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lunes, 26 de mayo de 2025

Corazón de Jade.Capitulo 1,2,3

Novelas Por Capitulos







Capítulo 1: "Código Solitario"





El resplandor azulado de las cinco pantallas holográficas era la única iluminación en el apartamento de Li Wei. Sus dedos se deslizaban por el teclado táctil con la precisión de un pianista virtuoso, mientras líneas de código se reflejaban en sus gafas inteligentes HoloVision-X. Eran las 3:27 de la madrugada, pero para él, el tiempo había perdido significado hacía horas.

"Compilación completada. Optimización exitosa. Eficiencia mejorada en un 17.8%", anunció la voz sintética de su asistente IA.

Li Wei se reclinó en su silla ergonómica y se quitó las gafas, frotándose los ojos enrojecidos. A sus 28 años, era uno de los ingenieros de software más brillantes de TechnoVanguard, la corporación tecnológica que dominaba el horizonte de Shanghai con su imponente torre de 128 pisos. Su algoritmo de optimización de redes neuronales acababa de superar todas las expectativas.

"Envía los resultados a mi nube personal y programa una presentación para mañana a las 10:00", ordenó a su asistente.

"Entendido, Wei-ge. ¿Deseas que prepare también tu café matutino a las 8:30?"

"Sí, el usual. Y recuérdame tomar las vitaminas."

Li Wei se levantó y caminó hacia la ventana. Su apartamento, ubicado en el piso 87 de la Torre Residencial Lótus, ofrecía una vista panorámica de Shanghai 2025. La ciudad nunca dormía, un océano de luces neón, hologramas publicitarios gigantes y drones de reparto que zigzagueaban entre los rascacielos como luciérnagas tecnológicas.

Apoyó la frente contra el cristal inteligente, que automáticamente ajustó su temperatura para resultarle confortable. A pesar de su éxito profesional, de su apartamento de lujo y de su generoso salario, Li Wei se sentía vacío. Completamente vacío.

"Estadísticas sociales actualizadas", murmuró, y su asistente proyectó un holograma discreto junto a él.

*Interacciones sociales no laborales esta semana: 0*
*Mensajes personales recibidos: 2 (ambos de servicio de entrega de comida)*
*Tiempo transcurrido desde última cita: 847 días*

Suspiró profundamente. No necesitaba que una IA le recordara su patética vida social, pero había algo masoquista en confrontar los números. Li Wei era un genio con las máquinas, pero un completo fracaso con las personas. Especialmente con las mujeres.

Su timidez no era simple introversión; era una parálisis social que lo atormentaba desde la adolescencia. Cuando una mujer atractiva le hablaba, su mente brillante se convertía en un procesador sobrecalentado, incapaz de formular una respuesta coherente. Sus intentos de citas, escasos y espaciados, habían sido desastres memorables que prefería no recordar.

"Eres un *shǎ bī*", se dijo a sí mismo, usando la expresión shanghainesa para "idiota". "Un genio idiota."

Se alejó de la ventana y se dirigió a la cocina minimalista. El refrigerador inteligente se iluminó al detectar su presencia.

"Detecto niveles elevados de cortisol. Recomiendo infusión relajante de valeriana y lavanda", sugirió el electrodoméstico.

"Cállate y dame una cerveza", respondió Li Wei, desactivando temporalmente el modo de bienestar del aparato.

Con la botella fría en la mano, regresó a su estación de trabajo y se dejó caer en la silla. Abrió una ventana de navegación privada y, tras dudar un momento, tecleó: "cómo hablar con mujeres sin parecer un robot".

Los resultados fueron los mismos de siempre: cursos de seducción, terapias de confianza, aplicaciones de citas con IA que escribían los mensajes por ti... Nada que no hubiera intentado ya.

Estaba a punto de cerrar la ventana cuando un anuncio llamó su atención. No era el típico banner holográfico intrusivo, sino algo más sutil, casi como si el algoritmo hubiera detectado su desesperación.

*"¿Cansado de la soledad? ¿La tecnología no llena el vacío? Mercado de Novias Loto Rojo - Tradición y modernidad para el hombre contemporáneo. Discreción garantizada."*

Li Wei conocía vagamente estos lugares. Eran una evolución de las antiguas agencias matrimoniales, adaptadas a la era digital. No se trataba de prostitución ni de tráfico humano —ambos severamente penados en la China moderna—, sino de un sistema de "novias por contrato" que operaba en una zona gris legal. Mujeres que, por diversas razones, aceptaban roles temporales o permanentes como parejas, con contratos claros y protecciones legales.

"Qué patético sería...", murmuró, pero no cerró la ventana.

En su lugar, amplió el anuncio y comenzó a leer los detalles. El Mercado de Novias Loto Rojo se presentaba como una "experiencia premium" para profesionales exitosos sin tiempo para relaciones convencionales. Prometía perfiles verificados, contratos transparentes y, lo que más llamó su atención, "compatibilidad garantizada o devolución de tu dinero".

Li Wei tomó un largo trago de cerveza. La idea le repugnaba y le atraía a partes iguales. ¿Realmente había caído tan bajo? ¿Estaba tan desesperado?

Su teléfono vibró con una notificación. Era un mensaje de su supervisor directo:

*"Gran trabajo con el algoritmo de optimización, Li. El CEO quiere que lo presentes personalmente en la reunión de mañana. Zhao Yue de Innovación estará presente. Viste apropiadamente."*

Li Wei gimió. Zhao Yue, la intimidante directora de Innovación. Alta, hermosa, brillante y completamente fuera de su liga. Las pocas veces que habían interactuado, él había balbuceado como un adolescente. Y ahora tendría que presentar frente a ella.

Miró nuevamente el anuncio del Mercado de Novias. Quizás era hora de admitir que necesitaba ayuda. No para encontrar el amor verdadero —eso parecía un concepto de otra época—, sino para aprender a funcionar socialmente. Tal vez una relación estructurada, con reglas claras y expectativas definidas, era exactamente lo que necesitaba.

"Ubicación", ordenó, y el anuncio expandió un mapa tridimensional mostrando un edificio en el Distrito de Pudong, no muy lejos de donde vivía.

Antes de poder arrepentirse, Li Wei presionó "Reservar consulta" y autorizó el cargo inicial a su cuenta.

"Consulta confirmada para mañana, 19:00 horas. Gracias por elegir Loto Rojo, Sr. Li", confirmó una voz suave.

Li Wei cerró todas las ventanas y se quedó mirando el techo. ¿Qué acababa de hacer? ¿Era esto tocar fondo o tomar control de su vida?

"Programa alarma para las 8:00", dijo finalmente.

"Alarma programada. Que descanses bien, Wei-ge", respondió su asistente IA.

Pero Li Wei sabía que no descansaría. Su mente analítica ya estaba calculando probabilidades, imaginando escenarios, anticipando fracasos. Mientras se dirigía a su dormitorio, una parte de él se preguntaba si existiría en el mundo una mujer capaz de tolerar a alguien como él. Alguien que pudiera ver más allá del código y los algoritmos, y encontrar algo digno de ser amado.

Lo que no podía imaginar era que, en menos de 24 horas, su vida ordenada y predecible se vería completamente trastornada por una mujer que desafiaba toda lógica y probabilidad. Una mujer que no solo venía de otro mundo social, sino literalmente de otro tiempo.

---

La mañana siguiente transcurrió como una pesadilla en cámara lenta para Li Wei. La presentación ante el CEO y el equipo directivo fue técnicamente impecable —sus algoritmos hablaban por sí mismos—, pero su desempeño social fue desastroso.





Capítulo 2

Sudó profusamente bajo las luces de la sala de conferencias. Tartamudeó cuando el CEO le hizo preguntas directas. Y cuando Zhao Yue, con su impecable traje de diseñador y su mirada penetrante, le preguntó sobre aplicaciones potenciales en el sector de seguridad, Li Wei se quedó completamente en blanco durante diez eternos segundos.

"Lo que el ingeniero Li intenta explicar", intervino finalmente Zhao Yue con una sonrisa condescendiente, "es que su algoritmo podría revolucionar nuestros sistemas de reconocimiento facial y comportamental. ¿No es así, Li?"

Él asintió, agradecido y humillado a partes iguales.

Después de la reunión, mientras escapaba hacia la seguridad de su cubículo, Zhao Yue lo interceptó en el pasillo. Su perfume caro invadió el espacio personal de Li Wei, provocándole un inmediato cortocircuito mental.

"Impresionante trabajo, Li Wei", dijo ella, colocando una mano perfectamente manicurada sobre su hombro. "Deberíamos discutir posibles colaboraciones. ¿Cena la próxima semana?"

"Yo... eh... tengo que verificar mi agenda", balbuceó él, sabiendo perfectamente que su agenda social estaba tan vacía como el desierto de Gobi.

"Hazlo", respondió ella con una sonrisa enigmática. "Tienes mi número. No me hagas esperar demasiado."

Y con eso, se alejó por el pasillo, dejando a Li Wei paralizado y confundido. ¿Acaso Zhao Yue, la ejecutiva más intimidante de TechnoVanguard, acababa de insinuársele? ¿O era simplemente una reunión profesional? Su radar social estaba tan mal calibrado que no podía distinguirlo.

El resto del día pasó en una bruma de códigos, reuniones y ansiedad creciente sobre su cita en el Mercado de Novias Loto Rojo. Varias veces estuvo a punto de cancelar, pero cada vez que lo consideraba, recordaba la humillación de esa mañana, la sensación de ser un niño perdido en un mundo de adultos seguros de sí mismos.

A las 18:30, Li Wei salió de la Torre TechnoVanguard y abordó un taxi autónomo. Había elegido un atuendo conservador pero elegante: pantalones de vestir negros, camisa azul oscuro y una chaqueta ligera. Nada ostentoso, nada que gritara "estoy desesperado".

"Mercado Loto Rojo, entrada VIP", indicó al vehículo, que inmediatamente se incorporó al tráfico aéreo de la ciudad.

Mientras el taxi se deslizaba entre los rascacielos, Li Wei contemplaba la ciudad que nunca había sentido como suya a pesar de haber nacido en ella. Shanghai 2025 era una metrópolis de contrastes brutales: ultramoderna pero con bolsas de tradición milenaria, obscenamente rica pero con pobreza oculta, hiperconectada pero llena de personas solitarias como él.

"Hemos llegado a su destino, señor", anunció el taxi, descendiendo suavemente hacia una plataforma discreta en la azotea de un edificio art déco restaurado.

Li Wei pagó con su aplicación QR  y salió al aire fresco de la noche. Un hombre de mediana edad, vestido con un traje tradicional chino modernizado, lo esperaba junto a una puerta dorada.

"Bienvenido al Loto Rojo, señor Li", saludó con una reverencia. "Soy el Sr. Huang, su consejero personal esta noche. Por favor, sígame."

Li Wei lo siguió al interior, donde el ambiente cambiaba drásticamente. Si el exterior era discreto, el interior era opulento: una fusión de estética tradicional china con tecnología de punta. Lámparas de papel que en realidad eran hologramas ultrarealistas, muebles antiguos con interfaces táctiles integradas, y el aroma de incienso mezclado con ozono purificado.

"¿Es su primera visita a nuestro establecimiento?", preguntó el Sr. Huang mientras lo guiaba por un pasillo decorado con pinturas clásicas chinas que cobraban vida sutilmente al pasar frente a ellas.

"Sí", respondió Li Wei, intentando no parecer tan nervioso como se sentía.

"Entonces permítame explicarle nuestro proceso", dijo Huang, deteniéndose frente a una puerta lacada en rojo. "En Loto Rojo, no vendemos personas ni arreglamos matrimonios forzados. Facilitamos conexiones significativas basadas en compatibilidad real y acuerdos transparentes. Todas nuestras asociadas son mujeres independientes que han elegido libremente estar aquí, cada una por sus propias razones."

Li Wei asintió, aunque seguía sintiéndose incómodo.

"Primero, analizaremos su perfil psicológico y sus preferencias. Luego, nuestro algoritmo —bastante sofisticado, aunque seguramente no tanto como los que usted diseña— seleccionará potenciales compatibilidades. Usted podrá revisar perfiles y, si alguno le interesa, organizaremos un encuentro inicial. Todo sin compromiso hasta que ambas partes estén satisfechas."

La puerta se abrió, revelando una sala privada con vista a la ciudad. En el centro había una mesa baja con una ceremonia de té preparada.

"Por favor, póngase cómodo. La Sra. Lin, nuestra directora de emparejamiento, estará con usted en breve."

Li Wei se sentó, intentando controlar su respiración. ¿Qué diría su madre si pudiera verlo ahora? Probablemente lloraría de decepción. Pero su madre ya no estaba, y él estaba solo, intentando navegar un mundo para el que nunca había recibido el manual de instrucciones.

"Sr. Li, es un placer conocerlo", dijo una voz femenina.

Li Wei se giró para ver a una mujer mayor, elegantemente vestida con un qipao moderno, que entraba en la habitación. Su cabello gris estaba recogido en un moño impecable, y sus ojos reflejaban una inteligencia aguda.

"Soy Lin Mei-Hua, directora de emparejamiento de Loto Rojo", se presentó, sentándose frente a él y comenzando a preparar el té con movimientos precisos y ritualizados.

"Gracias por recibirme", respondió Li Wei, sorprendido de lo formal que sonaba su propia voz.

"Antes de comenzar con las formalidades, permítame ser directa", dijo ella, sirviéndole una taza de té fragante. "Usted no parece el cliente típico que busca nuestros servicios. Es joven, exitoso, atractivo. ¿Puedo preguntar qué lo trae a Loto Rojo?"

La pregunta, aunque esperada, lo desarmó. Li Wei tomó un sorbo de té para ganar tiempo.

"Soy... no soy bueno con las personas", admitió finalmente. "Especialmente con las mujeres. Mi trabajo consume mi vida, y cuando intento relacionarme, es... desastroso."

La Sra. Lin asintió, sin juzgarlo.

"Entiendo. No es tan inusual como cree. Muchos de nuestros clientes son hombres brillantes en sus campos que simplemente nunca aprendieron el lenguaje de las relaciones humanas." Hizo una pausa. "¿Qué espera encontrar aquí exactamente?"

Li Wei consideró la pregunta. ¿Qué esperaba realmente?

"Compañía", respondió honestamente. "Alguien con quien pueda sentirme cómodo. Tal vez aprender a relacionarme mejor. No busco... servicios sexuales."

"Nunca ofrecemos tales servicios", aclaró ella con firmeza. "Somos un establecimiento respetable. Lo que ofrecemos son relaciones estructuradas con términos claros. Si surge intimidad, es por mutuo acuerdo y deseo, nunca por obligación contractual."

Sacó una tableta holográfica y la colocó sobre la mesa.

"Ahora, si me permite, realizaremos una evaluación completa. Esto nos ayudará a encontrar compatibilidades genuinas."

Durante la siguiente hora, Li Wei respondió a cientos de preguntas, algunas directas, otras sorprendentemente abstractas. La Sra. Lin ocasionalmente hacía anotaciones y le pedía que elaborara ciertas respuestas. Era un proceso exhaustivo pero extrañamente liberador.

"Bien", dijo finalmente la Sra. Lin, revisando los resultados. "Tengo una comprensión clara de su perfil. Normalmente, en este punto, le presentaría varios perfiles potencialmente compatibles para que los revisara."

"¿Pero?", preguntó Li Wei, detectando una vacilación en su voz.

La mujer lo miró directamente a los ojos.

"Pero creo que tengo una candidata específica que podría ser perfecta para su situación. Es... inusual, y normalmente no la sugeriría para un cliente primerizo, pero hay algo en su perfil que me dice que podría funcionar."

"¿Inusual en qué sentido?", preguntó Li Wei, intrigado a pesar de su nerviosismo.

"Es nueva con nosotros. Tiene un pasado... complicado. Viene de una provincia remota y está adaptándose a la vida en Shanghai. Es extremadamente inteligente pero algo... intensa." La Sra. Lin hizo una pausa. "No es la típica 'novia dócil' que algunos hombres buscan. Tiene carácter y opiniones propias. Pero creo que alguien como usted apreciaría eso en lugar de temerlo."

Li Wei no estaba seguro de si sentirse halagado o alarmado por esa evaluación.

"¿Puedo ver su perfil?"

"Curiosamente, ella ha solicitado no tener un perfil digital completo por razones de privacidad. Pero puedo mostrarle esto."

La Sra. Lin deslizó hacia él una fotografía física —un objeto rarísimo en 2025— protegida por una funda transparente.

Li Wei la tomó con curiosidad. La imagen mostraba a una joven de belleza sorprendente pero poco convencional. No era el tipo de belleza manufacturada tan común en Shanghai, con cirugías perfectas y maquillaje de precisión milimétrica. Era algo más crudo, más auténtico. Su cabello negro caía en ondas naturales hasta sus hombros, y sus ojos oscuros parecían contener una mezcla de fuerza y misterio. No sonreía abiertamente a la cámara, sino que ofrecía apenas una insinuación de sonrisa, como si guardara un secreto.

Algo en esa imagen captó a Li Wei de inmediato. No podía explicarlo racionalmente —y él siempre explicaba todo racionalmente—, pero sintió una conexión instantánea.

"Su nombre es Mei Lin", dijo la Sra. Lin. "Tiene 25 años. Es educada, habla varios dialectos, y tiene habilidades... diversas. Está buscando un arreglo a medio plazo con alguien que pueda ayudarla a navegar la vida en Shanghai moderna mientras ella aprende a desenvolverse en una gran ciudad"

"¿Qué cosa quiere aprender de Shanghai?", preguntó Li Wei, sin apartar la mirada de la fotografía.

"Eso tendrá que preguntárselo usted mismo, si decide conocerla", respondió la Sra. Lin con una sonrisa enigmática. "¿Le interesaría un encuentro inicial? Sin compromiso, por supuesto."

Li Wei debería haber pedido ver más opciones. Debería haber solicitado más información. Debería haber analizado pros y contras, como hacía con cada decisión en su vida.

En lugar de eso, se sorprendió a sí mismo diciendo: "Sí, me gustaría conocerla."

La Sra. Lin pareció complacida. "Excelente. Permítame hacer los arreglos."

Se levantó y salió de la habitación, dejando a Li Wei solo con la fotografía y una sensación de vértigo que no había experimentado desde que probó la realidad virtual por primera vez.

Minutos después, la puerta se abrió nuevamente. Li Wei se puso de pie automáticamente, su corazón latiendo con fuerza.

Y entonces la vio.

Mei Lin era aún más impactante en persona. Vestía un qipao moderno de color rosado

Vestía un qipao moderno de color rosado


que se ajustaba perfectamente a su figura atlética. Su postura era erguida, casi marcial, y sus movimientos tenían una fluidez que sugería años de entrenamiento físico. Pero lo que más impactó a Li Wei fueron sus ojos: intensos, observadores, evaluando todo a su alrededor con una agudeza casi predatoria.

No era la mirada de alguien buscando aprobación. Era la mirada de alguien que había visto cosas que la mayoría de las personas no podrían imaginar.

"Sr. Li", dijo la Sra. Lin, "le presento a Mei Lin. Mei Lin, este es el Sr. Li Wei."

Mei Lin hizo una reverencia formal, sorprendentemente tradicional para alguien de su edad.

"Es un honor conocerlo, Sr. Li", dijo con una voz clara y melodiosa, aunque con un acento que Li Wei no pudo ubicar exactamente.

"El honor es mío", respondió él automáticamente, haciendo también una reverencia.

"Los dejaré para que conversen", dijo la Sra. Lin. "Tómense su tiempo. Si ambos están de acuerdo después de esta reunión, podemos discutir los términos de un arreglo inicial."

Y con eso, salió de la habitación, cerrando la puerta tras ella.

Li Wei y Mei Lin se quedaron solos, mirándose mutuamente en un silencio que parecía vibrar con posibilidades desconocidas.

Capítulo 2: "El Mercado del Destino"

El silencio entre Li Wei y Mei Lin se extendió por varios segundos, cada uno estudiando al otro con una mezcla de curiosidad y cautela. Li Wei, acostumbrado a analizar códigos y algoritmos, se encontró intentando descifrar a la mujer frente a él, pero sus habituales métodos analíticos parecían inútiles.

"Por favor, siéntese", dijo finalmente Mei Lin, señalando el cojín frente a ella con un gesto fluido de su mano.

Li Wei obedeció, notando cómo ella se movía con una gracia poco común, como si cada movimiento estuviera perfectamente calculado para maximizar eficiencia y elegancia.

"La Sra. Lin me ha hablado de usted", continuó Mei Lin, sirviéndole té con una precisión ceremonial que parecía fuera de lugar en alguien tan joven. "Un experto en tecnología. Un... programador. Que es exactamente eso"

Pronunció la última palabra con cierta dificultad, como si fuera un término recientemente aprendido.

"Ingeniero de software, sí", corrigió Li Wei suavemente. "Trabajo principalmente con algoritmos de inteligencia artificial y optimización de redes neuronales."

Mei Lin asintió, aunque Li Wei tuvo la clara impresión de que no había entendido completamente ninguna de sus palabras.

"¿Y usted?", preguntó él, intentando mantener la conversación. "La Sra. Lin mencionó que viene de una provincia remota."

Una sombra casi imperceptible cruzó el rostro de Mei Lin.

"Sí, de muy lejos. Un lugar que probablemente no conocería." Hizo una pausa, como eligiendo cuidadosamente sus palabras. "Estoy en Shanghai temporalmente, buscando... Conocer la ciudad, aprender a desenvolverme, las palabras casi no las entiendo.

"¿Qué tipo de asuntos, si puedo preguntar?"

Mei Lin lo miró directamente, sus ojos oscuros evaluándolo con una intensidad que lo hizo sentir como si estuviera siendo escaneado.


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Capítulo 3

"Aprender ", respondió simplemente. "Busco aprender,conocer, de donde vengo las cosas son...algo limitadas  ."

Había algo en su tono, una determinación acerada, que hizo que Li Wei sintiera un escalofrío. No era la respuesta típica que esperaría en una situación como esta.

"Entiendo", dijo, aunque claramente no entendía. "¿Y cómo planea encontrar esos conocimientos?"

Mei Lin sonrió levemente, un gesto que no alcanzó sus ojos.

"Aún estoy... orientándome. Shanghai ha cambiado mucho desde la última vez que tuve noticias de ella. Necesito tiempo para adaptarme y localizar lo que quiero aprender ."

Li Wei asintió, cada vez más intrigado. Esta mujer no encajaba en ningún patrón que pudiera reconocer. No era la típica joven buscando estabilidad económica o conexiones sociales. Había algo más profundo, más complejo en sus motivaciones.

"¿Y por qué está aquí?", preguntó finalmente. "En este lugar, quiero decir. El Loto Rojo."

Mei Lin tomó un sorbo de té antes de responder.

"Necesito un ancla en este mundo. Alguien que conozca la ciudad, sus sistemas, su tecnología. Alguien que pueda proporcionarme cobertura mientras realizo mis... investigaciones." Lo miró directamente. "La Sra. Lin sugirió que usted podría ser ese alguien."

Li Wei parpadeó, sorprendido por su franqueza.

"¿Está diciendo que busca un... patrocinador? ¿O una fachada?"

"Busco una asociación mutuamente beneficiosa", corrigió ella. "Usted necesita compañía, alguien que le ayude a navegar el mundo social que encuentra tan desafiante. Yo necesito a alguien que me ayude a entender este Shanghai y sus tecnologías. Un intercambio justo.No seré una carga de lo aseguro. Ni tampoco un estorbo"

Li Wei no pudo evitar una risa nerviosa.

"Suena como un contrato comercial cuando lo pone así."

"¿No es eso lo que es este lugar?", respondió ella, arqueando una ceja. "Un mercado donde se negocian relaciones estructuradas."

Su pragmatismo era refrescante, aunque desconcertante. Li Wei estaba acostumbrado a la hipocresía social, a las capas de pretensión que envolvían incluso las interacciones más básicas en Shanghai.

"Supongo que tiene razón", concedió. "Pero normalmente la gente intenta romantizar estas cosas."

"No tengo tiempo para romanticismos innecesarios", dijo Mei Lin, aunque su expresión se suavizó ligeramente. "Pero eso no significa que no pueda haber... conexión genuina de amistad y respeto dentro de los parámetros de nuestro acuerdo."

Algo en la forma en que dijo "conexión" hizo que Li Wei sintiera un calor inesperado extendiéndose por su pecho.

"¿Qué tipo de conexión tiene en mente?", preguntó, sorprendiéndose de su propia audacia.

Mei Lin lo estudió por un momento, como evaluando si merecía una respuesta honesta.

"No busco un amante por obligación, si es lo que está preguntando", dijo finalmente,en tono sin ningún tipo de sentimientos. "Pero tampoco soy inmune a la atracción natural. Si surge algo entre nosotros, estaría dispuesta a explorarlo. En mis términos. Usted realmente es demasiado atractivo."

Li Wei asintió, inexplicablemente aliviado por su respuesta. La idea de una relación transaccional puramente física le resultaba incómoda, pero la posibilidad de una conexión genuina, aunque nacida de circunstancias poco convencionales, era intrigante.

"¿Y cuáles serían sus términos exactamente?", preguntó.

"Necesitaría vivir en su residencia para mantener nuestra fachada de manera convincente. Requeriría acceso aprender tecnología y recursos para mis investigaciones. A cambio, le proporcionaría compañía social, le ayudaría a desarrollar habilidades interpersonales, y mantendría nuestra asociación con discreción absoluta."

Li Wei consideró su propuesta. Desde una perspectiva puramente lógica, parecía razonable. Pero había algo más, algo que no podía cuantificar o analizar: una atracción inexplicable hacia esta mujer enigmática.

"¿Puedo hacerle una pregunta personal?", dijo finalmente.

Mei Lin inclinó levemente la cabeza, un gesto de asentimiento.

"¿Por qué yo? Debe haber muchos hombres en Shanghai con más recursos, más conexiones, más... experiencia social que podrían ayudarla mejor.Realmente estoy aquí por qué no se conectar"

La pregunta pareció tomarla por sorpresa. Por primera vez, vio algo genuinamente vulnerable en sus ojos.

"La Sra. Lin me mostró su perfil", respondió después de una pausa. "Vi a un hombre brillante pero aislado. Alguien que vive en su mente más que en el mundo. Alguien que no haría demasiadas preguntas, pero que tampoco sería fácil de engañar." Hizo una pausa. "Y vi honestidad. Una cualidad rara en estos tiempos... o en cualquier tiempo."

Li Wei sintió una extraña mezcla de halago e incomodidad ante su evaluación tan precisa.

"No sé si sentirme halagado o insultado", admitió con una sonrisa tímida.

"Tómelo como prefiera", respondió ella, con la primera sonrisa genuina que le había visto. "Solo digo la verdad como la veo."

En ese momento, la puerta se abrió suavemente y la Sra. Lin regresó a la habitación.

"¿Cómo va nuestra conversación?", preguntó con una sonrisa conocedora.

Li Wei y Mei Lin intercambiaron una mirada, un momento de entendimiento silencioso pasando entre ellos.

"Creo que podríamos llegar a un acuerdo", dijo Li Wei.

"Estoy de acuerdo", añadió Mei Lin.

La Sra. Lin pareció complacida pero no sorprendida, como si hubiera anticipado este resultado.

"Excelente. Entonces pasemos a discutir los términos formales."


---

Dos horas más tarde, Li Wei se encontraba en un taxi autónomo con Mei Lin sentada a su lado, dirigiéndose hacia su apartamento. El contrato estaba firmado: un acuerdo inicial de tres meses, con opciones de renovación, y cláusulas detalladas sobre alojamiento, manutención, expectativas sociales y, lo más importante para Mei Lin, discreción absoluta.

El silencio entre ellos era incómodo pero no desagradable. Li Wei lanzaba miradas ocasionales hacia ella, aún sin poder creer completamente lo que acababa de hacer. Había invitado a una completa desconocida a vivir en su espacio personal, su santuario.

Mei Lin miraba por la ventana, aparentemente fascinada por el paisaje urbano de Shanghai. Sus ojos se agrandaban ligeramente ante cada holograma gigante, cada edificio imposiblemente alto, cada flujo de tráfico aéreo entre los rascacielos.

"Es impresionante, ¿verdad?", comentó Li Wei, intentando romper el hielo. "Shanghai siempre está cambiando."



"Es... abrumador", respondió ella, sin apartar la mirada de la ventana. "Tan diferente de lo que ......supinia....digo recordaba."

"¿Cuándo fue la última vez que estuvo aquí?"

Mei Lin pareció considerar cuidadosamente su respuesta.

"Hace mucho tiempo. Era prácticamente otra ciudad. Otro mundo."

Antes de que Li Wei pudiera indagar más, el taxi comenzó su aproximación hacia la plataforma de estacionamiento  de la Torre Residencial Lótus.

"Hemos llegado a su residencia, señor", anunció el vehículo. "Torre Lótus, piso 87, entrada privada."

Li Wei pagó y guió a Mei Lin hacia el ascensor privado. Notó que ella llevaba solo una pequeña bolsa como equipaje, algo inusual para alguien que planeaba una estancia de tres meses.

"¿Esto es todo su equipaje?", preguntó mientras el ascensor los llevaba hacia arriba a velocidad vertiginosa.

"Viajo ligero", respondió ella simplemente. "Siempre he encontrado que las posesiones pueden ser un lastre."

El ascensor se detuvo con un suave pitido, y las puertas se abrieron directamente al apartamento de Li Wei. Las luces se encendieron automáticamente, y la voz de su asistente IA los recibió.

"Bienvenido a casa, Wei-ge. Detectó un acompañante. ¿Desea registrar a un nuevo usuario en el sistema?"

Mei Lin dio un paso atrás, su mano moviéndose instintivamente hacia su cadera, como buscando algo que no estaba allí. Su postura cambió sutilmente, adoptando una posición defensiva que Li Wei encontró curiosa.

"Es solo mi asistente IA", explicó rápidamente. "Una inteligencia artificial que controla el apartamento."

Mei Lin se relajó visiblemente, aunque seguía mirando alrededor con cautela.

"Sí, registra a Mei Lin como residente temporal", indicó Li Wei al sistema. "Acceso completo a áreas comunes, acceso restringido a mi estación de trabajo."

"Entendido. Bienvenida, Mei Lin. Soy ARIA, el Asistente Residencial Inteligente Avanzado. Estoy aquí para atender sus necesidades durante su estancia."

"Gracias", respondió Mei Lin con cierta rigidez, claramente incómoda hablando con una entidad invisible.

Li Wei la guió por el apartamento, mostrándole la cocina, la sala de estar, y finalmente, la habitación de invitados que sería suya.

"No es muy grande, pero tiene su propio baño", explicó, abriendo la puerta. "Puedes configurar la temperatura, iluminación y privacidad de las ventanas según tus preferencias."

Mei Lin entró en la habitación, observando todo con atención meticulosa. Pasó su mano por la superficie de la cama, probando su firmeza, y luego se acercó a la ventana para examinar la vista y, notó Li Wei, los posibles puntos de acceso y salida.

"Es más que adecuado", dijo finalmente. "Gracias."


Li Wei asintió, súbitamente consciente de lo surrealista de la situación. Había comenzado el día como siempre: solo, enfocado en su trabajo, socialmente inepto. Y ahora tenía a una misteriosa mujer instalándose en su apartamento, una mujer con una agenda propia que apenas comprendía.

"Te dejaré instalarte", dijo, retrocediendo hacia la puerta. "Si necesitas algo, solo pídelo a ARIA o... bueno, a mí."

Mei Lin asintió, colocando su pequeña bolsa sobre la cama.

"Una pregunta", dijo antes de que él saliera. "¿Este lugar está vigilado? ¿Hay guerreros, guardias del castillo, túneles secretos? Le pregunto porque prometió ser honesto.

La pregunta lo tomó por sorpresa.

"ARIA monitorea aspectos básicos como temperatura, calidad del aire, y puede detectar emergencias como caídas o problemas médicos. Pero no hay vigilancia visual en las habitaciones privadas, si es lo que te preocupa. Valoro mi privacidad."

"Bien", respondió ella, visiblemente aliviada. "Yo también."

Li Wei dudó un momento en la puerta.

"¿Puedo preguntarte algo más?"

Ella lo miró expectante.

"¿Qué es exactamente lo que estás buscando en Shanghai? Entiendo que es personal, pero si vamos a vivir juntos, creo que merezco saber si... si estoy albergando a alguien potencialmente en problemas legales."

Mei Lin lo consideró por un momento, evaluándolo nuevamente con esa mirada penetrante que parecía ver a través de él.

"No soy una criminal, si es lo que te preocupa", respondió finalmente. "Busco aprendet, conocer,mejorar mi idioma."

"¿Y qué harás cuando aprendas?", preguntó Li Wei, no del todo seguro de querer saber la respuesta.

Mei Lin sonrió, una sonrisa que no contenía ni un ápice de calidez.

"Solo eso aprender. No necesita alimentarme,ni pagar por mis cosas", dijo simplemente. "Ahora, si me disculpas, me gustaría descansar. Ha sido un día... revelador."

Li Wei asintió y cerró la puerta, dejándola sola. Mientras caminaba hacia su estación de trabajo, no pudo evitar preguntarse en qué se había metido exactamente. Había algo en Mei Lin que desafiaba toda lógica, algo que no encajaba en el Shanghai que él conocía.

Se sentó frente a sus pantallas y, cediendo a un impulso, comenzó a buscar información sobre ella. No había rastro digital de ninguna "Mei Lin" que coincidiera con su descripción en las redes sociales, registros públicos o bases de datos accesibles. Era como si hubiera aparecido de la nada.

"Curioso", murmuró para sí mismo.

En su habitación, Mei Lin abría cuidadosamente su pequeña bolsa. De ella extrajo varios objetos que parecían completamente fuera de lugar en el Shanghai ultramoderno de 2025: un pequeño cuchillo de hoja curva con inscripciones antiguas, un medallón de jade con símbolos arcaicos, y un pergamino amarillento cuidadosamente enrollado.

Se sentó en posición de meditación en el centro de la habitación, colocando los objetos frente a ella. Cerró los ojos y respiró profundamente, centrándose.

"Estoy cerca, Padre", susurró en un dialecto que hacía siglos que no se hablaba en Shanghai. Y se vio casi nítida en el tiempo


"He cruzado el tiempo para encontrarlos. Y esta vez, no fallaré."

Mientras tanto, en su estación de trabajo, Li Wei recibió una notificación. Era un mensaje de Zhao Yue:

*"Li Wei, espero tu respuesta sobre nuestra cena. Tengo grandes planes para ti y tu brillante mente. No me hagas esperar demasiado."*

Adjunta había una foto de ella en un elegante restaurante, sonriendo seductoramente a la cámara.

Li Wei miró hacia la puerta cerrada de la habitación de Mei Lin, luego de nuevo a la foto de Zhao Yue. Dos mujeres completamente diferentes, cada una representando un camino distinto.

Sin saber por qué, archivó el mensaje de Zhao Yue sin responder.


*************     

En algún lugar de Shanghai, en el piso 118 de una torre corporativa que dominaba el horizonte, un hombre mayor con una cicatriz que cruzaba su ojo derecho contemplaba la ciudad desde su oficina. Sobre su escritorio había un antiguo artefacto que emitía un tenue resplandor jade, pulsando como si estuviera vivo.

"Señor", dijo un asistente entrando a la oficina, "el artefacto ha comenzado a reaccionar. Tal como predijo."

El hombre sonrió, acariciando la cicatriz de su rostro.

"Después de todos estos años", murmuró. "Ha venido a mí, tal como estaba escrito. Prepara todo. Nuestra invitada ancestral ha llegado."

El asistente asintió y se retiró, dejando al hombre contemplando el artefacto pulsante y la ciudad que se extendía bajo él como un océano de luces y sombras, inconsciente de la antigua batalla que estaba a punto de reanudarse en sus calles ultramodernas.



Capítulo 3: "Extraña en Tiempo Ajeno"

El amanecer encontró a Li Wei despierto, sentado frente a sus pantallas, con ojeras que evidenciar una noche sin dormir.Tenia en su cuarto de huéspedes una joven que sin una gota de maquillaje era tan bella que Bai Lu,Zhao Luci,Song Zuer y Zhao Liying.Para lucirla en  todo Shanghai.Por Había pasado horas investigando, buscando cualquier rastro de Mei Lin en bases de datos públicas y privadas, utilizando incluso algunos métodos de acceso que rozaban lo ilegal. El resultado era desconcertante: la mujer que dormía en su habitación de invitados simplemente no existía en el mundo digital.No tenía QR identificativo,ni dirección,ni parecía haber estudiado en ninguna provincia.Realmente era una joven que provenía de lo más lejano y rural de China.Asi que estaba desconcertado y asombrado del giro de su vidaen las últimas horas.

Ningún perfil en redes sociales. Ningún registro de identidad en las bases gubernamentales accesibles. Ninguna huella digital de ningún tipo.

En el Shanghai de 2025, esto era prácticamente imposible. Incluso los ciudadanos más marginales tenían algún tipo de presencia digital, aunque solo fuera en los sistemas de vigilancia urbana o en los registros de transporte público.

"ARIA, ¿mi invitada sigue durmiendo?", preguntó en voz baja.

"Negativo, Wei-ge(Li Wei)", respondió la IA. "La Srta. Mei Lin ha estado despierta desde las 5:17 AM. Actualmente se encuentra en la terraza este, aparentemente realizando algún tipo de ejercicio físico."

Li Wei frunció el ceño. No había escuchado ningún ruido, y eso que tenía el sueño ligero. Se levantó, estiró sus músculos agarrotados, y se dirigió hacia la pequeña terraza que rara vez utilizaba.

Al abrir la puerta corrediza de cristal, se quedó paralizado ante la visión que lo recibió.

Mei Lin se movía como agua fluyendo entre rocas. Vestida con ropa sencilla —un pantalón corto extremadamente sexy holgado y una camiseta que le había dejado la noche anterior—, ejecutaba lo que parecía una danza marcial de extraordinaria complejidad.

 Sus movimientos combinaban fluidez y precisión, fuerza explosiva y gracia etérea. En un momento extendía sus brazos como alas, al siguiente se concentraba en posturas que parecían imitar a animales: el tigre, la grulla, la serpiente.

Li Wei, que había crecido viendo películas de artes marciales pero nunca había presenciado una demostración real de tal calibre, comprendió que estaba observando a una maestra. Cada movimiento, cada transición, hablaba de años —décadas, incluso— de entrenamiento riguroso.

Pero eso era imposible. Mei Lin apenas parecía tener veinticinco años.Y quedó estupefacto. Ella tenía un Cuerpo precioso





Como si sintiera su presencia, ella se detuvo en medio de un movimiento y se giró hacia él. No parecía sorprendida ni avergonzada de ser observada.

"Buenos días", dijo simplemente, como si estar ejecutando formas marciales ancestrales al amanecer en un rascacielos futurista fuera la cosa más normal del mundo.

"Buenos días", respondió Li Wei, intentando no mostrar su asombro,fascinado ,impactado,por toda...toda ella. "Eso que hacías... era impresionante."-- exclamó,contemplando a una muñeca viviente,de una belleza de vértigo,que le cortaba la respiración 


.


Taolu", explicó ella. "Formas tradicionales. Ejercicios para mantener el cuerpo y la mente alineados." Hizo una pausa,realmente detestaba crear una mentira, pues sería una bola de nieve, una mentira llevaría a otra y así. "En mi familia, comenzamos cada día así."

"¿Tu familia practica artes marciales tradicionales?"

Mei Lin evadió responder, secándose el sudor de la frente con el dorso de la mano.

"Es simple gimnasia. Nada especial,Mi padre es  un maestro reconocido. Me entrenó en gimnasia desde que pude caminar. No tiene nada de especial,ni parecido a las obras de teatro." Explicó ella cubriéndose con un paño.

Li Wei asintió, procesando esta nueva información. Explicaba su extraordinaria condición física y sus movimientos precisos, pero seguía sin encajar con otras observaciones.


"Disculpa como entré. Es una grosera  descortesía de mi parte. No sucederá más. ¿Te gustaría desayunar?", ofreció, decidiendo no presionar con más preguntas por el momento.

"Sí, gracias", respondió ella, siguiéndolo al interior,luego de colocarse unos pantalones.

--- -tiene un Cuerpo de diosa --pensó el joven, realmente si seguía viéndola así no lo dejaría concentrarse y era el primer día.Es que realmente cada vez que la miraba,descubria más detalles en la luminosa belleza de la joven, realmente lo estaba fascinando más y mas.


En la cocina, Li Wei programó el sistema automatizado para preparar un desayuno tradicional chino: congee, huevos de siglo, youtiao y té. Mientras la comida se preparaba, observó a Mei Lin examinar cada rincón de la cocina con curiosidad apenas disimulada.

"¿No tienes cocinas como esta en tu provincia?", preguntó, intentando sonar casual.

Mei Lin lo miró directamente, como evaluando cuánto revelar.

"No", respondió finalmente. "Nada como esto."

"¿De dónde vienes exactamente? Anoche mencionaste que buscabas aprende,supongo que para enseñar  a tu familia. ¿Qué sucedió para que te aventuras a ello?"

Mei Lin se sentó en uno de los taburetes de la barra de desayuno, su postura perfectamente erguida.

"Mi padre era el guardián de conocimientos antiguos muy saludables ", comenzó, eligiendo cuidadosamente sus palabras. "Digamos que Técnicas de gimnasia  que se transmitían solo a los más dignos. Una sociedad secreta quería esos conocimientos, pero mi padre se negó a compartirlos. "

Su voz era controlada, pero Li Wei pudo detectar el dolor subyacente, como una herida que nunca había sanado completamente.

"Lo siento mucho", dijo sinceramente. "¿Y ahora esa sociedad está en Shanghai?"

Ella piensa y decidió continuar con una mentira 

"Sus descendientes", no puedo decir esto ,penso"Han evolucionado. Son  corporaciones legítimas, pero su núcleo sigue siendo el mismo: codicia y poder a cualquier costo."

El sistema de cocina emitió un suave pitido, indicando que el desayuno estaba listo. Li Wei sirvió los platos y se sentó frente a ella,apelando a todo su autodominio, entendiendo que estaba perdiendo su batalla personal de independencia

"--Y porque no abres una franquicia de esa técnica de gimnasia aquí en Shanghai?

La gente está ávida de esos conocimientos

Mei Lin probó el congee con cautela, como si no estuviera segura de su sabor. Tras el primer bocado, pareció relajarse ligeramente.

"Está bueno", comentó, antes de volver al tema, pensando rápidamente. No era su ética mentir. Pero no podía decir la verdad.. "Tengo un nombre: Gang. Gang Laoban. Dirige una corporación llamada NeoSombra."-- contestó la joven, totalmente ajena a la hecatombe que estaba originando en el apuesto muchacho.

Li Wei casi se atragantó con su té.

"¿NeoSombra? ¿Estás segura?"

Mei Lin asintió, observando su reacción con interés.

"¿La conoces?"

"Todo el mundo en el sector tecnológico la conoce", explicó Li Wei, bajando instintivamente la voz aunque estaban solos. "Es uno de los conglomerados más poderosos de Asia. Oficialmente se dedican a tecnología de seguridad, farmacéutica avanzada y desarrollo inmobiliario. Pero hay rumores... rumores de que tienen conexiones con el mercado negro tecnológico, tráfico de datos sensibles, incluso experimentación prohibida."

"¿Y este Gang Laoban?"

"El CEO y fundador. Un hombre mayor, rara vez aparece en público. Se dice que tiene conexiones políticas al más alto nivel." Li Wei hizo una pausa. "Mei Lin, si estás planeando moverte contra NeoSombra, estás jugando con fuego. No son personas con las que se pueda razonar o negociar."

Ella sonrió, una sonrisa fría que no alcanzó sus ojos.

"No planeo razonar con ellos."- se le salió la sinceridad

El tono de su voz envió un escalofrío por la columna de Li Wei. Por primera vez, se preguntó si había cometido un error al traerla a su hogar. Esta mujer claramente tenía quizás fuera una agenda peligrosa, posiblemente violenta.

"Mei Lin, entiendo tu dolor y tu deseo de justicia, pero vivimos en una sociedad con leyes. Si tienes pruebas de actividades criminales, deberías acudir a las autoridades."

Ella lo miró como si hubiera dicho algo increíblemente ingenuo.

"Las autoridades están en su nómina", respondió simplemente. "Además, no tengo pruebas que un tribunal aceptaría. Solo conocimiento heredado y esto."

Metió la mano en el bolsillo de su pantalón y extrajo un medallón de jade antiguo. Lo colocó sobre la mesa entre ellos.

Li Wei lo examinó sin tocarlo. Era una pieza extraordinaria, tallada con símbolos que no reconocía y que parecían cambiar sutilmente según el ángulo de la luz.

"¿Qué es?"

"La prueba de quiénes son realmente. Y la razón por la que estoy aquí."

Antes de que Li Wei pudiera hacer más preguntas, su teléfono vibró con una notificación urgente. Era un mensaje de su supervisor:

*"Reunión de emergencia, 10:00 AM. Asistencia obligatoria para todo el personal de nivel 7 o superior. Tema: Colaboración potencial con NeoSombra Corporation."*

Li Wei miró el mensaje, luego a Mei Lin, luego nuevamente al mensaje. La coincidencia era demasiado grande para ignorarla.

"Tengo que ir a trabajar", dijo, mostrándole la pantalla. "Y parece que el universo tiene un extraño sentido del humor."

Mei Lin leyó el mensaje, sus ojos estrechándose en un par de perfectas rayitas.

"Esto no es coincidencia", dijo en voz baja. "Me están buscando."

"¿Cómo podrían saber sobre ti? ¿O sobre mí?"

"El medallón", explicó ella, guardándolo rápidamente. "Está conectado con su contraparte. Cuando están cerca, se reconocen mutuamente."

Li Wei la miró con escepticismo. Sonaba a superstición, no a ciencia.

"Mei Lin, entiendo que tienes tus creencias, pero—"

"No son creencias", lo interrumpió con firmeza. "Es conocimiento ancestral que tu ciencia moderna apenas comienza a redescubrir. Energías que no puedes medir con tus instrumentos, conexiones que trascienden el espacio y el tiempo."

Li Wei suspiró. No tenía tiempo para este debate.

"Tengo que prepararme para la reunión. Estaré de vuelta esta tarde. Por favor, no hagas nada... imprudente mientras no estoy."

Ella asintió, aunque su expresión dejaba claro que no estaba haciendo promesas.

"Ten cuidado", advirtió. "Si NeoSombra está interesada en tu empresa, no es por tus algoritmos. Están buscándome a mí, y usarán cualquier medio necesario."

---

La sala de conferencias principal de TechnoVanguard estaba llena a capacidad. Ejecutivos, ingenieros senior y personal de seguridad se acomodaban en los asientos ergonómicos mientras el CEO, un hombre de sesenta años con implantes neuronales visibles en las sienes, se preparaba para hablar.

Li Wei se sentó en la parte trasera, intentando ser invisible como de costumbre. Pero para su sorpresa, Zhao Yue

se deslizó en el asiento junto a él, su perfume caro invadiendo su espacio personal

se deslizó en el asiento junto a él, su perfume caro invadiendo su espacio personal.

Buenos días, Li Wei" —susurró ella nuevamente ante la abstracción del joven, inclinándose demasiado cerca—. "No respondiste mi mensaje."

"Lo siento", murmuró él, incómodo. Técnicamente, ella era su jefa. Era bellísima, y tenía que aceptar que más de una vez había fantaseado con la idea de tener una noche sin frenos con ella. Pero esa idea ya había pasado, como una fiebre pasajera. No podía quitarse de la mente la cara de Mei Lin.

"Estuve ocupado con un proyecto personal."

Ella arqueó una ceja perfectamente delineada. Su disimulo ocultaba el rechazo. No estaba acostumbrada a experimentarlo.

"¿Más importante que una invitación mía? Debe ser fascinante. Tendrás que contarme todo al respecto."

Antes de que Li Wei pudiera responder, el CEO comenzó a hablar:

"Damas y caballeros, gracias por su puntualidad. Como saben, TechnoVanguard siempre busca colaboraciones estratégicas que nos permitan expandir nuestro alcance y capacidades. Hoy tengo el honor de anunciar que estamos en conversaciones avanzadas con NeoSombra Corporation para una iniciativa conjunta sin precedentes."

Un murmullo recorrió la sala. NeoSombra era conocida por su secretismo y rara vez buscaba colaboraciones públicas.

"Para presentar esta oportunidad, me complace dar la bienvenida al representante personal del CEO de NeoSombra, el Sr. Feng."

Las puertas se abrieron y un hombre de mediana edad entró en la sala. Vestía un traje tradicional chino modernizado, negro con detalles en jade. Su cabeza estaba completamente afeitada, y sus ojos, intensamente negros, parecían absorber la luz en lugar de reflejarla.

Li Wei sintió un escalofrío inexplicable. Había algo profundamente inquietante en el Sr. Feng, algo que iba más allá de su apariencia física.

"Honorables colegas" —comenzó Feng con una voz sorprendentemente melodiosa—, "NeoSombra busca revolucionar la interfaz entre tecnología antigua y moderna. Creemos que ciertos conocimientos ancestrales, combinados con la ciencia de vanguardia, pueden abrir puertas que ni siquiera sabíamos que existían."

Mientras hablaba, un holograma se materializó sobre la mesa central, mostrando lo que parecía ser un antiguo artefacto de jade, similar al medallón que Mei Lin le había mostrado esa mañana.

"Este es el Corazón de Jade, un artefacto con propiedades únicas que desafían nuestra comprensión actual de la física. Nuestros estudios sugieren que puede manipular lo que los antiguos llamaban qi —la energía vital— y, potencialmente, el tejido mismo del espacio-tiempo."

Li Wei se inclinó hacia adelante, su escepticismo luchando contra su curiosidad científica.

"Para avanzar en nuestra investigación, necesitamos las capacidades de procesamiento cuántico y los algoritmos de aprendizaje profundo que TechnoVanguard ha perfeccionado. A cambio, ofrecemos acceso a tecnologías derivadas que revolucionarán múltiples industrias."

El Sr. Feng hizo una pausa, sus ojos recorriendo la sala como si buscara algo... o a alguien.

"También estamos particularmente interesados en el trabajo del ingeniero Li Wei, cuyo algoritmo de optimización de redes neuronales podría ser la clave para descifrar los patrones energéticos del artefacto."

Li Wei sintió que la sangre se le helaba en las venas. ¿Cómo sabían de su algoritmo? La presentación había sido apenas ayer, y los detalles técnicos no habían salido de la empresa.

A su lado, Zhao Yue sonrió complacida.

"Te dije que eras brillante" —susurró mirándolo directamente. Y muy a propósito lo hizo notar, cuando todos voltearon a mirarlo, como si un mensaje en letras gigantes dijera—: "Es mío. Mi propiedad. Únicamente para mi uso personal."
"Yo recomendé tu trabajo personalmente."

Li Wei la miró con sorpresa. ¿Zhao Yue tenía conexiones con NeoSombra? ¿Era esto lo que Mei Lin había intentado advertirle?

El Sr. Feng continuó su presentación, detallando los beneficios potenciales de la colaboración, pero Li Wei apenas escuchaba. Su mente trabajaba a toda velocidad, conectando puntos, formando hipótesis.

Si el medallón de Mei Lin y el artefacto de NeoSombra estaban relacionados, si realmente tenían propiedades que "desafiaban la física moderna", entonces quizás sus afirmaciones sobre venir de una familia de guardianes ancestrales de una gimnasia tradicional no eran tan descabelladas. Rápidamente entendió que Mei Lin no había dicho toda la verdad.

Y si NeoSombra estaba buscando activamente a alguien con conexión a estos artefactos, entonces Mei Lin podría estar en peligro real.

La reunión concluyó con el anuncio de que equipos selectos comenzarían a trabajar con NeoSombra de inmediato. Para su horror, Li Wei escuchó su nombre entre los asignados al proyecto.

"Felicidades" —dijo Zhao Yue, apretando su brazo y quedándose sonriente junto a él mientras todos lo felicitaban—. "Trabajaremos juntos. Será... estimulante para ambos. Prometo apoyarte en todo y espero tu receptividad... total."

Mientras los asistentes se dispersaban, Li Wei intentó escabullirse, pero el Sr. Feng apareció repentinamente en su camino, bloqueando su salida.

"Ingeniero Li" —dijo con una sonrisa que no alcanzaba sus ojos—, "es un honor conocerlo. El Sr. Gang está particularmente interesado en su trabajo."

"Gracias" —respondió Li Wei, intentando mantener la compostura, con Zhao Yue pegada a él como un chicle—. "Es un proyecto interesante."

"Más de lo que imagina" —respondió Feng—. "De hecho, nos gustaría invitarlo a una cena privada esta noche. El Sr. Gang rara vez hace apariciones públicas, pero ha hecho una excepción en su caso."

Li Wei buscó desesperadamente una excusa.

"Lo siento, pero tengo compromisos previos esta noche."

"¿Compromisos más importantes que conocer a uno de los hombres más poderosos de Asia?" —intervino Zhao Yue, apareciendo a su lado—. "Cualquier cosa puede posponerse, Li Wei."

El Sr. Feng sonrió, sus ojos fijos en Li Wei con una intensidad perturbadora.

"La Srta. Zhao tiene razón. Además, no es una invitación que se pueda rechazar fácilmente. El Sr. Gang no tolera bien los desaires."

La amenaza velada era inconfundible.

"Por supuesto" —cedió Li Wei, sintiendo que caía en una trampa—. "Será un honor."

"Excelente" —respondió Feng—. "Un coche lo recogerá a las 8:00 PM. Oh, y por favor, venga solo. El Sr. Gang valora la... intimidad en estas reuniones."

Con eso, Feng se alejó, dejando a Li Wei con una sensación de peligro inminente.

"No pareces muy emocionado" —observó Zhao Yue mirándolo cara a cara, sorprendida de no recibir ninguna respuesta estimulante por parte del atractivo joven—. "Deberías estarlo. Esta es una oportunidad única."

Li Wei la miró, preguntándose cuánto sabía realmente.

"¿Cómo conoces a NeoSombra?", preguntó directamente.

Zhao Yue sonrió, un gesto calculado que mostraba sus perfectos dientes blancos.

"Tengo conexiones en muchos lugares, Li Wei. Es como he llegado tan lejos, tan rápido." Se acercó más, su voz bajando a un seductor susurro, mientras se pegaba aún más al asustado joven. "Y podría ayudarte a hacer lo mismo. Somos similares, tú y yo. Brillantes, ambiciosos... solos.
Trabajaremos aquí... en mi apartamento... los fines de semana."


"L siento", murmuró él, incómodo. Técnicamente, ella era su jefa. Y sí, era bellísima. Tenía que admitir que más de una vez había fantaseado con una noche sin límites junto a ella. Pero ya era solo eso: una fiebre fugaz. Desde que Mei Lin apareció en su vida, todo había cambiado.

"Estuve ocupado con un proyecto personal", añadió, desviando la mirada.

Ella arqueó una ceja perfectamente delineada. En su rostro, el disimulo era su forma de no admitir el rechazo. No estaba acostumbrada a enfrentarlo.

"¿Más importante que una invitación mía? Debe ser fascinante. Tendrás que contarme todo al respecto", dijo con una sonrisa de filo invisible.

Antes de que Li Wei pudiera responder, el CEO tomó la palabra desde el podio:

"Damas y caballeros, gracias por su puntualidad. Como saben, TechnoVanguard busca constantemente alianzas estratégicas para expandir nuestras capacidades. Hoy tengo el honor de anunciar que estamos en conversaciones avanzadas con NeoSombra Corporation para una colaboración sin precedentes."

Un murmullo recorrió la sala. NeoSombra no era solo conocida por su secretismo: era temida por él. Una empresa con raíces profundas en lo desconocido.

"Para presentar esta oportunidad, me complace dar la bienvenida al representante personal del CEO de NeoSombra, el Sr. Feng."

Las puertas se abrieron con un susurro ceremonioso. Un hombre de mediana edad entró con paso sereno. Llevaba un traje tradicional chino modernizado, negro con bordados en jade. Su cabeza completamente afeitada brillaba bajo las luces, y sus ojos, tan negros que parecían no tener fondo, no reflejaban nada. Solo absorción. Como pozos antiguos.

Li Wei sintió un escalofrío primitivo. No era solo la presencia de Feng: era su ausencia de humanidad. Había algo... ancestral en él.

"Honorables colegas" —comenzó Feng, con una voz tan melodiosa como peligrosa—, "NeoSombra busca revolucionar la interfaz entre tecnología ancestral y moderna. Creemos que ciertos conocimientos perdidos, cuando se combinan con la ciencia de vanguardia, pueden abrir puertas que aún no sabemos cómo cerrar."

Mientras hablaba, un holograma flotó sobre la mesa central. Era un artefacto de jade, intrincado y poderoso, casi idéntico al medallón que Mei Lin le había mostrado esa mañana.

"Este es el Corazón de Jade, un objeto con propiedades que desafían las leyes físicas conocidas. Nuestros estudios sugieren que puede manipular lo que los antiguos llamaban qi —la energía vital— e incluso alterar el tejido del espacio-tiempo."

Li Wei se inclinó ligeramente, atrapado entre el escepticismo científico y una atracción hipnótica. Algo vibraba en su interior. Algo que no era lógico... pero tampoco falso.

"Para avanzar en nuestra investigación, necesitamos la potencia de los algoritmos de aprendizaje profundo que TechnoVanguard ha perfeccionado. A cambio, ofrecemos acceso a tecnologías que redefinirán múltiples industrias."

Feng se detuvo, sus ojos recorriendo la sala como si olfateara secretos. Finalmente, se detuvieron en Li Wei.

"Estamos especialmente interesados en el trabajo del ingeniero Li Wei. Su algoritmo de optimización neuronal puede ser la clave para entender los patrones del artefacto."

El corazón de Li Wei dio un vuelco. ¿Cómo sabían eso? La presentación había sido ayer. A puerta cerrada. ¿Quién les filtró esa información?

A su lado, Zhao Yue sonrió con la tranquilidad de quien sabe que la red ya está tejida.

"Te dije que eras brillante", susurró, mirándolo fijamente. Y cuando todos volvieron la vista hacia él, el mensaje era claro, como un letrero invisible pero atronador: Es mío. Mi propiedad. Solo para mi uso personal.
"Yo recomendé tu trabajo personalmente", añadió con voz dulce, pero letal.

Li Wei la miró, con una punzada de traición. ¿Zhao Yue tenía nexos con NeoSombra? ¿Eso era lo que Mei Lin había querido advertirle?

Feng continuó su presentación, enumerando beneficios y posibilidades, pero Li Wei ya no lo oía. Su mente corría, encajando piezas como si fueran partes de una máquina viva. El medallón de Mei Lin. El artefacto. NeoSombra. Zhao Yue. Todo se entrelazaba. Nada era coincidencia.

Mei Lin... no le había contado todo.

Y si NeoSombra buscaba personas relacionadas con esos objetos, entonces ella podía estar en peligro.

La reunión concluyó con el anuncio de que algunos equipos trabajarían inmediatamente con NeoSombra. Y, como una sentencia disfrazada de honor, escuchó su nombre entre los elegidos.

"Felicidades", dijo Zhao Yue, tomando su brazo con familiaridad, quedándose pegada a él mientras los demás lo felicitaban. "Trabajaremos juntos. Será... estimulante. Prometo apoyarte. Y espero que seas... receptivo. Totalmente."

Li Wei intentó escabullirse. Pero el Sr. Feng apareció como una sombra preprogramada, bloqueándole el paso.

"Ingeniero Li", dijo con una sonrisa hueca, "es un honor conocerlo. El Sr. Gang está particularmente interesado en su trabajo."

"Gracias", respondió Li Wei, intentando mantener la compostura, con Zhao Yue aún pegada a él como una segunda piel. "Es un proyecto interesante."

"Más de lo que imagina", replicó Feng. "Nos gustaría invitarlo a una cena privada esta noche. El Sr. Gang rara vez hace apariciones públicas, pero ha hecho una excepción en su caso."

Li Wei buscó una excusa. Algo. Cualquier cosa.

"Lo siento, tengo compromisos esta noche."

"¿Compromisos más importantes que conocer a uno de los hombres más poderosos de Asia?" —intervino Zhao Yue con voz dulce, como un veneno cubierto de miel—. "Cualquier cosa puede esperar, Li Wei."

Feng sonrió, con los ojos fijos en él.

"La Srta. Zhao tiene razón. Además, no es una invitación que pueda rechazarse sin consecuencias. El Sr. Gang no tolera bien los desaires."

La amenaza era suave. Y total.

"Por supuesto" —cedió Li Wei—. "Será un honor."

"Excelente. Un coche lo recogerá a las 8:00 p. m. Y venga solo. El Sr. Gang aprecia la intimidad... en sus reuniones."

Feng desapareció tan silenciosamente como había llegado.

"No pareces emocionado", observó Zhao Yue, con una sonrisa calculada. "Deberías estarlo. Esta es una oportunidad irrepetible."

Li Wei la miró, preguntándose cuántas capas tenía esa mujer.

"¿Cómo conoces a NeoSombra?", soltó, directo.

Ella sonrió. Una sonrisa de manual. Perfecta. Peligrosa.

"Tengo conexiones en muchos lugares, Li Wei. Así es como he llegado tan lejos, tan rápido." Se acercó más, y bajó la voz a un susurro afilado como una daga.
"Y podría ayudarte a hacer lo mismo. Somos similares tú y yo: brillantes, ambiciosos... solos."
Luego, en un susurro casi indecente, añadió:
"Trabajaremos aquí... en mi apartamento... los fines de semana."





Entendió todo. Estar solo con ella era caer bajo las fauces de esa hambrienta tigresa. La idea de hacer el amor con ella, tantas veces imaginada,tantas veces rogada tenía todos los vídeos de convertirse en realidad. Y eso lo asustó terriblemente.Si no estaba mal interpretando todo. Lo que si sería más lógico es que ella actuaba así para compartir el triunfo y la invitación al apartamento era para impedir que el se escabullera.

La imagen de la preciosa Mei Lin fue su muralla protectora y solo tenía menos de 72 horas en su vida y no podía dejar de pensar en ella






Continuara











Continuara












Continuara 


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