Esposa a La Carta. Fantfiction de Hanna. Capitulo 4
Keyla despertó. Vio el bello rostro de Dave. Dormido tenía esa expresión de niño malo y malcriado, extremadamente infiel y traidor. Exactamente igual que ella.
Se levantó con Esteban rondándole la mente. Ese gafo. Lo odiaba porque fue su único y verdadero amor. Infantil, inmaduro, irresponsable, definía al westonzolano promedio de incoherente hablar, con la mente llena de pajaritos, buscando inútilmente validación y aceptación, sin embargo,fue el único hombre que la amo. Estaba más que segura de que la amaba todavía. Fue lo más sincero y leal en su mundo ejecutivo, podrido y criminal...
Se le antojaba encontrarlo nuevamente y convencerlo de alguna manera que le traspasara todo a Dave. Esa era una opción. Después Dave se montaría en el avión equivocado, por una falla en las turbinas y zúas. Chao. Sinceramente prefería Dave muerto y no a Esteban. Esteban no era peligroso. Dave era tramposo, Inteligente, muy ambicioso. Sabía lo que ella tramaba.
Mientras se bañaba se le antojaba que convencer a Esteban sería más que fácil. Suspiró ante su disyuntiva.
Después de hacer Asquerosamente el amor, Dave antes de dormir le propuso el negocio de su vida y huir ambos después...Era una opción terrible e ilegal. Como todo lo de ella...
Ahora. ¿Haría el negocio nuevo que tenían en mentes? Después lo eliminaría, sino es que Dave la eliminaba a ella primero'.
La mujer dudo. En realidad tenía tiempo queriéndose acostarse nuevamente con Esteban e insultarlo después. Sería como hacer un bang gang,pero con una sola persona.Eso le daría harto placer.
II
Esteban no pudo dormir más. Se dio un buen baño en su oficina. En el apartamento le habían suspendido el agua y el gas, le habían prohibido el uso del ascensor y del garaje. Pero sería por pocas horas.
La noticia que dio la muchacha, el descubrimiento de todo, no le dejó dormir.
Recordó El trabajo y humillaciones pasadas. Todo era casi imposible de asimilar. No sabía qué significaba y hasta donde llagarían las cosas. Pero si comprendía que detrás, del otro lado de la computadora estaba Keyla, manejando diestramente los hilos, absolutamente concentrada en hacer el mal con un culpable que ya lo había declarado a los cuatro vientos. El mismo.
Corría un gran peligro. Por instantes una ola de miedo lo atacó. Sabía de lo que ella fue capaz cuando era pobre y principiante. De eso se enteró muchos meses después. Ahora era poderosa. Agitó la cabeza. No tenía ni idea en que ella andaba metida ,Ya no quería pensar.
Tenía que hacer una prueba y ver si no era un sueño producto del hambre. Salió a la calle. No sin antes anotar las direcciones y números de cuentas de los 3 primeros bancos donde se suponía tenía cuentas. Había Cuentas corrientes con Chequeras, Banking Internet, Tarjetas de Débito y de Crédito. En todas y cada donde solo estaba la firma de él. Ahora vería. No importaba mucho el peligro, ni qué cosa despertaría al hacerlo. Pero tenía que averiguar.
Fue al Banco Socialista de los Pueblos Libres. Un banco famoso por sus casi imposibles requisitos de intermediación y afiliación, No les interesaba tener muchos clientes, por ser donde los políticos, narcotraficantes y empresarios corruptos guardaban sus dineros.
Entró al banco. Tenía muchísimo tiempo que no disfrutaba un ambiente de lujo tan obsceno como este.
--Por favor.-- Dijo en la recepción--. Un ejecutivo de cuentas.
--¿Motivo?—dijo la joven, regalándole una mirada a la que ya estaba acostumbrado desde mucho tiempo atrás.
--Actualizar mi chequera virtual y tarjeta de crédito. —explicó asintiendo mientras contemplaba la gente elegantemente vestida, haciendo labores mercantiles de todo tipo.
La joven lo miró mejor. Detallando sin disimulo de arriba abajo. Un vigilante armado se acercó silenciosamente.
Instantes después estaba frente a un joven, quien no dejaba de verlo con desconfianza.
--Quisiera agregar a mi cuenta una tarjeta de crédito adicional, una tarjeta de débito y una chequera, igualmente ADICIONALES. Sé que las chequeras están obsoletas. Pero a mí me sirven —explicó Esteban, poniendo encima de la mesa una servilleta con el número de cuenta.
El muchacho en silencio la tomó y consultó con su visor.
--Debe saber que necesitamos alguna identificación. —cuando vio la información de la pantalla con los números anotados. Los vio y no quedó muy convencido tras verificar varias veces.
--Seguro—dijo Esteban, colocando encima de su escritorio su Cédula de Identidad.
--¿Pasaporte?—inquirió el joven.
--No tengo.
--¿Licencia de Conducir?
--Tampoco.
--¿Tarjeta del Seguro Social?.
-............
--¿Dirección?
--La que aparece indicada está bien.
--Referencias personales?
--Hace años que nadie me las da ni por error.
El joven lo vio nuevamente con creciente desconfianza y él se vio obligado a hacerle un gesto tranquilizador.
--. A veces no es muy saludable tener tantos documentos. —repuso Esteban, viendo al vigilante, quien lo contemplaba con toda la desconfianza del mundo. Esteban le regaló una sonrisa para el recuerdo...
El joven guardó silencio,entendiendo. Otro Empresario, corrupto, narcotraficante, afín al gobierno, que tenía que disfrazarse para poder caminar por la calle y así evitar ser linchado por la multitud...
--Por favor. Firme aquí—dijo finalmente el joven mostrándole una pantalla y un analizador de huellas digitales, mientras hablaba por teléfono.
Esteban recibió un papel en blanco. Lo firmó más de 20 veces. En silencio esperó. Pues el joven se levantó del escritorio y repitió.
--Espere aquí.
Al rato llegó acompañado del gerente. Este lo vio. ¡Qué humildad tan grande¡ Este era un hombre que tenía todos los millones del mundo, se presentaba casi como un pordiosero. La verdad es que había personas o que eran muy miserables, o se cuidaban muy bien de los secuestradores, o el dinero nunca se les subió a la cabeza.
--Dr. Watkings Olivestri. Disculpe la demora. Como comprenderá; es la primera vez que nos visita y debimos hacer ciertos ajustes. — explicó el gerente, extendiéndole la mano.
Esteban guardó silencio, sin darle la mano al hombre...
---Inmediatamente le entregaremos una Tarjeta de crédito amplia y multiuso. Con el respaldo que Ud. Tiene, podrá hacer lo que quiera con ella. También le daremos inmediatamente su chequera, así no se usen, tenemos algunas por ahí.. —explicó el hombre, guardando la mano... Sin duda era un poderoso narcotraficante y no quería dejar trazas de su ADN en las manos y ropas de los demás.
Esteban se mantuvo en silencio, mientras velozmente el joven analista ponía todo a tono. El gerente nuevamente le tendió la mano y Esteban, recordando que existían los buenos modales se la estrechó; después de entender que no tenía nada que ver con su propia desgracia., Era simplemente un funcionario haciendo su labor.
El hombre se retiró después de saludar cortésmente, dejándolo con el joven, quien tecleaba furiosamente en un PC, rellenando varias formas al mismo tiempo. Mientras una apurada asistente le trajo un excelente café con unos buenos sándwich, los cuales fueron devorados por él, que todavía no se acostumbraba a ser tratado nuevamente como un ser humano.
Momentos después estaba en la calle.
--Con qué me metiste en quién sabe qué cosa. Ya vamos a ver. —dijo el hombre mirando fijamente el concesionario de vehículos Mitsubishi. Vio la pick-up. Muy sencilla. Pero serviría para la prueba....
Entró al mismo , señalando la pick up., se dirigió a una vendedora.
La mujer lo miró, entendiendo que era un escapado del psiquiátrico le dijo.
--Hijo. A pesar de su sencillez yo dudo..Que..Bueno..Vamos--- explicaba, cada vez más lentamente, al ver los movimientos del harapiento hombre, quien luego de extraer una chequera nueva , le hizo el gesto de . ¿Cuándo vale?
--12500 Dólares—dijo finalmente la mujer.
Esteban relleno el cheque, entregárselo le dijo...
--Por favor. Coloque usted misma el beneficiario, si quiere crucé la calle para conformar en el banco de enfrente. Aquí espero...
III
Caminaba disfrutando por la calle. Se había dedicado a hacer pruebas. Casi se volvio loco comprando en. Shopping Leste Aricanduva Perfumerías, zapaterías, sastrerías, restaurantes chinos, farmacias, Dulcerías. Cada prueba era antecedida por una parada ante cada vidriera. Ya su camioneta estaba a punto de reventar de cajas, paquetes y bolsas que había comprado sin medir consecuencias. La Tablet más sofisticada. El laptop de extrema generación. El IPhone más avanzado. Comía, Bebía, caminaba, olvidándose de sus antiguas penurias comprando cosas sin freno. Casi como una chica despechada comprando y comiendo bombones. Él se desquitó tomando todo lo que le gustaba y pagándole con la poderosa tarjeta. Esperaba una llamada. Una comunicación. Pero nada sucedía. Al otro lado de la tarjeta estaba ella. Sabía que y se había dado cuenta... Había gastado una fortuna en un pozo sin fondo de caprichos. Por último. Una botella de Buchanans 25 años y armado con todo eso decidía a dónde ir. ¿Apartamento u oficina?.
Se abstuvo de ir a la oficina. No le dijo nada a la muchacha que había ido al banco a cobrar su beca de estudiante sobresaliente. Lugo arrepintiéndose decidió ir a buscarla. La invitaría a celebrar... A cenar en un restaurant caro. A la discoteca. A un hotel fino. Algo haría..
. Fue a su oficina y la joven ya se había marchado. Coloco lo comprado en el piso de la misma, luego de dar varios viajes al estacionamiento,
Finalmente, Sacó dinero a montones de un telecajero. Cuando ella regresó al día siguiente, lo primero que hizo cuando la chica entró fue dárselo, llenando sus manos con las inmensas pacas de billetes de alta denominación.. No había necesidad de explicar nada. Ella era la originante de ese cambio de fortuna al revisar los papeles que el siempre botaba sin leer. Le enseñó la camioneta , le entregó las llaves y ella lo llevó hasta su apartamento. Decidió que no había necesidad de quedarse trabajando. No tenían por qué sacrificarse. Total no habían clientes a quien atender. Mejor era disfrutar. Disfrutar por todo lo sufrido. Caminar sin prisas... Reír. Charlar...
Nada era perfecto. Había una línea fronteriza entre los dos. Un muro invisible, cuya altura no se sabía dilucidar. Todo por un simple beso. Culpables los dos...No hablaban más de lo normal. Nada de aquel beso. Parecía borrado. Parecía que nunca había sucedido.
Después de despedirse. Entró a su apartamento. Vio tantas y tantas carencias. Contempló de soslayo su saco de ropa sucia. El conserje tendría trabajo.
Durmió como un bendito. No se vieron por dos días.
Al amanecer tocaron la puerta. Fue a Abrir y la conserje estaba armada con un palo de escoba y una expresión feroz. La mujer abrió la boca para iniciar la catarata de insultos. Esteban le hizo la señal de alto e inmediatamente volviendo sobre sus pasos ,se internó en el apartamento, con la mujer pegada a sus talones, reiniciando la consabida catarata de improperios, De hirientes comentarios sobre su incapacidad, irresponsabilidad, falta de respeto, mal vecino,etc,bla,etc...
Imperturbable Esteban buscó rápidamente entre sus bolsas, dejando a la mujer por un momento asombrada. No hubo la consabida reacción de súplica, de rogar, de excusarse. Nada. Esteban tomó de una bolsa llena de billetes y en silencio le entregó dos pacas de dinero.
Continua
Esposa a La Carta Fanfiction de Hanna. Capitulo 5
---Los recibos déjelos debajo de la puerta. Guarde el cambio—dijo, empujándola levemente fuera de su apartamento , cerrando la puerta con un portazo detrás de ella...
Al día siguiente Tocaron la puerta,mientras se bañaba.
--Keyla. Demoraste demasiado—pensó el hombre, con un simple paño cubriéndolo abrió la puerta.Empapado, ni se molestó en secarse ni ver por el ojo mágico, sentía que era Keyla.
Clarisse entró con un thermo y una cajita feliz de hamburguesas Wendy...
Terminó de introducirse en silencio. Quedó dudando en el medio de la sala del apartamento. Parecía una gacela analizando por qué debía meterse en las fauces del hambriento león.
Esteban recordó fugazmente no sabía en qué momento de los últimas horas le había dado la dirección, más bien se le salió...
El hombre apretó con fuerza su paño. Todavía Estaba un poco bajo de peso.
La joven vio la pantalla de la nueva computadora, el múltiples escáner, un fax, una computadora adicional, un microondas. Una tableta inteligente y un laptop.
Ambos se vieron con expresión culpable. Clarisse exhibía unos nuevos pantalones de marca y unos zapatos de firma. Se sentaron separados por la nueva mesa de plástico de su comedor.
Comían, evitaban mirarse. Clarisse se mantenía en el mismo silencio. Ambos viendo la popular serie de Netflix Kathy, estudiante de enfermeria..
--Debo comprar dentífrico, agua de colonia, talco y crema de afeitar. Todas estas cosas hacían falta en la oficina. Pero poner al día todo durará varios días.--dijo Esteban, simulando normalidad, rompió el pesado silencio entre los dos
Dijo el hombre enseñándole la chequera y la tarjeta Visa platinum adicional que le llegó por correo; como extensión para ella...
Ella no le contestó. Limitándose a recibir en silencio la tarjeta de crédito.
--Otra cosa-- dijo Esteban-- tienes tu trabajo con todos los beneficios de la ley.
Clarisse se mantenía en el mismo inmutable silencio. Limpió sus labios con una servilleta. Estaba concentrada en comer los Nuggets de pollo, tampoco podía dejar de ver la cesta llena de cupcakes.
--También te voy a inscribir en el Seguro Social y en un buen fondo de jubilaciones Taiwanés. —anunció Esteban contemplando el enigmático silencio.
--Quiero que me acompañes a Caracas. —finalizó Esteban vencido por el silencio de la joven
--¿Porque? es un viaje muy peligroso. Es jugarse la vida gratis.
--Precisamente ahí es donde Keyla tiene su bufete principal.
--Por amor del cielo. Si ahí es donde tiene su bufete, es más peligrosa que el Cartel del Mariachi del Mar , el ejército de Wagner y Donald Trump. Ni la 101 aereotrasportada se atrevería ir ahí.
--Pues ella es una Reina del Infierno ahí.
--¿Me lo vas a contar todo?, ¿Cómo llegaste hasta esta situación?. ¿Por qué ella te metió en esa trampa?-- dijo la joven, tuteando repentinamente, dignándose a mirarlo desde sus nuevos lentes de marca.
--No tengo ni idea. Tampoco tengo la inteligencia para combatirla. —aclaró para ambos el hombre con la más absoluta franqueza.
--¿Por qué me besaste?-- preguntó a quemarropa Clarisse, con un gesto que a Esteban se le antojó de repulsión.
Él se descontroló. NO se acordó que solo tenía un paño tapándolo.
--¿Por qué te dejaste besar?-- se defendió el hombre nervioso ante la acusadora mirada. Sentía su pene como una vara de piedra. Una nefasta imagen sacudió groseramente su mente.
--Fue un error .No estoy preparada para una relación-- dijo la joven levantándose lentamente, dejando ver sus torneadas piernas a través del ceñido pantalón. Sin saber del embravecido animal que como una pata de perro envenenado apuntaba hacia ella
--Oye tranquila. Acepto que fue un grave error. Me disculpo. OK. —dijo Esteban, tratando de enmendar las cosas, asombrado por ese reclamo tan destiempo.--No sucederá más. Garantizó que estas segura
Esteban olvidándose de su vestimenta, le contó toda su vida de matrimonio y el ring de la medida de Keyla. Era una peligrosa combinación de la belleza de JENNIFER lAWRENCE , la maldad de Hunter Biden con los hijos de Donald Trump y los terroristas fundamentalistas, con la inteligencia de Steve Jobs. Eso cuando no tenía dinero. Ahora que era rica y poderosa,era de suponer que dejaría en pañales a todos los monstruos del mundo Marvel y del arruinado mundo DC
La joven se dispuso a salir, después de escucharlo en silencio. ..
Esteban se incorporó de la silla. No fue su intención.Con la conversación olvido su vestimenta. Se levantó muy rápidamente. Su paño se enganchó en la silla, cayendo al suelo. Su sorpresa fue tal que no le dio tiempo a cubrir sus partes. Mostró su animal enloquecido de hambre. Estupefacto quedó paralizado de la vergüenza. Sin capacidad de reaccionar.
La muchacha lo vio con ojos desorbitados. Gritó estentóreamente, con la cara descompuesta de pánico, tratando de tapar la imagen con sus manos. Quedó en estado de shock, agredida, aterrorizada
--¡Sádico¡ ¡Bestia¡ !Inmundo! -- exclamó horrorizada, saliendo en veloz carrera a la calle ,sin dejar de ver aquel monstruo grueso y gigantesco que temblorosamente la apuntaba. En fin. Todavía era una inocente universitaria con apenas una que otra relación.
--Ahora si la regaste—le dijo Esteban a su pene, cuando se quedó solo. El siempre encontraba la manera de dañarlo todo. Lo había hecho una vez más.
Fanfiction de Hannah. Esposa a La Carta. Capítulo 6
Keyla era una buena jugadora de lo que fuera. En la elaboración de cualquier cóctel siempre era necesario hacerlo sin precipitarse, sin dejar de mezclar los componentes. Nunca se propasó. Las cuentas bancarias eran un seguro a medias. Las que de verdad importaban estaban en certificados de oro, en dólares, euros en bancos de Singapur, Shanghai y Macao., en los Bitcoin, Etheron, Muskcoin, y las demás criptomonedas que si tenían valor. Las israelíes están sustentadas en diamantes. Las de Kim Il Jung sustentadas en Uranio...etc., etc. Todo Los cambiaba a diamantes, esmeraldas, bonos del tesoro de Vietnam, Hong Kong, India, China, Usa. Cambiaban algunas mínimas partes en bolívares débiles, pesos peruanos, reales brasileños... Si algún policía llegase a investigar, conseguiría muchos cryptomonedass, muchos pagos al día de impuestos, cuentas contables perfectas. Todo estaría bien. Si las cosas se ponían feas, Esteban estaría ahí para ser responsable por todo, pues su nombre, fotos, huellas dactilares y firma estaban en cada centímetro de las operaciones.
Ocasionalmente se movía el dinero para dar ficción de trabajo.
Habían unas nóminas fantasmas que se usaban muy bien y los estados de cuenta llegaban. Pequeños movimientos, grandes inversiones, intereses, y pagos de préstamos. Todo calmado. Por eso los retiros de los cajeros automáticos, las fuertes compras que en catarata se dispararon en una de las cuentas que Esteban hizo; pasaron por debajo de la mesa en un primer instante.
Eran parte de movimientos que estaban reflejados pero no se notaban en la magnitud de la cuenta, pues se diluían entre los supuestos pagos de proveedores, de nóminas, de viáticos, etc. Todos eran supuestos y supuestos. Pero fueron muchos , continuos... La mujer se ajustó sus finos lentes de Dior .Miró los movimientos bancarios largamente.
V
Esteban comía ahora normalmente. Mientras acomodaba la oficina tenía una terrible vergüenza por lo ocurrido. No dejaba de recriminárselo ni por un minuto. Se sentía un enfermo sexual. Un psicótico sin cura.
Sin embargo pagó sus infinitas deudas, alquileres atrasados, préstamos que recibió cuando la gente creía que él podía lograrlo , manteniéndose culpable en cada instante.
Quería enfrentarse al monstruo lo más rápidamente posible. No sabía cuál era el ambiente de Mila Keyla, ni sus contactos ni nuevas amistades. Pero haría la jugada así fuese peligrosa y necesaria. Cuando se tenía un enemigo de esa magnitud era bueno estar cerca de él. Tenía que encontrarla
Fue a la página Web e ingresó en el link
La portada mostraba la misma escena que vio Clarisse, cuando indagó en su oportunidad. La austera y espaciosa oficina, los jóvenes ejecutivos. Ofrecían servicios jurídicos ejecutivos de asistencia internacional, asesorías mercantiles de alto performance. Alto vuelo para lo bueno y lo malo.
VI
Clarisse manejaba la Pick-up por la autopista a Caracas.
Era obvio que se mantenía disgustada. Una distancia infinita se sentía entre ella y Esteban. No valía ninguna disculpa. El hombre se mantenía viendo la ventanilla para suponer que se distraía con el paisaje. De verdad no tenía cara para verla. Con voz ronca de vergüenza le explicó que sería una sorpresa para Keyla.
--¿Tiene algún objeto esto?-- dijo la joven heladamente, mientras adelantaba los vehículos manejando brutalmente la pick up Chevrolet Silverado 4x4 tdi doble cabina que recién habían comprado.
Esteban tardó 5 segundos en contestar.
--Digamos que quiero ver la dimensión física de la trampa en que estoy metido. —explicó, asustándose con la idea de ver a Keyla
--No es bueno exponerse así-- contestó quedamente la joven agarrando fuertemente el volante. Era evidente que todavía estaba en shock por la ofensiva visión que fue sometida-- Puedes jalar la punta de la cuerda.
--Tratare de tener los ojos abiertos-- dijo el hombre, sintiendo que la ofendía nuevamente por la similitud a lo vivido por la joven.
El hombre vio la autopista. Keyla había armado su trampa durante años. Hasta el nombre se había cambiado. Usaba Mila su segundo nombre. Toda una chica nueva. Sería tonto suponer que él podía destruir toda una arquitectura montada durante años, con un solo golpe; por otra parte, su única aliada era una inexperta estudiante que lo tenía etiquetado en su Facebook como acosador sexual.
Capítulo 2
Al llegar a Karrakas se integraron a la interminable cola hacia el este de la ciudad.
Llegaron A LA DIRECCIÓN INDICADA. Estaba EN UNA TRANQUILA CALLE TRANSVERSAL DE Santa Rosa DE Lima. Muy exclusivo en verdad.
Mientras SUBÍA PESADAMENTE LOS ESCALONES DE MÁRMOL rosado que lo llevaba a la entrada, NO LOGRABA VISUALIZAR COMO UNA SENCILLA ABOGADA DE PROVINCIA HABÍA SALTADO A ESTA tremenda oficina.
Llegó a la recepción. Una aséptica joven lo recibió, dedicándole una impersonal mirada de desprecio por su ropa nueva, de mal gusto y tercera categoría.
Buenos días-- dijo la bella y metálica voz-- sea bienvenido. ¿Tiene Cita o desea exponer alguna idea o asunto jurídico en que podemos asesorarle?.
--Quisiera una cita con la doctora Mila Keyla Koslow. —dijo Esteban viendo la inmensa y lujosa sala, estilo japonés.
--Puedo indicarle, si usted es más específico en su caso, asignarle un delegado de nuestro cuerpo asesor. La Doctora Mila solamente trata las corporaciones internacionales, solo interactúa con los consejeros delegados.
--Bueno. Creo que es mi caso. Quiero traer un contenedor de comida importada de Cordoba, dejar que se pudra en el puerto, cobrarle al gobierno la factura completa. Eso junto a equipos médicos triangulados con testaferros de Birmania y la Habana. Quiero adicionalmente cobrar el seguro y el flete, además con los Magistrados de la Corte Suprema de Justicia y los Narco Sobrinos me ofrecieron...............
--Le reitero que La doctora Koslow solo maneja las cuentas corporativas. Le sugiero silencio en su idea particular. Estoy segura que le tenemos el asesor jurídico del nivel que puede ayudarle. —explicó la joven, viéndose obligada a hacerle la señal de cerrar la boca, e indicando que todo era grabado.
--Entiendo-- dijo Esteban poniendo a propósito una cara más idiota todavía. Cosa que hizo sin el menor esfuerzo.
La joven miró la computadora, con aséptica precaución le extendió una hoja azul.
--Este es el doctor Castillo Pedroza. Estoy segura sin temor a equivocarme que es el indicado para usted y su necesidad jurídica...—dijo la joven, viéndolo con el mismo desprecio inicial
Esteban tomó la hoja. Una foto y un críptico descriptivo, indicaban que el tal doctor Castillo Pedroza, dejaría en la calle y al escarnio público al que fuera por unos cuantos miles de dólares.
Esteban se dirigió a la salida. Ya no estaba tan seguro de cómo salir de semejante trampa. Caminó a la camioneta. 4 horas de carretera perdidas inútilmente. Se veía que no era nada fácil llegarle a Keyla. Por un momento pensó en identificarse. Pero de seguro ya ella tenía una respuesta ante eso.
Cuando entró a la camioneta, Clarisse instintivamente cerró las piernas, imperceptiblemente se recostó de la puerta, viéndolo de soslayo con temor.
--¡Está bien¡. ¡Está bien¡-- estalló Esteban-- Me devuelvo en el autobús Express. Llévate la camioneta. Hasta aquí llegamos.
Ambos se vieron por un instante en silencio. Inmediatamente Se abalanzaron uno sobre otro, en un largo y lascivo beso, mientras Clarisse con su delicada y pequeña mano agarraba convulsa y espasmódicamente, por encima del pantalón, aquel inmenso bastón de policía.
Ambos se separaron repentinamente, cada uno vio la ventanilla, llenos del mismo y gigantesco sentimiento de asco y culpabilidad.
--No está bien-- dijo Esteban con ronca voz, manteniéndose en su idea de devolverse en autobús... --Bueno. Al menos le quite la camioneta. Dijo finalmente, por decir algo.
Ella encendió la camioneta. Arrepentida de la curiosidad. Se sentía húmeda. Antes de partir cerró los ojos, nada más de pensar aquel monstruo dentro de su pequeña cosa. Se estremeció de miedo y curiosidad. Sabía que ese momento llegaría más temprano que tarde.
--Mira allá-- dijo Esteban sacándola de su abstracción.-- Es Mila.
La mujer aparecía por las mismas escaleras de la que salió, derrotado unos momentos antes.
Enfundada en un impecable traje, caminaba distendidamente, mientras conversaba con un distinguido señor.
--¿Mila?. ¿No y que se llama Keyla?—preguntó la joven, viendo con la boca abierta a la otra, la preciosa belleza de la mujer delante de ellos. Era casi imposible entender como una figura tan frágil y bella, resistiera la magnitud y los ataques de ese monstruo que ella acababa de tocar.
--Mila Keyla. Está usando su segundo nombre-- aclaró el hombre fascinado de ver aquella belleza, que alguna vez fue de él. La mujer y el hombre se introdujeron en el Jaguar y partieron velozmente.
Fue evidente que a Esteban el ver a Keyla le impactó terriblemente y dolorosamente verla.
--Es bellísima-- reconoció Clarisse-- A pesar que evidentemente se ha operado hasta el alma.
Si-- dijo quedamente Esteban viendo fijamente al lejano vehículo que velozmente se desplazaba violando todas las reglas de tránsito.
El hombre rememoró la última vez que se vieron en el juzgado. Imponente. Con aquella cara de víctima, le hizo recibir la más grande mirada de desprecio que nunca hubiera recibido, de parte de la escribiente del juzgado y la Juez de divorcios.
--La seguiré. Sin importar para dónde va. —Exclamó la muchacha fascinada por la belleza de la otra.
--Por supuesto. Aunque me toque seguirla durante una semana. Al alcanzarla trataré que me escuche. Ella es bastante imposible de convencer. Escucharlo a uno, es más difícil todavía, si ella no quiere.
--O sea. Que no es buena idea. ¿Cómo hiciste para conquistarla?. Es evidente que ambos son muy diferentes. —dijo la muchacha mientras veía el auto de la otra desaparecer velozmente.
Él no contestó. Él no la conquistó. Simplemente se derritió cuando se la presentaron.Realmente no utilizo ninguna tactica ni movimiento, solo le dijo a ella que estaba enamorado de ella.Luego tuvieron sexo y ella se desmayo. Cuando desperto le dijo que si.
A pesar de ser el Concept car un vehículo de extraordinaria velocidad. El irresponsable manejo de Clarisse hizo la diferencia, llegaron casi simultáneamente al destino del auto de lujo, apenas había terminado de estacionarse
La posibilidad de volver a hablar con Mila, le había borrado de su mente la escena anterior con la estudiante. Tanto que pidió tener en su soledad una mujer. Ahora ya su miembro no tendría una erección por lo mínimo en tres meses al Ver la figura de Mila.
El Chevrolet Biscayne concept 1955 turbo diesel entró en el estacionamiento de un Restaurante Chino de 5 estrellas.
Estacionaron la pick up en la acera de enfrente, mientras veían el valet ayudar a descender a la pareja.
Clarisse y Esteban cruzaron la calle. Llegaron a la puerta del restaurante.
Dudaron. La bella mujer les imponía respeto y distancia, aunque estuviese adentro.
--¿Tienen cita?-- preguntó cortésmente el portero, viendo el producto desmejorado de la clase media frente a él.
--Tenemos cita con la Doctora Mila Keyla Koslow.—informó atragantado Esteban.
--Encantado de recibirlos-- dijo el hombre, indicando con un gesto que necesitaba un paltó para entrar.
Esteban prestamente se devolvió a la camioneta y se colocó una chaqueta que había traído y una vieja corbata. Después, Esteban caminó tratando de darse valor. Llegó a la apartada mesa donde se encontraba la pareja.
La miró fijo. Si su presencia causó una sorpresa a Mila, está lo disimuló muy bien. Alzaba su copa para degustar una muy buena copa de vino. Si la sorprendió ni se inmuto, lo que decía que lo disimulaba muy bien. Simplemente él no estaba parado allí. Esteban rabió el magnífico poder hipnótico que ella ejercía sobre él. Lo taladraba, lo desmenuzaba, lo enamoraba; se sintió mínimo, más o menos de la mitad del tamaño de una cucaracha.
Era muy bella, muy profesional. Su cortante y despreciativa mirada le hacía entender que él era muy poca cosa. Y por lo demás, era La absoluta verdad.
--Hola mi bella-- dijo él tratando de sacar una voz tranquila y serena. Cosa que no logro, pues se atraganto inmediatamente
--¡Qué placer verte¡.--Dijo a manera de saludo sin extenderle la mano mientras permanecía parado como un idiota ante la mesa. El otro lo veía igualmente con un significativo y despreciativo silencio. El mismo que cualquier millonario corrupto chavista le regalaba al común de los venezolanos.
Keyla colocó su copa encima de la mesa. Se retaron en silencio. Esteban perdió. Bajo la mirada derrotado.
Ella estaba con un vestido de tela verde estampada con detalles exclusivos de Valentino. Como muchos profesionales llevaba un diamante en su mano y una esmeralda que combinaba con su traje, exhibía un ancho escote. Simplemente su ex ex ex estaba divina con esa nueva nariz, con esos magníficos labios reconstruidos, realizados por un evidente carísimo y excelente cirujano Plástico.
Era inevitable, después de 2 años 6 meses 2 días y 20 horas Esteban SE VOLVIÓ a enamorar.
--Quería saludarte y expresar mi agradecimiento por el excelente acuerdo económico que logramos ambos-- dijo Esteban señalando mutuamente y significativamente---Sin embargo hay algunos detalles en esta operación que me gustaría dejar en claro.
Continuó diciendo haciendo el mal educado gesto de dinero con los dedos
---Me encantaría anotaras en tu agenda la cantidad final del acuerdo y prometo no volver a molestarte mas nunca.. Que sea de 24 cifras. —terminó tartamudeando ante el despreciativo silencio de la otra.
La mujer se mantenía viéndolo. Sin quitarle la mirada encendió un largo cigarrillo dominicano...
--Debo decirte que hay que tener mucho cuidado con todo-- dijo en alta voz, agarrando con las manos un trozo de pato laqueado, acto seguido metió las manos en la sopa de lasaña de trufas negras, y por último con las manos sucias tomó la botella de pendolf grange hermitage y se dio dos largos tragos.
Después tomó un gran buche igualmente a pico de botella, lo saboreó, y degustó, lanzándolo al recipiente de porcelana y oro que contenía el pato laqueado.
--¿Sabes? Yo que tú me hubiera ido a otro sitio. Habría pedido un asado de carnes Saint Christopher, con vegetales gratinados y ostras en aceite de mantequilla de maní.
Keyla no le dijo nada. Él sabía que ella disfrutaba del escándalo.
Esteban también sabía que había logrado toda la atención de los comensales y aunque nadie veía nada, todos estaban la mar de atentos a lo dicho, visto y oído.
Dos mesoneros más dos guardias de seguridad llegaron.
--Estoy sano, perfecto, no tengo intenciones de suicidarme, ni de hablar de más de cosas que no se. Nos veremos por la vía querida. Tengo muchas cosas que eliminar de mi contabilidad-- dijo, mientras los guardias y mesoneros lo tomaban por cada brazo para sacarlos del restaurante de la peor forma.
--No me toquen. No se atrevan. —dijo Esteban antes de caer proyectado como un papel en la acera, justamente en los pies de Clarisse.
--¡Fue lo más estúpido y ridículo que he visto en años¡-- finalmente exclamó Clarisse, mientras se reía de la torta que puso Esteban. Lo había visto todo, a través de la ancha y panorámica ventana de cristal del restaurante; hasta el acto final cuando Esteban terminó con su humanidad en el suelo, luego de ser proyectado como un papel por los dos fornido hombres, ahora terminaba ayudándolo a pararse--
--Ni siquiera la incomodaste. Ahora la alertaste. Ya para mañana vas a tener encima a todos los inspectores del gobierno encima. Te va a cobrar de la peor forma el haberle dañado su almuerzo. —continuó la muchacha terminando de ayudarlo a incorporarse y limpiarse la ropa. Debían irse. Ya rápidamente estarían llegando las Chevrolet Malibu Turbo Diesel de la Policía Municipal
--No estoy tan seguro.-- le respondió Esteban dando una respuesta seria que dejó asombrada a Clarisse--- Creo que lo disfrutaba. Solo va a destruirme cuando lo tenga todo en su sitio.
--Si todo sale mal-- afirmó la muchacha.
--Si todo sale mal-- repitió Esteban-- Pero dudo que ella planifique algo que le salga mal. Quédate con la camioneta. En fin. No tengo donde estacionarla.
Horas después Esteban descendió de la camioneta y subió a su apartamento. Era una despedida de Clarisse. Eso supuso al entrar. En el fondo se alegró. De esa forma no le destruiría la vida. Fue a la nevera, con satisfacción vio su abundante ración de cervezas Bavaria. Destapó una y decidió irse a dormir.
Mientras lo hacía recordó que Keyla siempre tuvo ese atractivo insano que atraía a todos los hombres, con un lejano halo de maldad e infidelidad que la hacía atrayente y deseable. Era una belleza que abría los instintos de cuanto hombre se acercaba, cuando se reconoce a una promiscua así esta esté vestida como una monja. Él no lo vio y lo averiguo mucho tiempo después del divorcio.
Desechó los tristes recuerdos. Disfrutó por un instante de sábanas limpias y nuevas. El dinero no era malo ni bueno. Solo el uso y como obtenerlo. Ladrón que roba a ladrón tiene 100 años de perdón, si es de la esposa, el cielo es la recompensa y bendición.
Esposa A La Carta. Fanfiction de Hannah. Capitulo 7
Total. Yo nunca supe hacer dinero-- musitó mientras se durmió, con un pensamiento esquinero, redundante que terminaba en las piernas de Clarisse y su expresión horrorizada cuando huyó de su Ariete que la apuntaba directamente.
Clarisse. Clarisse. --Murmuró antes de dormir.
I
A media noche un exquisito perfume dulce, un aroma de Boucheron lo envolvió, mientras suavemente le quitaron la sábana. Una boca experta atacó a su hambriento pene, haciéndolo despertar violentamente primero que a él.
Su corazón agitado le hizo entender que no era un sueño.
--Todavía soy tu esposa-- dijo la ronca voz de deseo de Keyla desde la oscuridad, mientras se tragaba totalmente aquel embravecido animal, mientras lo succionaba violentamente con sus pulposos labios.
El sin poder rechazar el ataque, violentamente se incorporó y a su vez, se tragó aquellos senos divinos y olorosos a buen perfume francés, descendió también hasta aquella divina enloquecedora fruta , se la comió con hambre, después violentamente la lanzó al piso. Con brutalidad la penetró, le hizo el amor rudamente, haciendo que ella gritara de placer ante aquel feroz ataque. Ambos se amaban con rabia, besándose brutalmente , , con apasionada y desenfrenada venganza por los meses de hambre,sufrimiento,abandono y humillaciones, logrando que Keyla lanzará un altísimo gritó al tener un verdadero múltiple orgasmo, no los que a medias lograba con sus amantes. Quedaron agonizando unos minutos. Al finalizar ella se irguió en la oscuridad. Comenzó a golpearlo largamente, en silencio, por ultimo lo mordio con ferocidad en sus pecho; mientras Esteban examine la dejo hacer.
Esteban habiaquedado derrotado, tendido, sollozante. Era una víctima Consuetudinaria y habitual de su mujer. Queria que ella volviera. Pues la tenia junto a el nuevamente, exactamente igual que cuando comenzaron su noviazgo.
--¿Cómo entrantes? Yo estoy iniciando una relación-- dijo el hombre con las lágrimas corriéndole por su rostro.
--De seguro habríamos hecho un trío-- dijo ella buscando entre sus ropas regadas la caja de cigarrillos, encendiendo uno en la oscuridad, descansando por instantes su adolorido cuerpo.
La mujer aspiró con fuerza y en silencio en medio de la oscuridad.
--Eso no cambia las cosas. Me has involucrado en tu peligroso mundo. —dijo entrecortadamente Esteban
--Has gastado bastante de él-- dijo ella con un dejo de reproche muy íntimo y delicioso.-- Hablando de otra cosa. Casi pareciste un hombre esta mañana en el restaurant. ¿En qué película vistes algo así?
Impidió con la mano que el encendiera desde el piso la lámpara y continuó con su voz tan personal.
-- Siempre has dependido de mí y lo seguirás haciendo por siempre.--le dijo con convencido acento.
--Quiero que me devuelvas mi vida. No quiero saber más nada de tus sucios negocios. —repuso él, envuelto en el sexual aroma de la mujer.
--¿Y esa niña? Con la que andabas. Tiene pinta de buscona. ¿Te acuestas con ella?—preguntó la mujer con un indignado y lejano tono celoso.
--No te interesa. —silabeo él, sabiendo que ese interés de ella era más falso que un discurso del Genocida Narcolas.
--La voy a correr. No quiero que disfrute de nuestro dinero—amenazó con un aire de burla la mujer. Se levantó del piso y con expertos movimientos se comenzó a vestir.
Esteban rabió. Se veía que lo hacía normalmente; era una costumbre en ella vestirse en la oscuridad.
--Esto no volverá a ocurrir-- dijo Esteban hacia la preciosa silueta, viendo la escultural figura en la oscuridad...Vio el monumental trasero. No pudo evitarlo. La siguió y la empujó contra el borde de la cama haciéndola caer boca abajo. Ella dio un grito de sorpresa. Sin preámbulos la atacó por ahí. Esta vez fue en silencio el brutal combate hasta que nuevamente se desplomaron , destruidos, enganchados y vencidos por su enfermiza ,adictiva,toxica, anormal relación, dándose un beso letal y profundo de deseo contenido durante tanto tiempo.
No hablaron. No había necesidad. Cada quien sabía que uno era esclavo del otro.
--Ocurrió. Volverá a ocurrir. Es inevitable. Nos amamos—susurro melosa Keyla un rato después, cuando trabajosamente se incorporó y se vistió sin lavarse.
Finalmente dijo
-Cada vez que yo quiera. Lo sabes y lo deseas...-.-. afirmo como hembra dominante ante el debil esclavo sexual
Esteban se incorporó rápidamente. Se plantó ante la puerta encendiendo la luz de la sala.
--Esto no significó nada. Fui a verte para decirte que no me importa ir preso toda la vida. Yo no quiero participar en nada de tu mundo, ni de tus sucios negocios. Voy a ir a la policía, me entregaré y lo diré todo. En la cárcel voy a estar mejor. Me tendrán lejos de ti y ahí seré libre. Totalmente, libre de ti.
--Todo puede resolverse. Depende de ti. Que seas razonable-- dijo ella viendo su pene satisfecho y dormido.
--Me usaste sin mi permiso. Desde hace más de dos años no soy tu esposo. —reclamó indignado con el mismo. Por dejarse seducir una vez más; vencido, entendió que ella era el ser más precioso en toda su existencia. Ella misma. Su ex esposa
--Digamos que seguimos casados por la iglesia. —repuso ella viéndolo casi con desprecio.
--Ya no soy católico. No te amo.
--Pues tendrás que conversar con él-- dijo la mujer dándole un beso en la oreja y tocando con sus bellas manos a su dormido pene-- el sí sabe lo que quiere y yo siempre se lo tengo aquí. Has sido el mejor hombre de mi cama. Eres mío. ..Siempre serás mío...Cuando yo quiera...A la hora que quiera. Este quien este...Deja tus ideas contra el VIH y el sida. Siempre hemos sido multipareja y nos gusta así. Seguiremos así.Lo de nosotros es otro nivel y nadie se interpondra.
--Esa son tus barajas. No es mi juego. Ya tenemos dos años de divorciados.
--Divorcio? Nunca supiste jugar—repuso ella, sin dignarse a verlo , marchándose inmediatamente... No vino aclarar nada. Simplemente a tomar posesión de él, con el infalible método que usaba y no perdía. Su infinita energía sexual. . Ella había salido victoriosa una vez más
Era una maestra del sexo y siempre ganaba.
Minutos después, La mujer entró en el vehículo Nio Et7, se miro en el retrovisor, estaba despeinada, con el rostro agotado y demacrada, pero satisfecha. su primer orgasmo verdadero en dos años.
Si Esteban tuviera algo más de cerebro seria el amante perfecto. Encendió el lujoso sedan eléctrico
. En menos de una hora estaría en Karracas.
Rememoró por instantes las veces que a media noche hizo esta autopista, acompañada de hombres de dinero, mayores, feos, que la dejaban siempre insatisfecha, que no le producían el más mínimo placer.. Fue otra época.. Mientras estudiaba, viviendo en cada hora en medio de una gran escasez de todo lo necesario, siempre falta de dinero. Fue chica de compañía, su avatar era el de una dulce e ingenua estudiante, que enloquecía a los profesores y empresarios. Un día conoció a aquel tonto. Maldición. Se enamoró apenas lo conoció. Se enamoró de ese idiota. Ella que se mandaba dos hombres por día, enamorada como una estúpida de un mal estudiante, un gafo y tonto de capirote. Fue un error de principio a fin. Lo malo es que ella lo sabía y no podía parar. Involucrándose, amándolo, odiándolo.
El pensando en tonterías, que si un asteroide era una nave madre, que si los rusos tenían un pacto secreto con usa, que si habían unas cuevas con gritos del infierno. Ella no le importaba ni le interesaba nada de eso. Una sola cosa le atraía... Dinero. Tenerlo, amasarlo, incrementarlo, obtenerlo, no importaba forma, medio, fin...Lo que fuera y como fuera. Hasta que lo termino. Se estaba dando cuenta que había creído que lo terminaba. Tenía escrúpulos. Lo entendió cuando aceleraba su auto a 220 kilómetros por hora en la solitaria autopista. Pero ya estaba hecho. Hoy tenía que reconocerse algo. Seguía enamorada como una estúpida de él. Lo seguía amando con la misma intensidad de siempre. Como desde el día que lo conoció. Aceleró brutalmente el Nio. Había estado esperando que el apareciera por cualquier motivo para agarrarse de ahí, saltar sobre él y sucumbir ambos entre convulsos besos de pasión.
Cuando se casaron ese mismo día estuvo con tres clientes.
En la Fiesta a Esteban casi todos los hombres lo aplaudieron mientras se desternillaban de la risa. Claro. Ella se había acostado con todos. Esteban era el único hombre que la hubiera llevado al altar. Se le veía el tobo de saliva al lado.
--¡Estúpida¡ ¡Idiota¡-- gritó enfurecida golpeando el volante, al entender que seguía siendo frágil ante Esteban. El la volvía a llevar a la cima de su satisfacción sexual y la convertía en un ser humano nuevamente -- eso no puede ser. Eso tiene que terminar. ¡Maldito seas Esteban¡. Todavía te amo. ¡Que sucio eres¡¡Como te amo¡ tengo que matarte. lo se y no puedo hacerlo. te amo demasiado...
II
Esteban se bañaba, Ella lo había violado. Le había tendido una emboscada y se sentía destruido. Nuevamente Comenzó a llorar bajo la regadera. Era un imbécil, Sentía como sus lágrimas se confunden con el agua. Fue un acto que dejaba atrás todo lo demás y hacia que sufriera infinitamente. Ella lo marcaba, ponía su indeleble e indestructible sello en él. Siempre le robaba su destino. Era una maldita trampa predecible y anunciada. El cómo todo creyente en el Gobierno abriría la boca y se la llenaría de moscas. Sabía que lo iba a joder. Lo mejor que debería hacer era buscar ayuda profesional. Un abogado de verdad. Un psicólogo psiquiatra experto en relaciones sadomasoquistas.
Estaba seguro que la próxima vez que estuviesen juntos, tendrían sexo más salvaje todavía. Ella le lanzaría un chorro de mentiras. Otra mamada de esa y otro mortal movimiento de caderas como el experimentado un rato, quedaría más que indefenso.
III
Clarisse y Esteban se mantenían en un silencio frente a frente del monitor de su nueva computadora.
Ahí se mostraba toda la estructura de los negocios de Keyla... Ella se burlaba ladinamente. Permitían que el dueño de la Corporación Tropical Sudamericana; que no era otro que el mismo, viera la magnitud de todos los negocios, donde era el principal accionista, Consejero Delegado, Presidente Director de la mesa del consejo de accionistas.
Delegaba sus acciones a una empresa administradora con sede en Saint Vincent, en Turcos y Caicos, en las islas Caimán. Esa empresa solo cumplía las órdenes notariadas que emitía Esteban mediante un amplio poder. El único responsable era Esteban Watkings Olivestri. A la hora de las chiquititas la Administradora sólo tenía responsabilidad comercial limitada. El asumía toda la responsabilidad penal, mercantil y social DE TODO LO MALO QUE OCURRIERA..
--¿Cuándo firmantes ese poder?-- inquirió Clarisse dándose cuenta de la imbecilidad del abogado.
---Hace unos tres años firme una intención de compra de una casa y un auto. Después me enteré que ya estábamos divorciados. No me había dicho nada... Por eso no es corresponsal ni solidaria de mis actos comerciales. La responsabilidad es solo mía.
--¿Firmantes un papel en blanco?—preguntó nada más por no dejar, sabía perfectamente la respuesta
--Así mismo fue-- afirmó Esteban, asintiendo con vergüenza.
--Lo que no entiendo es como ella cobra todo el dinero. —dijo la otra sin dejar de ver el monitor.
--La administradora debe pagarle honorarios a una firma de abogados, tangencialmente subcontrata con alguno de los hombres de paja al servicio de ella.
--Grandes honorarios-- musitó la muchacha.
--Deben estar cambiando constantemente cuentas de ahorro en Andorra, Ho Chi Ming City y Hong Kong.
--Entonces. Es mucho dinero. —entendió ampliamente la chica, sin dejar de ver la pantalla.
---Son contratos que hacen con el gobierno, los cobran y no los realizan. Generalmente se subcontratan ellos mismos, son negociaciones más o menos así. Traen comida a punto de vencerse, leche veterinaria o contaminada, la reenvías en barcos a su sitio de origen y se la venden al gobierno nuevamente, una vez que este vencida si quieren la dan a los pobres, sino la etiquetan como no apta. Ese es el amor que les dan a los pobres. Y miles de cosas por el estilo. Esa es la puerta decente...Es evidente que hay otra puerta. Mucho más sucia. Narcotráfico, terrorismo, productos nucleares, criptomonedas, internet profundo... La CIA, , el partido demócrata...-- explico Esteban en una rara muestra de inteligencia
Clarisse lo vio y con la mirada le hizo entender a Esteban que el acercarse a Mila fue un gigantesco error.
--Ella permite que yo acceda a todo, así queda registrada toda la información en mi computadora, todas las operaciones en mi celular, mis firma en mis tarjetas de débito y crédito .Estoy más que involucrado.--- continuo Esteban, explicando dolorosamente en el horroroso metauniverso en que estaba hundido.
--No es bueno. —Afirmó casi en silencio la joven. —De verdad estoy aprendiendo mucho con este caso.
--Ella estuvo anoche. Se metió en mi cama y me violó-- dijo Esteban también quedamente.
Clarisse no contestó. No necesitaba más. Esteban sabía con esa mirada que ella le dedicó, el por qué era un hombre en la ruina y pobre de espíritu como cualquier miembro de la sumisa clase media.
Ella con toda tranquilidad se levantó de la silla y con serenidad dijo
--Deberías volver con ella, si es que te fuiste alguna vez, cosa que dudo
Capítulo 3
El Antonov 180-800 Executive volaba plácidamente a 45.000 pies de altura.
Su única pasajera meditaba viendo una revista Hola edición Árabe Saudita.
2 meses antes casi lo había logrado. Fue cuando experimentaban en el desierto sur.
Se había distanciado del grupo para rezar sus oraciones. En realidad lo había hecho con mucha fe. Todos prestamente laboraban, poniendo a tono los instrumentos para el experimento final. Ella se apartó según lo convenido. El jefe de todo estaba en la consola de mando, tapado por un inmenso toldo. Las benditas leyes. Ella era la jefe de todo; pero no mandaba por ser mujer.
Un MI-26 SVX apareció repentinamente en el horizonte.
2 HAL artillados lo acompañaban. Llegaba la hora. Los HAL rociaron de bombas y ametrallaron el conjunto de hombres y equipos.
Ella abordó rápidamente el MI y huyeron, volando durante horas por el océano. Pero fallaron. Las turbinas se recalentaron. Se vieron obligados a aterrizar en un portahelicópteros de la Guardia Costera de Abu Dubái, quienes prestamente la devolvieron a su país. Desde ese instante juró que más nunca se montaría en un helicóptero ruso. Era verdad lo que todo el mundo decía. Se accidentaban apagados en la pista.
Sus jefes más o menos creyeron el cuento que los de Tel Aviv la habían secuestrado. A partir de ahí la introdujeron en un círculo de vigilancia total.
Continua en el capítulo 8
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