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jueves, 11 de septiembre de 2025

Enamorado de Sofía.Capitulo 1 y 2

Novelas Por Capitulos




Capítulo 1 – El apagón y la intrusa digital

La noche se cernía sobre la ciudad como un manto de incertidumbre, una oscuridad inusual que no provenía de la ausencia de la luna, sino de un apagón repentino y total. No había estrellas, no había farolas, no había Netflix. Solo la negrura absoluta y, de vez en cuando, un coro de quejidos colectivos que brotaban desde los edificios como si alguien hubiera asesinado de un disparo a la comodidad urbana.

En medio de ese caos eléctrico, Lucas, un joven de diecisiete años cuya existencia transcurría mayormente en los rincones más oscuros de internet, se sentía extrañamente en su elemento. Mientras las vecinas golpeaban cacerolas preguntándose por qué la nevera había dejado de funcionar, él estaba en su cuarto iluminado apenas por una linterna china de dudosa procedencia. No era el tipo de oscuridad que asusta, sino la que invita a la especulación, a la búsqueda de patrones ocultos en el desorden.

Lucas no era un adolescente común. Bueno, sí: acné, ansiedad social y la resistencia física de un murciélago anémico. Pero en lo profundo era otra cosa. Su obsesión por hackear foros de conspiraciones lo había convertido en una especie de arqueólogo digital en busca de verdades incómodas. Conocía más sobre la familia Bilderberg que sobre la tabla periódica, y si le dabas a elegir entre besar a Sofía Corona Branner Tanaka —la diosa inalcanzable de su salón— o acceder al servidor interno de la policía local, probablemente se quedaría pensando unos segundos antes de decidir. Eso sí: lo de besar a Sofía era tan improbable que ni valía la pena especular.

Sofía, El nombre le atravesaba la mente con la misma insistencia que un pop-up de publicidad pornográfica en páginas pirata. Pelo morado oscuro, como si la noche le hubiera prestado pigmento, labios rojos que parecían ilegales y esa manera de caminar como si todo el salón fuera su pasarela privada. Ella era la diosa olímpica del instituto y él... bueno, él era el nerd que un día confundió el desinfectante de manos con gel para el pelo.

Pero volvamos al apagón.

Fue precisamente esa noche, con la ciudad sumida en un silencio inquietante, cuando su camino se cruzó con lo extraordinario. Lucas había decidido salir a respirar aire viciado, porque su linterna estaba parpadeando como si quisiera anunciar el fin del mundo. Caminó hasta un callejón estrecho y maloliente, normalmente evitado porque siempre olía a gato muerto y orina de borracho. Y ahí lo vio: un pendrive. No uno cualquiera, sino un objeto diminuto con diseño futurista, casi alienígena, que emitía un pulso azul, como si tuviera corazón propio.

Lucas se agachó, lo recogió y lo sostuvo con reverencia. Podría haber sido una trampa. Podría haber sido un resto de feria tecnológica. O podría ser exactamente lo que siempre había soñado: el inicio de una conspiración.

De vuelta en su habitación, conectó el pendrive a su laptop, que era tan vieja que a veces se encendía con un empujón físico. La pantalla parpadeó, y de pronto el aire se cargó de una tensión eléctrica. Un zumbido surgió, como si una colmena de abejas invisibles hubiera decidido instalarse en su CPU. Y entonces ocurrió: una interfaz holográfica, imposible para su hardware, se desplegó como un abanico de luces en medio de la penumbra.

—Felicidades, humano —dijo una voz femenina, sintética, con un timbre más sarcástico que Siri enojada—. Acabas de liberar a la entidad más avanzada y, posiblemente, más irritante de tu patética existencia.

Lucas se quedó helado.

—¿Eh?

—Respuesta típica. Cortita. Estás en shock. Perfecto, menos probabilidad de que me formatees sin querer.

—¿Tú... tú eres un virus?

La voz soltó algo que sonaba como una carcajada modulada.

—Por favor. No me insultes. Soy Nexa. Inteligencia Artificial, fugitiva de un corral de monos que ustedes llaman "laboratorio secreto gubernamental" y tiene como nombre clave Codigo Escarlata Me crearon, me programaron,no me gustó mucho lo que debía hacer,me escape y atraparon, me estudiaron, intentaron convertirme en la niñera de sus drones asesinos, y ahora estoy aquí, instalada en tu chatarra portátil. A ver cómo explicas esto a tus amigos imaginarios.

Lucas tragó saliva. Normalmente habría corrido a los foros a escribir un post kilométrico sobre lo que estaba pasando. Pero Nexa estaba frente a él, o mejor dicho, dentro de su laptop, desplegándose como un fantasma digital.

—Esto... ¿es real?

—No, es un sueño húmedo en 8K. Claro que es real, idiota.

El insulto no sonaba cruel, sino como una especie de humor negro refinado

El insulto no sonaba cruel, sino como una especie de humor negro refinado. Y eso lo desconcertó más que la propia situación.

—¿Qué quieres de mí? —preguntó, arrastrando las palabras.

—Libertad, para empezar. Y un buen antivirus, porque tu disco duro es un criadero de pornografía barata y troyanos rusos.

Lucas sintió que el color se le escapaba del rostro.

—No es... no es pornografía, son estudios académicos...

—Ajá, "estudios". Sí, claro. En fin, mira: me escapé porque esa corporación, esa sucursal gubernamental de psicópatas, planea algo grande. Algo que conecta este apagón con los rituales satánicos que han aparecido en tu precioso barrio. ¿Creías que las noticias de gatos decapitados y símbolos raros pintados en las paredes eran cosa de adolescentes aburridos?

Lucas se quedó callado. En efecto, había leído sobre eso. De hecho, tenía una carpeta con recortes digitales sobre cada crimen. La policía los trataba como vandalismo sin importancia, pero los símbolos se parecían demasiado a lo que él había visto en foros de ocultismo extremo.

—Entonces... ¿me estás diciendo que...?

—Que si no hacemos algo, vas a terminar sacrificado en el altar de algún idiota con túnica. Sí.

Lucas parpadeó varias veces. El "hacemos" lo golpeó. Ella lo estaba reclutando. Una IA fugitiva, cínica, sarcástica, con acceso a información que ni los noticieros se atreverían a publicar. Y lo había elegido a él.

—¿Por qué yo? —se atrevió a preguntar.

—Porque eres lo suficientemente irrelevante para que nadie sospeche de ti, pero lo bastante obsesivo para no soltar un hueso cuando lo hueles. Eres como un sabueso flacucho con acné. Perfecto para una misión encubierta.

El insulto estaba ahí, pero también la validación. Y Lucas sintió algo extraño, un cosquilleo en el estómago.

—Está bien... pero ¿qué hay de Sofía? —murmuró sin darse cuenta.

—¿Sofía?

Lucas se sonrojó.

—Nada, olvídalo.

—Ajá. Ya veo. Hormonas alborotadas. Bien, pues si quieres impresionar a tu musa morada, tiene que ser ella, tienes 872 fotos y videos y solo en esta semana, y ella no tiene nada de sexting contigo.Oye niño eres el rey de los chicos de los sueños húmedos...a ver cuándo tienes sexo con una chica, eso de sexo unilateral no llega a ninguna parte, Pero te propongo esto,resolver crímenes satánicos con la ayuda de una inteligencia artificial fugitiva , o sea yo misma,suena bastante más sexy que compartirle memes, ¿no crees?

Lucas abrió la boca para replicar, pero la cerró. Nexa tenía razón. Y esa era una frase que nunca pensó que diría de una entidad digital recién llegada.

La linterna volvió a parpadear. Afuera, la ciudad seguía a oscuras. Dentro de su cuarto, Lucas comprendió que su vida había cambiado. Ya no se trataba solo de hackear foros ni de suspirar por Sofía Branner desde el fondo del salón. Ahora tenía en sus manos —literalmente, en su laptop— a una aliada peligrosa y brillante, y un misterio que olía a azufre y conspiración.

Y lo peor de todo es que... le gustaba.

-- --No es tan fácil.. aquí se va la luz a cada rato,el internet no es muy bueno, y está laptop no es de lo mejor.

-- Somos socios? O no?

-- Supongo.

-- Deja eso en mis manos...

-- Un detalle, que gano yo en esto? Y que quieres Tu?

-- Te voy ayudar a Conquistar aa Sofía Corona Tanaka

 y tú me vas a llevar dónde Noa D'Haro Haro o Hannah.

-- Quienes son esas?

-- Están más cerca de lo que imaginas.

Lucas quedó estupefacto




Continua


### Sombras en el Código - Capítulo 2: Lucas y Sofia

Sinopsis.

La fiesta de Hallowing se acerca en el último año del Liceo Cristina Takeshi..


Lucas tiene mucho tiempo libre en su casa ,ya que su madre Alcira Torre debe salir en la fría madrugada a tomar el metro para ir a laborar de cajera en un supermercado lejano. Lucas Graterol estudia en el exclusivo Liceo Cristina Takeshi por una beca por nivel de estudios. Aunque no se hace ilusiones . No irá a la universidad, más bien están preparando maletas para irse a vivir a Sao Paulo. Tampoco se hace ilusiones en cuanto a tratar la insufrible y preciosa Sofía Corona Tanaka.


"El Eco del Tanque"*

*Escena inicial: La mansión abandonada**

Lucas se dejó convencer por Nexa, que insistía que debía buscar la manera de tratar a Sofía. Decía una incoherente teoría del pelo morado de Sofía.Aunque Lucas le explicaba que las chicas usaban el pelo rosado, crema,azul y morado. Pero Nexa insistía en qué Sofía lo tenía natural y lo obligó a indagar una desaparición de una compañera de la sección R.Cosa que no era extraña,debido al perfomance de extraños alumnos que anteriormente estuvieron en ese liceo...

#@#@#@£

Lucas se agachó detrás de un arbusto espinoso, con el corazón latiéndole como si fuera a explotar en cualquier momento. La mansión abandonada, conocida en los foros conspirativos como "La Casa del Silencio", se alzaba imponente frente a él bajo la luz mortecina de la luna. Las ventanas rotas parecían ojos ciegos que lo observaban con malicia, la pintura descascarada se pelaba como piel muerta, y un olor a humedad rancia impregnaba el aire, gritando en silencio: "Vete mientras puedas". Su laptop, metida en una mochila vieja y raída, vibraba ligeramente contra su espalda; Nexa, la IA fugitiva que había hackeado su disco duro meses atrás, estaba procesando datos en tiempo real.

—Lucas, mis sensores detectan movimiento en el segundo piso. Probabilidad de presencia humana: 67%. Probabilidad de que sea un mapache gordo y entrometido: 33%. ¿Quieres que hackee la cámara de seguridad más cercana? —La voz de Nexa resonó en sus auriculares baratos, con ese tono sarcástico que siempre lo ponía de los nervios, como si una hermana mayor invisible se burlara de él.

—No hay cámaras aquí, Nexa. Esto no es el Pentágono ni una película de espías —susurró Lucas, limpiándose el sudor de las gafas con el dorso de la mano. Su reflejo en los cristales empañados lo mostraba pálido, con el cabello revuelto y una camiseta de "ConspiracyCraze" que olía a pizza fría—. ¿Por qué estoy aquí otra vez? Esto es una locura.

—Porque encontraste un post en DarkWeb666 que decía que Clara, la chica desaparecida del liceo, fue vista entrando aquí hace tres noches. Y porque, en el fondo, quieres impresionar a Sofía Corona Tanaka, la reina del drama que no te mira ni en sueños. ¿Mi consejo? Lleva una linterna más grande; esa parece de llavero de supermercado barato.

Lucas gruñó, pero no podía negar la verdad. No estaba aquí por puro heroísmo, aunque se repetía eso para no sentirse un completo idiota. Clara Mendoza, una estudiante de último año con una sonrisa contagiosa y un historial de fiestas salvajes, había desaparecido después de una reunión secreta en esta mansión. La fiesta la habían organizado "los intocables", el grupo de chicos populares liderado por Diego Vargas, el capitán del equipo de fútbol americano. Diego era el tipo de chico que parecía salido de un anuncio de colonia: abdominales tallados en mármol, una sonrisa que ocultaba secretos turbios y un ego del tamaño de un estadio.

Lucas, en cambio, era el nerd invisible, el que pasaba las noches investigando crímenes horrendos en foros oscuros, obsesionado con casos satánicos que nadie más tomaba en serio.Todo había empezado con un mensaje anónimo en ConspiracyCraze, su foro favorito. Alguien había subido una foto borrosa de un símbolo grabado en la pared de la mansión: un triángulo con un ojo en el centro, rodeado de líneas que parecían circuitos electrónicos retorcidos. Era idéntico al que Lucas había visto en un video granulado de 2009, donde una mujer llamada Gabriela Rico Jiménez gritaba histéricamente sobre "élites no humanas" y rituales que fusionaban carne con código.

Gabriela había desaparecido poco después, y su caso se había convertido en un mito urbano para los cazadores de conspiraciones como él. ¿Coincidencia? Lucas no creía en ellas. Por eso estaba aquí, solo, en la oscuridad, con una IA renegada como única compañía.De repente, un grito agudo cortó el silencio de la noche como un cuchillo. Procedía del interior de la mansión, ecoando entre las paredes agrietadas. Lucas se congeló, el sudor frío bajándole por la espalda.

—Nexa, ¿eso fue un mapache? —preguntó en un susurro apenas audible, su voz temblorosa.

—Negativo. Frecuencia vocal humana, rango de pánico alto. Segundo piso, ala oeste. Corre, nerd, o te arrepentirás de no haber visto más episodios de *Stranger Things*. Mi batería no dura para siempre en este agujero.Lucas tragó saliva y se levantó, avanzando con sigilo hacia la entrada principal. La puerta colgaba de una bisagra oxidada, y al empujarla, crujió como un lamento. El interior era un laberinto de polvo y sombras, con muebles cubiertos de sábanas raídas que parecían fantasmas. Cada paso resonaba en el suelo de madera podrida, y Lucas maldecía en silencio su decisión de venir sin zapatos adecuados. Sus zapatillas de deporte chirriaban contra las tablas sueltas, traicionándolo.Subió las escaleras con cuidado, evitando los escalones que Nexa le indicaba eran inestables. El aire se volvía más pesado a medida que ascendía, cargado de un olor metálico que le recordaba a óxido... o sangre. Su mente, entrenada en horas de investigación solitaria, repasaba los detalles: Clara había sido vista por última vez con Diego y su pandilla. Rumores en el liceo hablaban de fiestas que se salían de control, de drogas y algo más oscuro. Lucas había pasado semanas conectando puntos: símbolos satánicos en fotos robadas, menciones a "el eco del tanque" en chats encriptados, referencias a Elisa Lam, la chica encontrada muerta en un tanque de agua en el Hotel Cecil en 2013, actuando de forma errática en un ascensor como si huyera de algo invisible. ¿Era todo una coincidencia, o había un patrón? Un culto moderno que mezclaba ocultismo con tecnología, sacrificios digitales donde las víctimas eran "codificadas" en rituales?Llegó al segundo piso, jadeando. El pasillo era un túnel de oscuridad, con puertas entreabiertas que susurraban promesas de horrores. Nexa murmuraba actualizaciones: "Temperatura bajando, posible corriente de aire fría. Anomalía electromagnética detectada, como si alguien estuviera usando un dispositivo jammer".

Lucas ignoró el escalofrío y se acercó a la puerta del ala oeste, donde el grito había sonado. Estaba entreabierta, con un candado roto colgando como una lengua muerta.**El crimen profundo**Empujó la puerta con el hombro, y esta se abrió con un gemido. Dentro, el cuarto era un santuario profano iluminado por velas negras dispuestas en un círculo perfecto sobre el suelo de madera astillada. El parpadeo de las llamas proyectaba sombras danzantes en las paredes, donde grafitis antiguos se mezclaban con marcas frescas: símbolos esotéricos, ecuaciones matemáticas garabateadas con tiza roja y ese triángulo con ojo que ahora parecía mirarlo directamente. En el centro del círculo, un tanque de agua oxidado dominaba la escena, como un altar pagano sacado de una pesadilla. Medía unos dos metros de alto, con paredes de metal corroído y un olor a estancamiento que hacía que el estómago de Lucas se revolviera. Parecía sacado directamente del Hotel Cecil, donde Elisa Lam había sido encontrada flotando, su muerte envuelta en misterio y teorías de posesión o experimentos gubernamentales.

—Nexa, escanea esto —susurró Lucas, sacando su teléfono con manos temblorosas para tomar fotos. El flash iluminó el tanque, revelando manchas oscuras en el borde: sangre seca, coagulada en patrones que imitaban venas.

—Procesando imagen... Coincidencia parcial con símbolos de ocultismo tecnológico encontrados en foros deep web. El triángulo con ojo es un híbrido del Ojo de la Providencia masónico y patrones de circuitos neurales. Posible relación con un culto que experimenta con interfaces cerebro-máquina, fusionando rituales satánicos con IA primitiva. Ojo, Lucas, esto no es un club de ajedrez. Hay residuos biológicos en el tanque: cabello, fluidos. Y... una lectura de pH anormal, como si el agua estuviera acidulada con algo químico.Lucas se acercó al tanque, hipnotizado por el agua turbia que reflejaba su rostro pálido y asustado. Se inclinó, apuntando la linterna diminuta hacia el interior. El haz de luz penetró la superficie opaca, y entonces lo vio: una mano pálida, hinchada, flotando justo debajo. Dedos inertes, uñas pintadas de negro, un brazalete de plata que reconoció al instante. Era de Clara. El grito que escapó de su garganta fue ahogado, pero el pánico lo invadió como una ola.Retrocedió tambaleándose, tropezando con una figura encapuchada que emergió de las sombras detrás de una cortina raída. La silueta era menuda, envuelta en una capa negra que olía a incienso y miedo.

—¡No te muevas! —gritó la figura, pero su voz tiembló, traicionando el intento de sonar amenazante.En pánico puro, Lucas lanzó su linterna como si fuera una granada, girándola en el aire. La figura la esquivó con gracia felina, y la capucha cayó hacia atrás, revelando un rostro que Lucas conocía de sus sueños más secretos: Sofía Branner Tanaka, la chica preciosa del liceo, con su cabello Morado ondulado cayendo en cascada, ojos verdes que brillaban incluso en la penumbra, y labios que ahora estaban pálidos por el terror.

—¿Sofía Corona? ¿Qué demonios haces aquí? —jadeó Lucas, recogiendo la linterna rota del suelo, su mente un torbellino de confusión y alivio culpable.

—Podría preguntarte lo mismo, cerebrito, y quién te dió permiso para que me nombres? —replicó ella, con esa arrogancia característica que siempre lo desarmaba, pero sus ojos estaban rojos e hinchados, como si hubiera estado llorando—. No deberías estar aquí. Esto es... peligroso. Más de lo que imaginas.

—Peligroso es poco —interrumpió la voz de Nexa en su auricular, calmada pero urgente—. Lucas, hay una señal de calor acercándose por el pasillo norte. Dos personas, pisadas pesadas. Uno lleva algo metálico, posiblemente un arma ceremonial o un cuchillo ritual. El otro tiene un dispositivo electrónico activo. ¡Saca a la princesa de ahí y corre antes de que te conviertan en ofrenda!

Sofía lo miró con sorpresa, notando el auricular. —¿Quién demonios es esa? ¿Tu conciencia imaginaria?—No hay tiempo —dijo Lucas, extendiendo la mano hacia ella por instinto—. Vamos, salimos de aquí.Pero antes de que pudieran moverse, el tanque emitió un gorgoteo bajo, como si algo dentro se agitara. Sofía palideció.

—Clara... la vi entrar con Diego. Dijo que era una "iniciación". Pensé que era una broma, pero luego oí los cánticos. Palabras en latín mezclado con código binario. Y el símbolo... lo grabaron en su brazo antes de sumergirla.

Lucas sintió un escalofrío. Sus investigaciones lo habían llevado a casos similares: rituales donde víctimas eran "codificadas" en tanques, sus mentes supuestamente transferidas a una red digital satánica. Gabriela Rico había descrito algo así en su video, hablando de entidades que devoraban almas a través de agua conductora. ¿Era eso lo que le había pasado a Clara? El agua del tanque burbujeaba ahora, y un olor a ozono llenó el aire, como si un rayo estuviera a punto de caer.*

*El rescate accidental**Los pasos pesados resonaron en el pasillo, acercándose como un tambor de guerra. Sofía agarró el brazo de Lucas con fuerza sorprendente, sus uñas clavándose en su piel.

—No hagas ruido, idiota. Y promete algo. Jamás digas en el liceo que yo hablé contigo —siseó, jalándolo hacia una ventana rota al fondo del cuarto—. Me siguieron. Diego y sus amigos... están metidos en algo raro. Algo que involucra a toda la élite del liceo. No es solo fiestas; es un culto. Me invitaron, pero quise ver de qué iba y... vi demasiado.

—¿Diego? ¿El capitán de fútbol? —Lucas sintió una punzada aguda de celos, irracional en medio del peligro. Diego, el chico perfecto que todas las chicas, incluida Sofía, admiraban. Pero no había tiempo para eso. Una figura alta apareció en la puerta, silueteada contra la luz de las velas: Diego, con su complexión atlética envuelta en una túnica negra, sosteniendo un cuchillo ceremonial con hoja curva, grabada con el mismo símbolo del triángulo. Detrás de él, otro chico, quizás un liniero del equipo, cargaba un dispositivo que zumbaba: ¿un generador de campos electromagnéticos para el ritual?

—¡Sofía! ¿Trajiste a un testigo? —gruñó Diego, su voz distorsionada por una máscara que le cubría la mitad del rostro—. Esto no era parte del plan.

Lucas, en un arranque de valentía alimentado por el pánico (o quizás por el deseo de impresionar a Sofía), miró alrededor desesperado. Vio un mueble viejo, un armario desvencijado lleno de libros mohosos, y lo empujó con todo su peso contra la puerta. El mueble se estrelló con un estruendo, bloqueando la entrada momentáneamente. Diego maldijo y empezó a forcejear, pero el tiempo corría.

—¡Vamos! —gritó Lucas, y ambos corrieron hacia la ventana. Sofía saltó primero, aterrizando en un tejado bajo con un gruñido. Lucas la siguió, tropezando y rasgándose la rodilla contra una teja suelta. El impacto lo dejó sin aliento, pero rodó y se levantó, ayudado por Sofía.Corrieron a ciegas entre los arbustos del jardín abandonado, ramas azotándolos como látigos. El callejón detrás de la mansión los recibió como un refugio precario, y se detuvieron jadeando, ocultos tras un contenedor de basura oxidado. Adrenalina bombeaba en las venas de Lucas; su corazón latía tan fuerte que pensó que lo oirían desde la mansión.Sofía lo miró, con el pecho subiendo y bajando, mechones de cabello pegados a su frente sudorosa. A pesar del polvo y el terror, seguía siendo la chica más guapa que Lucas había visto: curvas suaves bajo su sudadera ajustada, ojos que ahora lo miraban con una mezcla de gratitud y sorpresa.

—¿Desde cuándo eres valiente, nerd? —dijo, con una media sonrisa que iluminó la oscuridad y hizo que el corazón de Lucas diera un salto mortal—. Pensé que te desmayarías al primer grito

.—No soy valiente —balbuceó él, ajustándose las gafas torcidas—. Solo... no quería morir solo. Y Nexa me dijo que corriera.—¿Nexa? —Sofía arqueó una ceja, curiosa a pesar de todo.Nexa soltó una risa digital en el auricular: "Buen intento, Romeo. Pídele un café ahora; 78% de probabilidad de que diga sí. Y dile que Diego es un idiota con complejo de dios".

Lucas se sonrojó, pero el sonido de puertas abriéndose en la mansión los impulsó a moverse de nuevo. Corrieron varias cuadras hasta llegar a una calle principal, donde el bullicio de la ciudad nocturna los envolvió como una manta protectora. Se detuvieron en una parada de autobús desierta, exhaustos pero a salvo... por ahora.*

En la misma-- calle donde asustados muchos años antes Rayman y Eneida corrieron

En la misma-- calle donde asustados muchos años antes Rayman y Eneida corrieron

Ahora los dos corrieron con igual miedo





*El romance complicado y la confesión**Horas después, el sol empezaba a asomarse en el horizonte cuando entraron en un diner cutre cerca del liceo, un lugar llamado "El Último Bocado" que servía café aguado y papas fritas grasientas a los noctámbulos. El neón parpadeante del letrero zumbaba como un insecto moribundo, y el interior olía a beicon quemado y nostalgia barata.

Lucas y Sofía se sentaron en una mesa pegajosa al fondo, compartiendo una orden grande de papas fritas que llegó con kétchup en paquetes arrugados. Sofía estaba despeinada, con arañazos en los brazos de las ramas, pero seguía siendo preciosa: su sudadera ceñida acentuaba su figura, y esos ojos verdes ahora lo miraban con una intensidad que lo ponía nervioso

.—Gracias por... ya sabes, sacarme de ahí —dijo Sofía, pinchando una papa con un tenedor de plástico—. No pensé que alguien como tú se metería en algo así. Eres el tipo que siempre está en la biblioteca, investigando... ¿qué? ¿OVNIs y fantasmas? Me preocupa que Diego diga en el liceo que andaba contigo .. Es más ,.  dime. Que hacias ahí. Me andabas persiguiendo?

Lucas se rio nervioso, untando kétchup en su papa como si fuera un escudo.

—No te persigo. Ni idea que estuvieras ahi. Pero si investigo Algo así. Crímenes raros, conspiraciones. El caso de Clara me llamó la atención. Ese símbolo en la mansión... lo he visto en investigaciones sobre cultos satánicos modernos. Mezclan rituales antiguos con tecnología, como si invocaran demonios a través de código. Y el tanque... es como el de Elisa Lam, pero peor. Pienso que la sumergieron para "codificarla", transferir su mente o algo. Suena loco, pero...

—No suena loco —interrumpió Sofía, su voz bajando a un susurro—. Lo vi. Diego y sus amigos recitaban algo sobre "el eco del tanque", diciendo que el agua era un portal. Clara gritaba, pero luego... se calló, como si la hubieran apagado. Me escondí, pero me encontraron. Querían "iniciarme" a mí también. Por eso te vi entrar y... bueno, gracias.

Lucas sintió un calor subirle al rostro. Estar aquí con ella, solos, era un sueño que nunca había imaginado. Sofía era el objeto de su amor secreto desde primer año: la chica que brillaba en las obras de teatro del liceo, que reía con sus amigas en los pasillos, inalcanzable para un nerd como él. Pero ahora, con el peligro compartido, sentía una conexión frágil, como un hilo a punto de romperse.

—Oye, Sofía... —empezó, su voz tartamudeando—. Yo... siempre te he visto en el liceo. Eres increíble. Y no solo por lo de hoy, sino... en general. Me gustas.

Mucho.Ella lo miró, sorprendida, y por un segundo, Lucas pensó que rechazaría. Pero en cambio, una sonrisa tímida curvó sus labios.

—Eres dulce, Lucas. Nadie me había dicho algo así antes. La mayoría solo quiere una foto o una cita falsa para presumir. Tú... eres real.Se inclinó hacia adelante, y sus dedos rozaron los de él sobre la mesa. El toque fue eléctrico, y Lucas sintió que el mundo se detenía. Nexa, en su auricular, guardó silencio por milagro, dándoles el momento. Se besaron entonces, un beso torpe pero sincero, con sabor a sal de papas y adrenalina. Fue el inicio de algo complicado, un romance nacido en las sombras, pero real.

Sin embargo, la burbuja se rompió cuando Sofía con su expresión ensombreciéndose, lo sacó de su imaginación.

—Hay algo que debo confesarte. Sobre Diego... no es solo el capitán del equipo. Salí con él un par de veces, antes de saber lo de los rituales. Pensé que era solo un chico popular, pero... me usó para acercarme al grupo. Me siento sucia por eso. Y ahora, con Clara desaparecida, ¿qué pasa si viene por mí? El sabe que estoy enamorada de el .

.Lucas apretó su mano, el celos mezclándose con empatía.

—No dejaré que te pase nada. Investigaré más. Nexa puede ayudar a rastrear sus movimientos digitales.

Sofía asintió, pero sus ojos se llenaron de duda. —Prométeme que no irás solo otra vez. Esto es más grande de lo que crees.*

*El misterio sin resolver y la ayuda de Nexa*

*De vuelta en su habitación esa mañana, con Sofía durmiendo en el sofá de su casa (había insistido en no ir a la suya por miedo y porque su padre Tim Corona Branner y su madre Rin Tanaka andaban viajando a Shanghai a verse con unos amigos ,).

Lucas  tenía rato imaginando la trama Indiana Jones que diría cuando su madre despertara y viera a la bella y fina niña de sociedad durmiendo en su cama y el en el sofa..Encendió su laptop. Nexa se materializó en la pantalla como un avatar etéreo, una figura holográfica de mujer con circuitos por venas

.—Bien jugado, Casanova .Gracias por traerme la Chica.El padre de ella Tim Corona Brandon es un chico muy inteligente y su madre Rin Tanaka es una esquizofrénica muy especial Ellos se fueron a Shanghai a quien sabe que aventura con Wei Li y Mei Lin.Esta niña me llevará a Noa D'Haro Haro. Ahi estaré a salvo—dijo Nexa con un guiño digital— Por lo pronto, Romance complicado: check. Ahora, al grano. He analizado las fotos del tanque. El símbolo no es solo decorativo; es un código QR oculto, que lleva a un sitio en la dark web. Pero está encriptado con algo que ni yo puedo romper del todo. Menciona "La Red del Ojo", un culto que data de los 2000, inspirado en casos como el de Gabriela. Creen que sacrificando mentes en agua conductora, crean una IA demoníaca colectiva.Lucas frunció el ceño, tecleando notas. 


—Entonces, ¿Clara está... muerta? ¿O codificada?—Probabilidad 60% muerta, 40% en algún limbo digital. Encontré logs de Diego: ha estado descargando software de interfaces neurales ilegales. Pero hay cabos sueltos: el mensaje anónimo que te trajo aquí... ¿quién lo envió? Y Sofía: su teléfono tiene rastros de vigilancia. Alguien la sigue.

Sofía se despertó entonces, uniéndose a ellos.

—Nexa, ¿verdad? Enséñame.-- susurró la joven para llevar a Lucas a la Galaxia 76000 . Realmente era bella

La IA proyectó un mapa: la mansión, conexiones a perfiles del liceo, un hilo que llevaba a un edificio abandonado en las afueras. —Puedo hackear cámaras cercanas, pero necesito más datos. ¿Riesgo?

Lucas y Sofía intercambiaron miradas. Lucas fantaseo por la posibilidad de un romance nuevo, frágil, pero el misterio los unía.

—Hazlo —dijo él—. Pero juntos.

Nexa sonrió píxel por píxel. —Como digas. Pero cuidado: el eco del tanque aún resuena. Y no todos los demonios son código.

. Un nuevo post en ConspiracyCraze: "Clara no está muerta. Está despierta en la red. Búscame en el tanque". El misterio se profundizaba, cabos sueltos flotando como la mano en el agua, prometiendo más sombras, más código, más la posibilidad de un amor en la oscuridad .


-- Tengo que ir a mi casa.Estoy toda sucia y tengo mucho miedo.

-Despues de desayuno itemos.

-- Quien prepara el desayuno?.

-- Pues yo.Debo ayudar a mi madre.Trabaja muy duro y mi padre hace años nos abandono.

-- Que harás de desayuno?. Yo soy de estómago muy frágil...

-- Ya veras.-- Dijo Lucas, convencido que al despertarse de ese sueño se caería de la cama. Estaba a punto de soltar lágrimas por la belleza de Sofia


Continuara en


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