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domingo, 1 de junio de 2025

El corazon de Jade.penultimo Capitulo

Novelas Por Capitulos


Capítulo 2: La Fiesta que Desató el Caos

El salón de eventos del Hotel Bund Celestial brillaba como si alguien hubiera derramado un bote de purpurina sobre la élite tecnológica de Shanghái. Ejecutivos con trajes que costaban más que el alquiler anual de Li Wei conversaban animadamente, sosteniendo copas de champán que probablemente costaban más que su apartamento

"Recuérdame por qué estamos aquí", susurró Li Wei a Mei Ling mientras intentaba no derramar su bebida sobre un hombre que, estaba bastante seguro, era el tercer más rico de China.

Mei Lin, enfundada en un sexy vestido 


 que hacía que pareciera simultáneamente una modelo de alta costura y alguien capaz de asesinar con un palillo, escaneaba la habitación con la precisión de un dron militar

 que hacía que pareciera simultáneamente una modelo de alta costura y alguien capaz de asesinar con un palillo, escaneaba la habitación con la precisión de un dron militar.

"Estamos aquí porque necesitamos entender qué ha cambiado en esta línea temporal", respondió en voz baja. "Y porque tu jefe espera que socialices con potenciales inversores."

"¿Cómo se supone que voy a socializar? ¡Ni siquiera sé qué hago en esta empresa!" Li Wei sintió que el pánico se apoderaba de él. Adicional que más temprano que tarde tenía que encontrar el valor de decirle que estaba estaba enloquecidamente,apasionadamente,desesperadamente enamorado de ella--- La última vez que intenté hablar de tecnología, confundí Bitcoin con un Tamagotchi."

Mei Ling lo miró con una mezcla de exasperación y algo que podría haber sido afecto, si uno entornaba los ojos y usaba mucha imaginación.

"Solo sonríe, asiente, y si alguien te hace una pregunta técnica, tose y di que necesitas ir al baño."

"Esa es literalmente mi estrategia para todo en la vida", murmuró Li Wei.

En ese momento, el Sr. Zhang, CEO de Zhang Enterprises y hombre cuyo ceño fruncido había provocado la caída de varias startups, se acercó a ellos.

"¡Li Wei! El hombre del momento", exclamó con una sonrisa que no llegaba a sus ojos. "Todos están ansiosos por conocer al genio detrás de nuestro nuevo proyecto de inteligencia artificial."

Li Wei sintió que su alma abandonaba su cuerpo. ¿Inteligencia artificial? ¿Él? La única inteligencia artificial que conocía era el asistente de su teléfono, al que regularmente confundía pidiéndole que le recordara comprar "calcetines con sabor a fresa".

"Sr. Zhang, es un honor estar aquí", logró articular, mientras Mei Ling le clavaba discretamente las uñas en el brazo, su forma sutil de decirle "no la cagues".

"He invitado a algunos inversores internacionales especialmente para conocerte", continuó Zhang. "Incluida Yoo Mina, la actriz coreana. Aparentemente es una entusiasta de la tecnología cuando no está filmando esos dramas históricos que tanto le gustan a mi esposa."

Li Wei asintió como si supiera exactamente quién era Yoo Mina, aunque en realidad estaba tratando de recordar si alguna vez había visto un drama coreano que no involucrara a alguien siendo poseído por un fantasma vengativo.

"Será un placer conocerla", respondió automáticamente.

Zhang sonrió, dio una palmada en el hombro de Li Wei con la fuerza suficiente para desplazar ligeramente su columna vertebral, y se alejó para atormentar a otro empleado.

"¿Inteligencia artificial?", siseó Li Wei a Mei Ling una vez que Zhang estaba fuera del alcance auditivo. "¡No sé nada de IA! ¡La última vez que programé algo fue un 'Hola Mundo' en la universidad, y me tomó tres intentos!"

"Tranquilízate", ordenó Mei Lin. "Obviamente, en esta línea temporal eres algún tipo de genio tecnológico."

"¿O tal vez soy un fraude monumental a punto de ser descubierto?", sugirió Li Wei, sintiendo que el sudor comenzaba a empapar su camisa alquilada.

Antes de que Mei Lin pudiera responder, un murmullo recorrió la sala. Las puertas principales se abrieron, y todos los ojos se volvieron hacia la recién llegada.

Era como si el tiempo se ralentizara. Una mujer joven entró en el salón, vistiendo lo que Li Wei solo podía describir como un "vestido de princesa coreana pero sexy". Era un hanbok modernizado, con un escote que desafiaba la gravedad y una abertura lateral que revelaba una pierna que parecía extenderse hasta el infinito.

"Esa debe ser Yoo Mina", susurró Mei Ling, su tono repentinamente tenso.

Li Wei no podía apartar la mirada. No porque la mujer fuera hermosa (aunque definitivamente lo era), sino porque había algo en ella que le resultaba extrañamente familiar, como un déjà vu que no podía ubicar.

Yoo Mina se movía por la sala con la gracia de alguien acostumbrado a ser el centro de atención. Saludaba a los invitados con sonrisas medidas y reverencias perfectas, una mezcla fascinante de tradición y modernidad.

Y entonces, sus ojos se encontraron con los de Li Wei.

Por un momento, pareció sorprendida, casi alarmada. Pero la expresión desapareció tan rápidamente que Li Wei pensó que lo había imaginado. En su lugar, una sonrisa deslumbrante iluminó su rostro, y comenzó a caminar directamente hacia él.

"Oh no", murmuró Li Wei. "Viene hacia aquí. ¿Qué hago? ¿Qué digo? ¿Debería fingir un ataque cardíaco?"

"Compórtate", ordenó Mei Lin entre dientes. "Y no menciones nada sobre viajes en el tiempo o cofres místicos."

"¿Mencionar qué? Lo siento, estoy demasiado ocupado teniendo un ataque de pánico", respondió Li Wei, justo cuando Yoo Mina llegaba frente a ellos.

"¡Li Wei-ssi!", exclamó con un acento que hacía que su nombre sonara como una canción. "¡Qué honor conocer finalmente al hombre detrás del algoritmo que todos comentan!"

Li Wei abrió la boca, pero ningún sonido salió. Mei Ling le dio un codazo disimulado.

"El honor es mío, Srta. Yoo", logró decir finalmente. "Soy un gran admirador de su... trabajo."

Yoo Mina soltó una risita que sonaba como campanillas de viento. "Oh, llámame Mina, por favor. Y debo confesar que no entiendo mucho de tecnología. Estas apps chinas son tan confusas para mí."

Sacó su teléfono, un modelo de última generación que probablemente costaba más que todos los electrodomésticos de Li Wei combinados.

"¿Podrías ayudarme? No entiendo cómo funciona esta aplicación de pagos", dijo, acercándose tanto a Li Wei que podía oler su perfume, una mezcla de flores de cerezo y algo más antiguo, casi místico.

"Yo sé de phones... y de otras cosas", respondió Li Wei automáticamente, y de inmediato quiso que la tierra se lo tragara. ¿De dónde había salido eso?

Yoo Mina levantó una ceja, divertida, mientras Mei Lin, a su lado, se tensaba como un depredador a punto de atacar.De alguna manera y sin saber porque, la actitud de la otra hacia Li Wei le hizo producir 7 litros de veneno, haciéndola apelar a todo su autocontrol para no saltar sobre la actriz, agarrarla por los pelos y tirarla por la ventana... en otras palabras, no quería reconocer que tenía un monumental ataque de celos .. Para no acabar la fiesta se aparto, sin dejar de ver a la otra acorralar a Li Wei... y es que sería lo que sería... Li Wei era bello a más no poder... Estaba llena de rabia, de Celos, temblando de ira, y no sabía porque...mejor dicho si sabía, Pero no quería aceptarlo 

mejor dicho si sabía, Pero no quería aceptarlo 

Por su parte la otra continuaba su ataque.

"¿En serio?", ronroneó Mina pasando una uña por su corbata y acercándose muy peligrosamente al aterrorizado Mei Lin"Tal vez podrías mostrarme... en privado, soy buena quitando cosas, yo también me las voy quitando en el proceso, para que veas....todo al natural..."

Li Wei sintió que la temperatura de la habitación aumentaba diez grados

Li Wei sintió que la temperatura de la habitación aumentaba diez grados. Estaba atrapado en una situación que no entendía, con una celebridad coreana coqueteando con él por razones incomprensibles, mientras su no-novia-guardiana-verdugo irradiaba ondas de muerte a su lado.

Para evitar un descuartizamiento en plena fiesta Mei Lin casi llorando de incontenible  rabia se apartó y fue al rincón del buffet.

Desde el otro lado del salón, Mei Lin había estado "socializando" con el chef encargado del catering. Por "socializando", se entiende que estaba explicándole, con lujo de detalles anatómicos, lo que le sucedería si volvía a cortar el pato laqueado de manera incorrecta.

"El corte debe ser preciso", insistía, sosteniendo un vaso de baijiu con una mano y un cuchillo de servir con la otra. "Si veo una sola pieza irregular, usaré este cuchillo para algo más que cortar pato."

El chef, un hombre que había sobrevivido a tres décadas en las cocinas más exigentes de China, parecía a punto de llorar.

Fue entonces cuando Mei Lin, con su sexto sentido para detectar cuando Li Wei estaba a punto de meterse en problemas, giró la cabeza. Sus ojos se clavaron inmediatamente en la escena que se desarrollaba al otro lado del salón: Li Wei, sonriendo nerviosamente, mientras Yoo Mina se inclinaba hacia él con una postura que solo podía describirse como "agresivamente coqueta".

El vaso de baijiu que Mei Ling sostenía se rompió en su mano. Lo más aterrador no fue el cristal rompiéndose, . Lo verdaderamente aterrador fue que Mei Lin no parpadeó. Ni una vez.

El chef aprovechó la distracción para escabullirse, probablemente para actualizar su testamento.

En algún lugar, alguien puso música. Por alguna razón cósmica, los primeros acordes de la sirena de "Kill Bill" resonaron por el salón.

Mei Lin comenzó a caminar hacia Li Wei y Yoo Mina. La multitud, sintiendo instintivamente el peligro, se apartaba a su paso como el Mar Rojo ante Moisés. Un ejecutivo que no captó las señales y permaneció en su camino fue movido a un lado con la misma facilidad con que se aparta una cortina.

Li Wei, atrapado en su conversación con Yoo Mina, no vio venir el desastre. Estaba demasiado ocupado tratando de explicar una aplicación que no entendía a una mujer que parecía más interesada en su corbata (o en lo que había debajo de ella) que en cualquier explicación tecnológica.

"Entonces, deslizas aquí y luego...", balbuceaba, cuando sintió un escalofrío recorrer su espalda. Era la misma sensación que tienen las gacelas cuando perciben la presencia de un león, o los desarrolladores junior cuando un proyecto está a punto de fallar en producción.

Lentamente, como en una película de terror donde el protagonista finalmente se da vuelta para enfrentar al monstruo, Li Wei giró la cabeza.

Mei Lin estaba allí, a menos de un metro de distancia, con una sonrisa que no llegaba a sus ojos y sangre goteando odio extremo  como si fuera un detalle decorativo menor.

"Li Wei", dijo con una voz tan dulce que podría haber causado diabetes instantánea, "¿no vas a presentarme a tu nueva amiga?"

Yoo Mina, lejos de intimidarse, miró a Mei Ling de arriba abajo con curiosidad profesional.

"¡Oh! Tú debes ser la bodyguard de Li Wei, ¿verdad?", preguntó con inocencia. "He oído que los genios tecnológicos necesitan protección constante..las 24 horas.. O me equivoco?."

Si las miradas pudieran matar, la de Mei Lin habría causado una extinción masiva. Li Wei consideró seriamente sus opciones de escape, que incluían: fingir un desmayo, saltar por la ventana (estaban en el piso 30), o simplemente aceptar su destino y morir con dignidad (esta última no era realmente una opción viable para él).

"Soy su prometida", respondió Mei Ling, cada sílaba cargada con la promesa de violencia. "Por decreto marcial... y su funeraria si sigue así."

Li Wei comenzó a sudar tan profusamente que temió deshidratarse en el acto. "Mei Ling, ella solo me estaba pidiendo ayuda con su teléfono", explicó, su voz alcanzando un tono que normalmente solo los perros podían oír.

Yoo Mina, en lugar de retroceder ante la obvia amenaza, se quedó mirando a Mei Ling con una intensidad desconcertante. Y entonces, contra toda lógica y sentido de autopreservación, sonrió.

"¡Qué cool!", exclamó, aplaudiendo ligeramente. "En mi drama 'Love in the Moon Palace' también tenía una escena de celos. La filmamos durante tres días porque el director quería capturar la 'esencia de la furia femenina'. ¿Quieres recrearla?"


Li Wei, aterrorizado, gritó: "¡NO!" con tanta fuerza que varias personas cercanas se sobresaltaron.

Demasiado tarde. Yoo Mina, con la fluidez de alguien acostumbrado a las coreografías dramáticas, agarró el brazo de Li Wei y se inclinó para susurrar en su oído, aunque lo suficientemente alto para que Mei Ling escuchara:

"Oppa, ¿prefieres a una guerrera... o a una princesa que se sabe el kamasutra de la A a la Z?"

El tiempo pareció detenerse. Li Wei vio toda su vida pasar ante sus ojos, que resultó ser sorprendentemente aburrida excepto por este momento preciso, que probablemente sería el último de su existencia.

Mei Lin, con un movimiento tan fluido que parecía ensayado, desenfundó un tenedor de sushi de... algún lugar. Li Wei prefirió no pensar dónde lo había estado guardando.

El silencio que cayó sobre la sección inmediata del salón era el tipo de silencio que precede a los desastres naturales.

Y entonces, como un deus ex machina en forma de estrella de cine de Hong Kong, un distinguido y elegante hombre apareció de la nada. 

Se interpuso entre el trío, con la elegancia de quien ha detenido peleas en cientos de películas, y dijo con voz profunda:

"El amor es como el té: si lo agitas demasiado, se enfría."

Li Wei parpadeó, confundido. ¿Quien era este tipo que  acababa de aparecer en esta fiesta para recitar proverbios? ¿Era esto parte del viaje en el tiempo? ¿O finalmente había perdido la cabeza?

Mei Lin, sin inmutarse por la aparición del hombre , respondió:

"Y si lo tiras a la cara de alguien, quema."

Con un movimiento preciso, lanzó el tenedor de sushi. Por un momento, Li Wei pensó que iba directo hacia Yoo Mina, pero el proyectil improvisado se clavó en una sandía decorativa a varios metros de distancia, con tal fuerza que la fruta se partió perfectamente por la mitad.

Un camarero que pasaba dejó caer su bandeja.Varios asistentes de la fiesta optaron por irse inmediatamente para salvar sus vidas.

Yoo Mina, lejos de asustarse, estalló en una carcajada genuina.

"¡Me encantas!", exclamó, soltando el brazo de Li Wei para aplaudir con entusiasmo. "¡Eres exactamente como imaginé que sería la prometida de un genio! ¿Has considerado actuar? Serías perfecta como la villana en mi próximo drama."

La tensión en el aire cambió, transformándose en algo más complejo. Mei Lin parecía desconcertada, como si no supiera cómo responder a alguien que admiraba su capacidad para la violencia casual en lugar de temerla.

Li Wei, viendo una oportunidad para escapar, murmuró: 

"¿Puedo ir al baño?"

Nadie le prestó atención. Yoo Mina y Mei Lin estaban ahora enfrascadas en una conversación sobre las mejores técnicas para intimidar a directores difíciles, mientras el hombre  sonreía benévolamente como un padre orgulloso contemplando la escena.

Li Wei se escabulló hacia el baño, no para huir por la ventana como había planeado inicialmente, sino para procesar lo que acababa de suceder. Se miró en el espejo, notando que su corbata estaba torcida, su frente brillaba de sudor, y sus ojos tenían la mirada salvaje de alguien que acaba de escapar de la muerte.

"¿Qué está pasando?", se preguntó en voz alta. "Primero el cofre del tiempo, luego soy aparentemente un genio de la IA, y ahora Mei Lin y una estrella coreana están... ¿haciéndose amigas?"

El universo, como de costumbre, no ofreció respuestas.

Cuando regresó al salón, la fiesta continuaba como si nada hubiera pasado, aunque notó que la gente daba un amplio rodeo alrededor de Mei Lin y Yoo Mina, quienes ahora estaban sentadas en un rincón, bebiendo directamente de una botella de baijiu y riendo como viejas amigas.

El resto de la noche transcurrió en una nebulosa de conversaciones incómodas con inversores que esperaban que Li Wei les explicara algoritmos que no entendía, mientras mantenía un ojo nervioso en Mei Lin y Yoo Mina, cuya amistad parecía fortalecerse con cada copa.

Para cuando la fiesta comenzó a dispersarse, Li Wei estaba agotado emocional y físicamente. Se acercó cautelosamente a las dos mujeres, quienes lo recibieron con sonrisas que encontró más aterradoras que tranquilizadoras.

"¿Nos vamos?", preguntó, dirigiéndose principalmente a Mei Lin

"Mina viene con nosotros", declaró Mei Ling, en un tono que no admitía discusión. "Tiene algo importante que mostrarnos."

Yoo Mina asintió, repentinamente seria. "Es sobre el cofre", dijo en voz baja.

Li Wei sintió que su corazón se detenía. "¿Qué cofre?", preguntó, tratando de sonar inocente y fallando miserablemente.

"No te hagas el tonto", respondió Mei Lin. "Ella sabe."

"¿Cómo...?"

Yoo Mina se inclinó hacia él, su expresión ahora completamente diferente de la estrella coqueta de antes. Había una intensidad en sus ojos que hablaba de siglos, no de años.

"Porque llevo trescientos años buscándolo", susurró.

Y así, Li Wei se encontró saliendo de la fiesta con dos mujeres aterradoras, un cofre místico en su apartamento, y la creciente sospecha de que su vida nunca volvería a ser normal.

Lo que no sabía era que los eventos de esa noche ya estaban circulando en las redes sociales. En Weibo, un hashtag comenzaba a ser tendencia: #YooMinaMeiLinShip, acompañado de fotos borrosas de las dos mujeres riendo juntas y un video de Mei Lin partiendo una sandía con un tenedor.

El post más popular, con más de un millón de likes en menos de una hora, decía simplemente: "Yoo Mina y Mei Lin son el ship que no sabíamos que necesitábamos".







El apartamento de Li Wei nunca había albergado a tantas personalidades intensas al mismo tiempo. Mei Lin, , se apoyaba en la mesa

 como un depredador en reposo, al menos movimiento sospechoso de aproximación de la visitante que no disimulaba lo que quería con Li Wei,  saltaría sobre Yoo Mina

como un depredador en reposo, al menos movimiento sospechoso de aproximación de la visitante que no disimulaba lo que quería con Li Wei, saltaría sobre Yoo Mina

. Yoo Mina, despojada de su elaborado hanbok y ahora vistiendo una camiseta prestada de Li Wei (que decía "Programadores: Convertimos cafeína en código" - una ironía que no pasó desapercibida), estaba sentada en el sofá, examinando el cofre místico con reverencia. Y Li Wei, bueno, él estaba teniendo una crisis existencial silenciosa mientras preparaba té en la cocina.

"¿Alguien quiere galletas?", preguntó, sosteniendo una caja de galletas baratas como si fuera una ofrenda de paz a dioses temperamentales.

"Li Wei", dijo Mei Lin con una paciencia forzada, "hay una viajera del tiempo de 300 años en tu sala de estar. Creo que podemos saltarnos las cortesías sociales."

"El té estaría bien", respondió Yoo Mina con una sonrisa amable. "En mi época, el té era una parte importante de cualquier negociación seria."

"¿Tu época?", preguntó Li Wei, dejando la bandeja sobre la mesa de centro y sentándose lo más lejos posible de ambas mujeres, lo que en su pequeño apartamento significaba aproximadamente a medio metro. "¿Podrías, ya sabes, elaborar un poco sobre eso de los 300 años?"

Yoo Mina suspiró, y por un momento, su rostro pareció transformarse. La estrella de cine glamorosa desapareció, reemplazada por algo más antiguo, más cansado.

"Nací en 1574, durante la dinastía Joseon en Corea", comenzó, su voz adquiriendo un tono formal que no había mostrado antes. "Mi nombre real es Princesa Myeongseong, hija del Rey Seonjo."

Li Wei casi escupe su té. "¿Eres una princesa real? ¿Como, de la realeza y eso?"

Mei Lin le lanzó una mirada que claramente decía "no interrumpas a la viajera del tiempo de 300 años, idiota".

"Lo era", continuó Yoo Mina, o la Princesa Myeongseong, o quien fuera. "Hasta 1592, cuando los de Cipango invadieron Corea durante la Guerra Imjin. Mi padre, el rey, huyó al norte, pero yo me quedé atrás para ayudar a mi enamorado secreto el Príncipe Gwanghae, a organizar la resistencia."

Sacó de su bolso un abanico plegable y lo abrió con un movimiento fluido. En él, Li Wei pudo ver el mismo símbolo extraño que estaba grabado en el cofre.

"Este abanico era un regalo de mi madre. Ella me dijo que contenía un poder antiguo, pero yo pensé que eran solo historias para niños." Yoo Mina pasó los dedos por el símbolo. "Hasta que los japoneses atacaron el palacio. Estaba acorralada, sin escapatoria. Abrí el abanico en desesperación, deseando estar en cualquier otro lugar... y de repente, me encontré en Shanghái, en el año 1700."

"Espera, espera", interrumpió Li Wei, incapaz de contenerse. 

"¿Me estás diciendo que has estado saltando por el tiempo durante siglos? ¿Y ahora eres una estrella de cine?"

Yoo Mina sonrió, pero era una sonrisa triste. "He sido muchas cosas a lo largo de los siglos. Cortesana, espía, médica, y sí, ahora actriz. Resulta que interpretar dramas históricos es fácil cuando realmente has vivido en esas épocas."

"¿Y el cofre?", preguntó Mei Lin, siempre enfocada en lo práctico. "¿Qué tiene que ver contigo?"

"El cofre y mi abanico son parte del mismo conjunto de artefactos", explicó Yoo Mina. "Fueron creados por un monje shaolín que descubrió el secreto para manipular el tiempo. Según la leyenda, creó cinco objetos: el cofre, el abanico, un espejo, un anillo y un pergamino. Juntos, permiten controlar completamente el flujo temporal."

"¿Y has estado buscando estos objetos durante tres siglos?", preguntó Li Wei, tratando de procesar la magnitud de lo que estaba escuchando.

"Sí", asintió Yoo Mina. "Para volver a mi tiempo original y salvar a mi enamorado. En la historia que conozco, él sobrevivió a la guerra pero fue envenenado años después. Si pudiera volver con el conocimiento que tengo ahora..."

Su voz se apagó, y por un momento, Li Wei pudo ver el peso de los siglos en sus ojos.

"Es como Outlander", murmuró, "pero con más hashtags."

Mei Lin le dio con sumo placer una patada discreta pero dolorosa en la espinilla.

"¿Cómo supiste que teníamos el cofre?", preguntó Mei Lin, ignorando el gemido de dolor de Li Wei.

Yoo Mina sonrió, recuperando algo de su chispa. "Las redes sociales son sorprendentemente útiles para rastrear objetos místicos. Vi una foto tuya en el perfil de la empresa, Mei Lin, y noté el símbolo del cofre en un colgante que llevabas."

Mei Lin tocó instintivamente el pequeño colgante que siempre llevaba bajo la ropa. "Era de mi abuela", dijo en voz baja. "Nunca supe qué significaba."

"Y luego, cuando investigué más sobre ti, descubrí que estabas relacionada con Li Wei, quien casualmente acababa de ser contratado como 'genio de la IA' en una empresa que ha estado buscando artefactos antiguos durante décadas." Yoo Mina se encogió de hombros. "No fue difícil conectar los puntos.. Y es que ambos están tan.....

-- Ni se te ocurra terminar la frase-- interrumpió aterrada Mei Lin

"Espera", interrumpió a su vez Li Wei sin caer en cuenta de la palabra que la otra diría "¿cómo que 'relacionada'? Mei Lin y yo no somos parientes."

Yoo Mina parpadeó, confundida. "Según los registros públicos, Mei Ling es tu prima segunda."

Un silencio incómodo cayó sobre la habitación. Li Wei miró a Mei Lin, quien repentinamente parecía encontrar muy interesante la pared opuesta.

"¿Somos primos?", preguntó Li Wei, su voz elevándose varias octavas.

"Primos segundos", corrigió Mei Lin, como si eso mejorara significativamente la situación. "Apenas compartimos ADN."

"¡Has estado actuando como mi guardiana-verdugo durante cinco años y nunca mencionaste que somos FAMILIA!"

"¡No es relevante!", se defendió Mei Lin aliviada que por el momento la otra no se fuera de lengua y revelará la dolorosa pasión que la consumía por Li Wei"Además, nunca preguntaste."

"¿Quién pregunta 'Oye, por casualidad, ¿somos parientes consanguíneos?'? ¡No es exactamente una pregunta de primera cita!"

Yoo Mina observaba el intercambio con la expresión divertida de alguien viendo un partido de tenis particularmente entretenido.

"Si sirve de consuelo", intervino, "en la dinastía Joseon, los matrimonios entre primos eran bastante comunes. De hecho, mi propio compromiso arreglado era con mi primo tercero."

"¡No ayudas!", exclamaron Li Wei y Mei Lin al unísono, viendo un obstáculo a lo que cada uno estaba esperando la oportunidad de revelar sus sentimientos.

Yoo Mina levantó las manos en señal de rendición, pero no pudo contener una sonrisa.

"Volvamos al tema principal", dijo Mei Lin, claramente ansiosa por cambiar de tema. "El cofre. ¿Qué podemos hacer con él?"

"Con el cofre solo, no mucho", explicó Yoo Mina. "Permite viajar en el tiempo, pero de manera aleatoria e impredecible. Es como lanzar un dado cósmico. Necesitamos los otros artefactos para tener control real."

"¿Y sabes dónde están los demás?", preguntó Li Wei, todavía procesando la revelación familiar pero intentando concentrarse.

"El espejo está en un museo en Beijing. El anillo... lo último que supe es que estaba en posesión de un coleccionista en Hong Kong." Yoo Mina frunció el ceño. "El pergamino es el más esquivo. Ha estado perdido durante siglos."

"Entonces, ¿qué propones?", preguntó Mei Lin, siempre práctica. "¿Formar un equipo para buscar estos artefactos?"

"Exactamente", asintió Yoo Mina. "Ustedes tienen el cofre, yo tengo el abanico. Juntos, podríamos encontrar los demás y..." Se detuvo, como si dudara en revelar demasiado.

"¿Y qué?", presionó Li Wei.

"Y detener al monje", completó Yoo Mina, su expresión oscureciéndose. "Porque él también está buscando los artefactos."

"¿El monje? ¿El que los creó?", preguntó Li Wei, confundido. "¿No debería estar, ya sabes, muerto hace siglos?"

"Ese es el problema con los viajes en el tiempo", respondió Yoo Mina con una sonrisa sin humor. "La muerte se vuelve... negociable."

Un escalofrío recorrió la habitación.

"¿Estás diciendo que este monje shaolín de siglos de antigüedad está vivo y buscando estos artefactos?", preguntó Mei Lin, su tono sugiriendo que estaba evaluando la amenaza.

"No solo está vivo", confirmó Yoo Mina. "Está aquí, en Orban Kangbashi y viaja a Shanghai y Beijing como yo al tocador. Y si mis cálculos son correctos, ya sabe que ustedes tienen el cofre."

Como para subrayar sus palabras, el teléfono de Li Wei vibró con una notificación. Era un mensaje de un número desconocido:

"Bonito cofre. Sería una pena que algo le pasara. P.D.: Me encantó tu actuación esta noche, 'genio de la IA'. Muy convincente."

Li Wei mostró el mensaje a las mujeres, su mano temblando ligeramente.

"Bueno", dijo Mei Lin después de un momento, "supongo que ahora somos un equipo."

"El trío más disfuncional de la historia", murmuró Li Wei.

Yoo Mina sonrió, una sonrisa que contenía 300 años de determinación. "He estado en equipos peores."

Y así, en un pequeño apartamento en la ciudad de Orban Kangbashi, con galletas baratas y té mediocre como testigos, se formó una alianza improbable: un falso genio tecnológico con tendencia al pánico, su prima-segunda-no-novia con inclinaciones violentas, y una princesa coreana de 300 años convertida en estrella de cine.

El universo, pensó Li Wei, tenía un sentido del humor verdaderamente retorcido.





Esa noche, mientras Yoo Mina dormía en el sofá (insistiendo en que había dormido en lugares mucho peores durante sus siglos de vida) y Mei Lin montaba guardia junto a la puerta ,más para evitar que Yoo Mina se metiera en el cuarto de Li Wei(literalmente, con un cuchillo de cocina en la mano), Li Wei yacía despierto en su cama, contemplando cómo su vida había cambiado tan drásticamente en tan poco tiempo 

Hace una semana, su mayor preocupación era mantener su racha en Candy Crush y soñando con besar apasionadamente a Mei Lin y que ella no lo matara. Ahora, estaba involucrado en una búsqueda para encontrar artefactos místicos, mientras era perseguido por un monje inmortal, acompañado por una princesa viajera del tiempo y su aparentemente prima segunda.

"Mi terapeuta va a necesitar un terapeuta después de esto", murmuró para sí mismo, antes de caer finalmente en un sueño inquieto, plagado de sueños sobre cofres que hablaban y monjes con iPhones.

Lo que no sabía era que, mientras dormía, el símbolo en el cofre había comenzado a brillar con una luz tenue pero constante, como si respondiera a algún llamado silencioso a través del tiempo.









# El Cofre del Tiempo: Una Comedia Romántica Interdimensional


Continua




Capítulo 4: El Trío Más Disfuncional de la Historia

La mañana llegó con la sutileza de un camión de basura: ruidosa, inevitable y oliendo vagamente a malas decisiones. Li Wei se despertó con el sonido de risas femeninas provenientes de su cocina, un fenómeno tan extraño en su apartamento que por un momento pensó que seguía soñando.

"¿Estás segura que así es como se hace?", escuchó la voz de Yoo Mina, con un tono de duda.

"Confía en mí", respondió Mei Lin con una confianza que Li Wei sabía por experiencia que era completamente injustificada cuando se trataba de asuntos culinarios. "El secreto está en añadir la salsa picante directamente en el café."

Li Wei saltó de la cama como si hubiera sido electrocutado. Corrió hacia la cocina para encontrar una escena que desafiaba toda lógica: Mei Ling, vestida con una de sus camisetas (la que decía "Sudo make me a sandwich" - otro regalo irónico), estaba vertiendo una cantidad alarmante de salsa Sriracha en una cafetera. Yoo Mina, todavía en su camiseta prestada pero ahora complementada con un par de calcetines de Pikachu que le llegaban hasta las rodillas, observaba el proceso con una mezcla de horror y fascinación.

"¡Detente!", gritó Li Wei, lanzándose hacia la cafetera como si estuviera desactivando una bomba. "¿Qué crees que estás haciendo?"

Mei Lin lo miró con irritación. "Preparando café, obviamente. Yoo Mina nunca ha probado mi especialidad: café infernal."

"Nadie debería probar eso", respondió Li Wei, arrebatándole la botella de salsa. "La última vez que lo bebiste, pasaste tres horas convencida de que podías hablar con los electrodomésticos."

"El refrigerador empezó", se defendió Mei Ling con dignidad.

Yoo Mina observaba el intercambio con una sonrisa divertida. Para alguien que había vivido durante tres siglos, parecía encontrar un placer genuino en las pequeñas absurdidades de la vida moderna.

"En mi época", comentó, "el desayuno consistía principalmente en arroz, sopa y vegetales encurtidos. Nada tan... creativo."

"Ves", dijo Mei Lin, señalando a Yoo Mina como si hubiera ganado un argumento. "Ella aprecia la innovación culinaria."

"Apreciar la innovación no significa envenenar a una princesa de 300 años", respondió Li Wei, comenzando a preparar un desayuno normal que no requiriera intervención médica posterior.

Mientras Li Wei cocinaba (huevos revueltos, tostadas y café SIN salsa picante), Mei Lin y Yoo Mina se sentaron en la pequeña mesa de la cocina, discutiendo estrategias para su recién formada alianza.

"El cocina divino.. Necesitamos un plan", declaró Mei Lin mordisqueando una tostada. "Si este monje shaolín está tras nosotros, debemos movernos rápido."

"El problema", explicó Yoo Mina, entusiasmada por la primera información de la las habilidades del otro...por aquello de hombre que cocina bien.......es bueno en la cama y esposo de calidad---"es que no sabemos exactamente quién es en esta época. A lo largo de los siglos, ha adoptado muchas identidades. La última vez que lo vi, en los años 80, se hacía pasar por un productor musical en Hong Kong."

"Espera", interrumpió Li Wei, casi dejando caer la sartén. "¿Estás diciendo que el monje shaolín inmortal que manipula el tiempo... era un productor musical en los 80?"

Yoo Mina asintió solemnemente. 

"Produjo algunos de los mayores éxitos de Kpop. Tenía buen oído."

Li Wei miró a Mei Ling, esperando que ella compartiera su incredulidad, pero su prima-segunda-amor imposible, simplemente asintió como si esto tuviera perfecto sentido.

"Estrategia clásica", comentó Mei Lin. "Esconderse a plena vista. Nadie sospecharía de un productor musical."

"Exactamente", confirmó Yoo Mina. "Y ahora, en 2025, podría ser cualquiera. Un CEO, un influencer, incluso un político."

"O un terapeuta", murmuró Li Wei, pensando repentinamente en su propio terapeuta, quien siempre parecía saber demasiado sobre sus pensamientos. "Eso explicaría muchas cosas."

"Lo que necesitamos", continuó Yoo Mina, ignorando la paranoia incipiente de Li Wei, "es acceso a los otros artefactos. Con el cofre y el abanico juntos, podemos intentar un viaje controlado, pero sigue siendo arriesgado."

"¿Qué hay del espejo que mencionaste?", preguntó Mei Lin. "¿El que está en un museo en Beijing?"

"El Museo Nacional de China", confirmó Yoo Mina. "Está en exhibición como un 'espejo ceremonial de la dinastía Tang'. Nadie sabe su verdadero propósito."

"Genial", dijo Li Wei, sirviendo los huevos. "Así que solo tenemos que robar un artefacto nacional de uno de los museos más seguros de China. Pan comido."

"No necesariamente robarlo", corrigió Yoo Mina con una sonrisa enigmática. "Solo necesitamos acceso a él por unos minutos."

"¿Y cómo propones que hagamos eso?", preguntó Mei Lin, inclinándose hacia adelante con interés.

Yoo Mina sonrió, una sonrisa que contenía tres siglos de astucia. "Resulta que estoy filmando un drama histórico el próximo mes. En el Museo Nacional de China."

Li Wei casi se atragantó con su café. "¿Estás diciendo que podemos usar tu fama para acceder al espejo?"

"La fama tiene sus ventajas", respondió Yoo Mina con un guiño. "Especialmente cuando has tenido siglos para perfeccionar tu imagen pública."

"Eso resuelve el problema del espejo", dijo Mei Lin, asintiendo con aprobación. "¿Y el anillo?"

"Ese es más complicado", admitió Yoo Mina. "Está en posesión de un coleccionista privado en Hong Kong, un hombre llamado Chen Wei-Ting. Es extremadamente reservado y paranoico."

"¿Alguna idea de cómo acercarnos a él?", preguntó Li Wei.

"De hecho, sí", respondió Yoo Mina. "Chen es un gran fan de los dramas históricos. Específicamente, de mis dramas."

"Por supuesto que lo es", murmuró Li Wei. "¿Hay alguien en Asia que no sea fan tuyo?"

Yoo Mina se encogió de hombros con falsa modestia. "Trescientos años dan mucho tiempo para construir una base de fans."

"Entonces", resumió Mei Lin, "usamos la fama de Yoo Mina para acceder al espejo en Beijing y para acercarnos a Chen en Hong Kong para el anillo. ¿Y el pergamino?"

"Esa es la parte más difícil", admitió Yoo Mina. "El pergamino ha estado perdido durante siglos. La última pista que tengo es que podría estar en algún lugar de Shanghái, posiblemente en los archivos históricos de..."

"Zhang Enterprises", completó Li Wei, sintiendo que las piezas encajaban. "Por eso Mei Lin consiguió que me contrataran allí."

Mei Lin asintió. "Mi investigación sugería que Zhang ha estado coleccionando artefactos antiguos durante décadas. Cuando descubrí que tenías el cofre, todo cobró sentido."

"Espera", dijo Li Wei, levantando una mano. "¿Sabías sobre el cofre todo este tiempo? ¿Por eso has estado... acosándome durante cinco años?"

Mei Lin tuvo la decencia de parecer ligeramente avergonzada. "No exactamente. Sabía que tu familia tenía alguna conexión con los artefactos del tiempo, pero no estaba segura de qué. Mantenerme cerca de ti era la forma más fácil de vigilar."

"¿Así que nuestra entera relación ha sido una operación de vigilancia?", preguntó Li Wei, sintiendo una punzada de algo que se negaba a identificar como dolor.

"No toda", respondió Mei Lin, evitando su mirada, también era porque necesitaba estar junto a él, mientras le enviaba todo tipo de señales a ese tonto. Ya estaba convencida que tendría que hacer gimnasia


o  meterse desnuda en su cuarto a media noche a ver si ese despistado  entendía que ella estaba muerta de pasión y deseo por el ---

o meterse desnuda en su cuarto a media noche a ver si ese despistado  entendía que ella estaba muerta de pasión y deseo por el --- . "Las amenazas de muerte eran genuinas."

"Oh, qué alivio", respondió Li Wei sarcásticamente.

Yoo Mina observaba el intercambio con la expresión de alguien viendo un drama particularmente jugoso. "Ustedes dos tienen una dinámica fascinante", comentó. "En mi época, las relaciones eran mucho más formales y estructuradas."

"Esto no es una relación", aclararon Li Wei y Mei Ling al unísono, para luego mirarse con irritación por su sincronización.Primero perderían la piel para admitir que no podrían vivir uno sin el otro 

"Como sea", continuó Mei Lin, claramente ansiosa por cambiar de tema, si seguían por ahí se le saldria que estaba enamorada como una chiquilla. "Tenemos un plan para los artefactos. ¿Qué hacemos mientras tanto con el cofre y el abanico?"

"Mantenerlos separados sería lo más seguro", sugirió Yoo Mina. "Si el monje encuentra uno, al menos no tendrá ambos."

"Buena idea", acordó Mei Lin. "Li Wei puede mantener el cofre aquí, y tú puedes llevar el abanico contigo."

"¿Por qué tengo que quedarme con el cofre?", protestó Li Wei. "¿Por qué no puedo tener el abanico elegante en lugar de la caja que probablemente atraiga a un monje asesino a mi apartamento?"

"Porque", explicó Mei Lin con paciencia forzada, "el cofre ya está vinculado a ti. Ha estado en tu familia durante generaciones. Además, nadie sospecharía que un desastre como tú podría tener un artefacto místico."

"Gracias por el voto de confianza", murmuró Li Wei.

"Ella tiene razón", añadió Yoo Mina amablemente. "A veces, la mejor protección es parecer completamente inofensivo."

"Genial", suspiró Li Wei. "Mi superpoder es ser patético."

"No patético", corrigió Yoo Mina con una sonrisa. "Estratégicamente subestimado."

Después del desayuno, el trío comenzó a prepararse para su misión. Yoo Mina necesitaba regresar a su hotel para mantener las apariencias, mientras que Mei Lin insistió en que Li Wei debía ir a trabajar como de costumbre para no levantar sospechas.

"Recuerda", instruyó Mei Lin mientras Li Wei se ponía su corbata (correctamente esta vez, no dentro del microondas), "actúa normal. Eres un genio de la IA, así que... di cosas inteligentes sobre algoritmos."

"No sé nada sobre algoritmos", le recordó Li Wei. "La última vez que programé algo fue un 'Hola Mundo' que me tomó tres intentos."

"Improvisa", sugirió Yoo Mina, quien ahora vestía ropa prestada de Mei Lin que le quedaba sorprendentemente bien. "He interpretado a científicas brillantes en cinco dramas diferentes sin entender una palabra del guion."

"Genial", murmuró Li Wei. "Ahora soy oficialmente un actor en el drama más extraño jamás producido."

Antes de partir, Yoo Mina se acercó a Li Wei y, para su sorpresa, le dio un abrazo con un sonoro beso en la mejilla

"Gracias", dijo en voz baja. "He buscado estos artefactos durante siglos, y ahora, finalmente, siento que tengo una oportunidad real."

Li Wei, incómodo y más bien asustado,por qué el abrazo fue demasiado fuerte de la cintura para abajo,  pero conmovido, dio unas palmaditas torpes en su espalda. "De nada, supongo. Aunque técnicamente no he hecho nada excepto existir con un cofre."

Yoo Mina se apartó, sonriendo. "A veces, eso es suficiente."

Mei Lin observaba la interacción con una expresión indescifrable, mientras apretaba los puños hasta que los nudillos le quedaron blancos

"Vámonos", dijo abruptamente. "Tenemos trabajo que hacer."

Mientras se dirigían a la puerta, Li Wei no pudo evitar preguntar:

 "¿Cómo nos comunicaremos? No podemos exactamente tener reuniones regulares de 'Viajeros del Tiempo Anónimos'."

"Ya pensé en eso", respondió Yoo Mina, sacando tres teléfonos idénticos de su bolso. "Teléfonos encriptados. Los compré esta mañana mientras ustedes dormían."

"¿Cuándo dormiste tú?", preguntó Li Wei, asombrado.

Yoo Mina sonrió enigmáticamente. "Trescientos años de práctica. Aprenderás a dormir cuando puedas."

Y así, el trío más disfuncional de la historia se separó temporalmente: Yoo Mina hacia su hotel de lujo, Mei Lin hacia su departamento de seguridad en Zhang Enterprises donde podría llorar un rato a escondidas por el sufrimiento que le causaba amar a un tonto de capirote y verlo tan entusiasmado con Yoon Mina, 

Y así, el trío más disfuncional de la historia se separó temporalmente: Yoo Mina hacia su hotel de lujo, Mei Lin hacia su departamento de seguridad en Zhang Enterprises donde podría llorar un rato a escondidas por el sufrimiento que le causaba ama...

  Li Wei hacia un trabajo para el que estaba cómicamente descalificado, llevando en su mochila un cofre místico que podía alterar la realidad misma.

"Solo otro martes normal", murmuró para sí mismo mientras cerraba la puerta.

Lo que no sabía era que, en ese preciso momento, en un penthouse con vista a una desolada avenida de Ordos Kangbashi 

Lo que no sabía era que, en ese preciso momento, en un penthouse con vista a una desolada avenida de Ordos Kangbashi


, un hombre de edad indeterminada vestido con un traje impecable estaba mirando su iPhone de última generación. En la pantalla había una foto de Li Wei saliendo de su apartamento, con un círculo rojo marcando su mochila.

"Te encontré", murmuró el hombre, sus ojos brillando con una luz que no era del todo humana. "Y esta vez, no escaparás."

En su muñeca, un reloj antiguo con el mismo símbolo que el cofre y el abanico brillaba tenuemente, como respondiendo a un llamado silencioso a través del tiempo. # El Cofre del Tiempo: Una Comedia Romántica Interdimensional

Por su parte Mei Lin secándose las lágrimas de un manotazo visualizo su escena favorita, Li Wei y ella 28 segundos antes de darse un beso nivel terremoto 9 grados

Por su parte Mei Lin secándose las lágrimas de un manotazo visualizo su escena favorita, Li Wei y ella 28 segundos antes de darse un beso nivel terremoto 9 grados


Wei Li llegó a su escritorio y coloco una foto de Mei Lin y la vio le dijo.

-- Mei Lin, te amo demasiado y ya casi no puedo ocultarlo mas-- le dijo dándole un beso a la fotografía

-- Mei Lin, te amo demasiado y ya casi no puedo ocultarlo mas-- le dijo dándole un beso a la fotografía


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