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miércoles, 28 de mayo de 2025

Corazón de Jade Capitulo 5,6,7

Novelas Por Capitulos


 Media hora más tarde, Li Wei emergió de la oficina, estirando sus músculos tensos después de horas frente a la computadora. Lo que vio lo dejó momentáneamente sin aliento.


Mei Lin se movía a través del espacio improvisado de entrenamiento como agua fluyendo entre rocas. Vestía solo una camiseta ligera y pantalones ajustados,

Vestía solo una camiseta ligera y pantalones ajustados,

su cuerpo brillante por el sudor del esfuerzo. En sus manos sostenía lo que parecían ser dos barras metálicas que había encontrado en algún lugar del almacén, utilizándolas como armas improvisadas con una destreza asombrosa.

Li Wei se quedó inmóvil, hipnotizado por la belleza letal de sus movimientos. Cada gesto, cada salto, cada giro hablaba de años de entrenamiento disciplinado y una gracia natural que trascendía el tiempo.

-- No creo poder con esto-- pensó totalmente fascinado,hipnotizado,prisionero y esclavo de la belleza de Mei Lin.

Mei Lin ejecutó una serie de movimientos particularmente complejos, terminando en una postura perfectamente equilibrada. Fue entonces cuando notó a Li Wei observándola. En lugar de mostrarse avergonzada o sorprendida, sonrió.

--"¿Descubriste algo útil?", preguntó, bajando las barras metálicas y acercándose a él.Totalmente inocente del destructivo terremoto que desintegraba al atractivo joven.

Li Wei parpadeó, intentando reorientar sus pensamientos.

"Sí", respondió, aclarándose la garganta. "Bastante, de hecho. He encontrado información sobre la estructura corporativa de NeoSombra, sus principales instalaciones, y algunos de sus proyectos clasificados."

"Excelente", dijo Mei Lin, tomando una toalla para secarse el sudor y sin ninguna mala intención y con inocente coquetería le dijo.-----__. ahora me aseare con tu....regalo. "Muéstrame lo que has encontrado.

Regresaron a la oficina, donde Li Wei había creado un mapa digital detallado de las operaciones de NeoSombra.

"Su sede principal está aquí", señaló en la pantalla. "128 pisos, seguridad de última generación. Pero lo interesante es esto: tienen un complejo de investigación secreto en las afueras de la ciudad, cerca de las montañas Sheshan, no lejos de la mansión de Gang."

Mei Lin estudió el mapa con atención.

"¿Qué investigan allí?"

"Según los documentos filtrados que encontré en foros encriptados, experimentan con 'tecnologías de manipulación energética y temporal'", respondió Li Wei. "La descripción es vaga, pero encaja con lo que sabemos sobre el Corazón de Jade."

"Es allí donde deben estar realizando sus experimentos con el artefacto", concluyó Mei Lin. "Necesitamos infiltrarnos en ese complejo."

Li Wei la miró con alarma.

"¿Infiltrarnos? Mei Lin, ese lugar probablemente tiene seguridad militar. No podemos simplemente entrar caminando."

"No dije que sería fácil", respondió ella con calma. "Pero es necesario. Necesito ver exactamente qué están haciendo con el Corazón de Jade, y potencialmente recuperarlo."

Li Wei suspiró, reconociendo la determinación en su voz. No había forma de disuadirla.

"Bien, pero necesitaremos un plan meticuloso. Y más información sobre la seguridad del complejo."

"¿Puedes conseguirla?", preguntó Mei Lin.

"No remotamente", admitió Li Wei. "Necesitaríamos acceso a sus sistemas internos, y eso significa..."

"Infiltrarse primero en un objetivo más accesible", completó ella. "¿Alguna sugerencia?"

Li Wei consideró las opciones, revisando la información que había recopilado.

"Zhao Yue", dijo finalmente. "Como enlace entre TechnoVanguard y NeoSombra, debe tener acceso a información sobre el complejo de investigación. Y conozco su rutina, sus hábitos. Sería más fácil acceder a ella que directamente a las instalaciones de NeoSombra."

Mei Lin asintió, apreciando la lógica.

"Una estrategia sensata. ¿Cómo la abordaríamos?"

"Tiene un apartamento en la Torre Cristal, en el distrito financiero. Vive sola, con un sistema de seguridad avanzado pero no infalible. Y cada jueves por la noche asiste a una sesión de terapia holística en un spa exclusivo. Sale a las 9:00 PM y regresa aproximadamente a las 11:00 PM."

Mei Lin lo miró con una mezcla de sorpresa y admiración.

"Sabes mucho sobre sus movimientos", comentó con la típica desconfianza de una enamorada que está descubriendo la forma de vida de la contraparte. "¿Investigación reciente o...?"

Li Wei se sonrojó ligeramente.

"Admito que hubo un tiempo en que estaba... intrigado por ella. Profesionalmente, por supuesto", añadió rápidamente. "Observé sus patrones como parte de mi intento de entender mejor las interacciones sociales en el entorno corporativo."

Mei Lin sonrió, claramente no convencida por su explicación.

"Por supuesto", dijo, con un toque de diversión en su voz. "Puramente profesional."

Li Wei cambió de tema rápidamente.

"Hoy es miércoles. Si decidimos seguir este plan, tendríamos que actuar mañana por la noche."

"Tiempo suficiente para prepararnos adecuadamente", asintió Mei Lin. "Necesitaremos equipo específico. ¿Puedes conseguirlo?"

"Puedo intentarlo", respondió Li Wei. "Tengo algunos contactos en el mercado gris tecnológico. Gente que no hace demasiadas preguntas si pagas bien."

"Bien", dijo Mei Lin, levantándose. "Mientras tanto, continuaré entrenando. Y tú deberías unirte a mí."-- propuso inesperadamente.

Li Wei la miró con sorpresa.

"¿Yo? No tengo entrenamiento en combate."

"Precisamente por eso", respondió ella. "Si vamos a infiltrarnos en lugares peligrosos, necesitas al menos habilidades básicas de defensa personal y sigilo."

Li Wei consideró la propuesta. La idea de entrenar con Mei Lin era simultáneamente intimidante y extrañamente atractiva.El era un usuario continuo de gimnasio. Podía decirse que estaba en mediana forma.

"Supongo que tienes razón", concedió finalmente. "Aunque dudo que pueda aprender mucho en tan poco tiempo."

"No subestimes lo que la necesidad y la adrenalina pueden lograr", respondió Mei Lin. "He visto a hombres sin entrenamiento realizar hazañas extraordinarias cuando sus vidas dependían de ello."

Con eso, lo guió de vuelta al área principal. Durante las siguientes horas, Mei Lin le enseñó posturas básicas, técnicas de respiración, y movimientos defensivos simples. Li Wei, acostumbrado a ejercitar su mente más que su cuerpo, encontró el entrenamiento agotador pero extrañamente satisfactorio, a pesar que le quedó doliendo severamente hasta el último poro de piel

"Tu mayor ventaja es tu mente analítica", observó Mei Lin mientras corregía su postura. "Ves patrones, calculas probabilidades. En combate, eso puede ser tan valioso como la fuerza bruta."

Sus manos ajustaron la posición de sus brazos, el contacto enviando una corriente eléctrica por la piel de Li Wei. Estaban cerca, muy cerca, sus cuerpos casi tocándose mientras ella demostraba un movimiento defensivo.

"La clave es anticipar", continuó ella, inconsciente del efecto que su proximidad tenía en él. "Leer el lenguaje corporal de tu oponente, predecir su próximo movimiento."

"Como analizar algoritmos", murmuró Li Wei, intentando concentrarse en la lección y no en el aroma de Mei Lin, una mezcla de sudor limpio y algo floral que encontraba inexplicablemente atractivo.Eran las activas feromonas de ella, que lo excitaban, lo llamaban, lo enerbavan, lo hacía olerla,desearla,tenerla.

"Exactamente", sonrió ella, complacida por su comprensión. "El cuerpo humano sigue patrones, igual que tus códigos."

Continuaron entrenando hasta que el sol comenzó a ponerse, la luz dorada filtrándose a través de las ventanas polvorientas del almacén. Finalmente, exhaustos pero satisfechos, se detuvieron para descansar.

"Lo haces bien para ser un principiante", comentó Mei Lin, pasándole una botella de agua. "Aprendes rápido."

"Tengo una buena maestra", respondió él, repitiendo su comentario anterior.Agotado.Cansado

Se sentaron juntos en el suelo, bebiendo agua y recuperando el aliento. Un silencio cómodo se instaló entre ellos, el tipo de silencio que solo existe entre personas que han comenzado a desarrollar una conexión genuina.

"Li Wei", dijo finalmente Mei Lin, su voz más suave de lo habitual,después de mirarlo así, tan especial.. "¿Puedo preguntarte algo personal?"

"Por supuesto", respondió él, intrigado por su tono.

"¿Por qué me ayudas realmente? Estás arriesgando tu vida, tu carrera, todo lo que has construido. ¿Por qué?"

La pregunta lo tomó por sorpresa. Había estado tan ocupado reaccionando a los eventos que apenas había tenido tiempo de reflexionar sobre sus propias motivaciones.

"Al principio fue simple curiosidad científica", admitió después de un momento. "Y quizás algo de adrenalina. Mi vida era tan... predecible. Tan controlada."

Hizo una pausa, buscando las palabras correctas.

"Pero ahora... creo que es algo más. Veo tu determinación, tu coraje, tu sentido del deber. Es inspirador. Me hace querer ser más de lo que soy, más de lo que creía que podía ser."

Mei Lin lo miró intensamente, como si intentara ver a través de él, hasta su esencia.

"¿Y no tienes miedo?", preguntó suavemente.

"Estoy aterrorizado", confesó Li Wei con una risa nerviosa. "Pero de alguna manera, el miedo ya no me paraliza como antes. Es como si hubiera estado dormido toda mi vida y finalmente estuviera despertando."

Mei Lin asintió, comprendiendo preguntándose interiormente ... Me pidió en matrimonio, Pero no avanza. Será que se arrepintió? No sé. Estoy muy confundida.

"En mi entrenamiento, aprendí que el miedo no es el enemigo. Es una herramienta, un sentido que nos mantiene vivos. El verdadero enemigo es la parálisis que puede causar."

Se acercó más a él, sus ojos reflejando la luz dorada del atardecer.

"Hay algo más que deberías saber", dijo, su voz apenas un susurro. "Algo que no te he dicho sobre el Alma de Jade."

Li Wei la miró expectante.

"El artefacto no me trajo a este tiempo por casualidad", continuó ella. "Me trajo específicamente a ti."

"¿A mí?", preguntó Li Wei, confundido. "¿Cómo es posible? Ni siquiera sabías de mi existencia."

"El Alma de Jade responde a la intención y la sangre del usuario, pero también tiene su propia... conciencia, por falta de una palabra mejor", explicó Mei Lin. "Busca equilibrio, conexiones a través del tiempo. Y por alguna razón, te eligió a ti como mi ancla en este mundo.No me preguntes por qué.

Li Wei intentó procesar esta nueva información, su mente científica luchando con conceptos que desafiaban toda lógica.

"¿Estás diciendo que estábamos destinados a encontrarnos? ¿Que algún tipo de fuerza mística nos conectó a través de los siglos?"

"No sé si lo llamaría destino", respondió ella. "Pero sí creo que hay una razón por la que nuestros caminos se cruzaron. Una razón más allá de la coincidencia o el azar."

Se miraron en silencio, la tensión entre ellos casi palpable. Li Wei sentía que estaban al borde de algo profundo, algo transformador.

Lentamente, casi involuntariamente, se inclinó hacia ella. Mei Lin no retrocedió. Sus rostros estaban a centímetros de distancia, sus respiraciones mezclándose.Estaba decido a intentarlo. Es que no podía soportar más. Tenía que besarla o enloqueceria de deseo.

"Mei Lin", susurró, su voz ronca. "Yo..."

El sonido estridente de una alarma los sobresaltó, rompiendo el momento. Era el teléfono de Li Wei, configurado para alertar sobre menciones específicas en la red.

"Lo siento", murmuró, alejándose reluctantemente para revisar la notificación. Su expresión cambió rápidamente de frustración a alarma. "Oh no."

"¿Qué sucede?", preguntó Mei Lin, instantáneamente alerta.

"NeoSombra acaba de emitir un comunicado", explicó Li Wei, mostrándole la pantalla. "Han anunciado una recompensa por información sobre nuestro paradero. Me describen como un 'empleado inestable que ha robado secretos corporativos'.Me han despedido y denunciado a la Policía Y a ti..."

"Como tú cómplice", completó Mei Lin, leyendo el comunicado. "Una 'peligrosa impostora' que se hace pasar por una ciudadana china.indocumentada con conexiones en Latinoamérica con el Tren de Aragua , en el extremo Oriente con grupos terroristas radicalizados, y hooligans del fútbol australiano. Eso último parece ser muy malo . "

"Esto complica las cosas", dijo Li Wei. "Ahora no solo nos busca NeoSombra, sino potencialmente cualquier persona que vea este anuncio y quiera la recompensa."

Mei Lin asintió, su expresión volviendo a la seriedad profesional.

"Entonces debemos movernos más rápido. No podemos esperar hasta mañana para actuar. Necesitamos infiltrarnos en el apartamento de Zhao Yue esta noche."

"¿Esta noche?", repitió Li Wei, alarmado. "Pero no estamos preparados. No tenemos el equipo, no hemos reconocido el terreno..."

"La sorpresa será nuestra ventaja", argumentó Mei Lin. "Actuaremos antes de que puedan reforzar la seguridad. Además, ahora que la noticia es pública, Zhao Yue estará esperando nuestro movimiento. Mañana podría ser demasiado tarde."

Li Wei consideró sus opciones. El plan original era más seguro, más metódico, más acorde con su naturaleza cautelosa. Pero Mei Lin tenía razón: la situación había cambiado drásticamente.

"De acuerdo", concedió finalmente. "Pero necesitaremos al menos equipo básico. Déjame hacer algunas llamadas."

Mientras Li Wei contactaba a sus conexiones en el mercado gris, Mei Lin regresó a su entrenamiento, sus movimientos ahora más intensos, más enfocados.


La tensión del momento íntimo interrumpido había sido reemplazada por la concentración de una guerrera preparándose para la batalla.

El sol se ponía sobre Shanghai, las luces de la ciudad comenzando a brillar en la distancia. En algún lugar entre esos rascacielos, Zhao Yue continuaba con su rutina, inconsciente de que se había convertido en el próximo objetivo de una guerrera de otro tiempo


y un ingeniero convertido en fugitivo.

La cacería había entrado en una nueva fase, y las sombras del pasado se extendían cada vez más sobre el presente ultramoderno de Shanghai 2025.



Capítulo 6: "La Verdad Revelada"

La noche había caído sobre Shanghai cuando Li Wei y Mei Lin se preparaban para su misión improvisada. Gracias a los contactos de Li Wei en el mercado gris tecnológico, habían conseguido un equipo básico pero funcional: inhibidores de señal, herramientas de acceso electrónico, comunicadores encriptados y ropa oscura no reflectante.

"No es el equipo de infiltración más avanzado", comentó Li Wei mientras ajustaba un pequeño dispositivo en su muñeca, "pero debería ser suficiente para lo que planeamos."

Mei Lin examinaba con curiosidad los dispositivos tecnológicos, familiarizándose rápidamente con su funcionamiento.

"En mi tiempo, dependíamos de la oscuridad, el sigilo y herramientas mucho más rudimentarias", dijo, probando el comunicador en su oído. "Esto parece magia para mí, pero la estrategia básica sigue siendo la misma: entrar, obtener lo que necesitamos, salir sin ser detectados."

Li Wei asintió, revisando una última vez el plano holográfico del edificio donde vivía Zhao Yue.

"La Torre Cristal tiene seguridad de primer nivel, pero conozco sus sistemas. Trabajé en un proyecto similar hace años", explicó. "El apartamento de Zhao Yue está en el piso 108. Tiene su propio ascensor privado con autenticación biométrica, pero podemos acceder a través del conducto de mantenimiento adyacente."

"¿Y una vez dentro?", preguntó Mei Lin, ajustando las correas de un arnés ligero que le permitiría moverse con libertad.

"Necesitamos acceder a su terminal personal. Probablemente esté protegida, pero tengo herramientas para sortear la mayoría de las medidas de seguridad comunes", respondió Li Wei. "Lo que buscamos son archivos relacionados con el complejo de investigación de NeoSombra, especialmente cualquier cosa sobre el Corazón de Jade."

Mei Lin se acercó a él, su expresión seria.

"Li Wei, debo preguntarte algo importante antes de que procedamos", dijo, mirándolo directamente a los ojos. "Si las cosas salen mal, si nos descubren, ¿estás preparado para las consecuencias? Esto no es un juego de computadora. NeoSombra no mostrará misericordia."

Li Wei sostuvo su mirada, consciente de la gravedad de la situación.

"Lo sé", respondió con una calma que lo sorprendió a sí mismo. "He considerado los riesgos. Mi vida anterior ya está comprometida de todos modos. No puedo volver a TechnoVanguard, no puedo volver a mi apartamento. Estoy completamente dentro de esto, Mei Lin. Contigo."

Algo cambió en la mirada de ella, un suavizamiento casi imperceptible de sus rasgos.

"Bien", dijo finalmente. "Entonces vamos."

Salieron del almacén por una puerta trasera, mezclándose con las sombras de la noche industrial. Li Wei había alquilado un vehículo anónimo a través de una red secundaria, pagando en efectivo para evitar dejar rastros digitales.

Mientras conducían hacia el distrito financiero, Mei Lin observaba la ciudad nocturna con fascinación apenas disimulada. Shanghai de noche era un espectáculo de luces neón, hologramas gigantes y rascacielos que parecían desafiar la física.

"Es hermoso, a su manera", comentó. "Tan diferente de la Shanghai que conocí. Más brillante, más alta, más... ruidosa. Pero aún puedo sentir su alma antigua bajo toda esta luz y metal."

Li Wei la miró brevemente, sorprendido por su observación poética.

"A veces olvido que estás experimentando todo esto por primera vez", dijo. "Debe ser abrumador."

"Lo fue al principio", admitió ella. "Los primeros días después de mi llegada, creí que había muerto y estaba en algún reino espiritual extraño. Luego, cuando comprendí que seguía en el mundo físico, solo que siglos después, tuve que adaptarme rápidamente."

"Lo has hecho extraordinariamente bien", comentó Li Wei con admiración sincera.

Mei Lin sonrió levemente.

"La adaptabilidad es una habilidad de supervivencia fundamental. Mi padre solía decir que el bambú que se dobla con el viento sobrevive a la tormenta, mientras que el roble rígido se quiebra."

Llegaron a unas cuadras de la Torre Cristal y estacionaron en un callejón discreto. Desde allí, continuarían a pie, aprovechando los puntos ciegos en la red de vigilancia urbana que Li Wei había identificado previamente.

La Torre Cristal se alzaba ante ellos como una aguja de luz, sus 120 pisos de cristal inteligente cambiando sutilmente de color según las condiciones ambientales. A esta hora de la noche, brillaba con un tono azul profundo que se fundía con el cielo nocturno.

"Impresionante", murmuró Mei Lin mientras se acercaban. "En mi tiempo, el edificio más alto apenas alcanzaba siete pisos."

"Y esto ni siquiera es el más alto de Shanghai ahora", respondió Li Wei. "La Torre NeoSombra tiene 128 pisos."

Se detuvieron en un punto estratégico, observando los patrones de movimiento de los guardias de seguridad y los drones de vigilancia.

"Entraremos por el acceso de servicio subterráneo", explicó Li Wei. "Hay un túnel que conecta con el sistema de metro, utilizado para mantenimiento. Tengo los códigos de acceso de cuando trabajé en un proyecto relacionado."

Mei Lin asintió, siguiéndolo hacia una discreta entrada de servicio en una calle lateral. Li Wei utilizó un dispositivo para desactivar temporalmente la cámara de seguridad, permitiéndoles acceder sin ser detectados.

El túnel era estrecho y apenas iluminado, diseñado para personal de mantenimiento y robots de servicio. Avanzaron rápidamente, conscientes de que la ventana de oportunidad era limitada.

"Según mis cálculos, Zhao Yue debería estar en una cena corporativa en este momento", susurró Li Wei mientras se acercaban a un panel de acceso. "Tenemos aproximadamente dos horas antes de que regrese."

Utilizó otro dispositivo para hackear el panel, y la puerta se deslizó silenciosamente, revelando un área de servicio en los niveles inferiores de la Torre Cristal.

"Impresionante", comentó Mei Lin, observándolo trabajar. "Eres como un ninja moderno."

Li Wei sonrió ante la comparación.

"Solo aplico conocimiento técnico. Tú eres la verdadera guerrera aquí."

Se movieron eficientemente a través de las áreas de servicio, evitando al personal de mantenimiento y las cámaras de seguridad. Finalmente llegaron a un conducto de servicio vertical que corría paralelo a los ascensores principales.

"Este conducto nos llevará hasta el nivel 108", explicó Li Wei, ajustando su arnés. "Es un ascenso largo, pero más seguro que intentar usar los ascensores regulares."

Mei Lin asintió, preparándose para el ascenso.

"En mi entrenamiento, escalábamos acantilados con menos equipo que este", comentó. "Esto será sencillo en comparación."

Comenzaron a ascender utilizando los sistemas de asistencia de los arneses, que facilitaban considerablemente el esfuerzo. Aun así, era un ejercicio exigente, especialmente para Li Wei, quien no estaba acostumbrado a tal actividad física.

A medida que subían, Li Wei no pudo evitar admirar la determinación y resistencia de Mei Lin. Se movía con una gracia eficiente, sin mostrar signos de fatiga incluso después de varios pisos.

"¿Cómo lo haces parecer tan fácil?", preguntó en un susurro, durante una breve pausa para recuperar el aliento.

"Años de entrenamiento", respondió ella simplemente. "Mi padre comenzó a entrenarme cuando apenas podía caminar. Escalábamos montañas como parte de mi rutina diaria."

"Debió ser una infancia intensa", comentó Li Wei.

Una sombra cruzó el rostro de Mei Lin.

"No conocí otra forma de vida", dijo. "Pero no me arrepiento. Ese entrenamiento me ha permitido sobrevivir en situaciones que habrían matado a otros."

Continuaron ascendiendo en silencio, cada uno perdido en sus pensamientos. Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, llegaron al nivel 108.


Capítulo 7



Aquí es", susurró Li Wei, consultando el mapa en su dispositivo de muñeca. "El apartamento de Zhao Yue ocupa la mitad este de este piso. Necesitamos acceder a través del panel de mantenimiento en el pasillo de servicio."

Salieron cuidadosamente del conducto, encontrándose en un pasillo estéril y bien iluminado, diseñado para el personal de servicio. Li Wei consultó nuevamente su dispositivo.

"Las cámaras de este nivel están en un ciclo de reinicio programado durante los próximos tres minutos", explicó. "Es nuestra ventana para llegar al apartamento."

Se movieron rápidamente por el pasillo, llegando a una puerta discreta que conectaba con el área residencial. Li Wei utilizó su dispositivo para desbloquearla, y entraron en un lujoso pasillo decorado con arte contemporáneo y iluminación ambiental.

"El apartamento de Zhao Yue está al final del pasillo", susurró. "Sistema de seguridad biométrico, pero puedo bypasearlo temporalmente."

Se acercaron a la elegante puerta negra que marcaba la entrada al penthouse de Zhao Yue. Li Wei sacó un dispositivo más sofisticado y lo conectó al panel de seguridad.

"Esto engañará al sistema haciéndole creer que está recibiendo las lecturas biométricas correctas", explicó mientras el dispositivo trabajaba. "Es una técnica que desarrollé para pruebas de penetración en sistemas de seguridad."

Después de tensos segundos, el panel emitió un suave pitido y la puerta se desbloqueó con un clic apenas audible.

"Estamos dentro", murmuró Li Wei, guardando el dispositivo. "Recuerda, no sabemos si tiene sistemas de seguridad adicionales en el interior. Mantente alerta."

Mei Lin asintió, su postura cambiando sutilmente a una más defensiva mientras entraban al apartamento.

El interior era exactamente lo que cabría esperar del hogar de una ejecutiva de alto nivel: minimalista, ultramoderno y obviamente costoso. Predominaban los tonos blancos y grises, con acentos de negro y rojo intenso. Arte digital cambiante decoraba las paredes, y muebles de diseño exclusivo completaban la estética sofisticada.

"Su oficina debe estar por aquí", susurró Li Wei, guiándolos a través de la sala principal. "Según los planos del edificio, la suite principal incluye un espacio de trabajo privado."

Se movieron silenciosamente, atentos a cualquier señal de sistemas de seguridad activos. Mei Lin se detuvo repentinamente, levantando una mano en señal de advertencia.

"Sensores de movimiento", murmuró, señalando hacia el techo. "Casi invisibles, pero están ahí."

Li Wei siguió su mirada y efectivamente, pudo distinguir los diminutos dispositivos camuflados en el diseño arquitectónico.

"Buen ojo", comentó, sacando otro dispositivo de su bolsa. "Esto debería neutralizarlos temporalmente."

Activó el dispositivo, que emitió una señal específica diseñada para cegar temporalmente los sensores de movimiento comunes.

"Listo", dijo después de un momento. "Tenemos aproximadamente veinte minutos antes de que el sistema detecte la anomalía y se reinicie."

Continuaron avanzando, llegando finalmente a una puerta deslizante que, según sus suposiciones, debía conducir a la oficina privada de Zhao Yue.

Li Wei utilizó nuevamente su dispositivo de bypass para desbloquear la puerta, que se deslizó silenciosamente, revelando una oficina elegante y minimalista. Un escritorio de cristal flotante dominaba el espacio, con múltiples pantallas holográficas suspendidas sobre él.

"Ahí está su terminal principal", señaló Li Wei, acercándose al escritorio. "Necesito unos minutos para acceder a sus archivos."

Mientras Li Wei trabajaba en la terminal, Mei Lin recorría la oficina, examinando cada detalle con ojo crítico.

"Este lugar no se siente habitado", comentó en voz baja. "Es demasiado perfecto, demasiado ordenado. Como un escenario más que un hogar real."

Li Wei asintió distraídamente, concentrado en sortear las capas de seguridad de la terminal.

"Zhao Yue siempre ha sido así. Perfecta en la superficie, casi inhumana en su precisión", murmuró mientras sus dedos volaban sobre la interfaz. "Es parte de lo que la hace tan intimidante."

"Y tan peligrosa", añadió Mei Lin, deteniéndose frente a una pared que mostraba fotografías digitales cambiantes. "Mira esto."

Li Wei levantó la vista brevemente. Las fotografías mostraban a Zhao Yue en diversos eventos corporativos y sociales, siempre impecable, siempre en control. Pero lo que llamó su atención fue una imagen particular: Zhao Yue junto a Gang Laoban, ambos sonriendo a la cámara en lo que parecía una gala benéfica.

"Parece que su conexión es más personal de lo que pensábamos", comentó Li Wei, volviendo a su trabajo. "Estoy entrando en sus archivos ahora."

Después de varios minutos de intensa concentración, logró acceder al sistema principal.

"Lo tengo", anunció en voz baja pero triunfante. "Estoy descargando todo lo relacionado con NeoSombra y el proyecto del Corazón de Jade."

Mientras los archivos se transferían a su dispositivo portátil, Li Wei navegaba rápidamente por la información, sus ojos abriéndose cada vez más ante lo que descubría.

"Esto es... increíble", murmuró. "Y aterrador."

"¿Qué has encontrado?", preguntó Mei Lin, acercándose para mirar sobre su hombro.

"NeoSombra no solo está estudiando el Corazón de Jade", explicó Li Wei, mostrándole los documentos. "Están intentando replicar su tecnología. Han creado prototipos que pueden manipular campos energéticos localizados, afectando potencialmente el flujo temporal en áreas pequeñas."

"¿Qué significa eso exactamente?", preguntó Mei Lin, intentando comprender la jerga técnica.

"Significa que están aprendiendo a manipular el tiempo", respondió Li Wei, su voz tensa. "No al nivel de un viaje completo como el tuyo, pero están logrando crear 'burbujas temporales' donde el tiempo fluye más lento o más rápido que en el exterior."

"Las implicaciones son enormes", murmuró Mei Lin. "Con esa tecnología, podrían..."

"Cambiar el curso de la historia", completó Li Wei. "Imagina poder ralentizar el tiempo dentro de un laboratorio, permitiendo años de investigación en lo que para el mundo exterior serían días. O acelerar procesos de envejecimiento en materiales o... personas."

Un archivo particular llamó su atención.

"Proyecto Fénix", leyó. "Clasificación: Ultra Secreta. Acceso restringido a Nivel Omega."

Utilizó sus herramientas para forzar el acceso al archivo encriptado. Lo que vio lo dejó momentáneamente sin palabras.

"Es un plan para utilizar la tecnología derivada del Corazón de Jade para rejuvenecimiento celular", explicó finalmente. "Están intentando desarrollar un método para revertir el envejecimiento humano."

"La inmortalidad", murmuró Mei Lin. "El sueño de emperadores y alquimistas desde tiempos inmemoriales."

"Y aparentemente el objetivo personal de Gang Laoban", añadió Li Wei, señalando una nota específica. "Según esto, está obsesionado con el proyecto. Ha invertido recursos incalculables y exige resultados acelerados."

Continuó explorando los archivos mientras la descarga progresaba.

"Hay más", dijo, su voz cada vez más tensa. "Tienen registros históricos sobre tu familia, Mei Lin. Documentos antiguos, genealogías, incluso diarios traducidos. Han estado rastreando a los guardianes del Alma de Jade durante generaciones."

Mei Lin se inclinó más cerca, sus ojos recorriendo ávidamente la información sobre su linaje.

"Mi padre", susurró, tocando la pantalla donde aparecía un antiguo retrato. "Y mi abuelo. Todos los guardianes."

"Según estos registros", continuó Li Wei, "la sociedad del Dragón Negro ha perseguido a tu familia durante siglos. Pero hay algo extraño... según esta versión, fueron los guardianes quienes robaron el artefacto originalmente, no al revés."

Mei Lin negó firmemente con la cabeza.

"Eso es una mentira", dijo con convicción. "Mi familia ha protegido el Alma de Jade desde su creación. El Dragón Negro siempre ha intentado robarlo para sus propios fines egoístas."

"Historias contradictorias", murmuró Li Wei. "Cada lado con su propia versión de la verdad."

Siguió explorando los archivos, llegando finalmente a una sección que lo hizo contener la respiración.

"Mei Lin", dijo lentamente, "hay algo que debes ver."

Le mostró un documento específico, un informe detallado sobre el incidente que había llevado a su viaje en el tiempo.

"Según esto, Gang Laoban estaba allí esa noche. No físicamente, sino a través de un ancestro directo. El hombre que lideró el ataque contra tu templo, el que mató a tu padre... era el tatarabuelo de Gang."

Mei Lin se quedó inmóvil, sus ojos fijos en la pantalla donde aparecía un antiguo retrato del hombre en cuestión. La semejanza con Gang Laoban era innegable: la misma estructura facial, los mismos ojos penetrantes, incluso una cicatriz similar cruzando el ojo derecho.

"Es él", susurró. "El hombre de mis pesadillas. El que sostuvo la espada que mató a mi padre."

Su voz se quebró ligeramente, algo que Li Wei nunca había escuchado antes en ella.

"Y hay más", continuó Li Wei, su voz suave pero urgente. "Según estos registros, tu viaje en el tiempo no fue accidental. De alguna manera, Gang Laoban lo provocó deliberadamente."

"¿Qué? ¿Cómo es posible?"

"No tengo todos los detalles, pero parece que utilizó el Corazón de Jade para 'llamar' al Alma de Jade a través del tiempo. Creó una especie de... puente temporal, específicamente para atraerte a ti y al artefacto al presente."

Mei Lin se alejó de la pantalla, su rostro una máscara de conmoción e incredulidad.

"¿Estás diciendo que todo esto fue planeado? ¿Que mi llegada aquí, nuestro encuentro, todo fue orquestado por Gang?"

Li Wei negó con la cabeza.

"No todo. Parece que pudo influir en el cuándo y el dónde aproximado de tu llegada, pero no en los detalles específicos. Tu aparición en el Loto Rojo, nuestro encuentro... eso fue casualidad, o destino, dependiendo de cómo lo veas."

"¿Por qué?", preguntó Mei Lin, su voz apenas un susurro. "¿Por qué traerme a través del tiempo?"

Li Wei continuó leyendo, buscando respuestas.

"Según esto, el Corazón de Jade solo funciona a plena capacidad cuando está unido con su contraparte. Y para ciertos rituales específicos, requiere... sangre de los guardianes originales."

Mei Lin palideció.

"Mi sangre", murmuró. "Me necesita a mí, no solo al artefacto."

"Para el Proyecto Fénix", confirmó Li Wei. "El rejuvenecimiento celular. Aparentemente, tu linaje tiene alguna característica genética única, relacionada con la longevidad y la regeneración. Combinado con los artefactos, podría ser la clave para su búsqueda de inmortalidad."

Un pitido suave indicó que la descarga había completado. Li Wei desconectó rápidamente su dispositivo.

"Tenemos lo que vinimos a buscar", dijo. "Debemos irnos antes de que—"

Un sonido en la sala principal los interrumpió. La puerta principal del apartamento acababa de abrirse.

"Alguien ha llegado", susurró Mei Lin, instantáneamente alerta. "¿Zhao Yue?"

"No debería ser ella", respondió Li Wei, consultando su reloj. "Según su agenda, la cena corporativa dura al menos una hora más."

Se movieron silenciosamente hacia la puerta de la oficina, escuchando atentamente. Voces llegaron desde la sala principal: una femenina que Li Wei reconoció como la de Zhao Yue, y otra masculina, más profunda y autoritaria.

"...no podemos esperar más", decía la voz masculina. "El Proyecto Fénix tiene una ventana de oportunidad limitada. Necesitamos a la chica y el artefacto ahora."

"Mis fuentes están trabajando en ello, señor", respondió Zhao Yue. "El ingeniero Li es inteligente, pero inexperto en evasión. Lo encontraremos pronto."

Li Wei y Mei Lin intercambiaron miradas alarmadas. La voz masculina pertenecía casi con certeza a Gang Laoban.

"Estamos atrapados", susurró Li Wei. "Si intentamos salir por donde entramos, nos verán."

Mei Lin escaneó rápidamente la habitación, su mente táctica evaluando opciones.

"La ventana", decidió, señalando hacia el ventanal que ofrecía una vista panorámica de Shanghai nocturno. "¿Nuestros arneses pueden soportar un descenso desde esta altura?"

Li Wei tragó saliva, considerando la caída de 108 pisos.

"Teóricamente, sí", respondió. "Pero nunca han sido probados a esta escala."

"Es nuestra única opción", determinó Mei Lin. "A menos que prefieras enfrentarte directamente a Gang Laoban y sus guardias."

Las voces se acercaban a la oficina. No había tiempo para debates.

"La ventana", acordó Li Wei, dirigiéndose rápidamente hacia ella. "Estas ventanas tienen sistemas de seguridad para prevenir aperturas no autorizadas. Necesito desactivarlos."

Mientras Li Wei trabajaba en el panel de control de la ventana, Mei Lin se posicionó junto a la puerta, lista para comprar tiempo si eran descubiertos.

"Date prisa", susurró. "Están viniendo hacia aquí."

Li Wei trabajaba frenéticamente, sus dedos volando sobre el panel.

"Casi lo tengo", murmuró. "Solo un segundo más..."

La puerta de la oficina comenzó a deslizarse. Mei Lin se tensó, preparada para el combate.

"¡Listo!", exclamó Li Wei en un susurro urgente. Una sección de la ventana se deslizó silenciosamente, abriendo un espacio suficiente para que pasaran.

El viento frío de la noche irrumpió en la habitación mientras aseguraban sus arneses al marco de la ventana. La puerta continuaba abriéndose lentamente.

"Tú primero", ordenó Mei Lin, empujando a Li Wei hacia la abertura.

"Pero—"

"¡Ahora!", insistió ella, su tono no admitiendo discusión.

Li Wei se deslizó por la abertura, el viento azotando su rostro mientras comenzaba el descenso controlado. Mei Lin lo siguió inmediatamente, justo cuando la puerta terminaba de abrirse.

Desde su posición precaria, colgando de la fachada del rascacielos, pudieron ver a Zhao Yue entrando en la oficina, seguida por Gang Laoban. El rostro de Gang se contrajo en una expresión de furia cuando notó la ventana abierta.

"¡Estaban aquí!", --rugió, corriendo hacia la ventana. --"¡Seguridad! ¡Intrusos en descenso por la fachada este!"

Mei Lin y Li Wei aceleraron su descenso, los motores de sus arneses trabajando al máximo para controlar la velocidad. El viento aullaba a su alrededor, y las luces de la ciudad se convertían en líneas borrosas mientras caían a velocidad controlada.

"¡Drones de seguridad!", advirtió Li Wei, señalando hacia arriba donde varios puntos de luz se separaban del edificio y comenzaban a descender hacia ellos.

"Sigue bajando", instruyó Mei Lin. "Yo me ocuparé de ellos."

Con una agilidad asombrosa, Mei Lin manipuló su línea de descenso para balancearse hacia uno de los drones que se acercaba. En un movimiento que desafiaba la física, logró patear el dispositivo, enviándolo a estrellarse contra otro drone cercano. Ambos explotaron en una lluvia de chispas.

Li Wei la observaba con asombro mientras continuaba su propio descenso. Nunca había visto a nadie moverse así, con tal precisión y valentía a cientos de metros sobre el suelo.

Más drones se acercaban, sus luces rojas indicando que habían pasado a modo ofensivo. Pequeños láseres comenzaron a disparar, intentando cortar sus líneas de descenso.

"¡Balancéate!", gritó Mei Lin. "¡No les des un objetivo estático!"

Li Wei siguió su consejo, utilizando el impulso para balancearse de un lado a otro mientras descendía. Era aterrador pero efectivo; los láseres fallaban por centímetros.

Continuaron su descenso frenético, Mei Lin neutralizando drones cuando podía, Li Wei esquivando y descendiendo lo más rápido que se atrevía. Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, llegaron a un nivel lo suficientemente bajo para saltar a una terraza exterior.

Aterrizaron duramente pero sin lesiones graves, rápidamente desenganchando sus arneses.

"Por aquí", indicó Li Wei, guiándolos hacia una puerta de servicio. "Esta terraza conecta con un centro comercial. Podemos perdernos entre la multitud."

Efectivamente, la puerta los llevó a un lujoso centro comercial aún activo a pesar de la hora tardía. Se mezclaron con los compradores nocturnos, intentando parecer casuales a pesar de sus ropas oscuras y su respiración agitada.

"Necesitamos cambiar nuestra apariencia", murmuró Mei Lin mientras avanzaban rápidamente. "Seremos fáciles de identificar así."

Li Wei asintió, guiándola hacia una tienda de ropa.

"Compremos algo rápido y cambiemos en los probadores", sugirió.

Minutos después, emergieron transformados: Li Wei con una chaqueta colorida y gorra, Mei Lin con un vestido moderno y una peluca corta que habían adquirido en una tienda cercana.

"Ahora hacia la salida sur", indicó Li Wei. "Hay una estación de transporte público que nos llevará lejos de aquí."

Mientras se dirigían hacia la salida, pantallas gigantes en el centro comercial comenzaron a mostrar sus rostros: imágenes de seguridad recién capturadas, con un mensaje de "Se busca" y la recompensa ofrecida por NeoSombra.

"Nos están buscando activamente", murmuró Li Wei. "Debemos movernos más rápido."

Aceleraron el paso, manteniendo las cabezas bajas. En la salida, guardias de seguridad comenzaban a examinar a los clientes que salían.

"Cambio de planes", susurró Mei Lin. "Necesitamos una distracción."

Antes de que Li Wei pudiera responder, Mei Lin se dirigió hacia un panel de control en la pared.

"¿Qué haces?", preguntó Li Wei nerviosamente.

"Creando caos", respondió ella simplemente, manipulando los controles con sorprendente conocimiento para alguien de su origen temporal.

Segundos después, las luces del centro comercial comenzaron a parpadear, y los sistemas de rociadores contra incendios se activaron, provocando gritos y confusión entre los compradores.

"¡Ahora!", indicó Mei Lin, tomando la mano de Li Wei y arrastrándolo hacia la salida en medio del caos.

Lograron pasar entre los guardias distraídos y salir a la calle, donde la confusión continuaba mientras la gente evacuaba el edificio.

"¿Cómo supiste hacer eso?", preguntó Li Wei mientras corrían hacia la estación de transporte.

"Observación", respondió Mei Lin simplemente. "He estado estudiando cómo funcionan los sistemas modernos desde que llegué. Los principios básicos no son tan diferentes de los mecanismos que conocía en mi tiempo, solo más avanzados."

Llegaron a la estación y abordaron rápidamente un tren magnético que partía hacia los distritos periféricos. Solo cuando estaban en movimiento, mezclados entre los pasajeros nocturnos, se permitieron respirar con algo de alivio.

"Lo logramos", murmuró Li Wei, aún procesando todo lo ocurrido. "Y tenemos la información."

Mei Lin asintió, su expresión seria a pesar del éxito de su escape.

"Información que cambia todo", dijo en voz baja. "Gang Laoban me trajo aquí deliberadamente. Todo este tiempo pensé que había escapado de él, cuando en realidad estaba siguiendo su plan."

Li Wei tomó su mano, un gesto de confort que surgió naturalmente.

"No completamente", argumentó. "No planeó que me encontraras a mí, que trabajáramos juntos. No anticipó que descubriríamos sus planes."

Mei Lin miró sus manos entrelazadas, luego a los ojos de Li Wei.

"Tienes razón", concedió. "Y ahora tenemos una ventaja. Conocemos sus intenciones, mientras él cree que solo estamos huyendo."

"¿Qué hacemos ahora?", preguntó Li Wei.

Mei Lin miró por la ventana del tren, las luces de Shanghai pasando a toda velocidad.

"Ahora", dijo con determinación renovada, "pasamos a la ofensiva. Es hora de llevar la lucha a Gang Laoban, en sus propios términos."

Li Wei asintió, sorprendido por su propia falta de miedo ante la perspectiva. Hace apenas unos días, la idea de enfrentarse a una corporación poderosa lo habría paralizado de terror. Ahora, sentado junto a esta extraordinaria mujer de otro tiempo, sentía una determinación que nunca había conocido.

"Juntos", dijo, apretando su mano.

Mei Lin lo miró, una nueva emoción brillando en sus ojos habitualmente guardados.

"Juntos", confirmó.

El tren continuó su camino a través de la noche de Shanghai, llevándolos hacia un futuro incierto pero compartido, unidos por circunstancias extraordinarias y un vínculo que comenzaba a trascender el tiempo mismo.

Capítulo 7.A: "Acecho Corporativo"

El amanecer encontró a Li Wei y Mei Lin en un pequeño hostal en los suburbios industriales de Shanghai, un lugar discreto donde habían pagado en efectivo y utilizado identificaciones falsas que Li Wei había conseguido a través de sus contactos en el mercado gris. La habitación era básica pero limpia, con dos camas individuales y una pequeña mesa donde Li Wei había instalado su equipo portátil.

Mientras Mei Lin realizaba su rutina matutina de ejercicios, Li Wei analizaba meticulosamente la información que habían obtenido del apartamento de Zhao Yue.

"Esto es fascinante", murmuró, sus ojos recorriendo rápidamente los documentos digitales. "Y aterrador."

Mei Lin se detuvo en medio de una postura compleja, mirándolo con curiosidad.

"¿Qué has encontrado?"

Li Wei giró la pantalla para que pudiera ver.

"Según estos documentos, el Proyecto Fénix no es solo sobre rejuvenecimiento celular o inmortalidad. Es mucho más ambicioso y peligroso."

Mei Lin se acercó, secándose el sudor de la frente con una toalla pequeña.

"Explícame."

"Gang Laoban no solo quiere vivir para siempre", continuó Li Wei. "Quiere reescribir la historia. Literalmente. Los experimentos con 'burbujas temporales' son solo el primer paso. Su objetivo final es crear un portal temporal estable que le permita enviar información, objetos e incluso personas al pasado."

"¿Con qué propósito?", preguntó Mei Lin, aunque su expresión sugería que ya intuía la respuesta.

"Control", respondió Li Wei simplemente. "Imagina poder enviar tecnología moderna o información crucial a tus ancestros. Podrías alterar el curso de batallas, decisiones empresariales, desarrollos tecnológicos... Básicamente, reescribir la historia para beneficio de tu linaje."

Mei Lin se sentó frente a él, su rostro serio.

"Mi padre siempre dijo que el Alma de Jade y su contraparte nunca debían reunirse por esta razón. El poder de alterar el tejido del tiempo no debería estar en manos de ningún mortal."

"Y sin embargo, tú viajaste en el tiempo", señaló Li Wei suavemente.

"No por elección", respondió ella. "Y no con un propósito tan egoísta. El artefacto respondió a mi desesperación, a mi deseo de sobrevivir para completar mi misión. No intentaba cambiar la historia, solo continuarla."

Li Wei asintió, comprendiendo la distinción.

"Según estos archivos, Gang necesita ambos artefactos y tu sangre para completar el ritual que abrirá un portal estable. La ceremonia está programada para el solsticio de verano, dentro de tres días."

"Entonces tenemos tres días para detenerlo", concluyó Mei Lin, su determinación evidente en cada línea de su rostro.

"El problema es que ahora estamos en desventaja", señaló Li Wei. "Después de nuestra incursión en el apartamento de Zhao Yue, habrán aumentado la seguridad en todas sus instalaciones. Y nuestras caras están por toda la ciudad."

Como para enfatizar su punto, encendió una pequeña pantalla de noticias. Efectivamente, sus rostros aparecían prominentemente, descritos como "peligrosos fugitivos buscados por robo corporativo y espionaje industrial".

"Necesitamos ayuda", admitió Mei Lin, algo que claramente le costaba decir. "No podemos enfrentarnos solos a toda la organización de NeoSombra."

Li Wei consideró sus opciones, repasando mentalmente sus escasos contactos.

"Hay alguien", dijo finalmente. "Un ex-colega de TechnoVanguard. Renunció hace un año después de descubrir prácticas cuestionables en la empresa. Ha estado trabajando independientemente desde entonces, exponiendo secretos corporativos bajo un seudónimo. Se hace llamar 'Fantasma Digital'."

"¿Confías en él?", preguntó Mei Lin.

"Confío en sus principios", respondió Li Wei. "Y en su odio hacia las corporaciones que abusan de su poder. Si le explicamos lo que está en juego, creo que nos ayudará."

"¿Cómo lo contactamos sin exponernos?"

Li Wei sonrió levemente.

"Tiene un sistema de comunicación encriptado específicamente diseñado para denunciantes y activistas. Puedo acceder a él a través de la red oscura."

Mientras Li Wei configuraba la conexión segura, Mei Lin continuó revisando los documentos.

"Hay algo más aquí", dijo, señalando un archivo específico. "Información sobre Zhao Yue. Parece que no es solo una ejecutiva corporativa. Según esto, es... ¿la hija adoptiva de Gang Laoban?"

Li Wei se detuvo, sorprendido.

"¿Qué? Déjame ver."

Examinó el documento, confirmando la información.

"Increíble. Gang la adoptó cuando era adolescente, después de que sus padres murieran en un 'accidente' sospechoso. La ha estado preparando como su sucesora, aunque según estas notas, ella no conoce todos sus planes. Especialmente los relacionados con el Proyecto Fénix."

"Una peón en su juego, entonces", comentó Mei Lin. "Aunque una peón peligrosa."

"Y posiblemente manipulable", añadió Li Wei pensativamente. "Si no conoce el alcance completo de los planes de Gang, quizás podríamos usar eso a nuestro favor."

Continuó trabajando en su computadora, finalmente estableciendo la conexión segura.

"Estamos dentro", anunció. "Ahora necesito dejar un mensaje en su buzón encriptado."

Compuso cuidadosamente un mensaje, explicando su situación sin revelar demasiados detalles que pudieran comprometer su seguridad si el mensaje era interceptado.

"Enviado", dijo finalmente. "Ahora solo podemos esperar y confiar en que responda."

Mei Lin asintió, levantándose para continuar con sus ejercicios.

"Mientras esperamos, deberíamos prepararnos para cualquier escenario", dijo. "Incluyendo la posibilidad de que tengamos que actuar solos."

Li Wei la observó mientras retomaba sus formas marciales, cada movimiento preciso y fluido. En los pocos días que llevaban juntos, había notado cambios en sí mismo: mayor confianza, pensamiento más rápido bajo presión, incluso cierta mejora en su condición física gracias a los entrenamientos básicos que ella le había enseñado.

"Mei Lin", dijo después de un momento. "Hay algo que he estado pensando."

Ella se detuvo, mirándolo expectante.

"Si logramos detener a Gang y recuperar el Corazón de Jade... ¿qué harás después? ¿Intentarás regresar a tu tiempo?"

La pregunta quedó suspendida entre ellos, cargada de implicaciones no dichas. Mei Lin lo miró largamente, como si estuviera considerando la pregunta por priumera vez.

"No lo sé", respondió finalmente con honestidad. "Mi misión siempre fue proteger el artefacto y vengar a mi padre. Nunca pensé más allá de eso."

Se acercó a él, sentándose nuevamente a su lado.

"En mi tiempo, no tenía nada más que mi deber. Ninguna familia, ningún vínculo, ningún futuro más allá de mi misión." Hizo una pausa, sus ojos encontrando los de Li Wei. "Pero aquí... aquí he encontrado algo que no esperaba."

El corazón de Li Wei se aceleró ante la implicación de sus palabras.

"¿Qué has encontrado?", preguntó suavemente, aunque creía conocer la respuesta.

Antes de que Mei Lin pudiera responder, la computadora emitió un pitido, indicando una respuesta a su mensaje. El momento íntimo se rompió mientras ambos volvían su atención a la pantalla.

"Es el Fantasma Digital", dijo Li Wei, leyendo rápidamente. "Acepta reunirse con nosotros. Esta tarde, en el Parque Tecnológico Abandonado del distrito oeste."

"¿Es seguro?", preguntó Mei Lin, inmediatamente volviendo a su modo táctico.

"Tan seguro como puede ser en nuestra situación", respondió Li Wei. "El parque fue abandonado después de la crisis económica del año pasado. Está fuera de las principales redes de vigilancia, y el Fantasma conoce bien el terreno. Lo ha usado antes para reuniones clandestinas."

"Bien", asintió Mei Lin. "¿Cuándo debemos salir?"

"En unas horas. Sugiere que lleguemos al atardecer, cuando hay suficientes sombras para movernos sin ser detectados, pero aún suficiente luz para verificar identidades."

Mei Lin comenzó a prepararse, revisando meticulosamente el equipo limitado que habían logrado conservar durante su huida.

"Li Wei", dijo mientras trabajaba, retomando su conversación interrumpida. "Sobre tu pregunta... No puedo prometer nada sobre el futuro. No sé si podré o querré regresar a mi tiempo. Pero sí sé que lo que ha surgido entre nosotros es real, y no es algo que esté dispuesta a abandonar fácilmente."

Li Wei sintió una oleada de emoción ante sus palabras. Era lo más cercano a una declaración de sentimientos que había recibido de ella.

"Para mí también es real", respondió simplemente. "Y pase lo que pase, no me arrepiento de haberte conocido, incluso con todo el peligro que ha traído a mi vida."

Mei Lin sonrió, una sonrisa genuina que transformaba su rostro habitualmente serio.

"Has cambiado, Li Wei. Cuando nos conocimos, eras un hombre brillante pero temeroso, atrapado en una vida que no te satisfacía. Ahora veo a un guerrero emergiendo, alguien dispuesto a luchar por lo que cree."

"Tuve una buena maestra", respondió él, devolviendo la sonrisa.

El momento de conexión fue breve pero profundo. Ambos volvieron a sus preparativos, conscientes de que el tiempo apremiaba y los peligros que enfrentaban no permitían distracciones prolongadas.

---

El Parque Tecnológico Abandonado era un recordatorio físico del auge y caída de las fortunas económicas. Alguna vez concebido como un centro de innovación futurista, ahora era poco más que un conjunto de edificios semiterminados y estructuras deterioradas, con vegetación reclamando lentamente el terreno.

Li Wei y Mei Lin se acercaron cautelosamente, utilizando rutas indirectas y transporte público anónimo para evitar ser rastreados. Vestían ropa simple y discreta, con gorras y gafas para ocultar parcialmente sus rostros, ahora familiares para cualquiera que hubiera visto las noticias.

"Según las instrucciones, debemos dirigirnos al antiguo pabellón central", murmuró Li Wei mientras se movían entre las estructuras abandonadas. "Era el edificio principal del complejo, diseñado para exhibiciones tecnológicas."

Mei Lin asintió, sus sentidos alerta ante cualquier señal de peligro. Se movía con la gracia silenciosa de una cazadora, cada paso calculado, cada sentido afinado.

El pabellón central era una estructura impresionante a pesar de su estado de abandono: una cúpula geodésica de acero y cristal, ahora parcialmente cubierta de enredaderas y con varios paneles rotos. Entraron cautelosamente, sus pasos resonando en el vasto espacio vacío.

"Debería estar aquí", susurró Li Wei, consultando su reloj.

Como respondiendo a sus palabras, una figura emergió de las sombras en el extremo opuesto del pabellón. Era una persona de estatura media, vestida completamente de negro, con un casco que ocultaba completamente su rostro, decorado con patrones de circuitos luminiscentes que cambiaban constantemente de configuración.

"El Fantasma Digital, supongo", dijo Mei Lin, su postura sutilmente cambiando a una más defensiva.

La figura se acercó lentamente, manteniendo una distancia prudente.

"Li Wei", dijo una voz distorsionada electrónicamente. "Has cambiado desde la última vez que te vi. La vida de fugitivo te sienta bien."

"Gracias por venir", respondió Li Wei. "La situación es más grave de lo que pude explicar en mi mensaje."

"Lo imagino", respondió el Fantasma. "NeoSombra no pone una recompensa de ese tamaño por simples ladrones de datos. ¿Qué descubriste exactamente?"

Li Wei miró a Mei Lin, quien asintió levemente, dándole permiso para compartir la información.

"NeoSombra está desarrollando tecnología para manipular el tiempo", explicó Li Wei. "No solo teóricamente, sino con aplicaciones prácticas. Han logrado crear 'burbujas temporales' donde el tiempo fluye a diferentes velocidades, y están trabajando en un portal que permitiría enviar información y objetos al pasado."

Incluso con el rostro oculto, la sorpresa del Fantasma era evidente en su lenguaje corporal.

"Eso suena a ciencia ficción", dijo finalmente.

"Lo sería", intervino Mei Lin, "si no fuera por esto."

Sacó cuidadosamente el Alma de Jade, permitiendo que el Fantasma lo viera pero manteniéndolo fuera de su alcance.

"Un artefacto antiguo", explicó, "con propiedades que desafían la física moderna. NeoSombra tiene su contraparte, el Corazón de Jade. Juntos, pueden abrir puertas entre tiempos."

El Fantasma observó el artefacto, claramente fascinado.

"¿Cómo puedo estar seguro de que esto no es algún tipo de elaborada estafa?", preguntó finalmente.

"Porque yo misma soy la prueba", respondió Mei Lin directamente. "No nací en este tiempo. Vengo del año 1725, traída aquí por este artefacto cuando estaba a punto de morir a manos de los ancestros de Gang Laoban."

Un silencio largo siguió a su declaración. Finalmente, el Fantasma habló.

"En circunstancias normales, pensaría que ambos están locos o intentando engañarme", dijo lentamente. "Pero he estado investigando a NeoSombra durante meses, y hay... inconsistencias en sus proyectos de investigación que podrían explicarse con lo que me están diciendo."

Se acercó un poco más, estudiando a Mei Lin con atención.

"Tu forma de moverte, tu manera de hablar... no son contemporáneas", observó. "Y los datos que he recopilado sobre ti muestran que apareciste literalmente de la nada hace pocas semanas. Sin registros previos, sin huella digital."

"Entonces, ¿nos crees?", preguntó Li Wei.

"Digamos que estoy dispuesto a considerar la posibilidad", respondió el Fantasma cautelosamente. "¿Qué quieren de mí exactamente?"

"Información y acceso", explicó Li Wei. "Necesitamos infiltrarnos en el complejo de investigación de NeoSombra donde mantienen el Corazón de Jade. Según los documentos que obtuvimos, planean realizar un ritual durante el solsticio de verano, dentro de tres días, que podría tener consecuencias catastróficas."

"No solo para nosotros", añadió Mei Lin, "sino potencialmente para toda la línea temporal. Si Gang Laoban logra enviar información o tecnología a sus ancestros, podría alterar la historia de formas impredecibles."

El Fantasma consideró la información en silencio por un momento.

"El complejo que mencionan está en las montañas Sheshan", dijo finalmente. "Lo he estado monitoreando como parte de mi investigación sobre NeoSombra. La seguridad es extrema: guardias armados, sistemas biométricos, drones de vigilancia, campos de energía... prácticamente impenetrable por medios convencionales."

"Pero tú conoces una forma de entrar", dedujo Li Wei.

"Posiblemente", concedió el Fantasma. "He identificado una vulnerabilidad potencial en su sistema de suministro. El complejo recibe entregas regulares de equipos y materiales a través de un túnel subterráneo automatizado. Con la programación correcta, podríamos insertar un paquete en ese sistema."

"¿Un paquete que contenga qué?", preguntó Mei Lin.

"A ustedes", respondió simplemente el Fantasma. "Es arriesgado, pero podría funcionar. El sistema está diseñado para transportar contenedores de tamaño considerable. Dos personas podrían caber en uno modificado."

Li Wei y Mei Lin intercambiaron miradas, evaluando silenciosamente el plan.

"Una vez dentro, ¿cómo navegaríamos por el complejo?", preguntó Li Wei.

"Tengo planos parciales", respondió el Fantasma, activando una proyección holográfica desde un dispositivo en su muñeca. "No son completos, pero muestran las áreas principales. Según mis fuentes, el laboratorio principal donde probablemente mantienen el artefacto está aquí, en el nivel subterráneo más profundo."

Mei Lin estudió los planos con ojo crítico.

"Es factible", concluyó. "Difícil, pero no imposible. ¿Cuándo podríamos intentarlo?"

"La próxima entrega importante está programada para mañana al atardecer", informó el Fantasma. "Eso nos da tiempo para preparar el contenedor modificado y programar la inserción en el sistema automatizado."

"¿Por qué nos ayudas?", preguntó Mei Lin directamente. "¿Qué ganas con esto?"

El Fantasma se quedó inmóvil por un momento, luego, lentamente, llevó las manos a su casco. Con un suave clic, lo desactivó y se lo quitó, revelando el rostro de una mujer joven con rasgos afilados y cabello corto teñido de azul eléctrico.

"Mi nombre real es Lin Jie", dijo, su voz ahora natural sin la distorsión electrónica. "Mi hermano menor trabajaba en NeoSombra como investigador junior. Descubrió algo sobre el Proyecto Fénix que lo perturbó profundamente. Intentó filtrar la información, pero lo descubrieron."

Hizo una pausa, su rostro endureciéndose con dolor y rabia contenida.

"Oficialmente, se suicidó. Salto desde el piso 128 de la Torre NeoSombra. Pero conocía a mi hermano. Jamás se habría quitado la vida. Lo asesinaron para silenciarlo."

"Lo siento", dijo Li Wei sinceramente.

Lin Jie asintió, aceptando sus condolencias.

"Desde entonces, he dedicado mi vida a exponer los secretos de NeoSombra y derribar a Gang Laoban. Si lo que dicen es cierto, esta podría ser mi oportunidad de completar la misión de mi hermano y obtener justicia."

Mei Lin la miró con un nuevo respeto, reconociendo en ella el mismo fuego vengativo que ardía en su propio corazón.

"Entonces tenemos un objetivo común", dijo, extendiendo su mano. "Justicia."

Lin Jie tomó su mano, sellando su alianza.

"Justicia", confirmó.

Li Wei observaba el intercambio, consciente de que acababan de dar un paso crucial. Ya no estaban solos en su lucha contra NeoSombra.

"Necesitaremos prepararnos adecuadamente", dijo. "Equipo, comunicaciones seguras, un plan de extracción..."

"Tengo recursos", aseguró Lin Jie, volviendo a colocarse el casco. "Y contactos que pueden proporcionarnos lo que necesitamos sin hacer preguntas. Pero debemos movernos rápido. NeoSombra tiene ojos en todas partes."

"¿Dónde nos reuniremos para los preparativos finales?", preguntó Mei Lin.

"Tengo un refugio seguro", respondió el Fantasma, su voz nuevamente distorsionada por el casco. "Un antiguo búnker de la Guerra Fría que he modificado. Completamente aislado de redes externas y protegido contra vigilancia. Los llevaré allí ahora."

Mientras seguían al Fantasma fuera del pabellón abandonado, Li Wei no pudo evitar reflexionar sobre cómo su vida había cambiado tan drásticamente en tan poco tiempo. De ingeniero solitario a fugitivo, conspirador y potencial salvador de la línea temporal. Y todo gracias a una mujer extraordinaria de otro tiempo que había irrumpido en su existencia ordenada y la había transformado completamente.

Miró a Mei Lin, quien caminaba con determinación a su lado, y sintió una oleada de algo que solo podía describir como admiración mezclada con un afecto cada vez más profundo. Fuera cual fuera el resultado de su peligrosa misión, ya no podía imaginar una vida sin ella.

---

El búnker del Fantasma resultó ser una estructura impresionante, oculta bajo lo que parecía ser un almacén abandonado en los límites industriales de Shanghai. Accedieron a través de un elevador oculto que descendía varios niveles bajo tierra.

"Construido originalmente durante la Guerra Fría como refugio gubernamental", explicó Lin Jie mientras descendían. "Abandonado en los 90, redescubierto por exploradores urbanos en los 2010, y finalmente adquirido por mí a través de intermediarios hace tres años. He invertido considerablemente en actualizarlo."

Cuando las puertas del elevador se abrieron, Li Wei y Mei Lin se encontraron en un espacio sorprendentemente moderno y bien equipado. Pantallas y servidores ocupaban una pared completa, mientras que otra estaba dedicada a diversos equipos: armas no letales, dispositivos electrónicos, herramientas de infiltración.

"Impresionante", comentó Li Wei, examinando la configuración tecnológica.

"Necesario", respondió Lin Jie, quitándose nuevamente el casco ahora que estaban en un espacio seguro. "La guerra contra corporaciones como NeoSombra no se gana con palos y piedras."

Mei Lin recorría el espacio, estudiando particularmente la colección de armas.

"¿Sabes usar todo esto?", preguntó, señalando hacia los diversos dispositivos.

"Lo suficientemente bien", respondió Lin Jie. "Aunque mi especialidad es la guerra digital, no la física. Para eso los necesito a ustedes, especialmente a ti."

Señaló hacia una puerta lateral.

"Hay habitaciones para que descansen. Sugiero que lo hagan mientras preparo el equipo necesario para la infiltración. Mañana será un día exigente."

Li Wei y Mei Lin asintieron, agradecidos por la oportunidad de recuperarse después de días de tensión constante y sueño interrumpido.

La habitación asignada era simple pero cómoda, con dos camas individuales, un baño adjunto, y paredes de concreto grueso que proporcionaban una sensación de seguridad que no habían experimentado en días.

"¿Confías en ella?", preguntó Mei Lin en voz baja mientras se preparaban para descansar.

Li Wei consideró la pregunta.

"Creo que sus motivos son genuinos", respondió finalmente. "El dolor por su hermano no puede fingirse. Y sus recursos y conocimientos son exactamente lo que necesitamos."

Mei Lin asintió, aceptando su evaluación.

"Aun así, mantendré un ojo abierto", dijo pragmáticamente. "En mi experiencia, incluso los aliados más sinceros pueden convertirse en amenazas bajo la presión adecuada."

Se sentó en una de las camas, comenzando a desatar su cabello, un ritual que Li Wei había llegado a apreciar. Era uno de los pocos momentos en que Mei Lin parecía permitirse un gesto puramente personal, no relacionado con la supervivencia o el combate.

"Mei Lin", dijo Li Wei, sentándose en la cama opuesta. "Hay algo que he estado queriendo preguntarte."

Ella lo miró expectante, su cabello negro cayendo como una cascada sobre sus hombros.

"Si logramos detener a Gang Laoban y recuperar el Corazón de Jade... ¿qué pasará con los artefactos? ¿Deberían ser destruidos?"

Mei Lin pareció sorprendida por la pregunta.

"No estoy segura de que puedan ser destruidos", respondió después de un momento. "Al menos no por medios convencionales. Según las enseñanzas de mi padre, los artefactos existen en múltiples planos simultáneamente. Destruir su manifestación física podría simplemente liberarlos para reaparecer en otro lugar o tiempo."

"Entonces, ¿qué? ¿Separarlos nuevamente? ¿Esconderlos?"

"Quizás", dijo ella pensativamente. "O quizás haya una tercera opción que aún no hemos considerado."

Se levantó y se acercó a él, sentándose a su lado en la cama.

"Li Wei, hay algo que no te he dicho sobre los artefactos", continuó, su voz más suave. "Según las leyendas de mi familia, fueron creados por amantes. Un hombre y una mujer de la antigua dinastía Tang, ambos alquimistas y estudiosos de las artes místicas. Crearon los artefactos como un medio para permanecer unidos a través del tiempo y el espacio, sin importar qué los separara."

"¿Amantes?", repitió Li Wei, sorprendido por esta nueva información.

Mei Lin asintió.

"La leyenda dice que cuando fueron separados por la guerra, utilizaron los artefactos para encontrarse nuevamente, trascendiendo las barreras del tiempo. Pero el poder que habían creado atrajo la atención de aquellos que querían usarlo para fines egoístas. Para proteger su creación, separaron los artefactos y establecieron linajes de guardianes."

"Tu familia", dedujo Li Wei.

"Y, aparentemente, la de Gang Laoban", añadió Mei Lin. "Aunque su línea parece haber olvidado el propósito original de los artefactos, viendo solo su potencial para el poder y la dominación."

Li Wei procesó esta nueva información, fascinado por las implicaciones.

"Entonces, los artefactos no fueron creados para manipular el tiempo con fines de poder, sino por... amor."

"Según la leyenda, sí", confirmó Mei Lin. "Lo cual podría explicar por qué el Alma de Jade me trajo específicamente a ti. Quizás los artefactos aún buscan cumplir su propósito original: unir almas a través del tiempo."

Sus ojos encontraron los de Li Wei, y en ellos vio una vulnerabilidad que rara vez mostraba.

"Mei Lin", susurró, su corazón acelerándose. "¿Estás sugiriendo que nosotros...?"

No terminó la frase, pero no era necesario. El aire entre ellos parecía cargado de electricidad, de posibilidades no expresadas.

Lentamente, como si le diera tiempo para retroceder, Mei Lin se inclinó hacia él. Y Wei Li no desaprovecho la oportunidad.Sus labios se encontraron en un beso tentativo, casi tímido al principio, que rápidamente se profundizó con una intensidad que sorprendió a ambos.Con hambre de más, con pasión sin frenos,desbordando lo que no podían frenar.

Li Wei la atrajo hacia sí, sus manos encontrando su cintura, su espalda, perdiéndose en la sensación de su cuerpo contra el suyo. Mei Lin respondió con igual fervor, sus dedos enredándose en su cabello, su cuerpo moviéndose con la misma gracia fluida que mostraba en combate, pero ahora con un propósito completamente diferente.

Se separaron brevemente, ambos respirando con dificultad, sus frentes apoyadas una contra la otra.Consientes que no eran de tiempos,ni culturas diferentes. Eran simplemente un hombre y una mujer llenos de deseo y pasión,enamorados a un nivel que no sabían dimensionar.

"He querido hacer eso desde hace días,", confesó Li Wei, sorprendido por su propia audacia.

Mei Lin sonrió, una sonrisa genuina que iluminaba todo su rostro.

"Yo también", admitió. "Pero temía que fuera una distracción de nuestra misión."

"¿Y ahora?", preguntó él, acariciando suavemente su mejilla.

"Ahora pienso que quizás esto es parte de la misión", respondió ella. "Quizás es exactamente lo que los artefactos han estado intentando lograr todo este tiempo."

Sus labios se encontraron nuevamente, esta vez sin vacilación. Las manos de Mei Lin encontraron los botones de su camisa, deshaciéndolos uno por uno con la misma precisión que mostraba en todo lo que hacía.

Li Wei respondió en especie, sus dedos trazando el contorno de su cuerpo a través de la tela, aprendiendo cada curva, cada plano. Cuando sus manos encontraron la piel desnuda de su espalda, sintió que ella se estremecía bajo su toque.

"¿Estás segura?", susurró contra sus labios, queriendo darle una última oportunidad para detenerse.

Como respuesta, Mei Lin se apartó lo suficiente para quitarse la camiseta en un solo movimiento fluido, revelando su torso esculpido por años de entrenamiento, marcado aquí y allá por cicatrices que contaban historias de batallas pasadas.

"Nunca he estado más segura de nada", respondió, sus ojos brillantes con deseo y algo más profundo.

Lo que siguió fue un descubrimiento mutuo, una danza de cuerpos y almas que trascendía el tiempo y el espacio. Li Wei, quien siempre había sido tímido e inseguro con las mujeres, se encontró guiado por un instinto que no sabía que poseía. Mei Lin, entrenada para controlar cada aspecto de su ser, se permitió finalmente rendirse a sensaciones que iban más allá del deber y la supervivencia.

Sus cuerpos se entrelazaron, encontrando un ritmo tan antiguo como la humanidad misma. Cada toque, cada beso, cada suspiro parecía amplificado por la intensidad del momento y por la conciencia de que el mañana era incierto.Primera Vez ella,incierto el.

Cuando finalmente alcanzaron el clímax juntos, fue como si algo se completara entre ellos, un circuito cerrado de energía que resonaba con el suave resplandor del Alma de Jade, que había comenzado a pulsar rítmicamente desde donde reposaba junto a la cama.

Después, yacieron entrelazados, sus respiraciones gradualmente volviendo a la normalidad, sus cuerpos cubiertos por una fina capa de sudor que brillaba en la tenue luz de la habitación.

"Eso fue...el paraiso", comentó Li Wei, exhausta de placer,buscando palabras que pudieran capturar la experiencia.

"Perfecto", completó Mei Lin, apoyando su cabeza en su pecho, escuchando el latido constante de su corazón.

Se quedaron así por un largo tiempo, disfrutando de la cercanía, del breve respiro de paz en medio de la tormenta que era su vida actual.

"Li Wei", dijo finalmente Mei Lin, su voz suave pero seria. "Pase lo que pase mañana, quiero que sepas que no me arrepiento de nada. Encontrarte ha sido lo mejor que me ha pasado, incluso considerando las circunstancias."

Li Wei besó su frente, acariciando suavemente su cabello.

"Para mí también", respondió. "Has cambiado mi vida de formas que nunca imaginé posibles. Me has mostrado una fuerza en mí mismo que no sabía que existía.Mei Lin.Te amo. Estoy enamorado de ti. Eres mía. Mi sueño. Mi anhelo. Sabía que existias.Sabia que te encontraría.Siempre he estado esperándote.

Mei Lin levantó la cabeza para mirarlo, sus ojos brillantes en la penumbra.

"Prométeme algo", dijo. "Si las cosas salen mal mañana, si tenemos que separarnos por alguna razón, prométeme que seguirás adelante. Que vivirás la vida valiente que has comenzado a descubrir."

La seriedad de su tono lo alarmó.

"Nada saldrá mal", insistió. "Entraremos, recuperaremos el Corazón de Jade, detendremos a Gang, y saldremos juntos. No hay otra opción aceptable.Y te haré feliz por cada segundo de mi vida.

Mei Lin sonrió, pero había una tristeza en sus ojos que no pasó desapercibida para Li Wei.

"Solo promételo", insistió.

"Lo prometo", cedió finalmente. "Pero tú también debes prometerme algo. Promete que no te sacrificarás innecesariamente. Que considerarás un futuro más allá de tu misión.Yo estoy en tu vida. Y debes cuidarte"

Ella lo miró largamente, como memorizando cada detalle de su rostro.

"Lo prometo", dijo finalmente, sellando su promesa con un inesperado y no planificado beso.Los labios de Mei Lin eran deliciosos,tiernos,divinos.-- Y quiero que sepas, que también ese día, quedé casi sin respirar. Sabía que terminaría aquí,siendo tuya.

Volvieron a besarse y el volcán de pasión,ardiente ,ilimitado estallo nuevamente entre ambos.

Se quedaron dormidos así, entrelazados, ella dormida sobre el,con mil posibilidades en la vida de ambos.

el Alma de Jade pulsando suavemente junto a ellos como un corazón adicional, un testigo silencioso de una unión que trascendía el tiempo mismo.

En algún lugar de las montañas Sheshan, en el laboratorio subterráneo más profundo del complejo de NeoSombra, el Corazón de Jade comenzó a pulsar con el mismo ritmo, respondiendo a su contraparte a través de la distancia. Gang Laoban, quien meditaba frente al artefacto, abrió su ojo bueno, una sonrisa lenta extendiéndose por su rostro marcado.

"Te siento, guardiana", murmuró al artefacto pulsante. "Estás cerca. Y pronto, muy pronto, completaremos el círculo que comenzó hace siglos."





El Corazón de Jade.Parte 7


En la mañana, Mei Lin lo miro con timidez, ambos estuvieron viéndose. Ella bajo su mirada y una lágrima corrió por su rostro 

-- Estoy avergonzada. He entrado a tu vida y tengo la certeza que he dañado tu mundo. Has perdido tu casa,tu sustento, por mi culpa eres un proscrito y los guerreros del rey de aquí te buscan .Siento que soy un mal espíritu en tu vida.

Li Wei la miro y suavemente la besó.

-- Es todo lo contrario. Mi vida no tenía ni luz, ni emoción,ni anhelos.Tu me has traído todo a mi vida, y siento que esto es muy fuerte,y duradero. Eres preciosa,independiente,capaz,valiente,digna. Cada segundo te descubro más cualidades.Como podría yo no enamorarme de ti?. En cuanto a ingresos..con esta "caja mágica" que se llama laptop, crearemos dinero Ya verás.. por cierto aprenderás a usar esta caja mágica.

--- Y como crearás monedas?-- pregunto con dudas.

-- He escrito una novela y la vamos a monetizar...

-- Que cosa es "monetizar".

-- Ya verás.Dejame publicarla en una editorial digital.

Mei Lin prefirió guardar silencio. Todavía habían cosas que la aturdían.





No legal. No moderno. Pero sagrado.



Capítulo 1: El Encuentro de los Mundos

La ciudad de Shanghai se alzaba como un coloso de acero y cristal, un gigante que respiraba vapor y exhalaba luces de neón. Entre sus calles estrechas y avenidas amplias, entre lo antiguo y lo nuevo, existía un ritmo frenético que pocos podían seguir sin perder algo de sí mismos en el proceso. El cielo nocturno, teñido de un azul profundo casi imperceptible bajo el resplandor artificial, cobijaba a millones de almas que se movían como hormigas laboriosas, cada una con su propósito, cada una con su historia.

En el piso diecisiete de un edificio que parecía tocar las nubes, Liang desplegaba sus planos sobre una mesa de madera oscura. Sus dedos, largos y precisos, trazaban líneas invisibles sobre el papel, imaginando estructuras que algún día se alzarían hacia el cielo. A su lado, una taza de café humeante esperaba paciente, testigo silencioso de noches interminables dedicadas a la creación de espacios que otros habitarían.

Liang era un arquitecto respetado, un hombre de ciencia y números, de ángulos y proporciones. Su mundo estaba ordenado, medido, calculado hasta el último detalle. Cada mañana seguía la misma rutina: despertaba con el primer rayo de sol, preparaba su café con exactamente tres cucharadas de granos recién molidos, y se sentaba frente a sus planos con la disciplina de un monje. Su apartamento, minimalista y funcional, reflejaba su personalidad: nada estaba fuera de lugar, nada sobraba, nada faltaba.

Sin embargo, había noches en que Liang sentía un vacío inexplicable. Miraba por la ventana hacia la ciudad que nunca dormía y se preguntaba si existía algo más allá de las líneas rectas y los ángulos perfectos. Algo que no pudiera medirse con regla y compás, algo que escapara a la lógica de sus ecuaciones.

Fue en una de esas noches cuando decidió bajar a la calle, abandonar por unas horas la seguridad de su torre de marfil. El aire húmedo de Shanghai lo recibió como un abrazo no deseado, pegándose a su piel mientras caminaba sin rumbo fijo. Las calles bullían de vida: vendedores ambulantes, turistas desorientados, jóvenes locales que reían demasiado fuerte. Liang se sentía como un extranjero en su propia ciudad.

Sus pasos lo llevaron hasta un callejón estrecho, iluminado por faroles de papel rojo que proyectaban sombras danzantes sobre los muros antiguos. Al fondo, casi oculta entre tiendas de antigüedades y restaurantes tradicionales, descubrió una pequeña tienda cuyo letrero, desgastado por el tiempo, apenas era legible: "Hierbas y Remedios de la Antigua China".

Algo en aquel lugar lo atrajo como un imán. Quizás fue la curiosidad, quizás el destino. Liang empujó la puerta de madera tallada y entró en un mundo completamente diferente al suyo.

El interior de la tienda era un caos ordenado de frascos, plantas secas colgando del techo, y estanterías repletas de libros antiguos. El aire estaba cargado de aromas intensos: jengibre, canela, hierbas desconocidas que picaban en la nariz. Y en medio de todo aquello, de espaldas a él, una mujer arreglaba meticulosamente un ramo de flores secas.

"¿Puedo ayudarte?", preguntó ella sin volverse, como si hubiera sentido su presencia desde el momento en que cruzó el umbral.

Su voz era suave pero firme, como agua que fluye sobre piedras pulidas. Cuando finalmente se giró para mirarlo, Liang sintió que algo dentro de él se estremecía. No era su belleza convencional lo que lo impactó, sino la intensidad de su mirada. Ojos negros como pozos profundos que parecían ver más allá de la superficie, más allá de los planos y el café, más allá de todo lo que él creía ser.

"Me llamo Mei", dijo ella, extendiendo una mano manchada de tierra y esencias. "Y tú estás perdido."

No era una pregunta, sino una afirmación. Liang quiso negarlo, explicarle que él nunca estaba perdido, que siempre sabía exactamente dónde estaba y hacia dónde iba. Pero las palabras se le atascaron en la garganta.

"No estoy perdido", logró articular finalmente. "Solo... explorando."

Una sonrisa enigmática se dibujó en los labios de Mei. "Explorar es una forma elegante de perderse con propósito", respondió, mientras se movía entre las estanterías con la gracia de quien conoce cada rincón de su universo. "¿Qué te trae a mi tienda, explorador?"

Liang no tenía una respuesta. No había venido buscando nada en particular, y sin embargo, ahora que estaba allí, sentía que había encontrado algo que no sabía que buscaba.

"Café", dijo de repente. "Se me acabó el café."

Era una mentira absurda. Su apartamento estaba bien abastecido de café para al menos dos semanas más. Pero fue lo único que se le ocurrió decir.

Mei lo miró con una mezcla de diversión y curiosidad. "No vendo café", respondió. "Pero tengo algo mejor. Algo que te ayudará a ver lo que tus ojos se niegan a mirar."

Sin esperar respuesta, comenzó a mezclar hierbas en un mortero de piedra. Sus movimientos eran precisos, casi rituales. Liang la observaba fascinado, como si estuviera presenciando una danza antigua y sagrada.

"¿Eres médica?", preguntó, intentando entender quién era esta mujer que parecía tan fuera de lugar en la Shanghai moderna y, al mismo tiempo, tan perfectamente arraigada en ella.

"Soy muchas cosas", respondió Mei sin dejar de trabajar. "Herbolaria, poeta, guardiana de tradiciones que la mayoría ha olvidado. Algunos me llaman bruja, otros sanadora. Los nombres no importan."

Vertió agua hirviendo sobre las hierbas molidas y el aroma que se elevó llenó la tienda de una fragancia dulce y terrosa. Ofreció la taza a Liang con un gesto ceremonioso.

"Bebe", ordenó suavemente.

Liang dudó. Toda su vida se había regido por la lógica y la razón. No bebía infusiones preparadas por desconocidos en tiendas ocultas en callejones. Y sin embargo, tomó la taza entre sus manos y bebió.

El sabor era complejo: amargo al principio, luego dulce, con un regusto a especias que no podía identificar. Sintió el líquido caliente bajar por su garganta y extenderse por su cuerpo como una ola de calor.

"¿Qué es esto?", preguntó, sorprendido por la sensación de claridad que comenzaba a experimentar.

"Es un té para ver con el corazón", respondió Mei. "Para aquellos que están tan atrapados en sus cabezas que han olvidado cómo sentir."

Liang quiso reírse, decirle que eso era imposible, que no se podía ver con el corazón. Pero las palabras murieron en sus labios cuando notó que, efectivamente, algo estaba cambiando en su percepción. Los colores parecían más vivos, los sonidos más nítidos. Y Mei... Mei resplandecía con una luz interior que antes no había notado.

"¿Qué me has dado?", preguntó, entre asombrado y alarmado.

"Nada que no estuviera ya en ti", respondió ella con serenidad. "Solo he abierto una puerta que tú mismo habías cerrado."

Esa noche, Liang regresó a su apartamento con la mente llena de preguntas y el corazón inquieto. Por primera vez en años, sus planos quedaron olvidados sobre la mesa. Se sentó junto a la ventana y contempló la ciudad con ojos nuevos, preguntándose qué otros secretos guardaba Shanghai que él, en su torre de cristal, nunca había visto.

Y mientras la noche avanzaba, una certeza se formaba en su interior: volvería a aquella tienda. Volvería a ver a Mei. Porque en aquel breve encuentro había sentido algo que sus planos y su café nunca le habían dado: la promesa de un misterio, la posibilidad de lo inexplicable.

En su cama, antes de caer en un sueño profundo y lleno de imágenes vívidas, Liang recordó las últimas palabras que Mei le había dicho al despedirse:

"El mundo es más grande de lo que tus planos pueden contener, arquitecto. Y más hermoso de lo que tus ojos están dispuestos a ver. Pero ahora que has probado lo que hay más allá de tus muros, ¿serás capaz de olvidarlo?"

Liang sabía la respuesta. No, no sería capaz de olvidar. Y mientras el sueño lo reclamaba, una sonrisa se dibujó en sus labios. Por primera vez en mucho tiempo, estaba ansioso por ver qué le traería el nuevo día.

Capítulo 2: La Danza de los Opuestos

Los días siguientes transcurrieron para Liang como un sueño febril. Durante las mañanas, se sumergía en sus planos y cálculos, en el mundo ordenado y predecible que siempre había conocido. Pero al caer la tarde, sus pensamientos volaban invariablemente hacia aquel callejón iluminado por faroles rojos, hacia aquella tienda de hierbas y hacia Mei.

Intentó convencerse de que había sido solo una experiencia pasajera, una curiosidad satisfecha. Se repitió que él era un hombre de ciencia, no alguien que creía en tés mágicos y mujeres que hablaban de ver con el corazón. Y sin embargo, una semana después de su primer encuentro, sus pies lo llevaron de nuevo hacia el mismo callejón, como si tuvieran voluntad propia.

La tienda estaba exactamente igual, como si el tiempo no pasara entre sus paredes antiguas. El aroma de las hierbas lo envolvió al entrar, trayendo consigo el recuerdo vívido de aquella primera noche. Mei estaba sentada en un rincón, escribiendo en un cuaderno de papel amarillento. No levantó la vista cuando él entró, pero una sonrisa se dibujó en sus labios.

"El arquitecto regresa", dijo, cerrando su cuaderno con delicadeza. "¿Has venido por más café?"

Había humor en su voz, y algo más que Liang no podía descifrar. Se sintió expuesto, como si ella pudiera leer cada uno de sus pensamientos.

"He venido porque no puedo dejar de pensar en lo que me dijiste", respondió con honestidad. La franqueza lo sorprendió a él mismo. No era su estilo ser tan directo, tan vulnerable.

Mei lo miró entonces, y sus ojos parecían contener toda la sabiduría del mundo. "Siéntate", le indicó, señalando un taburete de madera frente a ella. "Cuéntame qué has visto desde que bebiste mi té."

Liang se sentó, sintiéndose extrañamente cómodo en aquel espacio caótico tan diferente a su ordenado apartamento. "He visto... colores donde antes solo veía formas. He escuchado música en el ruido de la ciudad. He sentido..." se detuvo, buscando las palabras adecuadas, "he sentido que hay algo más allá de lo que puedo medir y calcular."

Mei asintió, como si sus palabras confirmaran algo que ella ya sabía. "El té solo despertó lo que ya estaba en ti", dijo suavemente. "Todos nacemos con la capacidad de ver más allá de lo evidente, pero la mayoría aprende a ignorar esa visión. Tú la enterraste bajo planos y ecuaciones."

"Mi trabajo es importante", se defendió Liang. "Creo espacios donde la gente vive, trabaja, ama."

"No he dicho que no lo sea", respondió Mei con calma. "Pero has olvidado que los espacios no son solo paredes y techos. Son también memorias, emociones, sueños."

Se levantó con un movimiento fluido y comenzó a preparar té nuevamente. Esta vez, Liang observó con atención cada uno de sus gestos: la forma en que sus dedos seleccionaban las hierbas, la precisión con que medía cada ingrediente, la reverencia con que vertía el agua. Había algo profundamente ritual en sus acciones, algo que hablaba de siglos de tradición y conocimiento.

"¿Quién eres realmente?", preguntó Liang, incapaz de contener su curiosidad.

Mei lo miró por encima del vapor que ascendía de las tazas. "Soy la guardiana de un conocimiento antiguo", respondió. "Mi familia ha preservado estas tradiciones durante generaciones, desde mucho antes de que Shanghai fuera la ciudad que es hoy."

Le ofreció una taza de té, diferente al de la vez anterior. Este tenía un aroma más sutil, a jazmín y algo más que Liang no podía identificar.

"Este té no abrirá puertas como el anterior", explicó Mei. "Este es para escuchar. Para entender."

Liang bebió, dejando que el líquido caliente lo reconfortara. Esta vez no hubo efectos dramáticos, solo una sensación gradual de calma y claridad.

"Quiero entender", dijo finalmente. "Quiero entender qué es lo que haces, qué es lo que sabes."

Mei sonrió, y en esa sonrisa había tanto alegría como tristeza. "Lo que sé no puede aprenderse en libros ni enseñarse con palabras. Es un conocimiento que se siente, que se vive."

Se levantó y le hizo un gesto para que la siguiera. Lo condujo a través de una puerta oculta tras una cortina de cuentas, hacia una habitación trasera que Liang no había visto en su visita anterior.

El espacio era pequeño pero acogedor, iluminado por velas que proyectaban sombras danzantes sobre las paredes. En un rincón había un futón sencillo, y junto a él, una mesita baja con un cuaderno similar al que Mei había estado escribiendo cuando él llegó. Y bajo la cama, parcialmente visible, el brillo metálico de lo que parecía ser una daga antigua.

"Este es mi santuario", dijo Mei. "Aquí escribo mis poemas, preparo mis remedios, y medito sobre los misterios del universo."

Liang observó la habitación con fascinación. Era tan diferente a su propio espacio vital, y sin embargo, había algo en ella que resonaba profundamente en su interior. Una autenticidad, una conexión con algo más grande y más antiguo que ellos mismos.

"¿Puedo ver tus poemas?", preguntó, señalando el cuaderno.

Mei dudó por un momento, y Liang temió haber cruzado alguna línea invisible. Pero finalmente, ella asintió y le entregó el cuaderno.

Las páginas estaban llenas de una caligrafía elegante y fluida. Poemas en chino tradicional, algunos tan antiguos que Liang apenas podía descifrarlos, otros claramente escritos por la propia Mei. Hablaban de la naturaleza, del paso del tiempo, del equilibrio entre fuerzas opuestas. Y entre líneas, Liang creyó ver algo más: una soledad profunda, un anhelo de ser comprendida.

"Son hermosos", dijo con sinceridad, devolviendo el cuaderno. "Hay tanto en ellos que no puedo comprender completamente, pero siento su poder."

Mei tomó el cuaderno y lo abrazó contra su pecho, como si fuera un tesoro invaluable. "La comprensión no siempre viene del intelecto", dijo suavemente. "A veces viene del corazón."

Esa noche, Liang se quedó más tiempo. Hablaron durante horas, compartiendo historias de sus vidas tan diferentes. Él le contó sobre sus estudios de arquitectura, sobre sus sueños de crear edificios que fueran más que simples estructuras. Ella le habló de su linaje de herbolarias y sanadoras, de cómo había aprendido los secretos de las plantas desde niña, de cómo había elegido continuar con la tradición familiar en una época en que pocos valoraban ese conocimiento ancestral.

No mencionó la daga bajo su cama, y Liang no preguntó. Intuía que había partes de Mei que solo se revelarían con el tiempo, si es que llegaban a revelarse alguna vez.

Cuando finalmente se despidieron, ya era casi el amanecer. Liang salió a las calles de Shanghai, que comenzaban a despertar con los primeros rayos del sol. Se sentía diferente, como si algo fundamental hubiera cambiado dentro de él.

Los días se convirtieron en semanas, y las visitas a la tienda de Mei se volvieron parte de su rutina. Ya no necesitaba excusas para ir; simplemente iba, atraído por una fuerza que no podía ni quería resistir.

A veces llevaba sus planos y trabajaba en ellos mientras Mei atendía a sus clientes o preparaba sus remedios. Otras veces, ella le leía sus poemas más recientes o le enseñaba los nombres y propiedades de las hierbas que utilizaba. Poco a poco, sus mundos comenzaron a entrelazarse, a pesar de ser tan diferentes.

Una noche, mientras compartían una cena sencilla en la trastienda, Mei le preguntó: "¿No te preocupa lo que piensen tus colegas si supieran que pasas tanto tiempo con una herbolaria que muchos considerarían una bruja?"

Liang reflexionó sobre la pregunta. Hacía unas semanas, la respuesta habría sido un rotundo sí. Su reputación profesional era importante para él, y el mundo de la arquitectura moderna tenía poco espacio para lo místico o lo tradicional. Pero ahora...

"Me importa más lo que he descubierto aquí contigo que lo que ellos puedan pensar", respondió finalmente. "Has abierto mis ojos a una forma diferente de ver el mundo, y no puedo, no quiero, volver a cerrarlos."

Mei lo miró con una intensidad que le quitó el aliento. "¿Y no temes que esta visión cambie quién eres, que te aleje de tu camino?"

"No estoy abandonando mi camino", dijo Liang con convicción. "Estoy enriqueciéndolo. Mis edificios serán mejores porque ahora entiendo que deben albergar no solo cuerpos, sino también almas."

Una sonrisa iluminó el rostro de Mei, y en ese momento, Liang supo que estaba enamorado de ella. No de una manera convencional, no como lo había estado de otras mujeres en el pasado. Este era un amor más profundo, más complejo, nacido del reconocimiento de un espíritu afín a pesar de todas sus diferencias.

"Nunca te pediré que cambies", dijo él, tomando su mano entre las suyas. "No quiero que renuncies a tus hierbas, ni a tu daga, ni a tus poemas. Quiero conocerte tal como eres, con toda tu magia y tu misterio."

Los ojos de Mei se llenaron de lágrimas, y Liang comprendió que ella había esperado otra reacción, quizás la que había recibido de otros antes que él: miedo, rechazo, o el deseo de "salvarla" de sus creencias.

"Y yo no te pediré que abandones tus planos ni tu café", respondió ella con voz temblorosa. "No quiero que dejes de ser el arquitecto que construye puentes entre el cielo y la tierra."

Esa noche, bajo la luz de la luna que se filtraba por la pequeña ventana de la trastienda, sellaron su promesa con un beso que sabía a té de jazmín y a posibilidades infinitas.

Los meses siguientes fueron un descubrimiento constante. Liang comenzó a incorporar elementos de la sabiduría antigua en sus diseños arquitectónicos, creando espacios que respetaban los principios del feng shui y que incluían jardines de hierbas medicinales. Mei, por su parte, empezó a documentar sus conocimientos en un formato más accesible para las generaciones futuras, inspirada por la precisión y metodología de Liang.

No fue un camino sin obstáculos. Hubo momentos de incomprensión, de frustración cuando sus mundos parecían demasiado diferentes para reconciliarse. Hubo noches en que Liang regresaba a su apartamento preguntándose si no estaría cometiendo un error, si no estaría perdiendo su identidad en esta nueva realidad compartida.

Pero cada mañana, al despertar, sentía una certeza profunda: estaba exactamente donde debía estar, amando a una mujer que no necesitaba cambiar para encajar en su vida, porque juntos estaban creando un nuevo espacio donde ambos podían existir plenamente.

Un año después de su primer encuentro, Liang completó el diseño de su obra más ambiciosa: un centro cultural que combinaba lo mejor de la arquitectura moderna con la sabiduría tradicional china. En el corazón del edificio, un jardín de hierbas medicinales rodeaba un pabellón de té donde los visitantes podían experimentar las infusiones preparadas según recetas antiguas.

El día de la inauguración, mientras los invitados recorrían maravillados los espacios que había creado, Liang buscó a Mei entre la multitud. La encontró en el jardín, vestida con un qipao rojo que contrastaba con su habitual atuendo sencillo. Estaba hermosa, radiante, y completamente fuera de lugar entre los ejecutivos y funcionarios que asistían al evento.

Y sin embargo, cuando se acercó a ella y tomó su mano, Liang sintió que nunca había existido una imagen más perfecta: él con su traje formal y su portafolio de planos; ella con sus manos manchadas de tierra y el aroma de las hierbas impregnado en su piel.

"¿Qué piensas?", le preguntó, ansioso por su opinión.

Mei miró a su alrededor, observando cada detalle del jardín que habían diseñado juntos. "Pienso que has creado un puente", respondió finalmente. "Un puente entre tu mundo y el mío, entre el pasado y el futuro."

Liang sonrió, sintiendo una felicidad que desbordaba su pecho. "No lo habría logrado sin ti", dijo con sinceridad.

"Lo habrías logrado", respondió Mei. "Pero habría sido diferente. Como yo sería diferente sin ti."

Se miraron en silencio, conscientes de la verdad en esas palabras. No se habían cambiado mutuamente, no habían intentado moldearse el uno al otro según sus expectativas. Simplemente habían creado un espacio donde ambos podían crecer, manteniendo intactas sus esencias.

Esa noche, mientras Shanghai brillaba bajo un manto de estrellas apenas visibles entre la contaminación lumínica, Liang y Mei caminaron por las calles de la ciudad que los había unido. Él con sus planos bajo el brazo y el sabor del café aún en sus labios; ella con su bolsa de hierbas y el cuaderno de poemas en su bolsillo.

La daga seguía bajo su cama, un recordatorio de que había partes de ella que siempre serían salvajes e indómitas. Los planos seguían sobre la mesa de Liang, testimonio de su necesidad de orden y estructura. Y sin embargo, en medio de esas diferencias, habían encontrado un ritmo común, una danza que les permitía moverse juntos sin perder sus pasos individuales.

Shanghai, con todo su ruido y su frenético ritmo, parecía más amable ahora, más humana. Como si la ciudad misma celebrara esta unión improbable entre el arquitecto y la herbolaria, entre lo moderno y lo ancestral, entre la razón y la magia.

Y mientras caminaban bajo las luces de neón que teñían el cielo nocturno, Liang comprendió que había encontrado algo más valioso que cualquier edificio que pudiera diseñar: había encontrado un hogar en la persona más inesperada, en un alma que complementaba la suya sin intentar cambiarla.

Ella no había cambiado. Él no había conquistado. Se habían encontrado.

Y en ese encuentro, en esa aceptación mutua y profunda, habían descubierto una verdad más sublime que cualquier cuento de hadas: que el amor verdadero no transforma a las personas en algo que no son, sino que les da el valor para ser plenamente quienes están destinadas a ser.

Ilustración

Ella no cambió. Él no conquistó. Se encontraron.Y destaparon la inagotable energía del amor y la pasión 

Y eso fue más sublime que cualquier cuento de hadas.

Y eso fue más sublime que cualquier cuento de hadas


¡

Li Wei termino de leerla.

-- Siento que sucedió así. Porque cambiastes tu nombre? Y no sabía que eres un escribano, acaso eres cuentista real? Y dónde están los papiros dónde la escribistes?

El se rio.

Ella mostró miedo y vergüenza. Eran muchas cosas por aprender en este tiempo tan complicado.

-- Te explico. No es por vergüenza, ni porque no quiero aparecer a ti lado. Use un seudónimo, para dificultar que me encuentren. Digamos que hay un "sello" que hace que me ubiquen fácilmente. Todavía no tienen tu nombre. Pero si tú apariencia... Apenas termine todo esto ,haremos una presentación pública los dos.Y cambiare el nombre del protagonista por el mío.

-- Los dos? Una mujer no debe estar en presentaciones públicas compartiendo los honores de su esposo al mismo nivel.

-- En esta época si...Además, quiero que se mueran de envidia al verme con la princesas más bella de Shanghai.

-- No soy princesa.

-- Si que lo eres. Eres la princesa que lA vida me ha permitido conocer y amar.

-- Bueno-- sonrió complacida, la verdad es que el la había conquistado en todo lo que ella alguna vez deseo, aparte que Li Wei era demasiado,Pero más que demasiado bello y era únicamente de ella --volvamos a la realidad.

-- El se rio. Ambos se rieron.. volver a una terrible realidad...

-- Mei Lin.Me vas a matar con tanta belleza-- exclamó Li Wei al verla lista para salir.

Me vas a matar con tanta belleza-- exclamó Leí Min al verla lista para salir

-- Ay no.. no te mueras por verme-- exclamó ella asustada 


Continua 




Continua



Continuars


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