Argelia despertó cansada en la temprana mañana. Se dio una ducha para despejarse.  Hizo  café. Afortunadamente hoy tenía su cita en el consulado de Lichisteing. Esperaba que todo saliera bien.Tenía la permanente sensación que alguien la miraba desde el techo. Era un sentimiento que nunca se quitaba... Algo le susurró que no levantara la vista hacia ahí. Siempre su instinto le decía que no volteara mientras cocinaba. De un tiempo a esta parte siempre era lo mismo. Una especie de risita burlona  que no sabía de dónde provenía. Cosas que dejaba en un sitio y aparecían en otro. Su cama la dejaba ordenada antes de salir, aparecía deshecha con las sabanas arrugadas y en el piso cada vez que ella llegaba de noche.
  Salió de su apartamento. Quizás sería buena idea por los días que le quedaban aquí cambiar la cerradura. Cuando  salió del ascensor tropezó con una adolescente. La muchacha se introdujo al mismo. Ambas se tambalearon con el encontronazo, la muy mal educada no le pidió disculpas y se agarraron mutuamente por el brazo para no caerse. Le dio una sensación rara, era fría y pegostosa, Argelia la miró y la muchacha se introdujo viendo el rincón.
Argelia salió con una sensación rara a la calle, limpiándose la mano con el pantalón, era como si hubiera agarrado a un sapo, a un lagarto.
Le dio asco. Mientras caminaba, creía recordar a esa chica. Le pareció reconocerla entre las prostitutas que de noche buscaban clientes en el Tucán. Aceptaban una cerveza, bailaban un rato y después se marchaban. ¿Sería esa chica?. Le parecía conocida. Demasiado más bien.


Capítulo Final
Mi carrera policial se desvaneció, disuelta en una baja médica psiquiátrica.
Pero los enfermeros, con risas veladas, me cuentan que siempre me veían parloteando solo por la calle. Que el médico habló con Argelia. Ella dice que únicamente salió conmigo una vez, hasta la esquina del Tucán, donde le ofrecí un hot dog y resultó que no tenía dinero para pagarlo. Que después comencé a frecuentar el bar como un espectro más, acosándola con mi presencia constante. Que mi aliento era fétido, capaz de marchitar las flores y espantar a los vivos. La denuncia, insisten, fue contra mí. Que la llamaba Pura y que más de una noche la perseguí hasta su apartamento, una sombra obsesiva. Ella no era la dueña del Tucán, eso lo jura con los ojos húmedos de terror. Dice que me tenía un miedo paralizante, que la agredí una vez, pero su piedad la contuvo de denunciarme. Afirma que le corté la mano con un cuchillo, y da gracias a un dios distante por verme encerrado. La paliza que recibí, según su versión, fue obra de un hombre que compartía su lecho, un celoso guardián que no toleraba mi insistencia.
A veces, un señor con rostro compungido viene a visitarme. Sé que es mi comandante, aunque ahora se presenta como el dueño de la pensión donde me permitían dormir en el patio, sobre el frío cemento del lavandero.
Estoy tranquilo ahora. Pura viene cada noche a mi encuentro. Me consiente con una ternura espectral. Me besa con labios fríos como la tumba. Me mima con caricias que hielan la piel. Hacemos el amor en la penumbra de mi celda, una unión macabra. Somos una pareja singularmente bella, un eco de un amor prohibido. Por ella soporto todas las humillaciones e insultos, las miradas de lástima y las inyecciones que me nublan la mente. Ella ya me explicó lo que debo hacer. Cuando me liberan de la camisa de fuerza, me alimentan con compotas insípidas y jugos aguados. No me permiten tenedores ni cuchillos, ni siquiera de plástico, como si temieran que me hiriera o hiriera a otros. Ella dice que no debo resistirme, que pronto me sacará de aquí, a un lugar donde nuestro amor florecerá sin las cadenas de la cordura.
El tiempo se ha deslizado como una sombra. Sé que hoy es el día. Aquí está Pura, un espectro de blancura nacarada, flotando, desplazándose lentamente por los pasillos en esta medianoche sin luna. Es imponente con su vestido de quince años, el mismo sudario con el que la enterraron, ahora manchado de sangre coagulada, un testimonio silencioso de su final violento. Los demás internos gritan aterrorizados, lanzándose contra las paredes y los barrotes de sus celdas ante su presencia fantasmal.
Yo no. He comprendido que mi amor por ella nunca menguó. Argelia fue una simple aventura, una ilusión fugaz que no fue consecuente con la intensidad de mi ser. Pura sí lo fue.
El sacerdote polaco entra tras ella, silencioso y pausado, una figura sombría en la penumbra. Ya lo sé. Asiento. Entiendo perfectamente que debo acostarme boca abajo, ofreciendo mi espalda al destino. Me cuesta un poco, a pesar de la camisa de fuerza, pero lo logro. Siento cómo Pura y el sacerdote hunden mi cabeza en el colchón, la presión fría y firme.
Ya voy. Ya voy. Mientras atravieso puertas invisibles, sé que toda muchacha que anhela conquistar a su amado teje pequeñas mentiras. Su primera vez no fue aquella noche efímera. Fue antes, en un tiempo que mi mente confusa apenas recuerda. Ahora sé que siempre fue ella… El banquete de bodas, por supuesto que lo sé, es lo primero que comeré… los restos de los milicianos que murieron con ella, un festín de carne y hueso. Pura siempre entendió que este momento llegaría, la consumación de nuestro amor más allá de la vida. Yo también lo entendía, en lo profundo de mi alma, solo que mi cordura se resistía a aceptarlo.

I
Dicen que la esquina se tranquilizó bastante después de mi partida. A veces hablan del muchacho de la academia de policía que enloqueció, obsesionado por una joven actriz de películas pornográficas, un amor no correspondido que lo destrozó. Comenzó a consumir, perdiéndose en la bruma de las drogas, hasta convertirse en un espectro más de la calle. Todos comentan que de tonto no tenía un pelo. Conquistando a Argelia, cuando ella lo único que pedía era un champú, una crema dental y un dólar. Ella aceptaba a todos, a los contrabandistas, a los negros, a los camioneros, a los barrenderos, a los mendigos, sin distinciones. Él fue el único rechazado. ¿Por qué también tuvo la osadía de enamorarse de ella?
Meses después, el gordo José López, uno de los buenos muchachos de antes, ahora taxista informal tras el descalabro de su viejo Peugeot 502, sufrió un accidente. Descendió del vehículo con fastidio, abriendo el capó. Otra vez recalentando. La tapa del radiador. Afortunadamente, llevaba un envase con agua. Irritado, caminó a la parte trasera, soltó el cordón que sujetaba la maleta y tomó el bidón. Vio a la pareja en el asiento trasero de su auto. ¡Qué descarados! ¿En qué momento se introdujeron? —¡Salgan de mi auto! ¡Desciendan, idiotas! —dijo con furia. Al mirar mejor, retrocedió espantado.
Él fue el único que, tiempo atrás, acompañó el entierro de Stalin. Stalin y él siempre se saludaron. Hasta fumaron marihuana más de una vez. Stalin lo llamaba "ingeniero", pues en bachillerato José lo ayudaba con trigonometría. Nunca pudo explicarse cómo un muchacho con tantas deficiencias lograra graduarse. Decía cada disparate. Según él, todas las muchachas estaban enamoradas de él. ¡Qué iluso! Con esa cara llena de granos parecía un queso suizo. Trabajó un tiempo en Maroa limpiando el piso de la comisaría, robó una insignia policial y lo despidieron.
No llegaría a tiempo al Tucán a buscar a Argelia y a las otras jineteras. Pobrecita. Tendría que buscar a otro que la llevara al aeropuerto. Se acostaría con todos los mecánicos con tal de que la metieran en un avión de carga rumbo a París. Decía que se convertiría en actriz porno. ¿Pero con qué? Si era un pellejo, con los pechos caídos hasta la cintura y un trasero y piernas convertidos en un amasijo de celulitis. Entendió que nunca podría llevarla consigo.
Stalin y Pura emergieron del asiento trasero de su propio auto y caminaron hacia él. Comenzaron a reírse, una risa hueca y espectral. Lo matarían, sin duda. O quizás no tendrían necesidad. Su corazón estallaba en su pecho. El dolor era insoportable. Veía todo rojo. No podía respirar…
Son una pareja estable ahora, unidos por un lazo más fuerte que la vida. Cuando los brujos y hechiceros invocan a los muertos para pedir favores, los muertos conceden favores y piden muertos a cambio. Ahora toda deuda estaba saldada. Muerto pide muerto. Muerto paga muerto. Ella lo pidió después de muerta. Él la aceptó y ella se lo llevó. Él también la aceptó. Ella lo recibió.
Ya están libres de la esquina, de la tiranía del mundo de los vivos. A veces los han visto, sombras fugaces captadas por las cámaras de seguridad en centros comerciales desolados o en estacionamientos vacíos en la alta madrugada. Entre los dos despedazaron al polaco, su antiguo amo, ahora un despojo inútil. Cualquiera los confundiría con un padre y su hija enferma, dos figuras pálidas y demacradas. Se roban las gallinas de los corrales y les beben la sangre caliente. O de noche, en la autopista, lanzan piedras contra los autos, provocando accidentes para beber la sangre de los heridos. En las estaciones de servicio de las carreteras los corren, con el estigma de una enfermedad terminal. La Guardia Nacional los ha llevado presos más de una vez, pero nunca amanecen en los calabozos, dejando tras de sí cuatro o cinco presos muertos, exangües, como ofrendas silenciosas.
Argelia les enciende velas desde Marsella, lejos del horror que una vez compartió. Acertó cinco números del Lotto Europeo y vive con un policía iraní jubilado, buscando una redención tardía. Abandonó su vida licenciosa, asiste con fervor a la Iglesia Pentecostal Bautista todos los domingos y anhela adoptar un huérfano latino, buscando en la inocencia ajena la expiación de su pasado.
A veces le parece ver a lo lejos, en la avenida, allá en el malecón, a una muchacha con un rostro familiar. Quiso acercársele, impulsada por un vago reconocimiento. Pero la chica se desvaneció en la multitud. No olvida su sonrisa, una sonrisa enigmática que parecía susurrar: "Yo te conozco. Yo te conozco".
El Tucán no existe más. Se incendió, un infierno voraz que dejó ocho muertos calcinados. Alguien, una sombra vengadora, trancó la puerta desde afuera, sellando su destino. Casi juraría que fue El Ingeniero…
Sí, el taxista José López. Le decían "El Ingeniero" porque en bachillerato era muy bueno en matemáticas, un talento inesperado en un alma sencilla. Un pan de Dios, un excelente vecino, un amigo fiel. Un gordito amable, incapaz de la menor maldad. Nadie puede creer que el taxista haya realizado semejante atrocidad. Bueno, lleva tantos años muerto… Apareció una mañana en la Esquina, su cuerpo exánime, una pregunta sin respuesta flotando en el aire enrarecido.

……..
la lluvia continuó y los homelless se quedaron en silencio, mudos de miedo, incapaces de gritar, con los ojos desorbitados, la vieron llegar bajo la luna

y sin más preámbulos comenzó a morderlo sin piedad hasta que lo mato. Ahí lo dejo tirado bajo la lluvia, por unos instantes los miro y se fue caminando bajo la lluvia.
--Se llama Pura--dijo uno de los homeless cuando pudo hablar.
--Vámonos de aquí-- ambos se fueron. Vieron lo que no se debía ver

FIN



Hola amigos y amigas lectores,ustedes conocen nuestros trabajos y  presentamos un trabajo en Amazon

https://www.amazon.es/dp/B0FWW4BDWT presentamos ENEIDA #romanceparanormal  #KindleUnlimited #kindlebook #Kindle  #novela 

Eneida es la más bella del salón de clases y Rayman el Nerd más Nerd enamorado en silencio, lo común,normal y usual en los colegios; hasta que ...



















lunes, 4 de agosto de 2025

Zacharias Sanchez.Diamantes de Agua.Capitulo 2,3,4,5,6,7,8,9,Final de Temporada

Novelas Por Capitulos




Viene de 


Seguro amigo—indicó cordialmente el hombre, como si nada hubiera sucedido

Seguro amigo—indicó cordialmente el hombre, como si nada hubiera sucedido. Luego, curioso y contemplando el auto preguntó.
¿Está de paso o se queda?.
--Creo que de paso—contestó . Con lo que vio ya no estaba seguro de quedarse. -- No he conseguido vivienda.
--Eso no es problema. Diríjase a la carretera del sur. Ahí hay suficientes casas abandonadas. Tome la que quiera. Atraviese el pueblo y llegará a cualquiera.
Salió del pueblo. A unos 10 kilómetros vio la oxidada Chevrolet , que un día fue verde y blanca estacionada a la vereda del camino.. Estacionó detrás de ella y vio cómo la joven con rabia, de un manotazo se limpió las lágrimas.


--¿Accidentada?—preguntó, para tender un hilo hacia ella.
--Si vino a burlarse, puede irse—dijo la joven recordando las dos veces que lo vio antes—se arreglármelas sola.
--En esta inmensidad lo dudo. Vi cómo la trataron. Parece una costumbre.-- contestò Zacharias. Le gustò el tono de la voz de la chica, era de esas jóvenes que tenían eso..voz de mujer..profunda, muy femenina.
Fue a la maleta del Cadillac y extrajo el bidón. Con un gesto le solicitó que quitara la tapa del tanque. En silencio ambos estuvieron mientras efectuaba la operación..

La muchacha se quedó sin saber que decirle. De igual forma extrajo las bolsas con los suministros negados en el mercado y los colocó en el asiento izquierdo del pasajero de la pick up .
--Ya entendí que no es del pueblo—dijo la joven agradeciendo el gesto--¿Cuánto le debo?.
--Creo que las gracias. Eso estaría bien.
-- Está arriesgando mucho.-- sin intenciòn de remediarlo-- disculpeme por lo de un momento
--¿Cómo que?.-- preguntò Zacharias para quitarle importancia a la cosa
--Su vida señor. Nada menos que eso. No es bueno que lo vean hablando conmigo. Nadie lo hace.
--No creo haberla ayudado mucho. Mañana su dinero seguirá sin valor por estos lados. Eso es lo que creo entender. Estoy buscando una casa.
--Soy Edali Jimper.
--Clark Sánchez—inventó rápidamente.
--Debo informarle que adicionalmente por estas tierras no son muy bien vistos los negros, los judíos, los católicos y los hispanos.
--No sé por qué no me sorprende.
--En todas esas especificaciones. ¿Dónde la colocan?..
--Soy judía, aunque no muy practicante. .
--Creo que le haré caso. Voy a tomar una de esas casas. ¿Me recomienda alguna? .-- dijo inesperadamente, para sorpresa de él mismo.
--Hay una abandonada a unos 9 kilómetros de aquí, es de dos pisos.. ¿Busca trabajo?. ¿Trabajará para Guren Ferrel Losser?.
--No. Soy un hispano, católico jubilado.
--¿Se quedará?—preguntó la joven abriendo la puerta derecha de la pick up para irse. -- Me gusta su auto. Se ve que es importado.
--A lo mejor. Creo que si.Todo depende de qué lado despierte mañana.
--Lo es. Tiene el volante en el lado izquierdo—dijo la joven antes de irse, —Estoy al final de la carretera. No es muy recomendable visitarme;Si puede ir sin que lo vean, puede compartir un café conmigo.
--Con que Una casa de dos pisos.--Dijo a nadie mientras veía la destartalada pick up desaparecer en el horizonte

Rodó y vio las casas. Era sin duda una burla. Eran ruinas. La cuarta casa era la de mejor estado. Estaba del lado izquierdo. En su mismo canal. Dos pisos. De madera, con un patio corredor alrededor de la casa en ambos pisos. Techado en su parte delantera. Le gustó . Vio los tractores Fordson, absolutamente oxidados, instrumentos de labranza abandonados. Un granero sin techo. No tenía puertas. Sin luz, ni agua.

Solo un mecedor en la parte izquierda en el dintel vacío de la puerta.

--El mecedor. -- dijo quitándole el polvo

Se sentó. Era lo máximo. Repentinamente las 14 horas del largo trecho lo vencieron.Mañana desayunaria con lo que compró para él en la tienda. En su profesión se había acostumbrado a dormir en todas las posiciones inimaginables. Por eso, dormir en un mecedor era lo máximo.
Despertó al día siguiente. Vio una reluciente Pick Up Chevrolet Apache. 5 hombres. Uno de ellos abrió la puerta derecha del Cadillac , extrajo las chucherías y comenzó a comerlas con otro, sentados ambos en el capot del auto , con los pies en el parachoques..

El tercero, tenía pinta de polaco. Algún luchador retirado. Otro más, mirándole torvamente desde un sombrero, recostado de la baranda, junto a él mismo, y el jefe. Un flaco, con la cara marcada de acné, una camisa blanca manga corta, simulando ser un oficinista.
Entre sarcásticos y con atención lo veían.
El flaco señaló el Cadillac.
--¿Acaso no es un auto magnifico para una casa digamos que algo descuidada?. ¿Quién le dio permiso para estar aquí?.
-- Compré algunas cosas en el mercado GFL y cargué combustible en la gasolinería GFL. Los dependientes me lo dijeron.
--La gorda Lucy y el buen Mummy, arreglando la vida a la gente.-- repuso el hombre asintiendo
--Pasaré una escoba y me iré.
--No. No hace falta. Siempre nos hacen falta clientes. Muy agradecido por su compra. ¿Cuál es su negocio por aquí?.
--Soy un jubilado, retirado, Sobreviviente a un divorcio. Estoy tratando de equilibrar mi tensión arterial.
Los hombres rieron. Era la risa de las hienas.
--Entonces. Salvó el auto?. -- acotó el hombre viendo el magnífico sedan
--Era de ella. -- indicó, con la cara de haberse ganado la lotería.
Todos volvieron a reír.
--Si necesita un empleo. Podemos ayudarle— dijo el hombre extendiendo una tarjeta.
--Gracias. Creo que todavía puedo trabajar.Un buen dinero siempre hace falta.
--Piénselo. Necesitamos gente para todo. Sólo tiene que escoger algún negocio y enseñar la tarjeta .Le darán empleo.
--Gracias Sr GFL.
--No soy Gurar. Ya lo conocerá— dijo el hombre, sin tragarse la facha –

. Ambos lo entendieron. Es qué el sexto sentido de los delincuentes nunca falla.
Los hombres se fueron en la Chevrolet Apache, no sin antes dejarle los envases vacíos de las chucherías sobre el asiento del Cadillac y llevándose las Coca Colas.
--Creo que tomaré ese café.-- Dijo Sánchez a nadie, contemplando cómo se perdían en la lejanía los hombres en la pickup.

II


--No tengo ni agua, ni electricidad— informó la joven a Sanchez. Siempre le decían que los de apellido hispano eran bailarines,enamoradizos,mentirosos y atractivos..Bueno, éste era un agradable señor, macizo, no tan alto, de manos muy fuertes y absolutamente calmado..fríamente calmado
Había llegado muy temprano,, escudriñando la casa, era muy grande . 4 pisos, una puerta gigantesca. Silos, graneros, depósitos arruinados. Autos, pick ups, camiones, todo oxidados, arrumados a pleno sol. Aparente nada en esa casa funcionaba. Sin embargo dentro estaba bastante confortable.




A pocas horas de aquí hay una ciudad muy agradable. Apuesto que una joven que ha sobrevivido de esta forma, puede lograr un buen performance en ese lugar. No entiendo la necesidad de sufrir tanto aquí. Sola por demás—dijo recibiendo una espectacular taza con café y leche.

--Aprendí hacer fuego con leña. –informó ella, viéndolo. --También a hacer jabón con hojas, he sembrado algo de maíz y tengo unas gallinas escondidas por ahí. Por lo menos huevos como. 

-- A mí me daría miedo vivir aquí solo-, en una mansión tan grande en medio de la nada

-- a mí me daría miedo vivir aquí solo-, en una mansión tan grande en medio de la nada

--Es mi casa , esfuerzo de mis padres

-Recibí una visita. Creo que de sus amigos—dijo, dándole la tarjeta a la joven.

Ella leyó. ----"Mapanare" Roston. Es su jefe de asesinos. Es un miserable. Intentó violarme cuando tenía 13 años.

--¿Cómo logra estar a salvo aquí?.-- pregunto terminando de tomar el cafe.

--No estoy a salvo. Él quiere mi herencia. Estas 50000 hectáreas. Por eso asesinó a mis padres, a mis tíos, a mis hermanos. A casi todos nuestros empleados y amenaza a todo el que quiera ayudarme. --Es una gran extensión de tierra sin utilidad. Por lo pronto no veo cómo pueda ganar. --No siempre fue así. Aquí sembramos Quinoa, bledo, jatropha curcas,diente de león, aloe, sorgo,soya, jaka, quinoa,cactus, sisal y le dimos utilidad al tártago..

él asintió. Gente decente...

Extraíamos leche de camella, criábamos avestruces, jabalíes cruzados con cerdo. Se daba trabajo a más de 300 personas.

--¿Cómo perdieron todo?.

--Mis padres eran gente de trabajo. Creían en la ley.

--El otro compró jueces y policía. Sé algo de eso.

--Así fue. GFL pagó de más. Levantó un ejército y nos diezmó. Yo tenía 12 años cuando todo terminó.

--¿Por qué no la mata?.

--Necesita mi firma. Obligarme a vender sin pagarme. Asesinándome, no hay herederos.

--Entiendo. Se le pasó un poco la mano. No quiere tener que explicarse mucho. Sería encantador para la prensa saber de esto y más.

.--En el centro de la hacienda hay un pozo inmenso de agua. Ya ve cómo es la zona. Árida, tierra mala, no llueve casi nunca. Quien tiene el agua lo tiene todo. Adicionalmente, se cree que hay una bulla de diamantes. Ese es el motivo

. --¿Por qué no le dieron el agua?. -

-Mi padre le ofreció el agua a perpetuidad. Gratis. No quiso. Quiere el control total..

--Agua GFL y Diamantes GFL. No suena mal.

--Es mi herencia. He resistido muchos años sin rendirme.

--Lamento mucho miss Lane que aquí en villa chica no haya aparecido Superman.--dijo sin el más mínimo tono de burla.

--Tome—contestó la joven dándole 2 inmensos rubíes—a cambio de la comida y el Diesel de ayer. -

-Entonces es verdad la mina. Usted sabe dónde está.

--Tengo ideas. Sola no puedo. No tengo financiamiento. No hay mucha gente que quiera trabajar conmigo ahora

--Míreme. Soy solo un viejo sesentón con una muy genuina mala vida. No puedo ayudarla. Entiendo que no es muy bueno para mi salud este pueblo. Me iré inmediatamente.

--Lamento que por mi culpa lo hayan intimidado.

--No fue su culpa. Peor hubiera sido ponerme un tiempo por estos aires y descubrir tarde o temprano el ambiente. Estoy a tiempo.

Ella lo acompañó. Él le dejó los rubíes en la baranda. SE despidió. Eso no era lo planificado. Se iría a otra parte. Este pueblo tenía su infierno particular. Lástima por la chica. Era una guerra que no podía ganar. Tomó la carretera y a medio kilómetro pasó junto a un Desoto Policial. Dos minutos después escuchó el ulular de la sirena y vio por retrovisor la luz roja con el cambio de luces. Se detuvo y por su lado derecho lo adelantó la patrulla, frenando bruscamente ,cerrándole el paso. De ella descendió un hombre, ostentoso, alto, de bigotes, y un amplio sombrero tejano. No debía ser otro que el alguacil de GLF.

No debía ser otro que el alguacil de GLF

 El hombre lo miró y le dijo

. --Apague el motor. Por favor. Descienda. -- dijo dando dos pasos a atrás y colocando su mano en la culata del Colt 45 en su cartuchera.

Así lo hizo, sin dignarse a ver el policía.

. --Detesto que llegue a mi pueblo cualquier "simio" a creer que es Lorenzo Lamas con la idea de encontrar aquí una Esther Williams. Usted tampoco se parece de Dezi Arnal

. No respondió nada al policía. Simplemente, dirigió su rostro hacia la voz,se quedó mirándolo.

--También detesto a cualquier idiota que cree que puede andar por ahí, restregándole a todo el mundo un pedazo de Cadillac , con los stops partidos—dicho esto, el hombre extrajo su bastón de reglamento y reventó el stop izquierdo del auto—

Peor aún; que me vea la cara y piense que sí puede andar con los dos stops partidos. Dicho esto hizo un swing y desbarató el stop derecho. --¿No dice nada?. La multa es de 100 dólares. Pagaderos de inmediato.

No hizo ningún movimiento. El alguacil se estaba pasando y ya más o menos tenía planificado como lo mataría.

--Ponga las manos sobre el techo del auto y abra las piernas. Así lo hizo y el policía le propinó un feroz , bastonazo en la espalda, haciéndolo caer, dejándolo sin respiración y hecho un ovillo en el suelo.

Desde ahí vio detenerse la Chevrolet Apache diesel y otra patrulla con dos idiotas adiciónales .

Desde ahí vio detenerse la Chevrolet Apache diesel y otra patrulla con dos idiotas adiciónales

--Por aquí tenemos un dicho. "No me meto donde no me llaman. -- dijo el Sheriff dándole 5 bastonazos, al ver que Sánchez intentaba incorporarse. Lo último que escuchó fue.

--Este viejo imbécil le estaba haciendo fiestas a la puta-- dijo el sheriff regalándole una feroz patada en la cara que terminó de desconectarlo

II

Sintió que lo arrastraban. Luego aquel inmenso dolor que lo hacía estremecer. Así pasaron horas. Sentía que le untaban algo. También le daban algo de beber. Fue una contundente paliza de horas. No podía ver nada. Ni podía moverse. A los días, en la oscuridad, vio manchas de sombras

. --Creí que no lo lograría. Estoy muy avergonzada. Esto fue por mi culpa-- dijo ella, mientras lo curaba.

--¿Cómo se llama la hacienda?.-- preguntó trabajosamente

Ella le dijo

--Repítame. Casi no lo entiendo.-- murmuró tosiendo

Ella lo incorporó como pudo y le dio té de hierbas medicinales.

--¿Cómo se llama la hacienda?—preguntó nuevamente con esfuerzo.

--Diamantes de Agua. Mis abuelos maternos vinieron de Córdoba. Argentina. Mi abuela nació en Dinamarca.. Era cristiana.. Mi abuelo paterno de Marruecos, sefardí judío. Llegaron a principios de siglo, cuando no había nada aquí. Considerarán que era un buen sitio. Muy rápidamente entendieron que era más valioso el agua que los diamantes. Abundaban los diamantes, escaseaba el agua. Por el agua es que estoy viviendo esta tragedia.

--Debería, llamarlo Auschwitz, Es más acorde. -

-Apenas mejore. Lo sacaré de aquí. Pueden venir a buscarlo en cualquier momento y matarlo.

--Ya lo hubieran hecho. Quieren desaparecerme en la carretera. Necesito recuperar mi auto—contestó tosiendo

. --Lo incendiaron. Ahí están en la carretera los restos abandonados.-- dijo ella cuidadosamente; en los hombres de edad un auto es más valorado que una esposa

. Asintió. Era cierto. Podían venir a buscarlo en cualquier momento

. --Debo hacer una llamada telefónica. Para ser sincero dire que fue una advertencia. Si hubieran querido matarme lo hubieran hecho.

--En la autopista hay teléfonos. Pero no creo que pueda pasar.

--¿Sabe manejar en oscuro?.

--Claro. Esa es la forma cómo puedo desplazarme.

--Llévame a la carretera cuando sean la medianoche

. --Oiga. No puede caminar. -

-Necesito ir. Tengo que hablar urgente con alguien. ¿Tiene rubíes?.

--Si tengo.

¿Una caja pequeña para enviar por correos?

. --Debe haber una para encomiendas.

--La necesitaremos.

IV

A la una de la mañana, silenciosamente en la oxidada, Holden con las luces muy bajas 

A la una de la mañana, silenciosamente en la oxidada, Holden con las luces muy bajas

 Pasaron por el pueblo. Edali colocó primera sin tocar el acelerador. Pasaron justo frente al bar GLF. Ahí estaba La reluciente Chevrolet Apache, diesel y dos autos más.

--Esa pick-up es mía. Era parte de nuestra flota.-- informó ella con serena indignación



Zacharias Sánchez. Diamantes de Agua. Capítulo 4

Antes del amanecer llegaron a la estación de servicios. Cómo pudo, ella lo llevó a la caseta telefónica.

Marcó un número y casi inmediatamente contestaron.

--"Parmesano". Soy yo. Necesito "Fuerza"... Mucha "Fuerza". Me encontré con unos "Becerros" que le dan duro a la "lata". Me destruyeron al "loco".-- dijo trabajosamente

--Esa es una voz con gripe. ¿O fue otra cosa?—respondieron

--He tenido mejores días.

--¿Qué necesitas?.

--"Crédito" largo e ilimitado. Vía "pájaro". No vía "ratón".

--Eso cuesta más.

--Estoy en "algo" interesante. Puedo pagar. De hecho. Descuéntate .-respondió, entendiendo que se estaba montando en una montaña de pagos.

Del otro lado del hilo entendieron. No se contentarían con una pequeña tajada

--"Cowboy" no le ha ido muy bien en estos tiempos.¿Quieres que vayan los demás? Están disponibles "Lisboa","Smokey"."Tequila" sale de la cárcel en un mes y "Catholic" está escondido quién sabe adonde

--Tendrán que volar a ciegas. Las coordenadas te las doy.--- Dicho esto nombró el pueblo ---. En cuanto a los muchachos, mejor que no. Lo tengo controlado

--El "pájaro" es más caro todavía. Son 6 horas para ir y venir.

Extrajo trabajosamente un mapa . Edali lo sostuvo y como pudo leyó dando las coordenadas. Hizo algunos cálculos

--¿A qué horas?

--4 am de hoy mismo-

--No sé. No tengo cálculos

--¿Quieres hoy mismo?---respondió la voz.

-- Sí.

--¿De cuantos huevos estamos hablando?.

No me hagas hablar tanto -- respondió con un gemido por el esfuerzo.

-- Estaremos ahí.

--Yo también estaré ahí. Otra cosa. Envié por correos dos "piedras". Recógelas en el casillero postal. Ese es el contrato. Luego veremos.

Colgó el teléfono .

--¿Qué eran esas palabras? --La muchacha lo miró con asombro.-- Usted habla muy extraño!.

--Pasaremos el día aquí. No podemos volver en su camioneta por ahora. Estaciónela dentro del campo. Déjela ahí.

--¿Cómo volveremos?.

--Eso va de mi cuenta.

A las 6 PM regresaron, se desplazaban en un Renault Dauphine Diesel.

--Usted es un hombre con estilo. Nunca había robado un auto—dijo la muchacha, cómodamente sentada en el asiento derecho del ágil y diminuto vehículo color vino tinto.

--Espero poder devolverlo. Es simplemente un préstamo.

--¿Se siente bien para manejar?. Puedo hacerlo.-- sugirió. Realmente estaba encantada de viajar cómoda.

--No se preocupe. Por ahora necesito me diga donde viven.

--Oiga.

--Descuide. No conocen este auto. Hágase un moño. Colóquese esos lentes negros que encontró en la guantera. No nos reconocerán.-- dijo serenamente

-Viven normalmente. Tienen casas. Esposas. Hijos.-- explicó ella.

--Todos tienen.

--¿Usted?.¿Tiene hijos?

--Hay uno por ahí. 25 años. De pequeño quería ser seminarista.

--No es lo que dice ser—entendió la muchacha.

--Soy un jubilado retirado. Sin embargo, creo que tenemos un contrato.-- se evadió Zacharias. Los contratos lo perseguían.

--¿Cómo así?.

--Le cobraré honorarios por cuidarla, voy a descontar el hospedaje. Eso es todo.

A las doce de la noche llegaron a la casa fuertemente iluminada por una luna que parecía caérseles encima.


Nada más al entrar vieron que habían revisado todo

Nada más al entrar vieron que habían revisado todo. Destruyeron los muebles que quedaron, defecaron y orinaron en las camas, rompieron sus utensilios de cocina.

--. Venga conmigo. Este auto hay que colocarlo junto a los autos abandonados. Es de noche, vinieron porque querían comprobar si me había ido. Volverán, pues no la encontraron, ni a mí. .. Si me encuentran sí que será diferente.. Vamos a rogar, tener suerte y que no se topen con este Renault ..

--¿Qué piensa hacer?.

--Lo que le dije. Volverán al amanecer. Saben que salimos y nos dejaron un mensaje. Ellos vinieron cuando salieron del bar.

--¿Usted qué va a hacer? .-insistió ella.

--Darles mi mensaje. Acompáñame, caminaremos dentro de la llanura, las coordenadas que di están lejos para que no se escuche el ruido del motor, tampoco puedo caminar rápido. Tengo una costilla fracturada y me cuesta respirar.

Tengo una costilla fracturada y me cuesta respirar

--Amigo. No es buena idea. Esta zona de noche es un mar de serpientes venenosas, cocodrilos, dingos.-- informó ella, recordando cómo terminaron los que quisieron ayudarla.

--No serán más peligrosos que las serpientes que estamos enfrentando. Caminaron en medio de la noche, en medio de la ululante soledad de la llanura, sin fin. Con un frío que calaba los huesos. Nada parecido al ardiente calor del día. Esperaron horas hasta que escucharon el suave y acompasado ruido de una avioneta.

-¿Quiénes son?.

--Mi servicio bancario. --informó para dejar las cosas exactamente como estaban.

Al rato. 4 inmensas cajas en paracaídas descendieron.

--Pues su crédito parece bastante fuerte.-- admiró ella, al ver como los otros sin luces ni radio les enviaron la carga.

--Mis servicios no son gratis. SE los cobraré .-- reiteró Zacharias ,caminando dificultosamente hacia una de las inmensas cajas que traían los paracaídas

--Creo tener suficiente para pagarle.-- Le compraría otro Cadillac, estaba decidido

--Ahí hay una mochila militar. En ella encontraremos enlatados, chocolate, café. Azúcar. Cargué de todo lo que pueda—dijo él ,tomando una Thompson y colocando un silenciador. Igualmente, tomó abundantes cacerinas. Volveremos después en su pick up a buscar el resto. Nadie encontrará esto.

--¿Usted es policía?—preguntó ansiosa, aunque temía la respuesta. Algo le dijo que el anciano podía ser más peligroso que las serpientes que había en el terreno

--Un planificador. Por estos lados tenemos muchas cosas que corregir. . Busqué en la segunda caja. Encontrará una Colt automática y cacerinas. Tendrá que aprender a dispararla. Los tiempos de Happy Hour pasaron.

La muchacha así lo hizo.

--Me va a costar desplazarme más todavía con este peso—dijo ella, caminando dificultosamente entre los chaparrales y cadillos, con una mochila encima.

--Lamentablemente tendrá que hacerlo. Primero debemos tener la casa segura. Así trasladamos esto y lo que vendrá.-- contestó él sacando fuerzas de donde no tenía con la otra inmensa mochila

--¿Me ayudará?.

--Algo así. Dificultosamente iniciaron el retorno.

Llevando el lento paso del hombre, y por primera vez con un arma en su mano,Edali Jimper se sintió segura

Llevando el lento paso del hombre, y por primera vez con un arma en su mano,Edali Jimper se sintió segura. Llegaron al amanecer, justo para ver cómo se retiraban las pick ups.

--Tendré que trabajar muchas horas limpiando. No es la primera vez. Algunas veces he escapado. Otras me han atrapado—dijo la joven con rabiosa expresión y amargas lágrimas corriendo por su bello rostro.

--Estoy cansado—dijo Sánchez respirando con mucha dificultad—No puedo ayudarla.

--No se preocupe. Creo que ya tengo como hacer un desayuno como Hashem manda..

--Usted lo pagó. Ha hecho su primera compra. Esperaron toda la noche.. Deben haber revisado... El no encontrarnos los debe haber desconcertado. Fue una suerte que no hallaran el Renault.

--Ellos son buenos oteadores. Saben que nos internamos en la llanura.. Le tuvieron miedo a las serpientes o no tenían mucho combustible para buscarnos.

--¿Tú le tienes miedo a las serpientes?.

--No. Sé atraparlas; hasta las más venenosas. Esta tierra no tiene secretos para mí.

--!¡Qué buena noticia!-- dijo Zacharias, lamentando sinceramente no tener 30 años menos, al contemplar a Edali caminar delante de él.

Continua


Primera edición. 


Zacharias Sanchez.Diamantes de Agua. Capitulo 5


Capítulo V

El Alguacil MacPoint llegó la mar de contento. Fue un día más que notable. Habían llegado 4 frescas y bellas jóvenes chinas. Creían que trabajarían en una lavandería. La habían llevado al prostíbulo de GLF. Tres las habían rifado. La más bonita se la habían obsequiado de gratis. Le encantó . La joven se había defendido, y él la había poseído brutalmente. Los cuartos eran insonorizados. Por eso lo había disfrutado tanto. Ahora podían ser del que quisiera. Siempre Eran para él la primera vez. Después. !¡Qué más daba!. El combate le había dado mucho sueño. Abrió la nevera y destapó una cerveza. Apenas la tomó ,el sueño se incrementó. Casi arrastrándose llegó a la cama. !¡Es que tenía tanto sueño!.

Despertó. Había dormido todo el día. 8 de la noche. La luz de su cuarto estaba encendida. Se le había olvidado apagarla. Trató de incorporarse de la cama y no pudo moverse. Trató de hablar y no pudo hacerlo. Enfrente de su cama, estaba sentado el hombre del Cadillac. Todavía Tenía la cara llena de moretones.

Violentamente, buscó una vez más de incorporarse de la cama. Estaba esposado de pies. Su brazo izquierdo alrededor de su cuello y con una esposa, que llegaba al extremo de una cadena que conectaba con la esposa que inmovilizaban sus pies. El hombre halo la cadena y lo obligó a sentarse. No podía hablar. El tirro en la boca se lo impedía.

El hombre del Cadillac le colocó delante de sus hojas un papel mecanografiado que tenía escrito " Yo, ______________, alguacil de______, declaro libremente , sin presión, los siguientes hechos. Los declaro tanto al Sídney Time, a la Policía de New Wales del Sur, al Tribunal Provincial, A la Corte Suprema Departamental. Adicionaba con una magnífica letra de molde una buena parte de sus fechorías y las de su grupo.Los encubrimientos. Las ejecuciones,los secuestros,las violaciones. Todas las cosas que Edali conocía; faltaban muchas otras por descubrir, con lo detallado ahí, era más que suficiente para

una investigación judicial. 

con un atemorizado gesto el sheriff nego.

El hombre del Cadillac asintió con un gesto de amable comprensión. Salió del cuarto. Regresó con unos cables de recargar baterías y colocando las pinzas en cada oreja, con tranquilidad colocó los extremos a un cable cortado, que tenía un enchufe. El alguacil abrió los ojos con espanto. Tranquilamente, el hombre del Cadillac enchufò el tomacorriente y se sentó a mirarlo.

Las venas del Sheriff brotaron en su cuello y sus orejas comenzaron a lanzar humo. Unos minutos después, cuando el olor a carne quemada era insoportable y luego que el hombre se desmayó soltando todos sus esfínteres, El hombre desenchufó el cable y le lanzó una cubeta de agua con hielo; nuevamente le señaló las hojas, luego extrajo una estilográfica paper mate y con un gesto amistoso le invitó a escribir.

El hombre de ley no se veía muy valiente,Resoplaba como un toro . Mientras que el hombre del Cadillac bostezo con fastidio. Se encogió de hombros. Tomò un martillo y concienzuda , precisamente, con todas sus fuerzas, aplastó una de las rodillas del otro. El Sheriff Asintió desesperado, con el rostro lleno de lágrimas de rabia, dolor y humillación. Ya después vería cómo saldría de eso. Ese tonto se lo pagaría y con creces. El hombre del Cadillac le colocó un libro de contabilidad y el comenzó a escribir.

El hombre del Cadillac revisaba y varias veces no estuvo de acuerdo con lo escrito, enchufando el cable, con intervalos cada vez mayores. Ya los dos últimos fueron en las tetillas del pecho. Con profesoral actitud le mostró un hacha señalando sus testículos. El Sheriff lo escribió Todo. Lo de los últimos dos años. Era bastante. Con nombres, cómplices, víctimas, direcciones, cuentas bancarias. Hasta lo de la joven china de esa misma noche lo colocó . 30 páginas, sin fin, con letra disparejas, y su huella dactilar en cada una de las páginas, incluyendo las abundantes copias en papel carbón..

Finalmente, el hombre del Cadillac estuvo satisfecho. Con un gesto le agradeció. Luego extrajo de una bella cesta de mimbre dos inmensas serpientes venenosas de la llanura y se las lanzó encima. Sentado, viendo fijamente, vio el trabajo de las serpientes en el alguacil. Cuando terminó de convulsionar en los espasmos de la muerte, Le quitó las esposas. Lanzó un cobertor encima del cadáver y las dos serpientes junto al mismo.

Salió , encendió el Ford Vitoria diesel policial. Vio el reloj. 10 Minutos para las 5 de la mañana. Tenía casi 48 horas sin dormir desde que llegó con sus provisiones hasta la muerte del Sheriff.

Todos estarían en ese momento en la casa de Edalí. Ella estaría resguardada. Fue hasta la gasolinera del pueblo

. Detuvo el vehículo. 

Tomó la manguera del surtidor y bañó el vehículo de diesel; luego rompió el vidrio de la tienda oficina

Tomó la manguera del surtidor y bañó el vehículo de diesel; luego rompió el vidrio de la tienda oficina. Abrió nuevamente el surtidor y el chorro de diesel comenzó a derramarse por la oficina. Se retiró en la patrulla. Dio la vuelta en U al final de la cuadra. Se detuvo. Descendió del vehículo ,lo puso en drive. Lanzó un yesquero encendido. Por un momento vio como el auto se dirigía directo a la estación de servicio.

Comenzó a caminar renqueando por la calle. El bar. Solitario. Ni una camioneta. Cruzó la calle y escuchó la explosión detrás de él, iluminando todo el sector y una fuerte brisa caliente barrió la calle. Luego, lentamente en el Renault comenzó a alejarse, rumbo a la autopista A32. Iría nuevamente al parador de carretera. Dejaría el Renault y se traería la vieja y oxidada Chevrolet Holden. Por supuesto que enviaría la carta. AL periódico. A todas las autoridades. Sería una "fiesta" de marca mayor.

Encendió la radio GLF 110 Am, música country. Tarareo la excelente música country. Era magnífico manejar al amanecer.El sol se levantaba en el horizonte prometiendo otro día de calor infernal. Desayunaría Bistec con huevos. Le llevaría varios emparedados a la chica. Y café. Al rato llegó al parador de carretera. Vio llegar a los despachadores de servicio.

--Oiga amigo. Servicio completo para esta abuela. Coloque 4 neumáticos nuevos. Que sean General Tires por favor.

A las diez de la mañana, volvió al pueblo.

La humeante gasolinera estaba rodeada de muchas personas

La humeante gasolinera estaba rodeada de muchas personas. Un hombre muy gordo estaba en medio de ellos. Era el propio GFL. Hablaba con todos.Se veía tranquilo. No estaba asustado.. Todavía no...

Detuvo la pick up y los vio. Ellos sí se mostraban nerviosos. Agitados. El hombre como un cónsul romano dando órdenes.

--Mucho gusto, señor GFL-- dijo viendo al otro desde su ventanilla. Era más que cierto que todo el pueblo estaba viendo a plena luz la pick up de Edali y con el al volante. Ya era el momento que empezaran a acostumbrarse. Muy Tranquilo se desplazó por la avenida.

Detuvo la pick up en la tienda donde todo comenzó. Lamentó que fuera ahí.

Pero debía hacer algo de fama

Pero debía hacer algo de fama. Entró a la tienda . Comenzó con una cesta a colocar chucherías.

--Escuche señor. Su dinero no vale aquí—informó la mujer, viendo como él en medio de las amas de casa, llenaba su cesta de chucherías, dulces y chocolates. La mujer salió de su mostrador, se acercó.

--Por favor señor. No me complique la vida. Váyase..-- rogó genuinamente asustada.Todo el mundo sabía de la "lección"



Tome—dijo Zacharias, extrayendo la tarjeta que le entregó el flaco de la cara marcada—ya está todo pago.

Dicho esto dejó en medio del pasillo a la confundida mujer , comiendo un chocolate, tomó lentamente la vía rumbo a Diamantes de Agua . Manejó comiendo las galletas y chocolates, sintiendo como el calor el día crecía exponencialmente.

--Otro día caluroso-- insistió para nadie, asintiendo mientras tarareaba una cancioncilla en español.

Sintió el golpe en la parte trasera de pick up. Miró por el retrovisor y un Camión MacK estaba casi encima de él.

--Imbécil—dijo cambiando de velocidad y acelerando la pick-up. Lo que hizo que el MacK acelerara igualmente..

Sintió otro topetazo que le hizo perder en algo la dirección. Agarró firmemente el volante a pesar del dolor en la mano izquierda y tomó su automática. Otro Topetazo y la pistola cayó al piso. Lanzando una maldición aceleró más. Escuchó cómo cambiaba la doble caja de velocidades del camión. Aceleró más la vieja pick up . 160 kilómetros por hora. No daría más de ahí. Para su pesar, el camión alcanzaba fácilmente los 160 kilómetros por hora. Vio que tenía unos 9 segundos de ventaja. Sostuvo dolorosamente el volante con su pierna y rápidamente tomó la pistola. Vio acercarse el camión y casi sin apuntar a través del vidrio, lanzó 5 tiros hacia el conductor. El camión perdió el control internándose en el monte.

Frenó la pick up e hizo retroceso. Tomó 2 cargadores adicionalmente y llegó donde se había detenido el camión. Disparó a los neumáticos y vio como se reventaban uno a uno.. Finalmente, llegó a la cabina y abrió la puerta. El hombre tenía un balazo en la mejilla. Fue una suerte acertarle. Eran unos solemnes aficionados..

Tomó al hombre por el pelo y lo lanzó contra el suelo.

--No me mate. Tengo una hija.—dijo dificultosamente el otro.

--Yo un hijo. Eso no te detuvo. Pensabas pasar el camión por encima de mí. Toma. Para que veas la carretera y aprendas a manejar— dijo, lanzándole 9 tiros directamente a los ojos. Recargo , y disparó contra el tanque de diesel, haciendo explotar e incendiarse el camión. Como pudo, Tomó el cadáver y lo lanzó dentro de la cabina en llamas. Se incorporó a la Chevrolet . Abrió un paquete de papas fritas. Al rato pasó junto a los restos calcinados de su Cadillac. Luego llegó a Diamantes de Agua.

--Sr Clark. Estaba preocupada.-saludó sinceramente angustiada Edalì



--Le traje su camioneta. Lamentó lo del vidrio y el parachoques. Para merendar tenemos unos dulces y un desayuno. Es una lástima que este frío. Cortesía de GLF.

--Tenía miedo por usted. Bueno. En muchas ocasiones vivo con miedo.

--No vendrán. Ahora no vendrán. ¿Sabe algo?. Debería solicitar personal para trabajar.

--Nadie llegaría.-respondió ella empeñada en su negativa

--Apuesto que sí. La gente necesita trabajar. Necesitan seguridad de un buen empleo.

--Gunter Ferrel no lo permitiría.

--El león no es tan fiero. Le dejé algunos mensajes. Suponía que había venido. No lo ha hecho. Eso significa que no está acostumbrado a que le hablen duro. ¿No ha ido al cine?. Están poniendo en reposición Por quién Doblan Las Campanas. Toda la vida me ha gustado Deborah Kerr.

--No me dejarán entrar. --respondió estupefacta ante la osadía del Sr Sánchez.

--Mañana iremos. Ellos tienen que saber que los tiempos están cambiando. Que usted los miré frente a frente. Que sepan y entiendan que no pueden hacerle más daño. A mi edad puedo decir las cosas sin tapujos. Es tiempo que luzca sus piernas.Son preciosas. Y vamos a disfrutar una merienda.

-- Hice almuerzo.

--

Mejor todavía

Capítulo IV.

Llegaron a la hora del Matiné.


--Realmente no sé qué pensar de los chicos blancos de este pueblo—exclamó, asombrado, de la transformación de la joven

--Realmente no sé qué pensar de los chicos blancos de este pueblo—exclamó, asombrado, de la transformación de la joven


—No es justo que la chica más bella del lugar tenga que llegar al cine acompañada con un viejo ,feo e hispano— dijo, abriendo la puerta derecha de la oxidada pick up para que la joven se incorporara al desvencijado vehículo

—No es justo que la chica más bella del lugar tenga que llegar al cine acompañada con un viejo ,feo e hispano— exclamó Zacharias, abriendo la puerta derecha de la oxidada pick up para que la joven se incorporara al desvencijado vehículo.

Un rato antes la hizo reír mucho cuando rodaron por el atardecer contando anécdotas y embustes , llegaron al pueblo.



 





La camioneta prohibida. La chica que tenía negado entrar al pueblo


arribaba junto al anciano por él que todo el mundo estaba escuchando las recompensas que recibirían al que lo matara por la espalda y desde lejos.

Descendieron bajo el peso de las miradas de todos los presentes Luego lanzó una moneda de un dólar al acomodador y le dijo.

--Si cuando salga la camioneta tiene un sucio, te las verás conmigo.

No hicieron cola. Los jóvenes del pueblo silenciosamente les hicieron lugar. Llegaron a la casillera.

--Oiga. Su dinero aquí no vale-- informó el despachador mecánicamente

--Si vale.-- Escucharon la voz detrás de ellos. Era Gunter Ferrel y sus secuaces—La invitación va por cortesía de la casa. Para todos. Los chicos aplaudieron.

Zacharias muy orondo, dio su brazo a la exuberante muchacha y en medio de la multitud entraron al cine y por todo frente al hombre pasaron, mientras Zacharias le dedicó una amistosa sonrisa.

Él se colocó en la última fila y extrajo la automática con silenciador. Comenzó la película. Y fue viéndolos. Uno en un extremo de la fila. Otro parado junto al proyector. Otro junto a la puerta de salida. Iniciado la tanda por ese. Cuando terminó la película 5 menos había en la nómina de Gunter. Nadie escuchó nada. Edali disfrutó concentrada la película. Las chicas lloraron por Frank Sinatra y Lanzaron silbidos e insultos contra Ernest Borgnine y piropos de regalo para la bella Deborah Kerr. Aunque la joven sinvergüenza también era más que bonita. Apenas terminó la función, los jóvenes se retiraron en estampida, a comprar malteadas, bailar rock and roll, a disfrutar la vida. Ellos al salir se quedaron frente a Gunter.

--Creo que sus hombres están sufriendo de gripe. Debería cuidarlos más. Por lo demás, me encantó la película. Fue de mucha "Acción"— dijo al hombre , mientras veía a los secuaces que sacaban los muertos y los colocaban en una Willys pick up

—Por cierto, pronto comenzaremos operaciones. Haremos ofertas de trabajo. Sea cual sea el sueldo que el señor Gunter les da. Pagaremos el doble. Es una oferta por tiempo muy limitado—dijo "Clark" a los hombres, delante de su jefe.


Nota del Autor:

El lenguaje utilizado es simil al de uso común en la década de los 50; no al utilizado en la época actual...


Continuación de la novela 


dos días después de la visita al cine y de los funerales de los cómplices de Gunther

Así es. Esto es una sorpresa para ellos. Es un premio de la TV en Melbourne. 4 Pases para el show del sábado. Aquí está la carta. Ellos deben confirmar.

El hombre le entregó un sobre grande, muy colorido, con los logos de la TV y del Show de los sábados.

--Es una sorpresa. A nadie debes confiarle esto. Solo a ellos. A la hora de almorzar para celebrar en familia.

--Seguro—dijo el niño alegre.--¿Es Verdad?¿El show del sábado?.

--Tú mismo los acompañarás. A La hora del almuerzo. ¿Palabra de honor?.

--Palabra de honor.-- contestó el niño animadamente, marchándose corriendo con el sobre. Puntualmente, antes de las doce, el BMW Isetta con el ex luchador recogió su hijo. Diagonalmente, a la esquinera casa, se estacionó la oxidada Chevrolet Holden, debajo de un frondoso cedro. Mejor ahí, para esquivar el calor del mediodía. Desde la amplia ventana del comedor se veía la familiar escena. El amoroso padre sentado en la cabecera de mesa, como correspondía, la ordenada madre y la sorpresa del niño. El sobre con las invitaciones del show. Abrieron el sobre y las fotos, con las apasionadas imágenes del amoroso padre y la bella Ugandesa se mostraron. Así mismo cómo el amoroso padre, sin camisa y jóvenes adolescentes tailandesas y chinas en sus piernas, desnudas, rodeados de borrachos, en lo más iluminado de las salas del burdel, detrás del billar GFV de la pequeña ciudad. Se oyeron los gritos, los platos estrellados, el llanto de los niños.

La furiosa salida del hombre, quien ciego de rabia salió dejando las marcas de neumáticos en el asfalto de la tranquila calle. La oxidada Chevrolet Holden encendió y se retiró del lugar. No se sintió muy honesto con lo hecho. Pero un miserable tenía que ser expuesto ante los suyos.

Capítulo Final.

Al tercer día del almuerzo del ex luchador; Llegó al billar. Eran las 9 y 30 de la noche.

Descendió de la oxidada Pick Up y vio a los dos hombres junto a la Chevrolet Apache. Los hombres lo vieron acercarse y uno extrajo un cuchillo. De un manotón

sé lo hizo volar por el aire. Luego descargó un descomunal puñetazo en la cara del hombre, que lo hizo girar violentamente en el aire, enterrándose boca abajo en el piso. El otro optó por salir corriendo. Reviso al inerte. Fue una suerte. Le extrajo las llaves de la Chevrolet que estaba estacionada ahí, antes que él llegara. Luego entró al salón de billar.

--Vengo a jugar—dijo acercándose a la mesa, tomando un palo de billar donde estaba el hombre con la cara marcada y otro jugando, precisamente el que tomó las chucherías del Cadillac, y luego se montó en el capot del Cadillac hundiéndolo...

--Con qué mapanare.—dijo cruzando el palo de billar con brutal fuerza en la espalda del otro jugador, dejándolo igualmente inerte en el piso. Lo apartó con el pie, para dejar espacio libre.

--Ese dia sufrí abstinencia por mis galletas. Asi aprendera a no tomar lo que no es suyo.

Mapanare lo miró torvamente.

--Quiero ver que tan bueno es jugando billar— dijo cruzando la mesa y colocándose en posición. Desbaratando la jugada y volviendo a colocar las bolas en posición. Sin pedir permiso dijo.

--1 en 6 y 3. Lo hizo así y las tres bolas entraron con precisión milimétrica. Luego 2 en 9,11,3 y 7. Dicho esto hizo la jugada, para ver como en carambola las bolas entraron en precisión matemática por las aberturas en mesa, mientras los parroquianos abandonaban el lugar.

 Dicho esto hizo la jugada, para ver como en carambola las bolas entraron en precisión matemática por las aberturas en mesa, mientras los parroquianos abandonaban el lugar

--Me han dicho que uno puede divertirse llegando al sitio correcto. Como ayer tu jefe me informó que estaba invitado al cine, se me ocurrió que tal vez pueda.. Ya sabes.. Que tú me podías conseguir.. Bueno.... Amigo, Tú sabes.. Las necesidades de uno aparte de unas buenas cervezas—dijo con burla, mientras hacía otra jugada que hizo entrar 3 bolas más en la mesa. Certeramente, entraron las 15 bolas.

 Certeramente, entraron las 15 bolas

--Suerte de principiante.—expresó con apenada sonrisa y colocando el palo en el pecho del hombre le dijo

—expresó con apenada sonrisa y colocando el palo en el pecho del hombre le dijo



-- Soy adivino

-- Soy adivino. Estás pensando como extraer la pistola y dispararme. Estás esperando un descuido para disparar. Inténtalo. Puedes tener suerte.

Los hombres trancaron la puerta del negocio. Sánchez se introdujo al final apartando las cortinas sin dejar de ver a Mapanare ni a los otros.

--Sr Ferrel. Un gusto.—dijo entrando al burdel. Vio las tres chicas chinas y otras jóvenes. Vestidas con baby dolls transparentes, sentadas en un inmenso sofá circular. Con el miedo, frustración, desesperanza en sus rostros.

El hombre con un aspecto de luchador retirado se abalanzó hacia él, para ser detenido con un pelotazo de billar, lanzado con maestría y gran fuerza por "Clark" en medio de la frente, lo impactó con gran intensidad, haciéndolo retroceder, intentando alejarse inútilmente de las mesas para no perder el equilibrio, para caer de forma estrepitosa al final del salón entre sillas y mesas, que lo impactó de forma brutal al final del salón entre sillas

-- Amigo. No crea que ha llegado muy lejos. Nos ha ayudado mucho. Eran negocios que no estaban produciendo lo esperado. Se está tomando muy en serio eso de andar acostándose con la perra judía. Lo peor que podría pasar es que la embaraces. Imagínese. Una basura mezcla de Judía e Hispano

--Pretendo ayudarle en lo más que pueda. ¿Qué ha pensado de lo que sucederá?. Me parece que mañana habrá una primera plana muy interesante en Sídney Time. Esos son los rumores. Creo que pronto será famoso. En cuanto a la muchacha. ¡qué remedio¡Si en este pueblo no hay hombres. Todos son "azucarados".

--Usted no lo verá. Se lo puedo asegurar.

--! ¡Claro que sí!. Mañana iré a la óptica GFL a hacerme unos lentes. No estoy viendo muy bien. -- dijo, sin quitarle la vista a los matones ni por un instante. Ahora no se veían tan amenazadores ni fieros.

--Pronto verá peor. --exclamó convencido el hombre, mientras los otros lentamente tomaban posiciones ante la próxima balacera que se avecinaba.

Clark con pasmosa velocidad extrajo la automática y disparó 2 veces en la frente a Mapanare y este se desplomó largo a largo. Haciendo que las chicas chinas gritaran horrorizadas, comenzando a llora¿Quien

-- ¿Quien más?. ¿Tú? .-- preguntó a uno de los matones-- Tú?.   Preguntó con un gesto a otro.

Los hombres desistieron aterrados. Una cosa era atemorizar a honestos agricultores y mujeres solas, y otra enfrentar a un frío asesino profesional.

--Upps.. Me llevo a estas tres chicas.. ¿Cortesía de la casa?—apuntando a Ferrel, paralizando al resto de los hombres,—Me las llevo .

Hizo indicación a las jóvenes y estas se pusieron detrás de él. Mientras los demás caminaban imperceptiblemente hacia él.

--Dame la oportunidad Ferrel. Hazlo. Quiero ver como se ven 7 balazos en esa panzota de mierda que tienes.

Los hombres estaban estupefactos. Nadie. Nadie había osado hablarle así al todopoderoso hombre. Esté a su vez se veía confundido, asustado, sin ideas.

--¿Qué sucede Günther?.¿Un simio hispano te trae problemas que no sabes resolver?.

--Maldito mono sucio. Quieres igualarte a los seres humanos.— dijo el hombre con odio—Que tus malditos ancestros Vivían desnudos en árboles y llegaron aquí después de comer papas con pellejos, aquí aprendieron a comer carnes con papas.

--Y los tuyos llegaron aquí, aprendieron bañarse y usar zapatos. No somos tan diferentes. No por eso le vamos a impedir que los australianos tengan una vida decente en su propia tierra...

--Tú eres un maldito asesino profesional. Este pueblo es mío. Yo lo hice. Todos comen y viven bien gracias a mí. Viene un parásito, flojo, gusano hispano, que no sabe por dónde queda la palabra trabajo para destruirlo todo.

--Y tu un abusador de gente inocente. No hiciste nada. Robaste el esfuerzo de muchos , asesinaste a los creadores de trabajo y progreso.. Apropiarse del esfuerzo y herencia de muchos inocentes no es digno. Pagarás y bastante lo que hiciste. Con solo tres semanas aquí quedé asqueado. Seré lo que sea. Pero nunca había visto una cloaca tan podrida como tú.

Salió decepcionado del sitio con las chicas estampilladas a su espalda.. A la final el todopoderoso resultó ser un cobarde, que se desinfló a las primeras de cambio.

. Sin dejar de darles él frente a los hombres, llegó a la puerta. Con dos disparos destrozó el cerrojo y salió. Vio su Chevrolet Holden con los neumáticos desinflados y el capot abierto. Señaló la Chevrolet Apache.

Las jóvenes chinas subieron rápidamente al cajón y él con rapidez encendió la camioneta, retrocediendo brutalmente al medio de la calle. Introdujo la primera y la llevo a 40 millas, luego embrago 2 veces seguidas y llevo la camioneta en segunda hasta 75 millas, cuando casi parecía que la caja reventaría, introdujo la tercera.

--Algún día, a estas cosas le pondrán una cuarta—dijo cuando la camioneta llevaba el velocímetro a 95 millas por hora.

--Algún día, a estas cosas le pondrán una cuarta—dijo cuando la camioneta llevaba el velocímetro a 95 millas por hora

Esa misma noche los matones de Günther se desbandaron. En la mañana, cinco Holden Commodore azul claro de la policía de investigaciones se estacionaron frente a las oficinas de GFL.







Zacharias Sánchez. Diamanates de Agua Parte 9



El pueblo viò salir lloroso y asustado al obeso hombre rodeado de policías de civil e introducirse en uno de los Holden, para irse en silenciosa caravana. No fue el único en irse. El juez del pueblo, el alcalde y el predicador también lo acompañaron. Las impactantes declaraciones del finado alguacil eran contundentes. Daba nombre de asesinados, de la manera como Günther Ferrer se apoderó de los negocios, coaccionando,chantajeando,amenazando y finalmente asesinando. Imponiendo una dictadura sin posibilidades de progreso en el pueblo. Todo era para él. Abusando de las jóvenes pobres. Golpeando a los padres indefensos, esclavizando y prostituyendo a los extranjeras indocumentadas. Falseando impuestos y sobre todo el crimen de toda la familia de Edali Jimper. Ahí estaba todo documentado y públicamente.

Esa misma mañana, en su recuperada Chevrolet Apache, Edali llegó y se estacionó en la entrada del pueblo, por un momento cerró los ojos y buscó valor, luego decidiendose ,descendió de la camioneta .

Caminó por el medio de la calle. En silencio los pobladores la miraban. Uno de ellos se quitó el sombrero al verla pasar. Luego otro y otro. El pueblo tenía un nuevo dirigente. Un nuevo conductor. Tenían la esperanza que su accionar fuera más abierto, sin asfixia ni peligro. Esa era una esperanza que todos tenían. Ella estaba consciente. No los defraudaría. Llegó frente al pequeño supermercado. Era un gesto simbólico,sin embargo muy importante. Inspiró ,entró y tomó una cesta. La gorda no dijo nada, con la mirada baja fue sumando y contabilizando.

--Lucy. No fue tu culpa. Creo que todos tenemos una nueva oportunidad. Basta que no perdamos la perspectiva—dijo la muchacha. La mujer manteniendo la mirada baja recibió el dinero. Edali caminó por el pueblo. Todos la miraban en silencio. Parecía que una sombra oscura se había disipado mostrando tal cual eran. El epílogo a tanta maldad fue el incendio de la vieja Chevrolet oxidada. Fue un último y desesperado acto de impotencia de los matones

II

El pueblo había sido víctimas y cómplices. Vieron como Günther regresó, junto al alcalde y el pastor. No venían a imponer nuevamente su ley. El escándalo había sido mayúsculo. El gobernador estaba pronto a reelegirse. No quería nubes en el horizonte. Hizo de oídos sordos a las súplicas de allegados. Además. Gunther y sus cómplices se delataron entre sí para lograr disminuir en algo sus condenas. Se sabía que la pudrición era grande. Pero no se tenía idea de la magnitud. El regreso de los tres hombres fue para indicar dónde estaban las fosas comunes con sus víctimas asesinadas en todos esos años. Entregar los documentos forjados donde inventaba títulos de propiedad, préstamos imaginarios, deudas que nunca existieron. La red de trata de blancas con indocumentadas infantiles, traídas, engañadas con una promesa de un mundo mejor, para ser utilizadas y desechadas después sin consideración. Haciendas con indocumentados tratados como esclavos. Alambiques donde adulteraban todo tipo de licores. Nadie daría ni un dedo para ayudarlos. Igualmente a Edali Jimper se le hizo justicia. El gobierno provincial le prometió financiamiento para hacer realidad el sueño familiar. Compartir el agua gratis con la pequeña comunidad. Era devolver bien por el mal, agresiones, insultos y humillaciones recibidas.

III

Por primera vez en mucho tiempo llegó un autobús verde y beige, un White carrocería Wayne diesel se detuvo en la pequeña plaza.

En otro autobús llegaron Inmigrantes brasileños buscando trabajo

En el autobús verde y beige,El chofer. Un agradable viejito descendió para estirar las piernas y buscando con la mirada los posibles pasajeros.

En su camioneta llegó Edali.. Se marchaba Clark.

--Usted llamó el autobús— dijo la joven con un nudo en la garganta.

Había preguntado por él en la mañana y los obreros informaron que se marchó, afeitado y en flux llevado por el pelirrojo. Por eso a toda velocidad ella se trasladó al pueblo , corriendo a todo dar en la pick up ; acaba de llegar

--Soy un jubilado retirado....

--Sobreviviendo a un difícil divorcio. Pensabas marcharte sin despedirte de mí.

El hombre sonrió al oír como ella completó la frase, sabía que la diría varias veces más.

--No soy muy bueno para las despedidas-- agregó--Espero que un chico hispano, llegué a tí. No me gustaría verte con un blanco, sajón y protestante. Por lo demás lamento en el alma no tener al menos 40 años menos. Me hubiera atrevido a decir algo más .

Ella hizo un gesto. No estaba en sus planes tener un lío amoroso por los momentos. Le habían llegado por correo los permisos de exploración y explotación de los diamantes. La extracción de agua abundante y gratis para el pueblo iniciaba la fase de construcción del acueducto. Era muchas cosas y le hacía falta mucha gente.

--Van a llegar muchos. Algunos amigos han hecho algunas cosas por usted. Quizás reciba alguna visita. -- le dijo él con un afectuoso abrazo.

Algo de verdad muy extraño en él. La muchacha lo abrazó . Le había tomado mucho afecto. En su fuero interno lamentaba que le llevara tantos años. Era un viejo atractivo. Quizás si hubiera hecho alguna propuesta lo hubiera pensado y muy en serio.   Quién dijo que la diferencia de edad hacía la diferencia?.

--No quiero que se vaya. Me siento abandonada y frágil sin ti. Me devolviste mi vida .

El hombre caminó hacia el autobús. Serían muchas horas de carretera.

--Una chica tan bella nunca va a estar sola. Además, es simplemente un hasta luego. Volveré por otro café...

Con un nudo en la garganta contempló a ese extraño abordar el bus  asiento, 

viéndola parado en la puerta,  le hizo un gesto de victoria en la mano, dejándola parada en medio de la calle

viéndola parado en la puerta, le hizo un gesto de victoria en la mano, dejándola parada en medio de la calle. Cuando conoció a Zacharias ,unas lágrimas traicioneras por diferente motivó salieron y cruzaron su bello rostro. Hoy otras lágrimas por diferentes razones salieron de sus ojos, al ver como se alejaba su benefactor. Estaba sinceramente desolada. El White diesel se fue lentamente por la carretera. Hasta finalmente desaparecer en la lejanía.

Edali suspiró. Una inmensa responsabilidad tenía delante. El pueblo tomaría sus riendas, ella se dedicaría a su hacienda. Todo estaba paralizando. Hacerlo andar, libremente, sin coacción, sin presión, con libertad y progreso PARA todos era lo difícil. Había demasiadas heridas abiertas. Sería una tarea muy larga



Zacharias Sanchez. Diamantes de Agua .Final temporada


El Corvette Turbo Diesel Rojo y blanco se detuvo frente a la inmensa casa De la patrona de Diamantes de Agua. Un chico en jeans, pelo negro, extremadamente atractivo descendió del auto.

--Me dicen que la dueña se llama Edali Perjim.

--Así es—le dijo el portero, debajo de un paraguas-- ¿Quién la busca?.

--En realidad quería hablar con ella para preguntarle por alguien.

--Veremos que se puede hacer. ¿Puede esperar aquí?.

--Seguro..—respondió el muchacho, haciendo guiños por el sol, mirando los obreros que reparaban y pintaban el exterior de la gigantesca mansión. Rojo y Blanco. Era una bonita combinación.

--En el thermo hay un buen café. Tome todo el que quiera.

--Gracias.—respondió sin dejar de contemplar la febril actividad, a la luz de todos.

Minutos después estaba en el despacho de la joven. Fue una mutua sorpresa para ambos. Ella porque no había visto nunca un chico tan extremadamente atractivo y simpático. Ojos negros, pelo negro, un perfil diferente a lo que veía normalmente, una estructura muy armoniosa. Lo tenía todo. Y un estilo para vestir impresionante. Jeans Levi, Mocasines US Keds, Una camisa de cuadros, un Tweet con las iniciales de la Universidad de California, y un saco color mostaza.

Por su parte él quedo asombrado de ver a una bella flor de estas tierras. Muy joven. Con un gran poder entre manos por desarrollar. Atrayente, demasiado bella. Peligrosamente simpática, bien formada sensual.

--Busco a mi padre. Sé que anduvo por aquí. Las referencias que dejó por el camino así me lo indican. Me dijeron que en Diamantes de Agua me darían información.

--No me diga que es hijo de Clark.

--¿Así se llamaba aquí?. No es su nombre.

--¿Quien es su padre?.—preguntó muerta de curiosidad.

Fue policía. Uno Muy bueno. A veces se le escaparon algunos muy importantes. Otras veces los colocó enfrente a un Juez y no obtuvo resultados.Lo acusaron de un crimen que nunca se resolvió. Yo estaba pequeño. Nací en Caracas, una ciudad de Sudamérica.Mi madre era de allá El es de Oregón. Mis abuelos son de ahí. Hijo de Mexicano e india Mohave. Por esta vez usó nuestro verdadero Apellido. Sánchez. Por cierto soy Carl Sánchez. Sin los lentes de mi papá.El Se llama Zacharías Sánchez. Realmente cambió del cielo a la tierra.

--A veces No usaba lentes. Algo desaliñado. No le gustaba hablar. No comía nunca. Era feliz tomando Café con leche. Su única debilidad creo era un ..

--Cadillac Rojo con el techo negro brillante—completò el muchacho, afirmando con un gesto.

--Es uno de sus disfraces. Unos lentes extremadamente gruesos. -- continuó el joven, fascinado contemplando la belleza justo ahí mismo. Su padre y sus trampas para retrasarlo. Estaba ante un muro de detención casi imposible de escalar. .

-- Llegué por una huella inmensa dejada por él. Es de esa forma en todos lados. Dice que no quiere problemas. Sin embargo, hasta que no le toca el tuétano al hueso no se queda en paz. Pertenece a una banda de viejos retirados de muchos países. Están aquí en ésta tierra, supuestamente para descansar. Lo menos que hacen—finalizó el muchacho.

--SE marchó en un autobús verde y gris manejado por un señor bastante deteriorado.

--Si."Catholic" Rogers, el medio hermano de "Cowboy" Rogers. El autobús con Los colores de su banda. De su clan.

--Nos ayudó bastante. Resolvió en pocos días un nudo gordiano que se formó durante años y mucha gente entregó la vida tratando de resolver.

--No siempre es así de buena gente. Consiguen mucho dinero, de todas las formas posibles. Malas, buenas o peores. La joven asintió. Lo vio actuar.

--Pues yo le agradezco demasiado. Hizo mucho por mí. Me liberó de unas inmensas cadenas que me quitaban la vida.

--Quiero verlo. Hablar con él. Vive al filo de la navaja. Nunca podemos compartir. Siempre tengo el temor de llegar tarde y conseguirlo con una sábana blanca encima, en cualquier calle y muchas patrullas alrededor ...¿No le dijo adónde iría?.

--Me temo que no. Pensé que se quedaría. Sin embargo, creo entender que iría a West Desert.

--Ya sé que para ahí no irá.--respondió El muchacho con un suspiró.

 Ella pensó a velocidad. No podía permitir que un chico tan atractivo se fuera así, no más. Eso no sucedería. Era una promesa personal. ""No me gustaría verte con un blanco sajón""" recordó, mordiéndose inadvertidamente los labios. ......

I

El hombre con un flux extremadamente viejo y descolorido se sentó en el restaurant. Comida china. Atendido por sus dueños. Fue magnífico. Con gran calidad. Lo extraño es que estaba vacío. Así se lo hizo saber a la agradable y hermosa joven oriental.

--Hemos hecho muchos esfuerzos para este negocio. Llegamos de Hong Kong, aunque mis padres son originarios de china continental. Huyeron de allí y pudieron entrar a Hong Kong antes de 1950.. Nos establecimos. En un principio nos fue bien.

--¿Qué sucedió?.¿Los abandonó el cocinero?.

--Un grupo de matones. Acomplejados. No les gusta gente oriental en este barrio. Ahuyentan la clientela.

--Pues no puedo entender como no les puede agradar una joven tan bella—dijo— Tengo que lamentar ser un viejo. La muchacha sonrió.

--Estamos pensando en cerrar y mudarnos.

--Lástima. Lamentablemente no puedo ayudarlos. Solo soy un viejo jubilado, retirado. Sobreviviendo a un difícil divorcio. No sé cómo podría ayudar. Llame a la policía.

--¡Qué horror¡-- exclamó la bellísima joven oriental.—En cuanto a la policía, ya lo hicimos. Nos recomendaron mudarnos. Salió a la calle, después de pagar y despedirse. Ahí estaban , recostados en el Cadillac . Un grosero sentado encima del capot, con los pies puestos en el parachoques. Perdiendo el tiempo. Impidiendo que gente trabajadora hiciera su aporte al país para progresar, pagar impuestos y ayudar al país. 10 minutos después la calle estaba vacía. Luego,El hombre se acomodó el flux e introdujo en su Cadillac Fleetwood Rojo con el techo negro brillante. Encendió y escuchó complacido el suave ronroneo del V8 diesel. Se fue calle abajo.

En el callejón quedaron. Ahí quedaron. No molestarían más. El Cadillac se incorporó a las avenidas de Melbourne. Un auto bellísimo, con un viejo jubilado, retirado, sin duda sobreviviente a un difícil divorcio. 28 horas de camino lo esperaba. La primera parada hacia Brisbane. Por la Costa. Un contrato en oro. Aunque oficialmente estaba retirado. La pequeña casa, con corredor exterior para colocar una mecedora y leer en las tardes y contemplar el amanecer o el atardecer, tendría que esperar algunas semanas más. ¿Quién quita y en alguno de los pueblos de la playa encontrará algo así?. Era una tierra de sorpresas. Él estaba abierto a ellas. Tomó la carretera. ¡Qué excelente era manejar el Cadillac en las infinitas rectas! ¡Como disfrutaba manejar!

Final



Otra Entrega de la Saga Zacharias Sanchez 

Otra Entrega de la Saga Zacharias Sanchez 





Y recomendamos

https://www.amazon.com/dp/B0DTV2XX3R

#KDPamazon #KindleUnlimited #cienciaficcion  Claves de libertad ,la mejor novela de Ciencia ficción latinoamericana en la actualidad






Semana 37, Capitulo 4.

Novelas Por Capitulos #cienciaficcion #urbana #distopica  El señor elegante y amable vio la pantalla holográfica, había una continuidad en l...