I
Li Wei miró a Mei Lin
Y es que cuando Mei Lin se ponía así es que quería....A pesar de ya tener dos hijos... El voraz apetito de ambos no disminuía, y ambos dejaban en principiantes a cuál quier película porno extrema....
Y siempre terminaban así, abrazados, enamorados, como el primer día..y es que en estos tres años Wei Li era extraordinariamente apetecido, y la rellenita Mei Lin impactaba y mucho ..
Capítulo 1
Capítulo 1: El Despertar del Corazón de Jade
El amanecer en Shanghai, 2025, llegaba con una sinfonía de luces y sonidos. Los rascacielos de cristal y acero reflejaban los primeros rayos del sol mientras los drones de reparto surcaban el cielo entre edificios, transportando desayunos y paquetes a los habitantes de la ciudad más poblada de China.
En el piso 87 de la Torre Perla Oriental Residencial, Mei Lin se despertó sobresaltada, con el corazón latiendo desbocado y la frente perlada de sudor.
A su lado, Wei Li roncaba plácidamente, ajeno al tumulto interior de su compañera. La luz azulada de la pantalla de seguridad proyectaba sombras fantasmales sobre el rostro de Mei Lin, acentuando sus rasgos delicados pero firmes, propios de una mujer que había enfrentado más peligros de los que cualquiera podría imaginar.
"Wei Li", susurró, sacudiendo suavemente el hombro de su compañero. "Wei Li, despierta".
El ingeniero de software murmuró algo ininteligible y se dio la vuelta, abrazando la almohada como si fuera un tesoro invaluable. Mei Lin puso los ojos en blanco. Para ser uno de los programadores más brillantes de Asia, Wei Li tenía el sueño sorprendentemente pesado.
"¡Wei Li!", exclamó con más fuerza, esta vez acompañando su llamado con un certero codazo en las costillas.
"¡Ay! ¿Qué? ¿Quién? ¿Dónde?",-- Wei Li se incorporó de golpe, con los ojos desorbitados y el cabello apuntando en todas direcciones. "¿Nos atacan? ¿Es otro demonio? ¿O tu ex-novio de la dinastía Ming?"
Mei Lin no pudo evitar sonreír a pesar de su inquietud. Wei Li siempre había tenido ese efecto en ella, incluso en los momentos más tensos.
"No es ningún ex-novio", respondió, dándole un ligero golpe en el hombro. "Y ya te he dicho mil veces que nunca salí con nadie durante la dinastía Ming. Eso fue hace quinientos años, y yo solo he viajado hasta el siglo XVIII".
"Detalles, detalles", murmuró Wei Li, frotándose los ojos y buscando a tientas sus gafas inteligentes en la mesita de noche. "¿Qué hora es? El sistema debería haberme despertado a las 7:30 para la videoconferencia con Silicon Valley".
"Son las 5:17", respondió Mei Lin, levantándose de la cama y caminando hacia el ventanal que ocupaba toda la pared este del apartamento. Con un gesto de su mano, las persianas inteligentes se retrajeron, revelando el impresionante skyline de Shanghai bañado por la luz dorada del amanecer.
--"¿Las cinco? ¿En serio? Mei Lin, sabes que no funciono correctamente hasta después de las siete y al menos dos tazas de café", protestó Wei Li, dejándose caer nuevamente sobre las almohadas.
Pero Mei Lin no lo escuchaba. Su atención estaba completamente capturada por algo que sostenía entre sus manos. Wei Li entrecerró los ojos, intentando enfocar sin sus gafas.
"¿Eso es...?"
"Sí", respondió Mei Lin con un hilo de voz. "El Corazón de Jade. Está brillando de nuevo".
Wei Li saltó de la cama como si hubiera recibido una descarga eléctrica, tropezando con las sábanas y casi cayendo de bruces antes de recuperar el equilibrio. En tres zancadas estuvo junto a Mei Lin, observando con asombro el objeto que ella sostenía.
Era una piedra de jade del tamaño de un puño, tallada en forma de corazón humano anatómicamente correcto, con venas y arterias representadas con inquietante precisión. Lo más extraordinario, sin embargo, era el suave resplandor verde que emanaba de su interior, pulsando como si estuviera vivo.
"Pensé que habíamos acordado guardarlo en la caja de seguridad cuántica", dijo Wei Li, ajustándose las gafas que finalmente había encontrado.
"Y ahí estaba", respondió Mei Lin sin apartar la mirada del jade. "Hasta anoche. Lo soñé, Wei Li. Soñé con él llamándome, y cuando desperté, estaba aquí, en mis manos".
Wei Li frunció el ceño. Después de dos aventuras con aquel artefacto místico, había aprendido a no subestimar sus poderes ni a cuestionar las conexiones que tenía con Mei Lin.
"¿Qué viste en el sueño?"--, preguntó, activando discretamente la grabadora de sus gafas. Si algo había aprendido como ingeniero de software, era que siempre debía documentar los fenómenos inexplicables.
Mei Lin cerró los ojos, intentando recuperar las imágenes que habían poblado su sueño.
"Nieve", dijo finalmente. "Mucha nieve. Una mansión antigua, con techos curvados y columnas rojas. Personas vestidas con ropas de la dinastía Qing. Y una voz... una voz que me llamaba por un nombre que no era el mío, pero que de alguna manera sabía que me pertenecía".
"¿Qué nombre?", preguntó Wei Li, cada vez más intrigado.
"Lin Mei Hua",-- respondió ella, abriendo los ojos. --"Me llamaban Lin Mei Hua, y era... era importante. Tenía algo valioso, algo que dejé escondido".
Wei Li se pasó una mano por el cabello, desordenándolo aún más si eso era posible.
"¿Crees que es otro viaje en el tiempo? Porque, sinceramente, aún no me he recuperado del último. Todavía tengo pesadillas con esos monjes guerreros y sus espadas que violaban todas las leyes de la física".
Mei Lin sonrió débilmente.
"No lo sé con certeza, pero...", su voz se apagó cuando el jade en sus manos pulsó con más fuerza, proyectando imágenes tridimensionales en el aire frente a ellos.
Ambos contuvieron la respiración mientras observaban la escena que se desarrollaba: una joven que era el vivo retrato de Mei Lin, vestida con elaboradas ropas de seda, escondía algo en un compartimento secreto detrás de un panel en una habitación lujosamente decorada. La imagen cambió, mostrando la misma habitación, pero vacía y cubierta de polvo, como si hubieran pasado años. Luego, una sucesión rápida de imágenes: nieve cayendo sobre un paisaje montañoso, un anciano de aspecto siniestro inclinado sobre extraños artefactos, una hermosa mujer con el rostro idéntico al de la actriz Zhao Liying llorando junto a una ventana, y finalmente, un resplandor verde que lo envolvió todo antes de que las imágenes desaparecieran.
"Bueno",-- dijo Wei Li después de un largo silencio, "supongo que cancelaré mi videoconferencia con Silicon Valley".
Mei Lin asintió distraídamente, su mente procesando lo que acababa de ver.
"Tenemos que ir", dijo finalmente. "Tengo que recuperar lo que dejé allí".
"¿Y dónde es 'allí' exactamente?", --preguntó Wei Li, aunque ya sospechaba la respuesta.
"China, provincia de Yunnan, año 1700", respondió Mei Lin con una certeza que no admitía discusión. "Durante el reinado del Emperador Kangxi".
Wei Li suspiró profundamente.
"Por supuesto. No podía ser Hawaii en 2023, tenía que ser la China imperial en pleno invierno". Se dejó caer en el borde de la cama, resignado. "¿Al menos podemos desayunar antes de embarcarnos en otra aventura potencialmente mortal?"
Mei Lin sonrió, esta vez con más calidez, y se acercó para depositar un beso en la frente de Wei Li.
"Claro que sí. Incluso te dejaré tomar tres tazas de café en lugar de dos".
"Qué generosa", murmuró Wei Li, pero le devolvió la sonrisa. "Supongo que debería empacar mi kit de supervivencia para viajes en el tiempo".
"Sería lo más sensato", asintió Mei Lin, colocando cuidadosamente el Corazón de Jade sobre la mesita de noche. "Y esta vez, nada de llevar tu teléfono cuántico. Casi causas un colapso temporal la última vez cuando intentaste conectarte al Wi-Fi del siglo XIX".
"¡Era puramente con fines de investigación!", protestó Wei Li. "Además, ¿cómo iba a saber que mi intento de crear una red inalámbrica rudimentaria atraería la atención de esos monjes tecnófobos?"
Mei Lin puso los ojos en blanco mientras se dirigía al baño.
"Solo empaca lo esencial. Y por esencial me refiero a cosas que no alterarán el curso de la historia ni provocarán una paradoja temporal".
"Aguafiestas", murmuró Wei Li, pero ya estaba mentalmente haciendo una lista de lo que necesitarían. Esta vez estaría preparado. No más improvisar traductores con palitos de bambú y cuerdas, no más intentar explicar conceptos de programación a personas que creían que la electricidad era magia.
Mientras Mei Lin se duchaba, Wei Li se acercó a la ventana y contempló el Shanghai futurista que se extendía ante él. Rascacielos que desafiaban la gravedad, vehículos autónomos deslizándose por las calles, drones publicitarios proyectando hologramas en el cielo matutino. Todo tan familiar y, sin embargo, pronto estaría a más de tres siglos de distancia.
"Al menos esta vez sé en lo que me estoy metiendo", se dijo a sí mismo, aunque sin mucha convicción.
El Corazón de Jade pulsó suavemente sobre la mesita, como si estuviera riéndose de su ingenuidad.
Cuatro horas más tarde, el apartamento de Mei Lin y Wei Li parecía el almacén de una tienda de camping. Mochilas, sacos de dormir ultraligeros, ropa térmica, botiquines de primeros auxilios, purificadores de agua,un cargador eléctrico solar,desodorante y crema dental, y una cantidad absurda de barras energéticas se amontonaban en el suelo de la sala de estar.
"¿En serio necesitamos todo esto?", preguntó Mei Lin, arqueando una ceja mientras observaba a Wei Li intentando comprimir un saco de dormir hasta reducirlo al tamaño de una lata de refresco.
"La última vez casi morimos congelados, ¿recuerdas?", respondió él sin levantar la vista de su tarea. "No pienso pasar por eso de nuevo. Además, he mejorado mi kit de supervivencia. Mira esto".
Sacó de su bolsillo lo que parecía un simple bolígrafo metálico.
"Parece un bolígrafo normal", dijo Mei Lin, sin impresionarse.
"Exacto. Pero es mucho más". Wei Li giró la punta del bolígrafo y este se transformó, desplegando una pequeña pantalla y un teclado holográfico. "Computadora cuántica en miniatura, completamente autónoma, con energía solar y capacidad para analizar cualquier sustancia, traducir idiomas antiguos, y lo mejor de todo: ¡tiene todos los episodios de 'El Gran Chef Chino' descargados!"
Mei Lin lo miró fijamente.
"¿Llevaste meses desarrollando una tecnología revolucionaria solo para poder ver tu programa de cocina favorito mientras viajamos en el tiempo?"
Wei Li pareció ofendido.
"No solo para eso. También puede hacer cálculos astronómicos precisos, lo que nos ayudará a determinar exactamente cuándo estamos. Y tiene un mapa estelar completo, por si necesitamos orientarnos".
"Impresionante", concedió Mei Lin. "¿Y has pensado en cómo vamos a explicar todas estas cosas del siglo XXI si alguien las ve en la China imperial?"
Wei Li sonrió con suficiencia.
"Por supuesto. Todo está diseñado para parecer objetos de la época si alguien más los mira. Es una aplicación práctica de la teoría de campos de percepción selectiva que desarrollé el año pasado".
"A veces olvido que eres un genio", dijo Mei Lin, genuinamente impresionada.
"Solo a veces", respondió Wei Li con una sonrisa. "El resto del tiempo soy simplemente el tipo que no puede encontrar sus calcetines por la mañana".
Mei Lin se rio y se acercó para besarlo suavemente.
"Por eso te quiero. Genio y despistado en un solo paquete".
Wei Li la abrazó, disfrutando del momento de calma antes de la tormenta que seguramente les esperaba.
"¿Estás segura de esto?", preguntó en voz baja. "La última vez fue... intenso".
Mei Lin asintió contra su pecho.
"Tengo que ir. Siento que hay algo importante esperándome allí, algo que dejé inconcluso".
"Entonces iremos", dijo Wei Li con firmeza. "Pero esta vez, nada de separarnos. Permanecemos juntos pase lo que pase".
"Trato hecho", acordó Mei Lin, separándose para mirarlo a los ojos. "¿Listo para otro viaje al pasado, ingeniero?"
Wei Li suspiró dramáticamente.
"Supongo que Silicon Valley tendrá que esperar. De nuevo".
Mei Lin sonrió y se dirigió al dormitorio para recuperar el Corazón de Jade. Cuando regresó, lo sostenía con ambas manos, su resplandor verde más intenso que nunca.
"¿Recuerdas cómo funciona?", preguntó Wei Li, ajustándose la mochila a la espalda.
"Más o menos", respondió Mei Lin. "La última vez tuvimos que sincronizar nuestros latidos con los pulsos del jade".
"Y concentrarnos en el lugar y tiempo específicos", añadió Wei Li. "Aunque, sinceramente, creo que el jade tiene más control sobre el destino de lo que nos gustaría admitir".
Mei Lin asintió, colocando el artefacto entre ambos.
"Yunnan, 1700", dijo con voz clara. "La mansión de Lin Mei Hua".
Ambos colocaron sus manos sobre el Corazón de Jade y cerraron los ojos, concentrándose en acompasar su respiración. Lentamente, los latidos de sus corazones comenzaron a sincronizarse con los pulsos luminosos del jade, que se hacían cada vez más rápidos e intensos.
La habitación comenzó a girar a su alrededor, primero lentamente y luego con velocidad vertiginosa. Wei Li sintió la familiar sensación de caída libre en su estómago, mientras que Mei Lin experimentaba lo que siempre describía como "ser estirada en todas direcciones a la vez".
El resplandor verde se intensificó hasta envolverlos por completo, cegándolos momentáneamente. Hubo un sonido como de cristal rompiéndose, un tirón violento, y luego...
Frío. Un frío tan intenso que quemaba la piel y congelaba el aliento en el aire. Wei Li abrió los ojos y se encontró de rodillas en medio de lo que parecía un bosque nevado. A su lado, Mei Lin ya estaba de pie, observando sus alrededores con expresión alerta.
"¿Estamos...?", comenzó Wei Li, pero un violento estornudo interrumpió su pregunta.
"Sí", confirmó Mei Lin, ayudándolo a levantarse. "Yunnan, 1700. Y por lo que veo, en plena tormenta de nieve".
Efectivamente, copos de nieve caían densamente a su alrededor, acumulándose rápidamente sobre sus hombros y cabezas. El viento aullaba entre los árboles, transportando más nieve y un frío que penetraba hasta los huesos.
"Maravilloso", murmuró Wei Li, sacando rápidamente de su mochila dos capas térmicas que parecían simples abrigos de piel. "Justo como lo recordaba: inhóspito y potencialmente mortal".
Mei Lin aceptó la capa que le ofrecía, pero su atención estaba fija en algo que se vislumbraba entre los árboles.
"Wei Li", dijo, señalando hacia adelante. "Mira".
A través de la cortina de nieve, apenas visible en la distancia, se alzaba una imponente estructura. Techos curvados con tejas de cerámica, columnas rojas, y muros blancos: una mansión tradicional china de proporciones considerables.
"La mansión de Lin Mei Hua", susurró Mei Lin. "Mi mansión".
Wei Li se ajustó la capa y comprobó que el Corazón de Jade estuviera seguro en el bolsillo interior de su abrigo.
"Bueno", dijo con una sonrisa forzada, "supongo que deberíamos presentarnos. Espero que tu otro yo sea hospitalaria".
"Técnicamente, yo soy su reencarnación, no su otro yo", corrigió Mei Lin automáticamente, comenzando a avanzar hacia la mansión.
"Detalles, detalles", respondió Wei Li, siguiéndola mientras intentaba no hundirse demasiado en la nieve. "Solo espero que esta vez no nos confundan con espías, demonios, o peor aún, recaudadores de impuestos".
Mei Lin sonrió a pesar de la situación.
"No prometo nada. Pero al menos esta vez sabemos a lo que nos enfrentamos".
"¿Lo sabemos?", preguntó Wei Li, pero Mei Lin ya se había adelantado, moviéndose con la gracia y determinación que siempre lo habían cautivado.
Con un suspiro de resignación, Wei Li ajustó su mochila y la siguió hacia la mansión, hacia el pasado, hacia lo desconocido. El Corazón de Jade pulsaba suavemente contra su pecho, como un segundo corazón, guiándolos hacia una aventura que ninguno de los dos podía imaginar.
Lo que no sabían era que, desde una ventana de la mansión, alguien ya los observaba. Un hombre alto y apuesto, con rasgos que recordaban sorprendentemente al actor Xu Kai, entrecerraba los ojos intentando distinguir las figuras que se acercaban a través de la tormenta.
"Lin Mei Hua", murmuró para sí mismo, su aliento empañando el cristal de la ventana. "Has vuelto".
Capítulo 2: La Mansión Ancestral
El viento cortante azotaba los rostros de Mei Lin y Wei Li mientras avanzaban con dificultad por el sendero nevado. La tormenta había arreciado, convirtiendo lo que debería haber sido un corto paseo hasta la mansión en una odisea de proporciones épicas.
"¡Esto me recuerda a aquella vez que intentamos escalar el Monte Huangshan durante un tifón!", gritó Wei Li para hacerse oír por encima del aullido del viento.
"¡Nunca hemos escalado el Monte Huangshan durante un tifón!", respondió Mei Lin, entrecerrando los ojos para protegerse de los copos de nieve que parecían pequeñas dagas heladas.
"¡Lo sé! ¡Por eso dije 'intentamos'!", replicó Wei Li con una sonrisa congelada. "¡Esto es igual de mala idea!"
Mei Lin no pudo evitar sonreír a pesar de la situación. Wei Li siempre había tenido ese don: encontrar humor incluso en las circunstancias más adversas. Era una de las muchas razones por las que lo amaba, aunque en ese momento preciso, mientras luchaba contra una ventisca del siglo XVIII, se preguntaba si no debería haber elegido a alguien menos propenso a meterse en situaciones peligrosas, olvidando que ella era el origen de cuánta situación peligrosa existía.
La mansión se alzaba ante ellos, cada vez más cercana, como un faro en medio de la tormenta. A medida que se aproximaban, los detalles arquitectónicos se hacían más evidentes: los elaborados tallados en madera bajo los aleros, los faroles rojos que colgaban a ambos lados de la entrada principal, las estatuas de leones guardianes cubiertas parcialmente por la nieve.
"Es exactamente como en mi sueño", murmuró Mei Lin, sintiendo una extraña mezcla de familiaridad y desconcierto.
"¿Tu sueño incluía congelarnos hasta morir antes de llegar a la puerta?", preguntó Wei Li, frotándose las manos enguantadas.
Antes de que Mei Lin pudiera responder, la imponente puerta principal de la mansión se abrió de golpe. Una figura alta y esbelta emergió, avanzando con determinación hacia ellos a través de la nieve. A medida que se acercaba, Wei Li pudo distinguir que se trataba de un hombre joven, vestido con elegantes ropas de guerrero en tonos rojos y dorados. Su rostro, sorprendentemente similar al del actor Xu Kai, mostraba una expresión de asombro e incredulidad.
"¿Lin Mei Hua?", --exclamó el hombre, deteniéndose a pocos pasos de ellos. Sus ojos, intensos y penetrantes, estaban fijos en Mei Lin como si estuviera contemplando un fantasma.
Mei Lin se quedó inmóvil, sintiendo una extraña resonancia en su interior al escuchar ese nombre. Era como si una parte dormida de ella despertara súbitamente.
"Yo...", comenzó, pero se detuvo, insegura de cómo responder.
El guerrero dio un paso más hacia ella, ignorando completamente a Wei Li.
"Has vuelto", dijo en un tono que mezclaba asombro, alivio y algo más que Wei Li no pudo identificar pero que no le gustó en absoluto. "Después de todos estos meses... has vuelto".
Wei Li carraspeó sonoramente, interponiéndose sutilmente entre Mei Lin y el recién llegado.
"Disculpa, pero creo que hay un malentendido aquí. Somos viajeros perdidos en la tormenta y buscamos refugio. Yo soy Wei Li, y ella es..."
"Lin Mei Hua", ---completó el guerrero, sin apartar la mirada de Mei Lin. "La hija del General Lin y heredera de esta mansión".. sin completar el " ella es la dueña absoluta de mi corazón y vida"
Wei Li miró a Mei Lin con una ceja arqueada, como diciendo "¿algo que quieras compartir?". Ella le devolvió una mirada que claramente significaba "te lo explicaré después".
"Mi nombre es Mei Lin", dijo finalmente, dirigiéndose al guerrero. "Y como ha dicho mi compañero, somos viajeros buscando refugio de la tormenta".
El guerrero frunció el ceño, confundido.
"Pero eres idéntica a ella. Hasta la más pequeña marca en tu rostro...", extendió una mano como si quisiera tocar la mejilla de Mei Lin, pero se detuvo al ver la expresión de Wei Li, que había pasado de amistosa a potencialmente homicida en una fracción de segundo.
"Quizás deberíamos continuar esta conversación dentro", sugirió Mei Lin diplomáticamente, señalando hacia la mansión. "La tormenta está empeorando".
Como para enfatizar sus palabras, una ráfaga particularmente violenta de viento y nieve los golpeó, casi derribando a Wei Li.
El guerrero pareció salir de su trance y asintió.
"Por supuesto. Soy Zhao Yun, capitán de la guardia de la familia Lin. Por favor, síganme".
Se dio la vuelta y comenzó a caminar hacia la mansión. Mei Lin y Wei Li intercambiaron una mirada rápida antes de seguirlo.
"¿Capitán de la guardia de TU familia?", susurró Wei Li mientras avanzaban. "¿Hay algo más que debería saber? ¿Quizás que eres una princesa imperial o que tienes un dragón como mascota?" Por qué tengo la sensación que en el fondo no querías que yo viniera?? -- pregunto Wei Li hirviendo de celos.
"No tenía idea", respondió Mei Lin en voz baja. "Sabía que Lin Mei Hua era importante, pero no que fuera la hija de un general".
"Y aparentemente la dueña de esta mansión del tamaño de un palacio", añadió Wei Li, observando la estructura que se hacía más imponente a cada paso. "Nada mal para una vida pasada".
Llegaron a la entrada principal, donde varios sirvientes esperaban con expresiones que iban desde la curiosidad hasta el franco asombro. Zhao Yun les dio instrucciones rápidas en un dialecto antiguo que Wei Li apenas pudo entender gracias a su traductor oculto.
"Preparen habitaciones para nuestros invitados. Traigan ropa seca y comida caliente. Y avisen al resto del personal que la señorita Lin ha... que tenemos visitantes importantes".
Los sirvientes se dispersaron rápidamente para cumplir las órdenes, no sin antes lanzar miradas de soslayo a Mei Lin, quien comenzaba a sentirse incómoda con tanta atención.Y sobre todo la descarada observación hacia el superatractivo Wei Li, indicando que no podía dejar solo a su marido así como así . Las servicios todas tenían en mente siempre pasar a concubinas por las buenas o por las malas.
Entraron en un amplio vestíbulo decorado con exquisito gusto. Pinturas tradicionales colgaban de las paredes, jarrones de porcelana fina se exhibían en pedestales de madera tallada, y lámparas de aceite proyectaban una luz cálida y acogedora que contrastaba con la furia helada del exterior.
"Por favor, siéntanse como en su casa", dijo Zhao Yun, haciendo un gesto hacia unos cómodos asientos junto a un brasero encendido. "Les traeré té caliente mientras preparan sus habitaciones".
Se retiró con una reverencia, no sin antes lanzar una última mirada intensa a Mei Lin que hizo que Wei Li sintiera un repentino deseo de practicar sus limitados conocimientos de artes marciales en el apuesto rostro del capitán o tener a punto una Norinco 7. 65 mms
"Bueno", dijo Wei Li una vez que estuvieron solos, acercando sus manos al brasero para calentarlas, "eso fue interesante. Aparentemente eres la hija perdida de un general y heredera de todo esto. Y ese Zhao Yun te mira como si fueras el último dumpling en un banquete después de una hambruna".
Mei Lin se quitó la capa húmeda y la colocó cerca del fuego para que se secara.
"No soy Lin Mei Hua", dijo con firmeza. "Soy su reencarnación, es diferente. Y Zhao Yun obviamente la confunde conmigo".
"¿Reencarnación, doppelgänger, gemela separada al nacer?", Wei Li se encogió de hombros. "Para él eres la mujer que conoce, y por cómo te miraba, diría que la conoce muy bien".
Mei Lin estaba a punto de responder cuando un sonido de pasos apresurados llamó su atención. Una joven sirvienta entró corriendo en el vestíbulo, se detuvo en seco al ver a Mei Lin, y dejó caer la bandeja con té que llevaba. Las tazas de porcelana se hicieron añicos contra el suelo de madera pulida.
"¡Señorita Lin!", exclamó la sirvienta, pálida como si hubiera visto un fantasma. "¡Ha vuelto! Pero... pero usted... usted está..."
"¿Muerta?", completó Wei Li, ganándose un codazo de Mei Lin.
La sirvienta asintió frenéticamente, sin apartar los ojos de Mei Lin.
"El funeral fue hace tres meses. Todos la vimos... el ataúd... la ceremonia..."
Un silencio sepulcral cayó sobre la habitación. Wei Li miró a Mei Lin, quien parecía tan sorprendida como él.
"Creo", dijo Mei Lin finalmente, "que tenemos un problema".
"¿Solo uno?", murmuró Wei Li. "Yo estoy contando al menos tres, y eso sin incluir al capitán enamorado que probablemente esté afilando su espada para mi cuello en este momento".
Zhao Yun reapareció en ese instante, seguido por varios sirvientes que traían bandejas con comida y ropa seca. Se detuvo al ver la escena: la sirvienta paralizada de miedo, los restos del té derramado, y las expresiones de confusión en los rostros de sus invitados.
"¿Qué sucede aquí?", preguntó con autoridad.
La sirvienta se arrodilló, temblando.
"Capitán Zhao, es... es la señorita Lin. Pero la señorita Lin está muerta. Todos lo sabemos. ¿Es... es un espíritu que ha regresado?"
Zhao Yun miró a Mei Lin con una expresión indescifrable.
"No es un espíritu", dijo finalmente. "Es Lin Mei Hua. Ha regresado a nosotros".
"Pero el funeral...", insistió la sirvienta.
"Fue un error", cortó Zhao Yun. "Obviamente, un terrible error. Ahora, limpia este desastre y trae más té. Y ni una palabra de esto a nadie fuera de la mansión, ¿entendido?"
La sirvienta asintió, aún temblorosa, y comenzó a recoger los fragmentos de porcelana.
Zhao Yun se volvió hacia Mei Lin y Wei Li con una sonrisa que no llegaba a sus ojos.
"Lamento la confusión. Ha habido... acontecimientos desafortunados en los últimos meses. Pero ahora que has regresado, todo volverá a la normalidad".
"Sobre eso", comenzó Mei Lin, "creo que hay un malentendido. Yo no soy—"
"Por supuesto", la interrumpió Zhao Yun, lanzando una mirada significativa hacia los sirvientes que aún permanecían en la habitación. "Hablaremos de todo en privado, después de que te hayas cambiado y descansado. Tu habitación está tal como la dejaste".
Hizo un gesto a una sirvienta de mediana edad que esperaba pacientemente.
"Shu Li te acompañará. Ella ha cuidado tus aposentos en tu ausencia".
La mujer hizo una profunda reverencia a Mei Lin.
"Es un honor tenerla de vuelta, señorita Lin", dijo con voz temblorosa de emoción que indicaba un pavor superlativo.
Wei Li dio un paso adelante.
"¿Y dónde me quedaré yo?", preguntó con una sonrisa forzada.
Zhao Yun lo miró como si acabara de notar su presencia.
"Ah, sí. Tu... acompañante. Prepararemos una habitación en el ala de invitados. Está bastante lejos de los aposentos principales, pero es cómoda".
"Qué considerado", respondió Wei Li con sarcasmo apenas disimulado. "Pero preferiría estar cerca de Mei... de la señorita Lin".
Los ojos de Zhao Yun se entrecerraron ligeramente.
"Me temo que eso no sería apropiado. Las habitaciones de invitados masculinos están estrictamente separadas de los aposentos familiares. Es tradición".
"Wei Li es mi invitado personal además es...mi...mi...extrategs...tiene que estar a mi disposición a toda hora ", intervino Mei Lin con firmeza. "Quiero que se le asigne una habitación en el ala familiar, cerca de mis aposentos".
Un silencio tenso siguió a sus palabras. Los sirvientes intercambiaron miradas complices de sorpresa, y Zhao Yun pareció momentáneamente desconcertado antes de recuperar su compostura.Era obvio que Mei Lin había probado las mieles del amor en....todas formas ..
"Como desees", dijo finalmente con una inclinación de cabeza. "Shu Li, asegúrate de que el señor Wei tenga todo lo que necesite".
-- Y un baño con papel toalette, hojillas de afeitar y desodorante. A pesar del frío me baño todos los días, y no olviden crema dental
La sirvienta asintió, aunque parecía confundida por la situación.Y no entendió ni una letra de lo dicho por el ... atractivo visitante.
"Si me siguen, por favor", dijo, haciendo un gesto hacia un pasillo lateral.
Mientras seguían a Shu Li por los intrincados pasillos de la mansión, Wei Li se inclinó hacia Mei Lin.
"¿Notaste cómo evitó que dijeras que no eres Lin Mei Hua?", susurró. "Creo que sabe más de lo que aparenta".
"O quizás solo quiere evitar confundir más a los sirvientes", respondió Mei Lin, aunque no sonaba muy convencida. "De cualquier modo, necesitamos averiguar qué le sucedió a Lin Mei Hua y por qué todos piensan que está muerta".
"Y por qué el Corazón de Jade nos trajo exactamente a este momento", añadió Wei Li. "No creo en las coincidencias, especialmente cuando hay artefactos místicos de por medio".
Llegaron a un pasillo especialmente amplio y elegante. Las paredes estaban decoradas con pinturas de paisajes y poemas caligráficos. Shu Li se detuvo frente a una puerta ornamentada y la abrió con reverencia.
"Sus aposentos, señorita Lin", anunció, haciéndose a un lado para que Mei Lin pudiera entrar.
La habitación era espaciosa y lujosamente amueblada. Una cama con dosel ocupaba el centro, rodeada de pintados a mano. Un tocador con espejo de plata pulida se encontraba junto a una ventana que daba a un jardín ahora cubierto de nieve. Varios baúles y armarios de madera tallada completaban el mobiliario.
Mei Lin entró lentamente, sintiendo una extraña familiaridad con el espacio. Era como si hubiera estado allí antes, como si conociera cada rincón.
"Todo está como lo dejó", dijo Shu Li con orgullo. "He mantenido sus pertenencias en orden y he cambiado las flores frescas cada día, como a usted le gusta".
Efectivamente, un jarrón con flores de invierno adornaba una mesa lateral, añadiendo un toque de color a la habitación.
"Gracias, Shu Li", respondió Mei Lin automáticamente, sorprendida por lo natural que se sentía estar allí.
La sirvienta sonrió, visiblemente emocionada.
"La habitación para el señor Wei está justo al lado", continuó, señalando una puerta en la pared lateral. "Es más pequeña, pero cómoda. Solía ser el estudio privado de la señorita Lin".
"Perfecto", dijo Wei Li, intentando no mostrar su alivio al saber que estaría tan cerca de Mei Lin. Y lamentando que no podía quedarse en ese cuarto con Mei Lin... y es que le daría un uso promiscuo lascivo e intenso entre ambos.
"He dejado ropa seca para ambos", añadió Shu Li. "Para la señorita Lin, sus propias prendas. Para el señor Wei, ropas que pertenecieron al joven maestro Lin, que en paz descanse".
"¿El joven maestro Lin?", preguntó Mei Lin.
"Su hermano menor, señorita", respondió Shu Li con expresión triste aclarando mal entendidos para no echar más leña al fuego. "Fallecido hace dos años en la campaña del norte, junto con el general".
Mei Lin y Wei Li intercambiaron una mirada. Más información para procesar.
"Gracias, Shu Li", dijo Mei Lin. "Nos cambiaremos y descansaremos un poco. Ha sido un viaje... agotador".
"Por supuesto, señorita. La cena se servirá al anochecer en el salón principal. El capitán Zhao ha solicitado su presencia". Hizo una pausa y añadió en voz más baja: "Todos están muy emocionados por su regreso, señorita. Ha sido un milagro".
Con una última reverencia, Shu Li se retiró, cerrando la puerta tras de sí.
En cuanto estuvieron solos, Wei Li se dejó caer en un elegante diván.
"Bueno, eso fue intenso", dijo, pasándose una mano por el cabello húmedo. "Aparentemente eres la hija de un general fallecido, tienes un hermano también fallecido, y tú misma se supone que estás muerta desde hace tres meses. Oh, y el capitán guapo está claramente enamorado de ti. O de Lin Mei Hua. O de ambas, lo cual es perturbador en varios niveles".
Mei Lin se acercó a uno de los armarios y lo abrió. Dentro había exquisitos vestidos de seda en diversos colores, todos claramente pertenecientes a una mujer de alto estatus.
"Esto es muy extraño", murmuró, pasando los dedos por las telas. "Siento como si conociera este lugar, estos objetos. Como si fueran míos, pero al mismo tiempo, no lo son".
"Es la conexión con tu vida pasada", sugirió Wei Li, levantándose para examinar la habitación. "El Corazón de Jade debe haber fortalecido ese vínculo al traernos aquí".
Se detuvo frente a una pintura colgada en la pared. Mostraba a una joven idéntica a Mei Lin, vestida con ropas formales, sentada junto a un hombre mayor con uniforme militar y un joven que compartía sus rasgos.
"Creo que encontré a tu familia", dijo, señalando la pintura. "El general Lin y tu hermano".
Mei Lin se acercó y contempló el retrato. Era desconcertante ver su propio rostro en una pintura de hace más de tres siglos.
"Es como mirar un espejo", murmuró. "Pero hay algo más... algo que no encaja".
Wei Li la miró con curiosidad.
"¿A qué te refieres?"
Mei Lin negó con la cabeza, frustrada.
"No lo sé exactamente. Es solo una sensación. Como si hubiera algo importante que debería recordar, pero no puedo".
Se alejó del retrato y se dirigió a la ventana. La tormenta continuaba afuera, azotando los jardines de la mansión con nieve y viento.
"Lo que no entiendo", dijo Wei Li, acercándose a ella, "es por qué todos piensan que Lin Mei Hua está muerta si claramente no lo está. O no lo estaba. O... esto es confuso".
"Quizás no sea Lin Mei Hua quien murió", sugirió Mei Lin, pensativa. "Quizás fue alguien más, alguien que confundieron con ella".
"O quizás", dijo Wei Li con tono sombrío, "alguien quería que todos creyeran que estaba muerta".
Un escalofrío recorrió la espalda de Mei Lin, y no era por el frío.
"Necesitamos averiguar qué sucedió realmente", dijo. "Y encontrar el tesoro que vine a buscar antes de que—"
Un suave golpe en la puerta interrumpió sus palabras. Wei Li se tensó instintivamente, pero Mei Lin le hizo un gesto tranquilizador y se acercó a abrir.
Era Zhao Yun, ahora vestido con ropas más formales pero igualmente elegantes. Su rostro, tan similar al del actor Xu Kai que resultaba desconcertante, mostraba una mezcla de emociones difíciles de descifrar.
"Lamento interrumpir tu descanso", dijo con una leve inclinación, "pero hay asuntos urgentes que debemos discutir. En privado".
Su mirada se desvió hacia Wei Li, dejando claro que "en privado" significaba sin él.
Wei Li dio un paso adelante, colocándose junto a Mei Lin.
"Lo que tengas que decir a Mei Lin puedes decirlo frente a mí", declaró con una firmeza que sorprendió incluso a él mismo.
Los ojos de Zhao Yun se entrecerraron peligrosamente.
"¿Mei Lin?", repitió, pronunciando el nombre como si fuera una palabra extranjera. "¿Así es como te llamas ahora?"
Mei Lin y Wei Li intercambiaron una mirada rápida. La situación se estaba complicando por momentos.
"Es una larga historia", respondió Mei Lin con cautela. "Y una que preferiría contar cuando estemos todos más descansados".
Zhao Yun la estudió por un momento antes de asentir.
"Como desees. Pero hay algo que debes saber ahora mismo". Bajó la voz y miró a ambos lados del pasillo antes de continuar. "No estás segura aquí. Hay personas que no se alegrarán de tu regreso. Personas que se beneficiaron de tu... ausencia".
"¿Te refieres a las personas que fingieron su muerte?", preguntó Wei Li directamente.
Zhao Yun lo miró con sorpresa, luego volvió su atención a Mei Lin.
"Veo que ya has deducido parte de la verdad. Sí, tu muerte fue... fabricada. Por tu propia protección".
"¿Mi protección?", repitió Mei Lin, cada vez más confundida. "¿De quién?"
Zhao Yun miró nuevamente hacia el pasillo, como si temiera ser escuchado.
"Del hombre que mató a tu padre y a tu hermano. Del hombre que ahora controla la mitad de la provincia desde las sombras. Del hombre que juró acabar con toda la familia Lin".
"¿Y ese hombre es...?", presionó Wei Li.
Zhao Yun los miró a ambos con gravedad.
"Lai Chong Wisang", respondió en un susurro. "El Sinvergüenza Tecnológico, como lo llaman en secreto. Un hombre que posee conocimientos que no deberían existir en nuestra época. Un hombre que parece... no ser de este mundo".
Wei Li y Mei Lin intercambiaron una mirada de asombro. Las piezas comenzaban a encajar, pero el rompecabezas resultante era más extraño de lo que habían imaginado.
"Y lo más importante", continuó Zhao Yun, mirando directamente a Mei Lin, "es el hombre que busca desesperadamente el Corazón de Jade que tu familia ha protegido durante generaciones".
El jade en el bolsillo de Wei Li pulsó suavemente, como si respondiera al ser mencionado. La aventura apenas comenzaba, y ya se perfilaba más peligrosa y compleja de lo que habían anticipado.
Capítulo 2
Capítulo 3: El Sinvergüenza Tecnológico
A media noche en su cuarto Wei Li no podía dormir, y es que más suave era una piedra de mármol pulido que el colchón de la inmensa cama. Una lamparita le alumbraba y extrañaba mucho el suave Cuerpo de su compañera.
Con cuidado la puerta se abrió y entro Mei Lin, vestida con una impresionante bata.
-- Tendrás que quitarte esos palillos gigantes en el pelo. Me puedes sacar un ojo.
Ella le hizo un signo de silencio y le susurró
-- Sabía que no podías dormir por qué estás estresado por el cambio de tiempo y el frío horrible-- Es tremendo el frío.
---Te traje esto-- dijo Mei Lin abriendo la bata y enseñando todo lo que tenía y bastante sin más nada de ropa
-- Mi medicina desestresante-- susurro Wei Li lleno de fiebre sexual
Al rato, luego de serenar su corazón Mei Lin antes de dormirse, le susurró.
-- Ahora recuerdo. Todo esto está lleno de pasadizos secretos y sitios para ver de incógnito. Además, tendrás que dejar que hablé con Zhang Yu para saber que es lo que quiere. Los hombres de esta epoca son muy diferentes, y por quítame está u otra quieren un duelo a muerte. Más este tipo que está empeñado en hacerme entender que yo tengo algo con el y tú eres el tercero.
-- El entrepito es el-
- -Eso lo sabes tú y yo. No el.
I
La cena en el salón principal de la mansión Lin transcurría en un ambiente de tensión apenas disimulada. Mei Lin, ahora vestida con elegantes ropas de seda que pertenecían a Lin Mei Hua, ocupaba el lugar de honor en la cabecera de la mesa. Wei Li, incómodo en un traje tradicional que le quedaba ligeramente estrecho en los hombros, estaba sentado a su derecha, mientras que Zhao Yun ocupaba el lugar a su izquierda, lanzando miradas alternativas de adoración a Mei Lin y de sospecha a Wei Li.
Los sirvientes entraban y salían silenciosamente, trayendo platos tras platos de exquisiteces: pato laqueado, dim sum variado, sopas aromáticas y vegetales de temporada preparados con técnicas que, Wei Li tuvo que admitir, superaban a muchos restaurantes de cinco estrellas del Shanghai del siglo XXI.
"La comida está deliciosa", comentó Wei Li, intentando romper el silencio. "Compliments to the chef, como dirían en Occidente".o
Zhao Yun lo miró como si acabara de sugerir que la Tierra era plana.
"¿Occidente?", preguntó con tono suspicaz. "¿Has viajado tan lejos?"
Wei Li se dio cuenta de su error demasiado tarde. En la China del siglo XVIII, los viajes al extranjero eran extremadamente raros y generalmente limitados a diplomáticos y comerciantes autorizados.
"Mi amigo es un estudioso de lenguas extranjeras", intervino Mei Lin suavemente. "Ha leído muchos textos de los misioneros occidentales".
Zhao Yun no parecía convencido, pero asintió cortésmente.
"Impresionante. No muchos tienen acceso a tales conocimientos".
"Wei Li es un hombre de muchos talentos", un erudito de paz respondió Mei Lin con una sonrisa que hizo que Wei Li se atragantara con su té.
"Sin duda", murmuró Zhao Yun, con un tono que sugería exactamente lo contrario. "Pero hablemos de asuntos más urgentes. Como mencioné antes, tu regreso, aunque milagroso, nos pone a todos en peligro".
"Sobre eso", dijo Mei Lin, dejando sus palillos sobre la mesa. "Me gustaría saber exactamente qué sucedió. ¿Por qué todos creen que Lin Mei Hua está muerta?"
Zhao Yun miró nerviosamente a los sirvientes que permanecían en las esquinas del salón.Era obvio que hasta el gato habían sabido del combate sexual de Mei Lin y su marido, primero porque Mei Lin no se guardaba nada a la hora del orgasmo y medio palacio los había visto por las aberturas secretas.
"Quizás deberíamos discutir esto en privado", sugirió.
"Ellos ya creen que soy un fantasma", respondió Mei Lin con una sonrisa irónica. "Un poco más de información extraña no les hará daño".
Wei Li reprimió una sonrisa. Esta era la Mei Lin que conocía: directa y pragmática incluso en las situaciones más absurdas.
Zhao Yun suspiró y despidió a los sirvientes con un gesto. Cuando la puerta se cerró tras el último de ellos, se inclinó hacia adelante.
"Hace tres meses, recibimos información de que Lai Chong Wisang había ordenado tu asesinato. Sus hombres ya habían matado a tu padre y a tu hermano, haciéndolo parecer un accidente de batalla. Eras la última de los Lin, la única que quedaba para proteger el secreto familiar".
"El Corazón de Jade", dijo Mei Lin.
Zhao Yun asintió.
"El Corazón de Jade. Un artefacto que tu familia ha protegido durante generaciones. Se dice que otorga a su poseedor el poder de viajar entre mundos y tiempos".
Wei Li y Mei Lin intercambiaron una mirada. Aparentemente, la leyenda no estaba tan lejos de la realidad.
"Decidimos fingir tu muerte", continuó Zhao Yun. "Un cuerpo con el rostro desfigurado, vestido con tus ropas, fue presentado como el tuyo. Todos en la provincia asistieron al funeral, incluido el propio Lai Chong, quien parecía genuinamente complacido".
"¿Y dónde estaba yo... es decir, Lin Mei Hua... durante todo este tiempo?", preguntó Mei Lin.
Zhao Yun la miró con una mezcla de confusión y sospecha.
"Eso es lo que esperaba que tú me dijeras. Desapareciste la noche antes del falso funeral. Te dejé en una cabaña en las montañas, con provisiones y la promesa de que volvería en una semana. Cuando regresé, te habías ido. Sin rastro, sin mensaje. Durante tres meses te busqué desesperadamente, temiendo lo peor.
Su voz se quebró ligeramente, y Wei Li sintió una punzada de compasión por el hombre, a pesar de los celos que le provocaba su evidente afecto por Mei Lin.
"Y ahora apareces de la nada, con un extraño a tu lado, llamándote por otro nombre y actuando como si no recordaras nada", concluyó Zhao Yun, su tono mezclando alivio y reproche.-- Pudo perdón por el atrevimiento al hablar. Lo dije sin pensar y la ofendí. Por favor castigueme.
Mei Lin guardó silencio, procesando la información. Wei Li podía ver los engranajes girando en su mente, intentando encajar esta nueva información con lo que ya sabían.
"¿Y qué hay de Lai Chong Wisang?", preguntó Wei Li, decidiendo tomar la iniciativa. "¿Qué sabes exactamente de él?"
Zhao Yun lo miró con renovada sospecha.
"¿Por qué te interesa tanto?"
"Porque si es el enemigo de Mei... de Lin Mei Hua, entonces también es mi enemigo", respondió Wei Li con firmeza.
Algo en su tono debió convencer a Zhao Yun, porque después de un momento de duda, asintió y comenzó a hablar.
"Lai Chong Wisang apareció en la provincia hace aproximadamente cinco años. Nadie sabe de dónde vino realmente, aunque él afirma ser de Pekín. Estableció lo que llama una 'fábrica' en las montañas, pero nadie sabe exactamente que es una fábrica, . Los pocos que han trabajado allí hablan de artefactos extraños , de luces que funcionan sin aceite ni fuego, de sonidos que no deberían existir".
"Suena... inusual", comentó Wei Li, intercambiando una mirada significativa con Mei Lin.
"Es más que inusual", continuó Zhao Yun. "Es imposible. Algunos dicen que es un brujo, otros que ha hecho un pacto con demonios. Lo que sí sabemos es que en los últimos años ha acumulado una fortuna inmensa y una influencia política desproporcionada. Gobernadores, magistrados, incluso generales... todos parecen temerle o deberle favores. A veces desaparece por temporadas.
"¿Y qué quiere con el Corazón de Jade?", preguntó Mei Lin.
"Poder", respondió Zhao Yun simplemente. "El tipo de poder que trasciende lo mundano. Tu padre creía que Lai Chong no es... normal. Que posee conocimientos que ningún hombre de nuestra época debería tener".
Wei Li sintió un escalofrío recorrer su espalda. La descripción sonaba sospechosamente como alguien que, al igual que ellos, podría haber viajado desde el futuro.
"¿Dónde está ahora?", preguntó.
"En su mansión, al otro lado del valle", respondió Zhao Yun. "Aunque pasa la mayor parte del tiempo en su misteriosa fábrica en las montañas. Desde allí, dicen los rumores, controla su imperio de secretos y extorsión".
Un sirviente entró apresuradamente, interrumpiendo la conversación. Se inclinó profundamente ante Mei Lin.
"Señorita Lin, hay un visitante en la puerta principal. Dice que es urgente".
"¿A esta hora?", preguntó Zhao Yun, frunciendo el ceño. "¿Quién es?"
El sirviente pareció incómodo.
"Es... es la señorita Ye Ye, hija adoptiva de Lai Chong Wisang".-- informó con alarma y susto.
La tensión en la sala se multiplicó instantáneamente. Zhao Yun se levantó de un salto, llevando instintivamente la mano a la empuñadura de su espada.
"¿Qué hace ella aquí? ¿Viene sola?"
"Sí, capitán. Sin escolta, y parece... agitada".
Mei Lin y Wei Li intercambiaron una mirada rápida. Este era un desarrollo inesperado.
"Hazla pasar", ordenó Mei Lin con una autoridad que sorprendió incluso a Wei Li. "Pero mantén guardias cerca, por si acaso".
El sirviente asintió y se retiró rápidamente. Zhao Yun miró a Mei Lin con preocupación.
"¿Estás segura? Podría ser una trampa. Si Lai Chong ha descubierto que estás viva..."
"Es una oportunidad de obtener información", respondió Mei Lin. "Además, si viene sola y agitada, quizás no esté aquí en nombre de su padre".
Antes de que Zhao Yun pudiera protestar más, la puerta del salón se abrió nuevamente. Una mujer joven y hermosa entró apresuradamente. Vestía ropas elegantes pero prácticas, y su rostro, aunque hermoso, mostraba signos de preocupación y cansancio. Se detuvo en seco al ver a Mei Lin, y su expresión pasó de la sorpresa al miedo y luego a una extraña resolución.
"Lin Mei Hua", dijo con voz temblorosa y completamente asombrada. "Los rumores eran ciertos. Has vuelto de entre los muertos".
"No exactamente", respondió Mei Lin con calma. "Pero estoy aquí. ¿Qué te trae a mi casa a estas horas, Ye Ye?"
La mujer miró nerviosamente a Zhao Yun y Wei Li antes de volver a centrarse en Mei Lin.
"Necesito tu ayuda", dijo finalmente. "Mi padre... ha hecho algo terrible. Algo que podría destruirnos a todos".
II
La historia de Ye Ye, relatada entre lágrimas y momentos de determinación, era tan extraordinaria como inquietante. Según explicó, su padre adoptivo, Lai Chong Wisang, había estado obsesionado durante años con lo que él llamaba "la energía del futuro". Había construido máquinas extrañas en su fábrica secreta, máquinas que generaban calor y luz sin fuego, que hacían voces cálculos imposibles y producían sonidos nunca antes escuchados.Era una grave hechicería que podía llamar la atención del emperador y arrasar la provincia por colaboradores
"El Dice que está minando algo llamado 'criptomonedas, Pero yo no veo ninguna mina ni ningún mineral, no hay una fragua. Yo creo que mi padre perdió la razón por un espiritu", explicó Ye Ye, pronunciando la palabra extranjera con dificultad. "No sé qué significa, pero requiere enormes cantidades de agua que hierve, produce vapor y el dice que se llama Energía que obtiene de... bueno, no estoy segura de cómo explicarlo".
"Inténtalo", la animó Wei Li, cada vez más intrigado y alarmado." Por la palabra criptomonedas"
Ye Ye respiró hondo.
"Dice que captura la energía del cielo mismo. Ha construido torres metálicas en las montañas que atraen los rayos durante las tormentas. Y cuando no hay tormentas, utiliza... otras fuentes,hierve el agua,hizo un molino de viento, está fuera de contral
"¿Qué otras fuentes?", preguntó Zhao Yun, quien había estado escuchando con creciente incredulidad.
Ye Ye bajó la voz, como si temiera ser escuchada por fuerzas invisibles.
"Energía espiritual. Dice que hay líneas de poder que cruzan la tierra, que los antiguos llamaban 'venas de dragón'. Ha encontrado una forma de extraer esa energía y convertirla en lo que él llama 'electricidad'".
Wei Li sintió que se le erizaba el vello de la nuca. Lo que Ye Ye describía sonaba como una mezcla de tecnología moderna y superstición antigua, una combinación potencialmente desastrosa.
"¿Y qué ha salido mal?", preguntó Mei Lin, intuyendo que la historia no terminaba ahí.
Ye Ye la miró directamente, sus ojos brillantes por las lágrimas contenidas.
"Ha liberado algo. Algo que no debería estar en este mundo. Al principio pensamos que eran solo historias de los trabajadores asustados: sombras que se movían solas, voces en la oscuridad, objetos que cambiaban de lugar. Pero hace tres días...". Su voz se quebró. "Hace tres días, toda la montaña tembló. Una luz verde emergió de la tierra, y desde entonces, han comenzado a ocurrir cosas extrañas en toda la provincia".
"¿Qué tipo de cosas?", preguntó Wei Li, aunque ya sospechaba la respuesta.
"Tormentas donde nunca las hubo. Animales que actúan de forma extraña. Personas que enferman sin razón aparente. Y lo peor...". Ye Ye tragó saliva. "Algunos dicen haber visto una figura oscura, más alta que un hombre, vagando por los bosques y las aldeas. Donde pasa, las plantas se marchitan y los animales mueren".
"Un demonio", murmuró Zhao Yun, haciendo instintivamente un gesto de protección.
"O algo peor", añadió Ye Ye. "Mi padre está... emocionado. Dice que es un 'efecto secundario aceptable' de su gran obra. Que pronto tendrá suficiente poder para... para...".
"¿Para qué?", presionó Mei Lin.
"Para abrir una puerta", completó Ye Ye. "Una puerta a lo que él llama 'el futuro'".
Wei Li y Mei Lin intercambiaron una mirada de alarma. Si sus sospechas eran correctas, Lai Chong Wisang no solo era un viajero del tiempo como ellos, sino que estaba intentando crear algún tipo de portal permanente, con consecuencias potencialmente catastróficas.
"¿Y dónde entra el Corazón de Jade en todo esto?", preguntó Wei Li.
Ye Ye lo miró con sorpresa.
"¿Cómo sabes sobre...? No importa. El Corazón de Jade es la clave. Mi padre dice que es un 'estabilizador cuántico', sea lo que sea eso. Sin él, su puerta será inestable y podría colapsar, llevándose consigo toda la provincia".
"Y por eso ha estado buscándolo tan desesperadamente", concluyó Mei Lin. "Por eso mató al general Lin y a su hijo".
Ye Ye bajó la mirada, avergonzada.
"Sí. Y por eso intentó matarte a ti también. Sabía que eras la última guardiana del secreto".
Un silencio pesado cayó sobre la habitación mientras todos procesaban la gravedad de la situación. Finalmente, Wei Li habló.
"¿Por qué has venido a nosotros? Estás traicionando a tu propio padre".
Ye Ye levantó la mirada, y en sus ojos había una determinación férrea.
"Porque lo que está haciendo está mal. Porque ha cruzado líneas que nadie debería cruzar. Y porque...". Dudó un momento. "Porque mi esposo está atrapado en esa fábrica, ayudándolo contra su voluntad".
"¿Tu esposo?", preguntó Zhao Yun, sorprendido. "No sabía que estabas casada".
"Es un secreto", respondió Ye Ye. "Mi padre no aprueba nuestra unión. Ken Zhao es... diferente. Como mi padre, posee conocimientos inusuales. Pero a diferencia de él, Ken tiene escrúpulos. Ha estado saboteando el proyecto desde dentro, ralentizando el progreso. Pero mi padre lo descubrió y ahora lo mantiene prisionero, obligándolo a trabajar bajo amenaza de muerte".
"Ken Zhao", repitió Wei Li, el nombre resonando en su memoria. "¿Es japonés?" Es de Cipango? ( Japón en la antigua)
Ye Ye asintió, sorprendida.
"Sí, aunque pocos lo saben. ¿Cómo lo supiste?"
Wei Li improvisó rápidamente.
"Su nombre. Tiene una... resonancia japonesa para alguien que estudia lenguas" -- Wei Li le pareció extremadamente raro ese matrimonio y era lógico que no lo aprobará.
Era obvio que el noble chino Lai Chong Wisang considerara la propuesta como inapropiada o incluso ofensiva. Pero al aceptar esa unión era evidente que Lai Chong Wisang tenía intereses políticos o económicos en Japón, . Un matrimonio entre su hija y un noble japonés podría haber fortalecido alianzas o facilitado el comercio.
-El noble chino podría haber rechazado la propuesta de manera educada, alegando razones como la incompatibilidad de los horóscopos, diferencias culturales o compromisos previos de su hija.No lo hizo.
Entonces el japonés tenía un alto estatus y ofrecía beneficios políticos o económicos significativos, el noble chino podría haber considerado la propuesta, aunque probablemente con cierta resistencia interna, para disimular ante la poblacion.
Ye Ye había seguido explicando , no parecía completamente convencida, pero continuó.
"Necesito vuestra ayuda para rescatar a Ken y detener a mi padre antes de que sea demasiado tarde. Sé que es mucho pedir, especialmente después de todo lo que mi familia ha hecho a la tuya, pero no tengo a nadie más a quien recurrir".
Mei Lin miró a Wei Li, una conversación silenciosa pasando entre ellos. Finalmente, asintió.
"Te ayudaremos", dijo. "Pero necesitamos saber exactamente a qué nos enfrentamos. ¿Puedes llevarnos a tu castillo o a la mina dónde trabaja tu esposo.?"
Ye Ye palideció.
"Es extremadamente peligroso. Mi padre tiene guardias, trampas, y esos extraños dispositivos que pueden detectar intrusos".
"Hemos enfrentado peligros antes", respondió Mei Lin con una confianza que hizo que Zhao Yun la mirara con renovado asombro.
"Además", añadió Wei Li con una sonrisa torcida, "tengo cierta experiencia con... dispositivos extraños".
Ye Ye los estudió a ambos por un largo momento antes de asentir lentamente.
"Hay un camino secreto que conozco. Podemos ir mañana por la noche, cuando la mayoría de los guardias estén en el cambio de turno".
"Perfecto", dijo Mei Lin. "Mientras tanto, puedes quedarte aquí. Estarás más segura".
Ye Ye negó con la cabeza.
"No puedo. Mi padre sospecharía inmediatamente. Debo regresar y actuar con normalidad hasta mañana".
"Es demasiado arriesgado", protestó Zhao Yun. "Si descubre tus intenciones..."
"He vivido bajo su techo durante quince años", respondió Ye Ye con amargura. "He aprendido a ocultar mis pensamientos y sentimientos. Un día más no hará diferencia".
Mei Lin asintió, respetando la valentía de la mujer.
"Como desees. Nos encontraremos mañana al anochecer en el límite este de la propiedad".
Ye Ye se levantó, ajustándose la capa.
"Gracias", dijo simplemente. "Quizás esto no compense el daño que mi familia ha causado a la tuya, pero es un comienzo".
Después de que Ye Ye se marchara, escoltada discretamente por guardias hasta los límites de la propiedad, Zhao Yun se volvió hacia Mei Lin con expresión preocupada.
"¿Realmente confías en ella?"
"No completamente", admitió Mei Lin. "Pero su historia encaja con lo que sabemos, y parece genuinamente asustada".
"Además", añadió Wei Li, "es nuestra mejor oportunidad de averiguar qué está pasando realmente y cómo detenerlo".
Zhao Yun no parecía convencido.
"Es una locura entrar en la guarida del enemigo basándose en la palabra de la hija del propio enemigo".
"A veces las mejores alianzas nacen de intereses comunes, no de la confianza", respondió Mei Lin. "Ye Ye quiere salvar a su esposo y detener a su padre. Nosotros queremos lo mismo".
"Y encontrar el tesoro que vinimos a buscar", le recordó Wei Li en voz baja.
Mei Lin asintió imperceptiblemente.
"Necesitaremos prepararnos", dijo, dirigiéndose a Zhao Yun. "Armas, provisiones, y cualquier información que tengas sobre la ubicación exacta de esa fábrica".
El capitán suspiró, reconociendo la determinación en su voz.
"Como desees. Pero insisto en acompañaros. No permitiré que te pongas en peligro nuevamente".
"Agradezco tu preocupación", respondió Mei Lin diplomáticamente, "pero esta misión requiere sigilo, no fuerza. Cuantos menos seamos, mejor".
"Además", añadió Wei Li con una sonrisa que no llegaba a sus ojos, "yo estaré con ella. No dejaré que nada le suceda".
Zhao Yun lo miró fijamente, evaluándolo.,con unas ganas enorme de quitarle la cabeza.
"¿Y qué habilidades posees exactamente que te hacen tan valioso en esta misión, señor Wei?"
Wei Li sostuvo su mirada sin pestañear.
"Digamos que tengo experiencia con el tipo de... Extrañas tecnologías matemáticas, que Lai Chong parece estar utilizando".
"¿Tecnología?", repitió Zhao Yun, pronunciando la palabra como si fuera extranjera. "Hablas como él. Como Lai Chong y su yerno japonés. Utilizando palabras que no tienen significado en nuestra lengua".
"Quizás porque venimos del mismo lugar", respondió Wei Li enigmáticamente.
Mei Lin le lanzó una mirada de advertencia, pero el daño ya estaba hecho. Zhao Yun entrecerró los ojos, su mano moviéndose instintivamente hacia su espada.
"¿Estás admitiendo ser un aliado de Lai Chong Wisang?"
"No", respondió Wei Li con firmeza. "Estoy diciendo que entiendo lo que está haciendo porque he visto cosas similares antes. Lo cual me convierte en el mejor aliado que podrías tener si quieres detenerlo".
La tensión en la habitación era palpable. Finalmente, Mei Lin intervino.
"Wei Li tiene mi absoluta confianza, Zhao Yun. Si confías en mí, debes confiar en él también".
El capitán la miró largamente antes de asentir con reluctancia.
"Como desees. Yonobedezco.Pero estaré vigilando".
"No esperaría menos", respondió Wei Li con una sonrisa tensa.
III
Más tarde esa noche, en la privacidad de los aposentos de Mei Lin, ella y Wei Li ( quien entro de un incógnito total que fue visto y comentado hasta por el último guardia de la torre sur) discutían en voz baja los eventos del día.
"¿Crees que Lai Chong Wisang es realmente un viajero del tiempo como nosotros?", preguntó Mei Lin, sentada en el borde de su cama mientras cepillaba su largo cabello negro.
Wei Li, que estaba examinando el mapa de la región que Zhao Yun les había proporcionado, asintió sin levantar la vista.
"Todo apunta a ello. 'Minería de criptomonedas', 'electricidad', 'estabilizador cuántico'... esos no son términos que alguien del siglo XVIII conocería a menos que viniera del futuro".
"Pero si es así, ¿por qué está intentando crear un portal? ¿No podría simplemente usar el Corazón de Jade para viajar, como nosotros?"
Wei Li dejó el mapa y se acercó a ella.
"Quizás no funciona igual para él. O quizás tiene ambiciones mayores que un simple viaje. Piénsalo: un portal permanente entre su época y esta le daría un poder inmenso. Podría traer tecnología, conocimientos, incluso armas".
"Convertirse en el gobernante de facto de toda China o al menos del Qin--, murmuró Mei Lin, comprendiendo la magnitud de la amenaza.
"Exactamente. Y a juzgar por lo que dijo Ye Ye sobre ese 'efecto secundario', parece que sus experimentos ya están causando daños graves al tejido de la realidad".
Mei Lin dejó el cepillo y se levantó, caminando hacia la ventana. La tormenta había amainado, y la luna llena iluminaba el paisaje nevado con un resplandor plateado.
"¿Crees que podemos confiar en Ye Ye?", preguntó.
Wei Li se encogió de hombros.
"Es difícil saberlo. Pero su preocupación por su esposo parecía genuina, y si realmente está investigando delitos cibernéticos en nuestra época, tiene sentido que tenga ciertos escrúpulos morales".
"Espera", dijo Mei Lin, girándose para mirarlo. "¿Cuándo mencionó ella que investiga delitos cibernéticos?"
Wei Li se quedó paralizado, dándose cuenta de su error.
"Yo... eh... debió mencionarlo durante la cena".
"No lo hizo", afirmó Mei Lin con certeza. "Wei Li, ¿qué sabes que no me estás diciendo?"
Wei Li suspiró, pasándose una mano por el cabello.
"Recuerdas cuando el Corazón de Jade nos mostró esas imágenes antes de viajar? Vi a una mujer que coincide con la descripción de Ye Ye. Y en mi investigación sobre anomalías temporales el año pasado, encontré referencias a una investigadora de Hong Kong llamada Ye Ye que desapareció misteriosamente mientras investigaba una red de fraude criptográfico".
"¿Y no pensaste que era importante mencionarlo?", preguntó Mei Lin, cruzándose de brazos.
"Honestamente, no estaba seguro hasta que la vi en persona", se defendió Wei Li. "Además, hemos estado un poco ocupados con todo el asunto de 'todos piensan que estás muerta' y 'hay un demonio suelto por ahí'".
Mei Lin no pudo evitar sonreír ante su tono.
"Punto concedido. Pero a partir de ahora, comparte todas tus teorías conmigo, por locas que parezcan. Estamos juntos en esto, ¿recuerdas?"
"Lo prometo", dijo Wei Li, acercándose para abrazarla. "Sin secretos".
Se quedaron así un momento, encontrando consuelo en la familiaridad del otro en medio de este mundo extraño y peligroso.
"Hay algo más que me preocupa", dijo Mei Lin finalmente, separándose ligeramente para mirarlo a los ojos. "El tesoro que vine a buscar. Las visiones mostraban algo escondido en un compartimento secreto en esta habitación, pero he buscado por todas partes y no he encontrado nada".
"Quizás no estamos buscando correctamente", sugirió Wei Li. "O quizás no es un objeto físico lo que viniste a encontrar".
"¿Qué quieres decir?"
"Bueno, el Corazón de Jade nos trajo aquí por una razón. Quizás el 'tesoro' es información, o una persona, o incluso una experiencia que necesitas para completar algún tipo de ciclo kármico".
Mei Lin consideró la idea.
"Es posible. Pero sigo sintiendo que hay algo concreto, algo importante que dejé aquí... que Lin Mei Hua dejó aquí".
Wei Li estaba a punto de responder cuando un suave golpe en la puerta los interrumpió. Se separaron rápidamente, Wei Li retrocediendo hacia el mapa como si hubiera estado estudiándolo todo el tiempo.
"Adelante", llamó Mei Lin, componiendo su expresión.
La puerta se abrió para revelar a Shu Li, la sirvienta personal, con una bandeja de té humeante.
"Pensé que podríais desear algo caliente antes de dormir, señorita", dijo con una sonrisa amable. "La noche es fría".
"Gracias, Shu Li", respondió Mei Lin, genuinamente agradecida. "Eres muy considerada".
La sirvienta colocó la bandeja sobre una mesa lateral y comenzó a servir el té en dos delicadas tazas de porcelana. Mientras lo hacía, Wei Li notó que lanzaba miradas furtivas a Mei Lin, como si quisiera decir algo pero no se atreviera.
"¿Sucede algo, Shu Li?", preguntó Mei Lin, también percibiendo su inquietud.
La mujer dudó un momento antes de hablar en voz baja.
"Es solo que... me alegra tanto que haya regresado, señorita. Todos la extrañábamos terriblemente. Especialmente después de... bueno, después de lo que sucedió con el maestro y el joven señor".
"Gracias", respondió Mei Lin suavemente, sin saber qué más decir.
Shu Li pareció tomar valor y continuó.
"Y me preguntaba si... si ya había revisado su colección especial. La que guardaba detrás del panel del fénix".
Mei Lin y Wei Li intercambiaron una mirada rápida. ¿Podría ser esta la pista que necesitaban?
"Aún no he tenido tiempo", respondió Mei Lin con tentativa cautela. "Ha sido un día agotador".
Shu Li asintió comprensivamente.
"Por supuesto, señorita. Solo pensé que querría saber que nadie la ha tocado en su ausencia. Seguí sus instrucciones al pie de la letra: limpiar el polvo cada tercer día, pero nunca abrir el panel".
"Hiciste bien", dijo Mei Lin, intentando ocultar su emoción. "Mañana revisaré la colección".
Shu Li sonrió, aparentemente satisfecha, y tras una reverencia, se retiró, cerrando suavemente la puerta tras de sí, para ir a toda velocidad a contar el chisme de conseguir a Wei Li en el cuarto y que la ama estuviera enseñando las "piernototas" y los pies,junto al acompañante.
En cuanto estuvieron solos, Wei Li se giró hacia Mei Lin con los ojos brillantes de excitación.
"¿El panel del fénix? ¿Eso te suena de algo?"
Mei Lin negó con la cabeza, pero ya estaba recorriendo la habitación con la mirada, buscando cualquier cosa que pudiera parecerse a un fénix.
"Nada específico, pero debe estar aquí en alguna parte".
Comenzaron a examinar metódicamente la habitación: los paneles de las paredes, los muebles, incluso el techo. Después de varios minutos de búsqueda infructuosa, Wei Li se detuvo frente a un biombo decorativo que separaba la zona de dormir del área de vestidor.
"Mei Lin", llamó en voz baja. "Creo que lo encontré".
Ella se acercó rápidamente. El biombo estaba exquisitamente pintado con escenas de jardines y palacios, pero en uno de los paneles, casi oculto entre el follaje decorativo, se encontraba la figura de un fénix en pleno vuelo.
"Es hermoso", murmuró Mei Lin, pasando los dedos por la pintura. "Pero no veo cómo podría ser un compartimento secreto".
Wei Li examinó el panel más de cerca, presionando suavemente diferentes partes del marco.
"En mi experiencia, los mecanismos ocultos suelen activarse mediante presión en puntos específicos o...". Se detuvo cuando sus dedos encontraron una pequeña protuberancia en la parte posterior del marco, justo detrás de donde estaba pintado el fénix. "O mediante palancas ocultas".
Presionó la protuberancia y se escuchó un suave clic. El panel del fénix se deslizó ligeramente hacia un lado, revelando un compartimento oculto detrás.
"Voilà", dijo Wei Li con una sonrisa triunfal. "La colección especial de Lin Mei Hua".
Mei Lin contuvo la respiración mientras alcanzaba el interior del compartimento. Sus dedos tocaron algo envuelto en seda. Con cuidado, extrajo el paquete y lo desenvolvió sobre la cama.
Era un libro antiguo, encuadernado en cuero rojo descolorido por el tiempo. Junto a él había un pequeño cofre de madera tallada y un rollo de pergamino sellado con cera verde.
"¿Qué es todo esto?", murmuró Wei Li, fascinado.
Mei Lin abrió el libro con cuidado. Las páginas estaban llenas de diagramas, fórmulas y textos en una escritura que combinaba caracteres chinos antiguos con símbolos que ninguno de los dos reconocía.
"Parece algún tipo de manual o diario", dijo, pasando las páginas con reverencia. "Pero estos símbolos... no son de ninguna escritura que conozca".
Wei Li sacó discretamente su "bolígrafo" tecnológico y lo pasó sobre una de las páginas, permitiendo que el escáner integrado analizara el texto.
"Es una mezcla de chino antiguo y... ¿código binario?", dijo, incrédulo. "Esto no tiene sentido a menos que..."
"A menos que Lin Mei Hua también tuviera contacto con tecnología del futuro", completó Mei Lin, llegando a la misma conclusión.
Dejaron el libro a un lado y abrieron el pequeño cofre. Dentro había una colección de cristales de diferentes colores y tamaños, cada uno etiquetado con los mismos extraños símbolos del libro.
"Parecen componentes de algo", sugirió Wei Li, examinando uno de los cristales a la luz de la lámpara. "Quizás partes de un dispositivo mayor".
Finalmente, Mei Lin rompió el sello del pergamino y lo desenrolló cuidadosamente. A diferencia del libro, este estaba escrito enteramente en chino antiguo, aunque con una caligrafía que le resultaba extrañamente familiar.
"Es una carta", dijo, comenzando a leer. "Una carta de Lin Mei Hua... para mí".
Wei Li la miró con sorpresa.
"¿Para ti? ¿Cómo es posible?"
"Escucha", dijo Mei Lin, y comenzó a leer en voz alta:
"A mi futura yo, o a quien sea que el Corazón de Jade haya guiado hasta aquí:
Si estás leyendo esto, significa que mis peores temores se han confirmado. El hombre que se hace llamar Lai Chong Wisang no es de nuestro tiempo ni de nuestro mundo. Es un ladrón de conocimientos, un manipulador de la realidad, y representa una amenaza mayor de lo que cualquiera podría imaginar.
Lo que encontrarás en este escondite son las claves para detenerlo: el Libro de los Pasajes, que contiene los secretos para navegar entre mundos; los Cristales de Estabilización, que pueden cerrar las brechas que él ha abierto; y esta carta, que espero te guíe en tu misión.
Lai Chong busca el Corazón de Jade no solo por su poder para viajar en el tiempo, sino porque es la única cosa en este mundo que puede controlar al demonio que ha liberado. Un demonio que no es tal, sino una entidad de pura energía desplazada de su dimensión natural.
Para detenerlo, debes encontrar el punto donde la brecha es más delgada. Estará marcado por un resplandor verde, similar al del jade. Allí, deberás utilizar los cristales en el orden indicado en el libro, mientras el Corazón de Jade actúa como ancla.
Pero ten cuidado. Lai Chong no está solo. Tiene aliados tanto en este tiempo como en otros. Y lo más peligroso de todo: tiene conocimiento del futuro, tu futuro.
Confía en tu instinto y en aquellos cuyo corazón resuene con el tuyo. El destino de muchos mundos depende de ello.
Lin Mei Hua, Guardiana del Corazón de Jade"
Un silencio sobrecogedor siguió a las últimas palabras. Wei Li fue el primero en romperlo.
"Bueno", dijo con una mezcla de asombro y resignación, "parece que nuestras vacaciones en la China imperial acaban de complicarse considerablemente".
Mei Lin no pudo evitar reír a pesar de la gravedad de la situación.
"¿Cuándo han sido nuestras aventuras algo sencillo?", preguntó, guardando cuidadosamente la carta, el libro y los cristales en el cofre.
"Cierto", concedió Wei Li. "Aunque debo admitir que 'salvar muchos mundos' es un escalón por encima de nuestras habituales 'casi morir en el pasado mientras buscamos artefactos místicos'".
Mei Lin guardó el cofre en su mochila moderna, que había mantenido oculta bajo la cama.
"Mañana, cuando visitemos la fábrica de Lai Chong, debemos estar preparados para cualquier cosa", dijo, súbitamente seria. "Si realmente es un viajero del tiempo con tecnología avanzada, será extremadamente peligroso".
"Y si ha liberado algún tipo de entidad interdimensional, podríamos estar enfrentándonos a fenómenos que desafían las leyes de la física tal como las conocemos", añadió Wei Li.
"Exactamente por eso necesitamos descansar", concluyó Mei Lin, apagando la lámpara principal y dejando solo una pequeña vela encendida. "Mañana será un día decisivo, Pero antes... Quiero probar este colchón.
-- Estoy comenzando el periodo.
-- Entonces por ahi-- exclamó Wei Li mirando apetitosamente el inmenso trasero.
https://youtu.be/bcaLBKH-Yfc?si=q-whFPwldJoqo3bn
-- Es un placer... Muy doloroso-- exclamó asustada ante lo que inevitablemente ocurriria
Una hora después,un tambaleante Wei Li se despidió y fue a su cuarto, no sin antes decirle a su mujer
"Buenas noches, Mei Lin", dijo suavemente. "Intenta no preocuparte demasiado. Hemos enfrentado lo imposible antes y hemos sobrevivido".
"Buenas noches, Wei Li", respondió ella con una sonrisa cansada. Por el delicioso combate"Y gracias por estar siempre a mi lado en estas locuras".
"¿Dónde más estaría?", preguntó él retóricamente antes de cerrar la puerta tras de sí.
Mei Lin se quedó sola, contemplando la luna a través de la ventana. El Corazón de Jade, que había colocado sobre la mesita de noche, pulsaba suavemente, como si respondiera a sus pensamientos.
Y causando un desconcierto a todos los fisgones,que no tenían idea que por ahí también se hacía...
"¿Qué secretos guardas realmente?", murmuró, observando los destellos verdes que emanaban de su interior. "¿Y por qué nos has traído aquí, a este momento preciso?"
Como era de esperar, el jade no respondió, al menos no con palabras. Pero su resplandor pareció intensificarse brevemente, proyectando sombras danzantes en las paredes de la habitación.
Afuera, en los bosques más allá de la mansión, una figura oscura se movía entre los árboles, más alta que un hombre y de forma vagamente humanoide. Donde pisaba, la nieve se derretía y el suelo se ennegrecía. Y en la distancia, en lo alto de las montañas, luces que no deberían existir en el siglo XVIII parpadeaban rítmicamente, como si enviaran un mensaje a las estrellas desde una edificación oscura.
Capítulo 4: Secretos Familiares
El amanecer llegó a la provincia de Yunnan con una calma engañosa. La tormenta de la noche anterior había cesado, dejando tras de sí un paisaje de cuento de hadas: árboles cubiertos de escarcha, tejados blancos y un cielo de un azul imposiblemente claro. Pero la belleza exterior contrastaba con la tensión que se respiraba dentro de la mansión Lin.
Mei Lin despertó antes del alba, inquieta por los descubrimientos de la noche anterior. El libro, los cristales y la carta de Lin Mei Hua habían alterado profundamente su comprensión de la situación. No era solo una cuestión de recuperar una herencia o un tesoro familiar; ahora parecía que estaba involucrada en algo mucho más grande, algo que afectaba a múltiples mundos y tiempos.
Se levantó silenciosamente y se acercó a la ventana. En la distancia, las montañas se recortaban contra el cielo cada vez más luminoso. En algún lugar de esas cumbres se encontraba la misteriosa fábrica de Lai Chong Wisang, y con ella, quizás, las respuestas que buscaba.
Un suave golpe en la puerta interrumpió sus pensamientos.
"Adelante", dijo, esperando ver a Shu Li con el desayuno.
Para su sorpresa, fue Wei Li quien entró, ya completamente vestido y con una expresión de entusiasmo mal contenido.
"Buenos días", saludó en voz baja, cerrando la puerta tras de sí. "Espero no haberte despertado, pero tengo noticias".
"¿Qué tipo de noticias?", preguntó Mei Lin, intrigada por su evidente excitación.
Wei Li sacó su "bolígrafo" tecnológico y lo activó, proyectando una pequeña pantalla holográfica que mostraba lo que parecían ser páginas del libro que habían encontrado la noche anterior.
"He estado analizando el Libro de los Pasajes", explicó. "La mayoría está en un código que mezcla chino antiguo con binario, como dije anoche, pero hay secciones que mi traductor puede descifrar parcialmente".
"¿Y qué has descubierto?", preguntó Mei Lin, acercándose para ver mejor la proyección.
"Dos cosas importantes", respondió Wei Li, manipulando la imagen para mostrar un diagrama particular. "Primero, este libro no solo habla de viajes en el tiempo, sino de viajes entre dimensiones paralelas. Según esto, el Corazón de Jade no es solo un artefacto para viajar en el tiempo, sino una llave que puede abrir puertas entre diferentes realidades".
"¿Dimensiones paralelas?", repitió Mei Lin, asimilando la información. "¿Como universos alternativos?"
"Exactamente", asintió Wei Li. "Y aquí viene lo realmente interesante: según estos textos, existe una entidad conocida como 'La Diosa de la Paz' que fue aprisionada hace milenios por alterar el equilibrio entre dimensiones. Su prisión está sellada por siete cerraduras, y una de ellas es... adivina qué".
"El Corazón de Jade", completó Mei Lin, sintiendo un escalofrío recorrer su espalda.
"Bingo", confirmó Wei Li. "Y hay más. El libro menciona una organización llamada 'La Espada Oxidada', un antiguo culto dedicado a liberar a la Diosa y usar su poder para derrocar dinastías y sembrar el caos".
Mei Lin se sentó en el borde de la cama, procesando esta nueva información.
"Entonces, ¿crees que Lai Chong Wisang está relacionado con esta 'Espada Oxidada'?", preguntó.
"Es una posibilidad", respondió Wei Li, apagando el proyector. "O quizás está siendo manipulado por ellos sin saberlo. Lo que está claro es que sus experimentos con la 'minería de criptomonedas' están debilitando las barreras entre dimensiones, lo que podría estar liberando parcialmente a la entidad que todos llaman 'demonio'".
"Que podría no ser un demonio en absoluto", murmuró Mei Lin, recordando las palabras de la carta. "Sino una entidad desplazada de su dimensión natural".
"Exacto", dijo Wei Li. "Y si mis cálculos son correctos, la herencia que viniste a buscar no es solo el Corazón de Jade o estos artefactos. Es algo más, algo relacionado con tu linaje como guardiana".
Mei Lin se quedó en silencio, sintiendo una extraña resonancia con esas palabras. Siempre había sentido que su conexión con el pasado, con Lin Mei Hua, iba más allá de una simple reencarnación. Había algo más profundo, algo que no podía explicar pero que sentía en lo más hondo de su ser.
"Wei Li", dijo finalmente, "creo que no vine aquí solo para recuperar algo. Creo que vine para impedir algo".
"¿Impedir qué?", preguntó él, aunque por su expresión, ya sospechaba la respuesta.
"La liberación de la Diosa", respondió Mei Lin. "Piénsalo: el Corazón de Jade nos trajo específicamente a este momento, cuando Lai Chong está a punto de completar sus experimentos, cuando el 'demonio' ya ha sido parcialmente liberado. No es coincidencia".
Wei Li asintió lentamente.
"Tiene sentido. Y explicaría por qué el jade te mostró esas visiones específicas antes de viajar. No era solo para que recuperaras un tesoro; era para advertirte del peligro".
Un nuevo golpe en la puerta interrumpió su conversación. Esta vez sí era Shu Li, trayendo el desayuno y noticias de que Zhao Yun solicitaba su presencia en el salón principal tan pronto como fuera posible.
"Dice que es urgente, señorita", añadió la sirvienta con expresión preocupada. "Han llegado noticias de las aldeas cercanas".
Después de que Shu Li se retirara, Mei Lin y Wei Li intercambiaron una mirada de preocupación.
"Será mejor que nos apresuremos", dijo Mei Lin, dirigiéndose al biombo para cambiarse. "Tengo la sensación de que las cosas están acelerándose".
El salón principal de la mansión Lin bullía de actividad cuando Mei Lin y Wei Li llegaron. Zhao Yun estaba inclinado sobre una mesa grande, estudiando lo que parecía ser un mapa de la región. A su alrededor, varios hombres con uniformes de la guardia familiar discutían acaloradamente.
Al ver entrar a Mei Lin, todos guardaron silencio y se inclinaron respetuosamente. Zhao Yun se adelantó para recibirla.
"Lamento molestarte tan temprano", dijo, "pero han ocurrido sucesos preocupantes durante la noche".
"¿Qué tipo de sucesos?", preguntó Mei Lin, acercándose al mapa.
"Tres aldeas han reportado avistamientos de la entidad que llaman 'el demonio'", explicó Zhao Yun, señalando varios puntos en el mapa. "Aquí, aquí y aquí. En cada caso, dejó un rastro de destrucción: cultivos marchitos, animales muertos, pozos contaminados".
"¿Hubo víctimas humanas?", preguntó Wei Li, uniéndose a ellos en la mesa.
Zhao Yun negó con la cabeza.
"Afortunadamente, no. Pero hay algo extraño en estos ataques. Según los testigos, la entidad parecía estar buscando algo. Revisaba casas, templos, incluso tumbas antiguas".
"¿Buscando qué?", preguntó Mei Lin, aunque ya sospechaba la respuesta.
"Nadie lo sabe con certeza", respondió Zhao Yun. "Pero en la última aldea, la entidad se detuvo frente al templo local y, según el monje principal, pronunció una palabra antes de desaparecer".
"¿Qué palabra?", preguntó Wei Li.
Zhao Yun los miró gravemente.
"'Guardiana'".
Un silencio tenso cayó sobre la sala. Mei Lin sintió que todos los ojos se posaban en ella.
"Creen que me busca a mí", dijo, no como una pregunta sino como una constatación.
"Eres la última de los Lin", respondió Zhao Yun. "La última guardiana del Corazón de Jade. Si esta entidad está relacionada con el artefacto, como sospechamos, es lógico que te busque".
Wei Li dio un paso adelante, colocándose protectoramente junto a Mei Lin.
"¿Qué medidas de seguridad se han tomado?", preguntó con autoridad, sorprendiendo a los guardias con su tono.
Zhao Yun pareció momentáneamente irritado por la intervención, pero respondió profesionalmente.
"He duplicado la guardia en todos los accesos a la propiedad. Hemos preparado amuletos de protección según las tradiciones locales, y he enviado mensajeros a los monasterios cercanos solicitando la presencia de monjes guerreros especializados en combatir entidades sobrenaturales".
"Bien", asintió Wei Li. "Pero si esta entidad es lo que creo, las defensas convencionales podrían no ser suficientes".
"¿Y qué crees que es, exactamente?", preguntó Zhao Yun con escepticismo apenas disimulado.
Wei Li miró a Mei Lin, quien asintió levemente, dándole permiso para compartir lo que habían descubierto.
"Creemos que no es un demonio en el sentido tradicional", explicó Wei Li. "Sino una entidad de otra dimensión, desplazada a nuestro mundo por los experimentos de Lai Chong Wisang".
Los guardias murmuraron entre sí, algunos haciendo gestos de protección. Zhao Yun frunció el ceño.
"¿Otra dimensión? Hablas como Lai Chong, con conceptos que desafían el entendimiento común".
"Porque la amenaza que enfrentamos desafía el entendimiento común", respondió Wei Li sin amilanarse. "Los métodos tradicionales pueden no funcionar contra algo que no pertenece a este mundo".
"¿Y qué sugieres entonces?", preguntó Zhao Yun, cruzándose de brazos.
Antes de que Wei Li pudiera responder, las puertas del salón se abrieron de golpe. Un guardia entró corriendo, su rostro pálido de terror.
"¡Capitán! ¡Hay una comitiva acercándose a la mansión! Es... es la princesa imperial Mei Xing".
La noticia cayó como una bomba en la sala. Los guardias intercambiaron miradas de asombro, y Zhao Yun pareció momentáneamente desconcertado.
"¿La princesa Mei Xing? ¿Aquí? ¿Estás seguro?", preguntó, incrédulo.
"Completamente, capitán", respondió el guardia. "Su estandarte imperial es inconfundible, y viene con una escolta de la Guardia del Dragón".
Zhao Yun se volvió hacia Mei Lin, su expresión una mezcla de preocupación y confusión.
"Esto es... inesperado. La princesa Mei Xing rara vez abandona la capital, y nunca sin anunciar su visita con semanas de antelación".
"¿Quién es exactamente esta princesa?", preguntó Wei Li.
"La sobrina favorita del Emperador Kangxi", respondió Zhao Yun. "Una mujer de gran influencia política y... y una antigua amiga de la familia Lin".
Algo en su tono al decir "amiga" hizo que Mei Lin lo mirara con curiosidad.
"¿Hay algo más que debería saber sobre ella?", preguntó.
Zhao Yun pareció incómodo.
"La princesa Mei Xing y tú... es decir, Lin Mei Hua y ella... tenían una relación complicada. Eran amigas de la infancia, pero hubo... tensiones en los últimos años".
"¿Qué tipo de tensiones?", insistió Mei Lin.
Zhao Yun miró a su alrededor, como asegurándose de que nadie más pudiera oír, y bajó la voz.
"La princesa estaba enamorada de mí", dijo con evidente incomodidad. "Pero yo siempre he estado dedicado a ti... a Lin Mei Hua. Esto creó cierta rivalidad entre ustedes".
Wei Li reprimió una sonrisa ante la expresión de sorpresa de Mei Lin.
"Vaya, parece que tenemos un triángulo amoroso en nuestras manos", murmuró lo suficientemente bajo para que solo Mei Lin lo escuchara.
Ella le lanzó una mirada de advertencia antes de volverse nuevamente hacia Zhao Yun.
"¿Y ahora aparece justo cuando todos creen que he regresado de entre los muertos?", preguntó. "Eso no puede ser coincidencia".
"No, no lo es", concordó Zhao Yun. "La princesa tiene espías en toda la provincia. Debe haber escuchado los rumores de tu regreso y ha venido a verificarlos personalmente".
"O tiene otros motivos", sugirió Wei Li. "¿Qué sabemos de sus conexiones políticas? ¿Podría estar aliada con Lai Chong Wisang o con esta 'Espada Oxidada'?"
Zhao Yun pareció ofendido por la sugerencia.
"La princesa Mei Xing es miembro de la familia imperial. Su lealtad está más allá de toda duda".
"Nadie está más allá de toda duda", respondió Wei Li. "Especialmente en tiempos como estos".
Antes de que la discusión pudiera continuar, el guardia regresó para anunciar que la comitiva de la princesa había llegado a las puertas de la mansión.
"Debemos recibirla con todos los honores", dijo Zhao Yun, dando órdenes rápidas para preparar una bienvenida apropiada. "Una visita imperial es un gran honor, independientemente de las circunstancias".
Mei Lin asintió, aunque no podía sacudirse la sensación de que esta visita complicaría aún más su ya complicada situación.
"Wei Li", dijo en voz baja mientras los guardias se dispersaban para cumplir las órdenes de Zhao Yun, "mantente alerta. Tengo el presentimiento de que esta princesa podría ser más de lo que aparenta".
"Siempre estoy alerta", respondió él con una sonrisa confiada. "Especialmente cuando se trata de mujeres hermosas que podrían estar enamoradas de tu vida pasada".
Mei Lin puso los ojos en blanco, pero no pudo evitar sonreír.
"Eres incorregible".
"Es parte de mi encanto", respondió Wei Li, guiñándole un ojo. "Ahora, vamos a conocer a Su Alteza Imperial y ver qué nuevas complicaciones nos trae".
La princesa Mei Xing hizo su entrada en la mansión Lin con toda la pompa y ceremonia que cabría esperar de un miembro de la familia imperial. Precedida por guardias con estandartes de seda roja y dorada, y acompañada por damas de compañía que parecían tan elegantes como nerviosas, la princesa avanzó por el patio principal como si fuera la dueña del lugar.
Mei Lin y Wei Li, junto con Zhao Yun y el personal de la mansión, esperaban formados en perfecta alineación para recibirla. Cuando la princesa finalmente se detuvo frente a ellos, Mei Lin tuvo que contener una exclamación de sorpresa.
La princesa Mei Xing era extraordinariamente hermosa, con un rostro que, tal como había mencionado el usuario, recordaba sorprendentemente al de la actriz Bai Lu rasgos delicados, ojos expresivos y una presencia que combinaba fragilidad y determinación. Vestía ropas imperiales de seda púrpura bordada con dragones dorados, y su cabello estaba adornado con elaboradas peinetas de jade y oro.
Pero lo más impactante no era su belleza o su atuendo, sino la expresión de absoluto shock que apareció en su rostro al ver a Mei Lin. Por un instante, la compostura imperial se quebró, revelando a una mujer genuinamente conmocionada.
"Lin Mei Hua", susurró, tan bajo que apenas fue audible. Luego, recuperando rápidamente su dignidad real, alzó la voz. "Veo que los rumores eran ciertos. Has regresado de entre los muertos".
Todos los presentes se inclinaron profundamente, como dictaba el protocolo. Todos excepto Wei Li, quien solo inclinó ligeramente la cabeza, ganándose miradas horrorizadas de los sirvientes y una sonrisa divertida de Mei Lin.
"Su Alteza Imperial nos honra con su presencia", respondió Mei Lin formalmente, inclinándose con la gracia que parecía venir naturalmente cuando habitaba la mansión de Lin Mei Hua. "La mansión Lin está a su disposición".
La princesa la estudió con intensidad, como buscando alguna señal de impostura.
"Levántate", ordenó finalmente. "Todos, levántense. Y déjennos a solas. Deseo hablar con Lin Mei Hua en privado".
Zhao Yun dio un paso adelante, claramente incómodo con la idea.
"Su Alteza, con todo respeto, la seguridad de la señorita Lin es mi responsabilidad. En estos tiempos peligrosos—"
"¿Cuestionas mis órdenes, Capitán Zhao?", interrumpió la princesa con un tono que, aunque suave, contenía una amenaza implícita.
"En absoluto, Su Alteza", respondió Zhao Yun, inclinándose nuevamente. "Solo expresaba mi preocupación por—"
"Tu preocupación está notada", lo cortó la princesa. "Ahora, déjanos.Obedece
-- Perdone excelencia. Yo obedezco--.Me retiro.
Zhao Yun lanzó una mirada de disculpa a Mei Lin antes de retirarse junto con los demás sirvientes y guardias. Wei Li, sin embargo, permaneció firmemente en su lugar junto a Mei Lin.
La princesa lo miró con una mezcla de sorpresa e irritación.
"¿Y tú eres...?", preguntó con tono gélido.
"Wei Li", respondió él con una sonrisa afable que contrastaba con la tensión del momento. "Consejero personal y guardaespaldas de la señorita Lin".
"No recuerdo que Lin Mei Hua tuviera un 'consejero personal'", dijo la princesa, entrecerrando los ojos con sospecha.
"Es un nombramiento reciente", intervino Mei Lin suavemente. "Y le confío mi vida. Lo que tengas que decirme, puedes decirlo frente a él.Como vez es mi extrategs, y como tal debe conocer todas las informaciones.
La princesa los estudió a ambos por un largo momento antes de asentir reluctantemente.
"Como desees. Pero esta conversación debe permanecer entre nosotros. ¿Entendido?"
Ambos asintieron, y la princesa hizo un gesto hacia el interior de la mansión.
"Vamos a un lugar más privado. Lo que tengo que decirte no debe ser escuchado por oídos indiscretos".
Los condujeron a una sala de té privada en el ala este de la mansión. Una vez que las puertas se cerraron tras ellos y la princesa se aseguró de que no hubiera sirvientes escuchando, su demeanor cambió completamente. La rigidez imperial desapareció, reemplazada por una urgencia casi desesperada.
"¿Cómo es posible?", preguntó, acercándose a Mei Lin y tomando sus manos. "Te vi en tu ataúd. Lloré por ti. ¿Cómo...?"
Mei Lin intercambió una mirada rápida con Wei Li, insegura de cuánto revelar.
"Es... complicado", respondió finalmente.
"¿Complicado?", repitió la princesa con incredulidad. "¿Regresar de entre los muertos te parece simplemente 'complicado'? Lin Mei Hua, si alguna vez te importó nuestra amistad, dime la verdad".
Había tal sinceridad en su voz que Mei Lin se sintió conmovida. Esta no parecía ser la rival celosa que Zhao Yun había descrito, sino una amiga genuinamente preocupada.
"La verdad es que nunca estuve muerta", dijo Mei Lin, optando por una versión simplificada. "Mi muerte fue fingida para protegerme de Lai Chong Wisang".
La princesa soltó sus manos y retrocedió, su expresión cambiando de alivio a algo más complejo.
"¿Zhao Yun lo sabía?", preguntó en voz baja.
"Él ayudó a organizarlo", confirmó Mei Lin.
La princesa asintió lentamente, una sombra de dolor cruzando su rostro antes de ser rápidamente suprimida.
"Ya veo. Y supongo que no consideraron importante informarme, a pesar de que podría haber usado mi influencia para protegerte".
"Fue por tu propia seguridad", intervino Wei Li. "Cuantas menos personas supieran la verdad, menor sería el riesgo".
La princesa lo miró como si acabara de notar su presencia nuevamente.
"¿Y quién eres tú realmente?", preguntó. "No eres de esta provincia. Tu acento, tu forma de hablar... eres un extranjero".
"Soy amigo de Mei... de Lin Mei Hua", respondió Wei Li, corrigiéndose rápidamente. "Y estoy aquí para ayudarla".
"¿Mei?", repitió la princesa, captando el desliz. "¿Qué nombre es ese?"
Mei Lin decidió que era momento de tomar el control de la conversación.
"Su Alteza, ¿por qué has venido realmente? Dudo que sea solo para verificar rumores sobre mi regreso".
La princesa la estudió por un momento antes de suspirar y sentarse en uno de los cojines dispuestos alrededor de la mesa de té.
"Siempre tan directa", murmuró. "Algunas cosas nunca cambian". Hizo una pausa y luego continuó con voz más seria. "Tienes razón. No he venido solo por ti, aunque confirmar que estás viva es... un alivio indescriptible".
Hizo un gesto para que se sentaran frente a ella, lo cual hicieron.
"He venido porque la provincia está en peligro", continuó la princesa. "No solo por los extraños fenómenos que todos han notado, sino por algo más siniestro. Hay rumores en la corte imperial sobre una antigua sociedad secreta que ha resurgido: La Espada Oxidada".
Mei Lin y Wei Li intercambiaron una mirada de sorpresa. Que la princesa mencionara específicamente este nombre no podía ser coincidencia.
"¿Qué sabes sobre ellos?", preguntó Mei Lin con cautela.
"No tanto como quisiera", admitió la princesa. "Son extremadamente secretos y han existido durante siglos, quizás milenios. Se dice que adoran a una entidad que llaman 'La Diosa de la Paz', aunque según los textos antiguos, de pacífica tiene poco".
"¿Y qué buscan exactamente?", presionó Wei Li.
"Poder", respondió la princesa simplemente. "Creen que liberando a su diosa, podrán derrocar dinastías y remodelar el mundo según sus deseos. Y según mis fuentes, están más cerca que nunca de lograrlo".
"¿Por qué ahora?", preguntó Mei Lin. "¿Qué ha cambiado?"
La princesa la miró directamente a los ojos.
"Tú", dijo. "O más específicamente, tu muerte... o el rumor de tu muerte. Los Lin han sido guardianes de uno de los sellos que mantienen prisionera a la Diosa. Con tu supuesta muerte, ese sello se debilitó significativamente".
"El Corazón de Jade", murmuró Mei Lin.
La princesa asintió.
"Exactamente. Es uno de los siete artefactos que mantienen sellada la prisión de la Diosa. Y ahora que has 'regresado', La Espada Oxidada estará desesperada por eliminarte permanentemente".
"¿Cómo sabes todo esto?", preguntó Wei Li, cada vez más intrigado por la princesa.
Ella sonrió levemente, un gesto que transformó su rostro, haciéndola parecer más joven y vulnerable.
"Porque mi familia también son guardianes", reveló. "Los Aisin Gioro, la familia imperial Manchú, protegemos otro de los sellos: El Espejo de la Verdad Eterna".
Esta revelación dejó a Mei Lin y Wei Li momentáneamente sin palabras. Finalmente, Mei Lin habló.
"Entonces, ¿has venido a advertirme? ¿O hay algo más?"
La princesa se inclinó hacia adelante, bajando aún más la voz.
"He venido a pedirte que reclames tu herencia", dijo con urgencia. "No solo el Corazón de Jade, sino tu papel como guardiana. Sé que nunca quisiste esta responsabilidad, Mei Hua. Siempre dijiste que era una carga demasiado pesada, que preferirías vivir tu propia vida lejos de antiguas profecías y responsabilidades místicas".
Mei Lin parpadeó, sorprendida. Esta era información nueva para ella: Lin Mei Hua no había querido su herencia. De alguna manera, esto resonaba profundamente con ella, como si fuera un conocimiento que siempre había tenido pero que solo ahora emergía a la superficie.
"Pero ahora no tienes elección", continuó la princesa. "Si no reclamas formalmente tu herencia y refuerzas el sello, La Espada Oxidada logrará su objetivo. Y lo que todos llaman 'el demonio' no es más que un precursor, una fracción del caos que se desatará si la Diosa es liberada".
"Espera", interrumpió Wei Li. "¿Estás diciendo que el demonio no es malvado? ¿Que es una víctima en todo esto?"
La princesa lo miró con sorpresa.
"Eres más perceptivo de lo que aparentas", dijo. "Sí, la entidad que todos temen es en realidad un guardián dimensional desplazado por los experimentos de Lai Chong Wisang. Está desorientado y asustado, causando destrucción involuntaria mientras busca desesperadamente a la guardiana del sello que debería estar protegiéndolo".
"A mí", concluyó Mei Lin.
"A ti", confirmó la princesa. "O más precisamente, a la guardiana del Corazón de Jade. Necesita tu ayuda para regresar a su dimensión y restaurar el equilibrio".
Wei Li se pasó una mano por el cabello, procesando esta información.
"Entonces, Lai Chong Wisang... ¿es parte de La Espada Oxidada?", preguntó.
La princesa negó con la cabeza.
"No directamente. Es un peón, manipulado por ellos. Sus experimentos con lo que él llama 'electricidad' y 'criptomonedas' están generando exactamente el tipo de distorsión dimensional que La Espada Oxidada necesita para sus rituales".
"¿Y quién lidera esta organización?", preguntó Mei Lin.
La princesa dudó visiblemente antes de responder.
"No estoy completamente segura", dijo finalmente. "Pero tengo sospechas. Hay un consejero imperial que llegó a la corte hace apenas un año y que ha ganado una influencia inusitada sobre ciertos ministros. Se hace llamar Maestro Feng, aunque dudo que ese sea su verdadero nombre".
"¿Y crees que este Maestro Feng es el líder de La Espada Oxidada?", presionó Wei Li.
"O uno de sus altos miembros", respondió la princesa. "Lo que sí sé con certeza es que ha estado en contacto con Lai Chong Wisang. Mis espías los han visto reunirse en secreto al menos tres veces en los últimos meses".
Mei Lin se levantó y caminó hacia la ventana, observando los jardines nevados de la mansión mientras procesaba toda esta información. Finalmente, se volvió hacia la princesa.
"¿Qué debo hacer exactamente para 'reclamar mi herencia'?", preguntó.
La princesa pareció aliviada por la pregunta.
"Existe un ritual que debe realizarse en el Templo de los Ancestros Lin, aquí mismo en la propiedad. Necesitarás el Corazón de Jade, por supuesto, y los cristales de estabilización que tu familia ha guardado durante generaciones".
Mei Lin y Wei Li intercambiaron una mirada. Los cristales que habían encontrado en el compartimento secreto.
"¿Y este ritual... reforzará el sello?", preguntó Mei Lin.
"Sí", asintió la princesa. "Y te conectará formalmente con el guardián dimensional, permitiéndole comunicarse contigo y, eventualmente, regresar a su propio plano de existencia".
"Suena peligroso", comentó Wei Li.
"Lo es", admitió la princesa sin rodeos. "El ritual requiere una gran cantidad de energía vital. En el pasado, algunos guardianes no han sobrevivido al proceso".
"Maravilloso", murmuró Wei Li con sarcasmo. "¿Alguna otra buena noticia que quieras compartir?"
La princesa lo ignoró, manteniendo su atención en Mei Lin.
"Sé que es mucho pedir", dijo suavemente. "Especialmente después de todo lo que has pasado. Pero eres la única que puede hacerlo. Sin ti, el sello seguirá debilitándose hasta colapsar completamente".
Mei Lin respiró hondo, sintiendo el peso de la responsabilidad caer sobre sus hombros. Era extraño: hace apenas unos días, su mayor preocupación era terminar un proyecto de investigación en Shanghai. Ahora, aparentemente, el destino de múltiples dimensiones dependía de ella.
"¿Cuándo debe realizarse este ritual?", preguntó finalmente.
"Idealmente, durante la próxima luna llena", respondió la princesa. "Que es... mañana por la noche".
"Por supuesto que lo es", suspiró Wei Li. "Porque no sería una aventura interdimensional sin una fecha límite imposiblemente ajustada".
La princesa lo miró con una mezcla de irritación y curiosidad.
"Hablas de manera muy extraña", observó. "Casi como... como si no fueras de este tiempo".
Wei Li se tensó visiblemente, y Mei Lin intervino rápidamente.
"Su Alteza, agradecemos profundamente tu advertencia y tu confianza. Necesitaremos tiempo para prepararnos para el ritual".
La princesa asintió, aunque seguía mirando a Wei Li con sospecha.
"Por supuesto. Me quedaré en la mansión hasta mañana para asistir al ritual. Mi presencia como guardiana del Espejo fortalecerá el proceso".
Se levantó con gracia real, indicando que la conversación había terminado por el momento.
"Una cosa más", dijo, deteniéndose en la puerta. "Ten cuidado con quién confías, Lin Mei Hua. La Espada Oxidada tiene ojos y oídos en todas partes... incluso aquí, en tu propia casa".
Con esas inquietantes palabras, la princesa salió, dejando a Mei Lin y Wei Li solos con sus pensamientos y preocupaciones.
"Bueno", dijo Wei Li después de un momento de silencio, "parece que tenemos una cita con un ritual potencialmente mortal mañana por la noche. Y yo que pensaba que lo más emocionante sería nuestra excursión a la fábrica de criptomonedas del siglo XVIII".
Mei Lin no pudo evitar sonreír a pesar de la gravedad de la situación.
"Nunca es aburrido contigo, ¿verdad?", preguntó, acercándose para tomar su mano.
"Hey, yo solo soy el acompañante en esta aventura", respondió Wei Li, apretando suavemente su mano. "Tú eres la heroína interdimensional con un linaje místico y responsabilidades cósmicas".
Mei Lin apoyó su cabeza en el hombro de Wei Li, encontrando confort en su familiar presencia.
"¿Crees que debemos confiar en ella?", preguntó en voz baja.
"No estoy seguro", admitió Wei Li. "Pero su historia encaja con lo que hemos descubierto por nuestra cuenta. Y parecía genuinamente preocupada por ti".
"Y por Zhao Yun", añadió Mei Lin con una pequeña sonrisa. "Definitivamente hay historia allí".
"Oh, absolutamente", concordó Wei Li. "El clásico triángulo amoroso: la heredera mística, el capitán leal y la princesa imperial. Podría ser una telenovela de éxito en nuestro tiempo".
Mei Lin le dio un ligero codazo.
"Esto es serio, Wei Li".
"Lo sé, lo sé", respondió él, volviéndose para mirarla a los ojos. "Pero a veces el humor es la única forma de mantener la cordura cuando te enfrentas a diosas prisioneras, guardianes dimensionales y sociedades secretas milenarias".
Mei Lin asintió, reconociendo la verdad en sus palabras.
"Entonces, ¿cuál es el plan?", preguntó. "¿Seguimos con la visita a la fábrica de Lai Chong esta noche?"
Wei Li consideró la pregunta por un momento.
"Creo que debemos hacerlo", dijo finalmente. "Necesitamos entender exactamente qué está haciendo allí y cómo está relacionado con La Espada Oxidada. Además, si Ken Zhao está siendo mantenido prisionero como dijo Ye Ye, podría tener información valiosa".
"Estoy de acuerdo", dijo Mei Lin. "Pero debemos ser extremadamente cautelosos. Si la princesa tiene razón y hay espías de La Espada Oxidada en la mansión, nuestros movimientos podrían estar siendo vigilados".
"Siempre podemos usar el Corazón de Jade para una salida rápida si las cosas se complican", sugirió Wei Li.
"Eso sería nuestro último recurso", respondió Mei Lin. "No sabemos cómo afectaría otro viaje en el tiempo a la estabilidad del sello que supuestamente debo reforzar".
Wei Li asintió, reconociendo la sabiduría en su precaución.
"Entonces, infiltración sigilosa a una fábrica de criptomonedas del siglo XVIII esta noche, ritual místico potencialmente mortal mañana", resumió con una sonrisa torcida. "¿Algo más que añadir a nuestra agenda?"
"Sí", dijo Mei Lin, súbitamente seria. "Necesito hablar con Zhao Yun. Si vamos a hacer esto, necesitamos aliados en quienes podamos confiar. Y a pesar de sus sentimientos personales, creo que su lealtad a la familia Lin es genuina".
"Estoy de acuerdo", dijo Wei Li, aunque no pudo evitar añadir: "Aunque no me entusiasma la idea de pasar más tiempo con tu admirador del siglo XVIII".
Mei Lin puso los ojos en blanco.
"¿Celoso, ingeniero?"
"¿Yo? ¿Del apuesto capitán de la guardia con habilidades de combate legendarias y una devoción inquebrantable hacia ti? ¿Por qué habría de estarlo?", respondió Wei Li con exagerado dramatismo.
Mei Lin se rio y le dio un rápido beso.
"Prefiero a los genios despistados del siglo XXI, que tienen una cosa grandota ,siempre dura y que es depravado sin límites,si te sirve de consuelo".
"Enormemente", respondió Wei Li con una sonrisa. "Ahora, vamos a buscar a tu capitán y planear nuestra incursión nocturna. Y tal vez deberíamos mantener un ojo en la princesa también. No es que no confíe en ella, pero..."
"Pero en este momento, no podemos confiar plenamente en nadie", completó Mei Lin con un suspiro. "Excepto el uno en el otro".
"Exactamente", asintió Wei Li. "Tú y yo contra sociedades secretas, entidades interdimensionales y dramas románticos imperiales".
"No lo tendría de otra manera", respondió Mei Lin con una sonrisa determinada.
Juntos, salieron de la sala de té para enfrentar los crecientes peligros y misterios que los rodeaban, sin saber que estaban siendo observados desde las sombras por ojos que no pertenecían completamente a este mundo.
Continua leyendo la continuación del Corazón de Jade III
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Continuara
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